Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

24. ADIÓS.


Wesley.

No todos los adiós son definitivos. O eso quiero pensarlo, los seres humanos sabemos que no todo es para siempre, pero aún sabiéndolo no nos paramos a pensar en ese poco tiempo que tenemos para cada cosa; para cada persona.

—¿No piensas venir?—le digo a Lily haciéndola negar desde la cama de su habitación—Lily, es nuestra abuela, tenemos...

—Ahí estará Evan.

—También es de la familia, es un hecho—digo con sorna—Es importante que estemos ahí, papá no vendrá todavía y mamá sólo ha mandado a comprar un par de flores para la abuela.

Tiene la mirada fija en la ventana, pero sigue sin tomarse importancia a mi conversación. Al ver que no menciona nada más, prosigo a cerrar la puerta no sin antes volver a hablarle:

—La abuela jamás fue mala con nosotros a pesar de papá y de tu poco comportamiento amable con ella, solo espero que no te arrepientas—ahora la hago verme pero finalizo—Cierra las puertas si es que decides ir.

Camino fuera del pasillo. Mientras bajo las escaleras me limpio el rabillo del ojo sintiendo lágrimas asomarse. Durante todo el trayecto pienso y pienso, sé que no fui el mejor nieto pero por lo menos lo intentaba. Solía acompañar a Evan a visitarla para hacerle más ameno el día y muchas veces le enviaba flores que sabía podría plantar en su jardín. Nunca demostré más afecto del que era necesario, pero ella lo sabía, sabía que era hermético como mi padre y que tampoco quería esforzarme demasiado para hacerla sentir tan desagradable como para hacerlo.

Me gustaba pasar tiempo con ella, y a mi madre también. Lily y papá son más iguales, así que se dejaron guiar por los problemas pasados y cosas que para nada estuvieron dentro de las manos de la abuela; y ahora por eso es demasiado tarde.

Al llegar el mundo de autos que están afuera me hace percatarme que esta calle también es la calle de Angie. Que la tendré que ver aquí, y que si ella me ve entonces podrá sospechar sobre el pasado.

—Hola Wes, qué gusto que vinieras—la madre de Evan, la tía Margaret me saluda con una ligera sonrisa tristona.

—Hola Tía—le abrazo sintiéndola regresarme el gesto de una forma tan cálida que me hace extrañar los brazos de mi madre.

—Lo siento mucho—susurra—Estoy segura que ella te quería mucho, solía hablar de ti cuando veníamos de visita.

Me separo para verla algo impresionado.
—¿En serio?

—Así es, decía que eras idéntica a ella, y que le encantaba cuando venías a visitarla y le ayudabas una y otra vez a encender su televisor viejo—se le aguan los ojos al decirlo haciendo que me pase lo mismo—Te quería mucho, al igual que a Lily.

Vaciló un poco—De ella no lo sé, aunque la abuela siempre fue buena para fingir no ver sus groserías.
—la tía Margaret hace una mueca estando de acuerdo—Esta bien, ¿Evan está aquí?

—Está adentro arreglando el papeleo del funeral y todo lo demás—asiento dándole un ligero apretón en los hombros antes de disculparme para ir dentro.

Pasar por esta casa con la nostalgia a flor de piel no lo hace más fácil. Al entrara observó que todo está tal cual y como siempre, la mesita blanca con flores frescas del jardín, los manteles de colores rosas debajo de los ceniceros del abuelo que nunca quiso quitar. La mesa con fotografías de todos en ella, el olor a dulces y madera de la habitación, pero solamente con un único cambio. Que entre las paredes de esta casa hace falta ella.

Entro a la cocina encontrándome con Evan recargado en una mano leyendo unos papeles. Al notar mi presencia se levanta enseguida, aplanó los labios asintiendo antes de estrecharnos en un abrazo. Le golpeó la espalda oyéndole suspirar.

—Lo siento mucho hermano—trago saliva viéndolo separase tallándose los ojos—¿Necesitas que te ayude en algo? Lo que sea, voy a quedarme un rato aquí hasta tener nuevas noticias.

Evan asiente volviéndose a sentar.
—Hay unos papeles que no tienen nada que ver con esto, así que necesito guardarlos de nuevo.

—Bien, yo lo hago—me señala cuales son y comienzo a guardarlos en las cajas de cartón. Entonces una sonrisa se ensancha en mis labios—Evan, mira esto.

Este voltea y viendo el par de hojas que tengo en las manos una risa sale de su boca al igual que la mía.
Son las cartas que hacíamos en las navidades para santa, algunos otros son dibujos hechos por Sebastián y Maggie, y otros cuantos por mi. Solo hay uno de Lily, y no es tan colorido como los nuestros.

—¿Recuerdas aquella vez donde nos comimos los chocolates con Bourbon del abuelo?—le recuerdo estallando a carcajadas silenciadas.

—Estábamos tan asustados y borrachos a la vez.
—Evan toma aire de la risa—La abuela dijo "iré a comprar otros, mientras quédense en esta habitación y no salgan"

Inhalo limpiándome los ojos por las lagrimas que se me escaparon—Uff, mi madre casi nos encuentra.

—Como olvidarlo, casi me orine encima.

—Y eso que tú eras el mayor—carraspeó suspirando.
—Diablos, que momentos.

Evan asiente viendo las cartas sobre la mesa, entonces suspira volviendo los ojos a mi.
—¿Crees que la abuela esté bien? Hablo de que....bueno, suena estupido si lo digo así

—Sé de que hablas. No es estupido—le doy un golpecito en la espalda haciéndole entender que estoy con el—Y por Dios espero que de verdad haya un lugar mejor que este.

Concordamos siguiendo con el trabajo. Las personas del vecindario siguen llegando a dejar sus condolencias y Evan intenta no sentirse todavía más peor cada que le mencionan sorprendidos que el día anterior la habían visto podando su jardín.

Brent Young.

—¿No irás con Evan?—Mia me pregunta mientras sigo cambiando el maldito termostato de la calefacción—Deberías estar ahí, el te necesita.

—Ya lo sé pero no quiero hacerle más bulla, pase en la mañana y había demasiada gente, no quiero robarle más calma que no tiene—gruño cuando una esquina del plástico se rompe.

Mia no menciona nada poniéndose de pie. Entonces siento sus manos sobre mis hombros dándome un ligero masaje, deposita un ligero beso en mi mejilla antes de hablar:

—Tu y Evan fueron muy cercanos de niños, y ambos pasaban muchas tardes con la señora Macalister, hace tiempo dijiste que ella era como tú familia.
—al decir eso me doy la vuelta dejando lo que estoy haciendo ahora centrándome en mi chica de ojos verdes—Brent, esta bien si tú tampoco estás bien, es valido lo que sientes.

La piel se me enchina. Tiene razón, he estado tan añadido intentando hacer algo o distraerme para no pensar en lo que realmente ha pasado. Los ojos me queman y enseguida los de Mia hacen lo mismo haciéndome sentir tranquilo por mis sentimientos.
Entonces me abraza y al enrolarme con su cuerpo me permito sentir por primera vez en todo el rato.

James.

He avisado a todas las personas que sé que necesitan saberlo. Únicamente me falta una, y sé que al hacerlo va a volver aquí volando.

—Hola Peter, ¿cómo estás?

—La universidad me está matando las únicas neuronas que parecían quedarme—se ríe y sonrió por igual—Me toma de sorpresa tu llamada ¿todo está bien? ¿Tú lo estás?

Inhalo tomando el valor.
—En realidad no, hay algo que quiero decirte—me rasco la nuca mientras camino de un lado a otro en mi habitación—La abuela de Evan murió esta mañana, así que si puedes venir...

—Pero claro, tomare el primer autobús que salga para allá—oigo maldecir por lo bajo—Voy a ducharme y te llamaré cuando vaya en camino.

Suspiro relajado—Esta muy bien, ya le he avisado a los chicos, Apolo y Wesley no tardarán en llegar primero que nosotros, así que podemos estar tranquilos por ahora.

Menciona que esta bien pero antes de colgar pregunta:—¿Y has hablado con Evan? ¿Cómo está?

Niego aunque sé que no puede verme. Me siento en el sofá antes de volver a perderme entre la vista de la ventana hacia la fría brisa de afuera.

—No he podido llamarlo todavía, creo que es mejor que esté con él en persona—me pincho el puente de la nariz—Con quien si hablé fue con Maggie y dice que no lo ve nada bien. Así que entre más rápido estemos todos con el, será mucho mejor.

colgamos enseguida mientras camino para ir a ducharme y salir de aquí. Me preocupa Evan, Maggie dijo que no ha descansado nada en estas últimas horas y tampoco ha querido comer nada. Lo conozco de hace varios años, Evan preferiría morir antes que vivir sin la única persona que lo quería tanto como él la quería. Y esa era la señora Macalister.
Sebastián no ha recibido mis mensajes pero no me preocupa, seguramente vendrá en camino al igual que su padre para poder estar aquí antes del funeral.

Unos cuantos minutos después recibo un mensaje indicándome que Apolo ya está en casa de Evan. Pero este ha decidido llevarlo a comer algo a una plaza para que pueda distraerse un poco. Y aunque quisiera reclamarle creo que agradezco por hacerlo, no sé cómo lidiar con este tipo de cosas.
Nunca tuve abuelos, así que ese tipo de pérdidas no puedo imaginármelas, no creo ser un buen comprometo por ahora y por ello me alegra que Apolo si lo sea. Evan necesita distraerse.

Brent Young.

—No quiero presionarte pero debes comerte toda la hamburguesa del plato o no nos iremos de aquí.
—digo viendo a Evan volver a hacer cara de desagrado. Apolo y yo estamos intentando hacerlo comer algo, si madre ha dicho que no a probado bocado en todo el día.

—Quiero vomitar.

—Entonces será mejor que comas para que le agregues cuarto al vomito—Apolo bromea haciéndonos reír. Pero entonces la platica se torna seria—¿Hace falta algo en que podamos ayudarte?

Sabiendo a qué se refiere y Evan también, este juega restándole importancia mientras le da una mordida a su comida a muy en contra de su voluntad. Entonces vacila antes de mejor sentir:

—Quiero comprar flores, muchas. Pero no tengo tiempo de ir y venir, tengo que seguir arreglando cosas para el funeral—dice y asentimos—¿Creen poderme ayudar con ello?

Siento enseguida—Por supuesto—le soy un ligero apretón en el hombro—¿Algo mas?

—Creo que es todo chicos, gracias—intenta regalarnos una sonrisa que sale más como una mueca, entonces menea su bebida algo perdido.
—Aún no puedo procesarlo.

—Ey, esta bien—Apolo se une—Estas esforzándote lo más que puedes, esto no es fácil y menos para ti.

—Por eso nos tienes a nosotros, para ayudarte en lo que necesites cuando aún no puedas procesarlo.

Al oírme, Evan me regala un golpe en el hombro y otro a Apolo haciéndola sentir menos locos.
—Lo agradezco mucho.

Y sé que no debo sacar el tema pero cuando todo se. Uribe silencio pienso en la mínima posibilidad de que puede ser algo bueno preguntar antes que suponer.

—¿Ya viste a Angie?—enseguida ausente.

—Está devastada—inhala mirando hacia el techo, y después a nosotros—No pide ser su consuelo esta vez. En cuanto la vi y me abrazo me desmoroné.

Apolo asiente—Esta bien, ella lo sabe Evan.

—A parte de que venía con alguien más, no alcancé a ver pero seguro que él podrá hacer lo que yo no pude—dice haciéndome verlo atento.
—No se porque sigo pensando en esto pero mi abuela siempre estuvo entre ambos y ahora que ella no está...—suspira tallándose la cara—Emma me dijo que llegara mañana en cuanto pueda.

—¿Y  eso es bueno o malo?

Vacila—Ese es el problema—su mirada triste y confundida regresan—No estoy seguro de que tan Bueno o malo sea.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro