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🚨Levi x Eren 💀 Erwin x Armin🚨

"Salvado por el Capitán"

Hubo una época en donde Shingashina fue libre, donde los días eran alegres, el césped crecía bellamente con un fluorescente tinte verde, y el cielo azul era más que atractivo. Las familias eran felices y liberales, el amor no conocía géneros o edades, la violencia era nula y las discusiones no eran más que bromas que acababan en carcajadas. Un día todo eso cambió. Las tropas militares llegaron a Shingashina desde la ciudad central a unos varios kilómetros al norte, para acabar con todo.

Así comenzó una nueva época, la Época Militar. El cielo se ensombreció en un oscuro gris entristecido, a causa del constante humo que ocasionan los cañones de batalla a las afueras y alrededores de la ciudad de Shingashina, el césped comenzó a secarse y volverse amarillo, y el agua casi pierde su pureza debido a la cantidad de cadáveres de pueblerinos que los soldados lanzaban al río cuando estos incumplían la ley. El amor entre hombres y mujeres de su mismo género se vio penado con la muerte de uno, y la tortura eterna del otro. Se impuso un horario y un toque de queda que marcaba la cantidad de minutos y horas que los pueblerinos podían estar afuera de sus casas. Las mujeres solo podían salir 9 horas, desde las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde, mientras que los hombres podían estarlo 12.

Los militares se asentaron en el pueblo, construyendo su base al norte de Shingashina, y se apoderaron de la policía, banco y seguridad del pueblo. Pocos eran los empleos que no implicaban riesgos para los pueblerinos, uno de ellos era Repartir Periódicos, y solo algunas empresas de periódicos podían imprimir sus copias y entregarlas al pueblo con sus noticias, puesto que algunos periódicos se revelaban contra el gobierno y a este esto no le gustaba.

Eren Jeager, un adolescente de unos 17 años, se dedica a entregar periódico, uno de los pocos permitidos, para ayudar a su familia con la entrada de dinero. Aunque no les faltaba, tampoco tenían demasiado. Su padre, Grisha Jeager, era un respetado doctor que fue reclutado por la base militar de Shingashina para servir al ejército con sus dotes médicos. Volvía al anochecer a las 12, y se iba a las 6 de la mañana, su horario era claramente más extenso que el permitido para los pueblerinos promedio. Su madre, Carla Jeager, sirve como costurera en una boutique del centro y cumple el horario exigido por los militares.

El surgimiento militar había resultado ser un gran problema para Eren, quien se sentía reacio a negar que era gay solo porque le pusieran un cuchillo en el cuello. Pero, bajo la advertencia de sus padres, prometió no revelarlo ante los militares, y que mantendría la boca cerrada para proteger a su familia. De todas formas seguiría juntándose con sus amigos, eso nadie se lo negaría, ni sus padres, ni los militares.

— ¡Ey, Armin! —el rubio volteó ante el llamado y sonrió, alzando el brazo para saludar a castaño que se aproximaba a él.

— Eren — sonrió dulcemente, el castaño llegó hasta él — Te tengo nuevas noticias— afirma alegre, acomodando la correa del bolso con las copias de los periódicos que ese día les tocaba vender a ambos. Eren sonríe, contagiado de su felicidad, y ambos comienzan a caminar

— ¿Sobre él?— la sonrisa casi traviesa y el sonrojó de Armin le dieron la respuesta, a tiempo que el rubio bajaba la mirada con timidez. Eren carcajea— Estás loco, amigo— afirma.

Armin Arlet, solo tenía un familiar con quién vivía, y ese era su abuelo. Sus padres murieron por tuberculosis hacía ya varios años atrás, y Armin trabajaba como repartidor de diarios para ayudarlo con los pagos. Declarado gay, los militares lo tenían casi siempre en la mira, no podían matarlo, pues aun que se sabía que el rubio tenía esa inclinación sexual jamás lo habían atrapado con las manos en la masa. Y requerían evidencia para actuar, o de lo contrario los atacaría el pueblo. Curioso era saber, que a escondidas, el Comandante del Ejército Militar de Shingashina llenaba de besos y amor al rubio más acosado del pueblo.

Armin lo conoció por primera vez cuando un grupo de soldados fueron a retirar el pago mensual a su hogar, liderados por el Comandante Erwin Smith. En ese entonces, a Armin le pareció una ilusión de su imaginación el creer que el rubio Comandante lo miró con interés aquella vez, pero cuando Smith lo salvó en las calles de un ataque agresivo y abusivo de unos soldados por su inclinación, y luego, a justas sabiendas de las consecuencias, lo besó con fiereza en las puertas del hogar de Arlet, supo que esa atracción era mutua. Nadie los vio, y prefirieron que fuera así. Sin embargo, no fue la última vez que se vieron, y no fue la última vez que se besaron. Eren estaba al tanto de esto, y estaba contento por su amigo.

— Gracias por su compra— sonrió Armin a la mujer que tomó el periódico y se retiró. Eren solo sonrió al anciano a quien le vendió y siguieron caminando.

— Entonces... — retomó Eren, dando una mirada traviesa que el rubio captó al instante— ¿Cuáles son esas noticias?— Armin se sonroja y desvía la mirada al frente con una sonrisa tonta.

— Finalmente pasó — Eren suelta un sorprendido "Oh". Dado que tenían a Armin en la mira, Eren no preguntó por detalles, pero por esas dos palabras supo que su amigo ya no era virgen, y Erwin fue el responsable— Dolió al inicio, pero luego...— su sonrojó describrió mejor la sensación para Eren que lo que pudo haberle oído decir, aunque el rubio no dijo nada además de lo ya mencionado.

— Oh amigo, que suerte tienes — le da un leve golpe en el hombro con felicidad, el rubio río con alegría. Eran felices así. Pero no duró.

— ¡Eren!- exclama Armin sorprendido, cuando ve que dos adolescentes toman al castaño por detrás y lo jalan hacia un callejón— ¡Déjenlo! ¡¿Qué hacen?! — se apresura a seguirlos con horror, pero tres más le tapan el paso, impidiendo que pasará al callejón— ¡No es justo si lo sujetan, déjenlo! — vocifera colérico, llamando la atención de algunos transeúntes.

— Oï, Jean — bufa Reiner cuando ve al chico que arrastró a Eren al callejón golpearan castaño en la boca del estómago— Ni sabe porque se lo hacemos— afirma, aunque no soltó a Eren de los brazos, exponiéndolo ante el menor.

— Oh, él sabe porque... — afirma jadeante— ¡¿Verdad?! — golpea a Eren en la boca d su estómago, haciendo al castaño soltar aire con dolor, tosiendo levemente— ¡Mikasa debía ser mía, jodido bastardo!— reclama, golpeándolo de nuevo— ¡Fue culpa tuya!— vocifera. Eren se retuerce ante el siguiente golpe, más esta vez alcanza a responder.

— Ella no te amaba... — gime adolorido, y Jean lo mira rabioso— Tu acoso le daba asco... — se toma su tiempo para poder tomar aire y acabar— Fue culpa tuya que se fuera— lo mira severo. Jean gritó rabioso y lo golpeó en el pómulo, logrando que la fuerza lo sacará de agarre de Reiner, lanzándolo al suelo.

— ¡Eren!— gritó Armin desesperado, mientras Jean le patea el estómago al castaño. Cuando una voz potente resuena tras él y los detiene a todos.

— ¿Qué está pasando?— sus cuerpos se estremecen, y los tres adolescentes que detenían a Armin de pasar y ayudar a su amigo intentaron correr, pero dos soldados más los interceptaron y capturaron antes.

— L-largo de aquí, soldado — titubea Jean, intentando mantenerse firme— No tiene por qué meterse — afirma acobardado, pero sin moverse del lugar.

— Levi Ackerman — murmura Armin, mirando con sorpresa al Capitán del ejército, quien veía con fastidio y desdén a Jean. Reiner se había ido de alguna forma tan pronto como lo vio aparecer.

— No me digas — suelta el capitán, cínico.

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— ¡Y no quiero volver a tener que hacerme cargo de ti por abusador, jodido pedazo de mierda, o te volaré la cabeza de un escopetazo!— vocifera Levi, lanzando al chico magullado al lodo frente a todos los pueblerinos— Todos los demás, regresan a sus casas ¡Toque de queda! — indica de golpe, y aunque en realidad no era así, y aún les restaban una horas las mujeres y tres a los hombres, ninguno se atrevió a objetar y se fueron corriendo.

— Gracias, Capitán Levi — suspira el rubio, aliviado, corriendo hacia Eren para ayudarlo a ponerse de pie. El azabache no dejó de ver a su alrededor, verificando que ya no quedara nadie en el centro. Y en efecto, hasta los soldados se habían ido con los adolescentes capturados y Jean.

— Si...- responde más para si mismo, para luego voltear y ayudar a Eren del otro brazo— ¿Estás bien, amor?— Eren sonríe levemente, escupiendo a un lado la sangre que se acumuló en su boca herida.

— Si, muchas gracias por eso, Lev— el azabache no era de sonreír, y eso lo supo desde que lo conoció la primera vez, pero el que lo hiciera a veces lo llenaba de felicidad. El azabache le dió un rápido beso en los labios y se ofreció a llevarlo a su casa.

— Erwin te visitará en una hora — avisa Levi a Armin— No se que le hayas echo a mi amigo... Pero parece un idiota sonriendo a todas horas— Armin se sonroja levemente sin emitir sonido— Así que te agradezco— Eren le tapó la boca antes de que sonriera.

— Esa hermosa y jodidamente sensual sonrisa tuya es solo mía— asiente Eren. Armin ríe y se retira.

— ¿Sensual? — repite Levi con una ladina sonrisa leve, Eren asiente animado, y casi ronronea cuando el azabache acaricia su mejilla herida sin causarle dolor — Mira como te dejó ese imbécil...— Eren abrió los ojos cuando lo escucha— ¿Quieres que lo mate? — lejos de ser una pregunta, Eren sabía que era una petición para poder hacerlo. ¿Estaría mal usar a su amante como sicario?

— Mmm... No lo sé, creo que con el brazo roto y la mandíbula dislocada ya lo hiciste pagar — sonríe. Levi parece dudar pero empieza a caminar para ir a su casa, ayudándolo a dar cada paso.

— Si un día aparece su cabeza de ese bastardo en la puerta en tu casa entonces...-

— Entonces sabré cuanto me amas — sonríe el castaño, desbordando la palabra "amor" en cada facción de su cara. Levi sonríe y besa su mejilla.

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