17. DE MAL A PEOR.
Brent Young.
¿Cómo llego hasta aquí?, no tengo idea. Solo sé que ha comenzado la catástrofe, no lo supe cuando entró y se sorprendió de verme aunque pensaba que eso no sucedería en absoluto. Porque pensaba que Evan le había dicho que había venido hasta aquí, pero al parecer no. Lo que sí supe fue que en cuanto el motor afuera se apagó, Angie iba a matarnos a todos.
—Angie, ¿Cómo llegaste hasta aquí....?—entonces Evan pestañea—Tu tomaste mi celular, los mensajes...
—No dejaba de sonar y pensé que podría estar sucediendo algo importante—traga saliva.
—Ya veo que no me equivoque.
No he dicho ni una sola palabra desde que llegó, no porque no quiera contarle toda mi travesía. Si no porque necesito escuchar que dirá Evan y después acoplarme a su entupido plan. Ahora mis respuestas dependen de lo que salga de su boca, entonces niega:
—¿Con qué derecho tomas mis cosas y respondes mis mensajes?—suelta ofendido. E inmediatamente me paso las manos por la cara, esto no va ir bien. Esa no era la respuesta, acaba de cagarla.
Angie abre la boca ofendida.
—¿Ahora tu eres la víctima?
—Por favor Angie esto no se trata de ti, tú tampoco eres la víctima—nos señala—Esto solo es...
—¿Solo es que? ¿Un viaje de chicos?—enarca una ceja—Por lo visto viniste a divertirte.
—Alto, alto—James se interpone—Sé que esto no es mi asunto pero yo casi obligue a Evan a dejarnos venir con él—señala a Angie—Creo que si estamos aquí o no, ese no es un problema. Es evidente que el vino por ti—entonces ve a Evan—El vino a verte a ti.
La castaña de mi lado se queda en silencio, y ellos creen que se acabo. Que han ganado, pero no la conocen, está armando un nuevo caos.
Me da un vistazo enfurecida tomándome por sorpresa y enseguida se pone de pie de golpe atravesando la sala, y azotando la puerta. Peter maldice cuando Evan rápido corre tras esta volviendo al mismo lugar donde regresa siempre que la caga.
—Le dije que no entrara.
Peter se recarga en el sofá suspirando.
—¿Y pensabas encerrarlo en una caja de Pandora hasta que Angie se cansara de esperar?—me mofo—Vaya mamada.
Este entrecierra los ojos.
—¿Por qué siempre sales con tus idioteces? hice lo que pude ¿de acuerdo? Estoy hasta la madre de que nadie de aquí valore absolutamente nada de lo que hago—señala a James—Y esto es tu culpa.
Sale de la sala por igual subiendo las escaleras, mientras James lo ve largarse sobándose las cienes mientras niega como un resorte.
—Así que ahora este viaje de mierda es mi culpa.
—suspira rascándose la nuca—Genial.
Recargo la espalda en el sofá.
—Nada de esto tuvo un buen inicio, se los dije.
—acusó y este me ve mal—¿Que?
—¿Entonces que carajo haces aquí? Debiste quedarte en California en vez de venir ¿no?—se ríe negando.
Ruedo los ojos con ganas.
—¿Ahora que?
—Nada—eleva los hombros restándole importancia. Entonces se re acomoda—Solo pienso que si tú no estuvieras aquí, este desmadre hubiera sido menos un desmadre—se pone de pie—Igual gracias por venir y ayudarnos a absolutamente nada.
Intento no sentirme ofendido. Pero no lo logro con facilidad, así que tengo que lanzar mi ira.
—Estoy aquí porque creí que había sido invitado, pero evidentemente fue remplazado por la copia barata de Ian Somerhalder—escupo con sorna refiriéndome a Peter.
—Y déjame te digo que esto no es nada más que culpa de Evan, no sabe hacer nada sin cagarla.
—¿Y tu si?—se gira en si mismo—Tu dime, porque no creo que estés excepto de toda esta mierda Brent.
—Al menos este viaje no se hizo solo para ayudarme a levantar las bolas del sofá.
James sonríe negando, se que esta encabronado.
—¿Sabes algo? Al menos Evan sabe aceptar cuando la caga, no que tu solo lo ignoras.
Una carcajada sale de mi garganta.
—¿Te parece ser que esto es aceptarlo? Deja de defenderlo, sabemos cuál es la verdad.
—Y si tanto lo sabes ¿Qué diablos haces aquí?
—me encara pero no contesto—¿Se rompió una taza de té en tu casa de porcelana?
Siento la ira atravesarme el cuerpo. Me pongo de pie pero no se intimida, oigo unos pasos arriba seguido de un gruñido por los gritos, entonces Wesley baja con los ojos entrecerrados pestañeando sin entender nuestra escena.
—Oigan intentó dormir—ve el reloj de la pared.
—Oh demonios, son apenas las nueve chicos.
James sonríe sin verlo.
—Vuelve arriba, todos iremos a la cama en unos minutos—ni pestañea viéndome—¿No es así Brent?
Cuento hasta uno. Hasta dos, y hasta tres pero mi serenidad no llega y necesito tomar aire si no quiero terminar por romperle la nariz a James.
Lo señalo dando una gran zancada acercándome lo más que puedo haciéndolo retroceder.
—Que te den—le susurro—Y ya veremos quien termina cagando que, espero que haber traído a toda tu caravana de exploradoras funcione de algo.
veo a Wesley vernos sin entender en cuanto empujo a este caminando a las escaleras. No lo oigo decir nada, ni me preocupa lo que pase afuera del jardín, no me inmuta lo que haya escuchado Wesley o lo mal que haya hecho sentir a Peter.
Todos en este lugar, todos incluidos Evan me valen madre. Cuando entró a la habitación comienzo a hacer mis maletas de nuevo, creo escuchar voces provenientes del jardín pero en el pasillo parecen estar Wesley mientras James platica con algo, imagino que intentándolo distraer de la mamada que tienen encima, esto es una gran estupidez.
Haber venido, haberme peleado con Mia, haberla dejado sola. Inclusive ni siquiera haber podido abrazar a Angie para que este viaje fuera menos culposo ahora que me odia por algo que aún no tengo ni idea. No esperaba esto, definitivamente esta alejado de lo que mi mente imaginaba.
Cuando termino de empacar ya no escucho ruido, entonces abro la puerta sin cerrarla a mis espaldas topándome con James. Sus ojos viajan a la maleta en mi mano y enseguida niega.
—No vas a hacerlo.
—No me interesa lo que pienses, me largo.
Camino a las escaleras pero este toma mi meta haciéndome gruñir. Intento sacarla pero niega.
—Deja de hacer esto más grande Brent, si Angie te ve salir con la maleta hará más ideas en su cabeza. No necesitamos que todo esto se dispare.
Me rio irónico.
—¿En serio crees que estás controlando la situación?
—chisto—Evan está afuera, acabas de decirle a Wesley que regrese a dormir como si fuera un niño, ¿Crees que no va a enterarse de esta mentira?
—No si puedo evitarlo.
—Pues perdón pero no creo que puedas evitar ni madres—lo señalo—Admite que esto se te está saliendo de control de una buena vez.
James vacila pero no asiente.
—Solo necesitamos tres días más, solo eso.
—Amigo, ¿sabes cuánto se necesita para incendiar un maldito edificio?—chasqueo los dedos—Un segundo. Estas loco si crees que lo harás.
—Entonces ayúdame.
Suelto una risa.
—Ni loco, tengo mejores problemas que resolver.
Se rasca la frente estresado.
—Solo tres días más.
—No va a funcionar así, deja de controlar todo por todo y deja que todos se den en la madre.
—miró la puerta de Wesley—En especial él.
Se queda viendo a un punto fijo detrás de mi. Perdido mientras me acobardo un poco al irme, está claro que se siente el líder de este desastre y ahora siente que no es lo suficiente. Su cara regresa a mi y entonces con un suspiro habla:
—¿Y tu que sugieres que haga?
Elevó los hombros.
—Lo inevitable—cierra los ojos. Sabe a qué me refiero, si seguimos guardando más gente en este lugar las bombas no van a dejar de estallar, si esto va a estallar tiene que hacerlo ahora y ya después veremos si podremos componerlo a nuevo.
—Bien, creo que suena mejor que mal—se rasca la barbilla con los ojos cerrados antes de soltar:—Wes..—traga saliva—¡Wesley!
Este enseguida abre la puerta de la habitación entre enojado, adormilado y estresado. Nos ve a ambos y luego ve mi maleta soltando un quejido.
—Ay no, ¿ahora que diablos sucede? No va a dormir conmigo—me señala mientras ve a James. Ambos evitamos reírnos, porque no es el momento. Entonces James señala abajo.
—Hay algo que tienes que saber—inhala cuando los ojos de este se van despertando—Angie está abajo, está en el jardín.
Y como si lo hubiéramos previsto. Este rápido se abre paso por las escaleras empujándonos como un cohete, entonces ambos nos vemos suspirando con aire pesado al oír el picaporte de la puerta abrirse, y esperamos lo peor. Señala mi maleta.
—Mete esa madre a la habitación de nuevo.
Cuando dice dándose la vuelta para irse a la habitación le detengo.
—Creo que una disculpa estaría bien.
Chista—Vete al demonio.
Sonrió inconsciente viéndole igual.
—Nada mal.
Evan Tikert.
—Cielos Angie, espera...
—¡Ya deja de seguirme!—se gira de golpe haciéndome detener—Deja de intentar arreglar todo siempre, tienes que dejar de hacerlo porque estas arruinándolo más.
Niego sin siquiera hacerle caso.
—No he arruinado nada, esto no es nada malo.
—señalo la puerta—No entiendo que de todo esto es lo que te hace enojar.
Me ve con rabia agitada—Ayer te pregunté sobre Brent y me dijiste que no sabías nada.
Cierro los ojos pinchándome la nariz.
—No lo recordaba, lo siento.
—Pues yo si, y creo que eres un mentiroso—paso saliva al oírla—Estaba intentando confiar en ti.
Cuando dice aquello haciéndome saber que nunca ha confiado en mi, entiendo que tenga razones. Pero no, no exactamente ahora y menos por esto.
—¡¿Intentando confiar en mi?! Cielos, ahora soy la mayor mierda por no decirte que Brent está aquí, pues si fuera tu amigo te lo habría dicho por si solo ¿No te parece?—bramó haciéndola fruncir el entrecejo—Y sabes que, estoy cansado de esto.
Pestañea sin entender.
—¿De que estás hablando?
Solo estás cansado Evan, no lo hagas. No lo hagas.
—Ya no voy a darte más explicaciones de nada, a final de cuentas sigues creyendo lo que quieres—retrocede entre herida. Pero no la estoy pasando mejor que ella—Desde siempre ha sido así, tú sales corriendo y yo salgo tras de ti.
—Yo no he pedido que me sigas.
—Y yo tampoco he pedido que te vayas, pero parece que eres más lista de lo que esperaba—me pasó las manos por la cara dándome cuanta de mi tremendo error, pero no tengo tiempo para esto—Vete si eso quieres.
Abre la boca ofendida.
—¡Tu viniste a buscarme!
—Pues ya no—trago saliva sintiendo la garganta arderme. Su mirada se obscurece.
—Eres despreciable.
Cuando suelta veo una pequeña pizca de arrepentimiento en su mirada, pero yo ya me he tragado sus amargas palabras.
—No, no lo soy—la observo—Nunca me dejas explicar nada, siempre te vas, y después terminas enojada y yo tengo que ir hasta ti para que puedas perdonarme—trago saliva—Vine a Seattle por ti, solo vine por ti. Pero claramente eso no importa.
Me doy media vuelta viéndola quedar plasmada.
No pienso regresarme, no pienso arrepentirme, tampoco pienso en decir que fue mi culpa aunque claramente si fue mi culpa.
Subo las escaleras de la entrada y rápido Wesley se me cruza en mi camino haciéndome detener en seco. Pero lejos de decirle que regrese a dentro, dejo que esta basura se termine de incendiar.
Volteo para ver a Angie quien tiene los ojos abiertos tanto como si acabara de ver un fantasma. Entonces repongo señalándolo son sorna:
—Ha cierto, también vino Wesley.
le digo sin ganas y con cero entusiasmo haciéndola verme más decepcionada que antes. Wesley no toma en cuenta nada de lo que he dicho caminando a esta, pero mientras lo hace yo lo hago a dirección contraria.
Cuando subo las escaleras me encuentro a Brent metiéndose con una maleta de vuelta a la habitación, voltea a verme mientras escucha las voces en el jardín, seguido sale James quien nos encuentra a ambos mirándonos.
—¿Angie ya se fue?
—No, sigue abajo, con Wesley—le contestó a James sin ganas sabiendo que lo dejaron bajar, pero no tengo ganas de discutir. Abro la puerta de la habitación para entrar pero Brent me detiene.
—¿No vas a llevarla a su departamento?—niego haciéndolo relajarse entre decepcionado.
—¿No arreglaron nada, verdad?
No los miro. No digo nada, simplemente niego volviendo a cerrar la puerta a mi espalda. Y ellos no vuelven a molestar más.
Peter Loscky.
—¡¿Que te fuiste a donde?!
—Solo vine a Seattle con los chicos. Regresaré en dos días tal vez—aplanó los labios con el celular pegado a la oreja—Barba....
—¿Y cómo está Angie?
Me corta la inspiración antes de poder hablar con ella. La extraño mucho, es como si hubiéramos vuelto meses atrás donde ahora quién estaba tras el otro soy yo, desperdicié lo que pudo ser nuestro buen momento. Ahora todo está patas arriba.
—Ella se ve bien—vaciló intentando omitir que está aquí—Se ve mejor de lo que esperaba.
—Ya imagino, Seattle a de ser increíble.
—Tiene un clima interesante—juego y la escucho sonreír ligeramente contra la bocina.
—Bueno, no preguntaste pero aquí todo está algo confuso. El clima también es una mierda.
Cierro los ojos.
—No, no, adelante. ¿Confuso porque?
No escucho mucho en la bocina pero no sé si se trata de Bárbara, mi mala compañía de celular, larga distancia o la señal de Seattle.
—Digamos que todo es interesante—carraspea—Mi madre está en un centro de rehabilitación, Mia me ha hablado estos días preguntándome por Brent que ahora que me cuentas supongo está en Seattle.
Arrugo el entrecejo.
—¿Hablas con Mia?
—Me la encontré anoche en el súper mercado, se veía bastante acabada. No creo que esté llevando bien lo del embarazo.
—Y menos sola.
Suspira.
—Siento que quiero ayudarla pero también siento que no se lo merece.
—Podrías ayudarla en lo que puedas.
—¡Ya se! Pero eso sería como aceptar que Angie no sufrió por su culpa, todas esas mentiras que sabían y lo que le hicieron...
Me re acomodo en la cama dispuesto a azotar contra la misma platica y defensa que he escuchado estos últimos días. Eso tiene que cambiar, si no; esto irá de mal en peor.
—Nena—digo y enseguida me regaño pero no la oigo chistar así que prosigo—He escuchando cientos de veces el nombre de Angie, y creo que todos están teniéndole una consideración adicional por todo lo que ha sucedido, pero; ¿acaso no piensan en qué Angie también hizo cosas para merecerlo, o tal vez en su pasado se comportó de mala manera? Empezando por la apuesta, ella le mintió a Evan.
La oigo gruñir.
—Si, pero la mayoría de la culpa fue de Lily.
Meneo la cabeza sobre la almohada.
—Creo que todos hemos hecho cosas que desearíamos jamás haber hecho—carraspeo.
—Yo en especial.
La línea vuelve a quedar súbita. La habitación esta tan obscura como mi interior ahora mismo gracias a las cortinas, y a pesar que es de día el sol aún no sale con claridad y el frío hace que este momento soledad, pese todavía más.
—Eres un tonto—la oigo suspirar—Pero sobre nosotros; yo pronto me iré a estudiar la universidad y entonces esto no funcionará. Es mejor así.
Vamos, ignora el hecho de que ha dicho nosotros.
—No, claro que no es mejor así. Porque podríamos disfrutarnos el tiempo que tengamos juntos.
—me siento de golpe mirando la puerta cuando unos gritos enojados tamborean—Solo tu y yo.
—Y nuestros errores. No lo sé.
—Por favor...
—Debo irme—carraspea incómoda.
—Te veo después.
Cierro los ojos negando.
—¿Podemos vernos cuando regrese a California?
La línea queda entre voces a lo mejor antes de contestar:—Ya veremos.
Y con ese tono termina. Pero entonces, los gritos de afuera me hacen rodar los ojos estresado, ya no puedo seguir uniéndome a grupos de viajeros estresados haciendo un desmadre solo por una chica. Esto necesita terminar.
Me levanto de salto abriendo la puerta de golpe encontrándome a los cuatro en el pasillo a las escaleras, estos se voltean a verme en cuanto la puerta rechina haciéndolos dejar de discutir; entonces les señalo cansado.
—Esto se tiene que terminar—veo a Evan—Y hablo en serio, arregla tus mamadas y vámonos de aquí—y ahora veo a los otros—Igual para ustedes.
Brent eleva las manos excusándose.
—A mi ni me veas.
—Yo estaba intentando arreglar esto, pero Wesley ya la cago—Evan ve a este sin ganas haciéndolo fruncir el entrecejo acusatorio.
—¡¿Yo?! Vete a la chingada, solo baje para saludar a Angie. Tu jamás mencionaste que estaba aquí, ni siquiera ibas a decírmelo.
Rueda los ojos sonriendo con sarcasmo antes de ponerse a la defensiva.
—¡Hag por favor, porque tu ya lo sabías!
—¡Ya basta!—vuelvo a repetirles apuntándoles.
—Estoy harto de sus juegos de niños, sean hombres y afróntenlos, y tu—señalo a James—Si vas a hacer esta bendita fiesta en la noche, asegúrate de que no termine siendo un desmadre como todo hasta ahora.—trago saliva un poco asustado por ellos, pero no me doblego—Y dense prisa que quiero regresar a California lo más rápido posible, a diferencia de ustedes: yo si tengo que disculparme por todas mis estupideces de una vez.
Los cuatro se quedan estáticos cuando digo esto último, aplanó los labios intentando no reírme cuando James susurra una maldición. Retrocedo cerrando la puerta a mis espaldas no sin antes señalarlos en amenaza antes de irme a acostar de nuevo, oyendo por último a Brent quejarse soltando por fin:
—¿Y ahora este quien putas se cree?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro