Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

019 "Un día en la naturaleza"

Capítulo 19
"Un día en la naturaleza"

"Narra Maritza"

Advertencia: Esté capítulo será narrado desde diferentes perspectivas.

...

Cuando bajo las escaleras veo a los chicos sentados en el comedor disfrutando sus alimentos.

Al ser domingo no tenemos que preocuparnos de nada relacionado al trabajo, por lo menos no en un par de días más, así que podemos hacer nuestras actividades sin prisa y con calma.

— ¿A qué se debe tanta felicidad? —Inquiere Mar mientras vuelve a centrar su atención a la comida—.

No me sorprende que con todo lo que hemos vivido desde el último mes se les haya olvidado.

— Hoy es mi día —me acerco y tomo un pan del canastito—.

— ¿Qué no su cumpleaños es hasta Mayo? —Susurra Sky a Iker—.

Él le confirma que así es y ambos se miran extrañados para luego dirigirme esa mirada a mí.

Y yo se las dirijo a ellos porque yo me estoy perdiendo de algo.

Aquí hay chismecito

— No es mi cumpleaños —rebato— es mi día —enfatizo señalándome— no lo puedo creer.

Ruedo los ojos y dejo la agenda que traía en mi mano izquierda en la mesa, Santi la toma en sus manos y la abre donde se encuentra el bolígrafo que usé como separador.

— Cierto, hoy es el día de hacer lo que Maritza quiera —deja la agenda de nuevo en la mesa— ¿Cuál es el plan?

Todas las miradas se giran hacía mi.

Yo sólo sonrío dando una mordida a mi pan.

[...]

Narra Iker

[...]

— ¿Cuánto falta? Me estoy asando aquí.

Aprieto mis puños a cada costado de mi cuerpo y guardando mi furia, me giro para hablar lo más tranquilo que me puedo permitir.

— ¿Puedes parar de quejarte? Estamos yendo a un lugar natural, armonioso y tu no paras de gritar, cállate.

Pero como con Skyler no se puede hablar como dos personas civilizadas y menos cuando ella está molesta no duda en atacarme.

— ¿Sabes por qué me quejo? —No me da tiempo a responder y sigue hablando— Porque vamos en un camper horroroso que de milagro y está caminando, además del horroroso calor que está haciendo y que me trajeron a la fuerza, yo no quería venir.

En eso tiene razón, cuando el camper se estaciono frente a la casa y Mary confirmó las sospechas de todos de que iríamos a algún lugar donde hubiese mucha naturaleza Skyler anunció que ella no iría y se quedaría en la casa, que fuéramos solo nosotros pero, Mar se pasó cerca de una hora rogando, diciendo que estábamos haciendo esto por la banda, por nosotros y no podía sólo apartarse cuando ya había prometido hacer esto.

Nos dijo que nos íbamos a arrepentir de obligarla, subió a su habitación por unas cosas y luego subió al camper, en el que no se ha quejado desde que salimos de la ciudad.

Aunque admito que también tiene razón. El camper es viejo y horroroso, me sorprende que no nos haya dejado tirados.

— El camper viejo es para tener un bajo perfil y que no sepan que los miembros de una famosa banda van al campo. —Explica Santiago si despegar la vista del frente—.

— Si, tan bajo perfil, como si no se pueden percatar de que el integrante de un grupo musical es el que está manejando este esperpento.

Aguante la carcajada y me centré en ver por la ventana.

La chica estaba enojada y por una vez, no me interesaba ser el que recibiera su odio.

— Nadie me va a reconocer.

—  Ya chicos, teníamos un buen ambiente, no lo arruinemos, hoy tenemos que disfrutar —pide Maritza desde el asiento del copiloto—.

Sí, la muy lista argumentó que ella era la única que se sabía el camino y se adueñó del asiento. Mar y yo íbamos en los asientos contiguos a los de la cabina y Sky iba sola en el de atrás.

Después de todo no era necesario un camper con un auto hubiéramos tenido suficiente.

— Mary tiene razón, relájense —apoya Mar mientras escribe algo en su cuaderno—.

— Dile a Sky que se guarde sus gruñidos. —Bromea Santiago—.

Lastima que la chica arcoíris, a la cual sólo llamo así en mi mente, no está para bromas.

— Gruñidos los que da la perra de...

— Sky, puedes callarte cinco minutos. —Interrumpo esperando su oleada de odio— Por favor.

Cosa sorprendente me hace caso y no se queja hasta como media hora después.

Parpadee un par de veces tratando de alejar el sueño y miro hacia mis piernas donde Mar duerme plácidamente.

— Ya casi llegamos a nuestro destino —nos hace saber Mary—

Me pongo recto y asomo mi cabeza por la ventanilla. Al igual que hace más de media hora sólo veo arboles y diferentes tipos de arbustos.

— Ya era hora —gruñe Skyler detrás—.

Debato mentalmente si despertar o dejar que Mar duerma un poco más y al final decido dejarla dormir un poco más.

Recuesto mi cabeza en el asiento y sigo mirando como los árboles pasan ante mis ojos, aún recuerdo cuando era pequeño y me encantaba ver por la ventanilla mientras observaba cada detalle, los paisajes, los autos, los locales, amaba mirar cada lugar con detenimiento y admirar la belleza de cada sitio. Conforme fui creciendo perdí interés, todo se volvía repetitivo y yo me volví un ser desinteresado de lo que me rodeaba. Sonrío y me permito admirar la naturaleza hasta que finalmente el auto se detiene.

— ¿Ya llegamos? —Me incorporo y sacudo levemente a Mar haciendo que despierte.— Entonces si que estábamos cerca.

Santi niega con la cabeza.

— No, creo que se descompuso.

Abro mis ojos de manera exagerada y giro hacía el frente mirando la cortina de humo que comienza a formarse fuera del camper.

— ¿Crees? —Cuestiona Sky—.

— Si, le está saliendo humo —comenta con obviedad—.

— Perfecto.

Nuestro piloto abre la puerta para salir, decido hacer lo mismo y bajo para posicionarme a un lado de él.

— ¿Y ahora qué hacemos? —La vos de Marina me hace girar a mirarla y percatarme de que ellas también han bajado—.

— Tranquilos —pide él— llamamos a Cristóbal, le decimos donde estamos y él va a mandar a alguien por nosotros.

Suelto un suspiro de alivio y sonrío.

— ¡Genial! —Exclama Skyler acercándose a nosotros— Y ¿Con qué celulares genio? Te recuerdo que Maritza nos quitó los celulares porque quería que nos alejáramos de las redes sociales por todo un día.

Mis ojos se dirigen a la pelinegra que al escuchar hablar de celulares da un salto y nos mira asustada.

— Maritza, dime que traes los celulares contigo —suplico—.

Coloca su manos hacia el frente y comienza a jugar con sus dedos.

— Emmmm...no —masculla— que caso tenía quitárselos si de todas maneras los iba a traer, no tenía lógica.

Suelto un resoplido y llevo las manos a la cabeza desordenando el cabello con ellas.

Genial, lo que parecía que sería un domingo tranquilo ha pasado a ser un domingo trágico.

— Perfecto, alguna otra idea —se mofa Sky de brazos cruzados—.

— Estamos varados en la nada, sin comunicación —musito y me obligo a calmarme, no quiero provocarme un ataque por alterarme de más.—

— Podemos intentar arreglarlo —propone señalándose a él y después a mi—.

Me giro a verlo espantado.

— Uy, yo quiero ver eso.

Creo que no hace falta decir quien fue la que frotó sus palmas y sonrió burlona mientras soltaba el comentario.

....
Narra Santiago

...

Bien, nos habíamos quedado en medio de la nada debido a que el camper había decidido que ya no quería dar más de si y se merecía un descanso.

Iker y yo nos habíamos propuesto para intentar repararlo, total ¿Qué tan difícil era reparar un auto?

Al parecer, bastante difícil.

Llevábamos más de una hora revisando dentro del capo y aunque nos espantamos cuando vimos todas las cosas que había en su interior pero, revisamos y tratamos de encontrar algo que fuese evidente identificar como el problema.

Aunque bueno... Dentro había como mil problemas, había cables envueltos en cinta aislante, el motor se miraba desgastado, había partes que estaban elaboradas de otro material y colocadas de manera descuidada.

Aún así Iker y yo movimos algunos cables, les colocamos más cinta, reunimos valor y sacamos una rata muerta que estaba entre unos tubos y golpeamos varias partes por si el camper decidía funcionar pero, no lo hizo.

No habíamos echo gran cosa y aún así terminamos con aceite en nuestras manos, rostro y ropa, arruinamos prendas y no tuvimos éxito.

¿Ahora quien podría ayudarnos?

— ¿Ya casi chicos? —Cuestiona Sky acercándose a nosotros junto con las otras dos chicas—.

— Creo que esta peor de lo que estaba. —Marina se asoma al interior y hace una mueca—.

— No que sabían mucho de mecánica. —Se mofa Sky como lo lleva haciendo desde hace una hora—.

— Cállate Sky —gruñe Iker—.

— Oblígame perro.

— Encantado.

Camina hacia ella pero Mar se interpone entre ellos y extiende sus manos de manera que crea distancia entre ambos.

— Contrólense y mantengan la calma, todo va a salir bien. —Pide Maritza—.

Sky se gira hacia ella dispuesta a seguir escupiendo todo lo que siente en este momento.

— ¿Bien? ¿Bien? — Cuestiona incrédula— Nada está bien, estamos varados, dentro de poco va anochecer, mis compañeros son unos inservibles, no tenemos comida ni agua y hay un calor insoportable.

Eso es cierto, a pesar de que estamos en otoño aún se siente un poco el calor y bueno, si a eso le sumamos que el camper se detuvo a mitad de la nada bajo los intensos rayos del sol y son más de las doce del día. El calor se vuelve insoportable.

— Espera... — Mary se gira hacia ella a toda velocidad— ¿Dijiste que no tenemos agua y comida? Pero y la del picnic.

Enseguida corre hacia la cajuela en busca de los alimentos.

— Mar no la subió, la cajuela está vacía.

Mar, quien por cierto ya estaba encogida en su lugar y con el rostro rojo de vergüenza sólo sonríe y musita un apenas audible "perdón".

....
Narra Skyler

....

Cuando en junio se propuso que hiciéramos estás salidas en grupo me pareció una gran idea, iban a ser nuestros pequeños momentos de diversión y desestres, espacios que todos necesitamos pero, en este momento estoy odiando esta loca idea con todo mi ser.

Se supone que hoy pasaría todo el día con Oliver y en su lugar estoy con el resto de la banda varada en la mitad de la nada bajo los intensos rayos de sol y un calor más fuerte que el que debe de hacer en el infierno. 

Ya son más de las cuatro de la tarde, no tenemos comida y el camper no tiene ganas de arrancar.

Lo bueno es que el calor ya ha disminuido un poco y a comenzado a llegar aire por lo que estamos un poco más frescos.

Por suerte yo traía una botella de de agua en mi mochila al igual que Marina en su bolso, así que sedientos no estábamos.

¿Hambrientos? Sí y mucho.

Gimo de frustración y tallo mi rostro, en estuvimos en el auto por al menos hora y media, supongo que no estará muy lejos la civilización.

Salgo del camper y miro hacia el camino que dejamos atrás.

Una hora y media en auto no es lo mismo que una hora y media caminando pero, puedo encontrar personas que estén por el camino ya sea atendiendo los huertos que hay más atrás o algo. Inclusive y podría caminar hasta llegar a la ciudad.

Nada pierdo intentándolo.

Tomo la mochila, la cuelgo en mi espalda y comienzo a caminar.

— Sky —llama Santiago, escucho que cierra la puerta del camper lo que indica que ha salido de él— ¿A dónde vas?

— No me voy a quedar a esperar que por alguna extraña venga alguien y nos de aventón.

Continuo andando.

— Pero, es muy arriesgado irte sola.

— Prefiero eso a quedarme.

[...]

Según el reloj de mano llevo cerca de dos horas caminando y no hay señales de vida por ninguna parte, pareciese que a este lugar no viene ni un alma, sólo nosotros.

El agua se me está agotando y la luz del día se está yendo, son las seis de la tarde y el sol prácticamente ya está oculto tras las montañas.

Me encantan los atardeceres pero admito que este no me está gustando mucho.

Los músculos de mis pies arden, siento como si en cualquier momento mis piernas fallarán y caeré de bruces al suelo.

— Chicos paremos, ya no puedo más. Tengo sed.

Marina se lanza al suelo y estira sus piernas para comenzar a masajearlas.

Al final decidieron que no me dejarían sola y aunque fuese una locura bajaron del camper y me siguieron.

— Yo tampoco aguanto más. —Secunda Mary imitando a la rubia—.

— Sky detente, ya no podemos.

Me giro hacía ellos, Santiago está de pie frente a mi, Iker está más delante, hay cansancio en cada uno de ellos.

— Yo no les dije que me siguieran.

Me encojo de hombros y me giro, esperando que ahora si se queden y me dejen avanzar a mi sola.

— Sky vuelve acá o te juro que lo vas a lamentar el resto de tu vida —amenaza Iker, lo escucho dar un par de pasos—.

— Más de lo que estoy lamentándolo en estos momentos no lo creo —sigo avanzando.—

— Nos hubiéramos quedado en el camper así al menos tendríamos techo y un lugar seguro —la voz de Marina me hace detenerme y girarme otra vez hacía ellos—.

— Exacto se hubieran quedado, nadie los mandó a seguirme.

Las chicas me miran con sorpresa mientras que Santiago endurece sus gestos y da unos pasos hacía mi.

— Sky —advierte cuando yo comienzo a retomar el camino—

— Váyanse a la mierda.

[...]
Narra Marina

[...]

La noche ha caído dejándonos en penumbras en la intemperie rodeados de arboles y probablemente animales feroces por los alrededores.

No regresamos al camper porque aún si lo hubiésemos echo la noche nos alcanzaría en cualquier parte de la carretera y nos evitaría seguir caminando.

Tampoco seguimos a Sky, la dejamos ir sola... Espero y se encuentre bien.

Ante una pequeña oleada de aire me acurruco más al costado de Santiago el cual me abraza y frota mi brazo para hacerme entrar en calor.

Fue una mala idea no bajar mi sudadera del camper y en este instante me doy cuenta de eso.

— Estoy preocupada por Sky —susurro hacia Santi, aunque por lo cerca que estamos unos de otros más el silencio, se que todos me han escuchado—.

— Tranquilos ella está bien, se sabe cuidar sola. —Nos hace saber el cabello chino de Santi—.

— Lo se, pero estamos en medio de la nada, oscureció hace un rato, no se ve nada y puede ser atacada por criaturas salvajes.

Doy varias respiraciones profundas y trato de tranquilizarme.

— Debimos al menos traer linternas.

— Se supone que para estas horas ya estaríamos manejando de regreso a la ciudad —Musita Mary—.

Se que en este momento ella se siente mal y culpable por lo que está sucediendo, esta era su salida y no surgió como ella esperaba.

El plan era venir a una de esos lugares donde muchas familias hacen picnics alejados de la ciudad, era un día hermoso en la naturaleza.

Y se convirtió en una tortura.

— ¿Y si seguimos caminando? —Cuestiono—.

— Mar, no es por llevarte la contraria—Santi se remueve un poco antes de seguir hablando— pero es imposible, estamos desde hace horas sin tomar agua y sin comer y está oscuro, lo mejor que podemos hacer es quedarnos aquí hasta que amanezca o veamos una luz aproximarse.

— Espero que Sky esté bien —musito—.

— Lo está —afirma Iker—.

....

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro