Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

019 «Parte dos»"Un día en la naturaleza"

Capítulo 19
"Un día en la naturaleza"
«Parte dos»

[...]
Narra Iker

[...]

— Santi —Lo llamo— ¿Estás dormido?

Silencio.

— No —escucho de repente su voz llenando el silencio— no puedo dormir. Pero al parecer Mar y Mary están durmiendo como si estuvieran en casa.

Sonrío.

— Déjalas descansar, ha sido un día horrible.

— Demasiado —Hay un breve momento de silencio— ¿Crees que Sky esté bien?

No puedo evitarlo, un nudo se instala en mi garganta, cierro mis ojos tranquilizándome.

—Eso espero —suspiro— debí haberla traído de vuelta.

— No sólo tu, todos pudimos evitarlo y la dejamos irse. Pero, ella es fuerte seguro que está bien.

Trata de convencerme y converse a sí mismo de lo que acaba de decir.

De nuevo quedamos en silencio con sólo el sonido de los grillos y algunos insectos que nos hacen compañía en esta noche al aire libre.

— Cristóbal nos debe estar buscando como loco.

Vuelvo a romper el silencio, pienso que Santi ya se ha dormido pero, después de unos segundos me contesta.

— Ojalá nos encuentre.

Y con ese último comentario nos dejamos arropar por el silencio.

....

Ayer por la mañana veníamos todos felices y contentos a un día de campo genial, apartados del bullicio de la ciudad y con un sólo objetivo.

Disfrutar.

Pero, al parecer nos dimos un baño de sal y mala suerte y terminamos en la mitad de la nada durmiendo en el pavimento de la carretera y con una integrante extraviada.

¿Disfrutamos? Ni un poco.

Siento mis pies entumecidos, mi estómago ruge, como lo ha echo toda la tarde de ayer, se siente vacío y mi boca seca.

No pude dormir en toda la noche, sólo esperaba el momento en el que el cielo se iluminara dando paso al día.

Aún acostado sobre el frío pavimento que hizo de cama giro la cabeza hacía el lado izquierdo encontrando lo verdes ojos de Mar observándome.

— Está amaneciendo —murmura—

— Arriba, debemos de seguir caminando —ordena Santi—.

Casi de manera sincronizada nos sentamos, recojo un poco las piernas descansando los brazos en ellas mientras estiro la espalda.

Mientras lo hago miro a mis compañeros.

El rubio cabello de Mar está lleno de tierra y grumos de asfalto que se han adherido a él durante la noche, sus labios resecos y su ropa, al igual que la de nosotros, está sucia.

Mary por su parte se ha trenzado el cabello y aunque este sea color negro, aún así se nota que va a necesitar ser lavado varias veces, sus ojos se notan cansados y brillosos.

Santiago también lleva sus rizos sucios y despeinados.

Supongo que yo igual.

Todos estamos demacrados, sedientos y muriendo de hambre.

El cansancio se nota en cada uno de nosotros.

— Iker ya no puedo, no tengo más fuerzas.

Giro mi cabeza devuelva a Mar y veo como sus ojos se cristalizan.

— Vamos, yo se que puedes —carraspeo— debemos encontrar a Sky y llegar a la ciudad.

Mierda, duele cuando hablo.

Necesitamos agua o vamos a morir deshidratados.

— Si Mar, hagamos un esfuerzo. —Anima Mary poniéndose de pie—.

[.....]

Estamos tan agotados y cansados que cuarenta minutos de camino se sienten como medio día caminando, por suerte son como las siete u ocho de la mañana y los rayos de sol aún no están fuertes.

Cada paso es doy es como si estuviese caminando en un sitio que tuviese obstáculos y algún material que hace a mis pies doler.

No se cuanto hemos caminado, ni cuanto nos falta por recorrer.

Lo que si se es que si llegamos vivos a la ciudad, vamos a estar adoloridos por lo menos una semana.

Inhalo y exhalo manteniendo la calma y tratando de asegurar al cerebro que estamos bien y puedo seguir caminando durante mucho tiempo más.

Unos cuantos minutos más andando y veo como los pies de Mar fallan y cae de rodillas al suelo.

Me aproximo rápido hacia ella.

— Estoy bien, estoy bien —informa llevando sus manos a la rodilla— creo que sólo me he echo una raspadura.

Me inclino y reviso la rodilla tanto como la parte rota del jean me deja.

— ¿Te duele?

— Es un dolor soportable —la miro fijamente, ella trata de mantenerme la mirada. Al final se rinde— está bien, arde demasiado.

— Ya no podemos más —digo dirigiéndome a los demás— estamos sin comer desde ayer. No hemos bebido en no se cuantas horas y caminado una cantidad exagerada de kilómetros. Probablemente y este sea el fin.

Estas paranoico.

— Yo creo que deberías tranquilizarte y...

Interrumpo a la pelinegra antes de que continúe hablando.

— Llevo tranquilizándome desde que Santi dijo que nos habíamos quedado varados, desde que anunciaron que la comida se había quedado en casa. Llevo tranquilo desde que Sky se separó del grupo y no la hemos vuelto a ver —trago la poca saliva que me queda y sigo hablando, aunque la garganta comienza a arder— me dije muchas veces que todo iba a estar bien, que estábamos a salvo y que vendrían por nosotros.

— Iker... —Me llama Mar—.

— ¿Qué? ¿¡Qué!? —Exclamo— abran los ojos, estamos perdidos y probablemente nadie venga a buscarnos.

Doy largas respiraciones y me alejo de ellos, necesito tranquilizarme, volver a estar sereno porque está claro que estoy comenzando a tener un ataque de histeria.

¿Tu crees?

— Te entiendo, yo estoy igual que tu o peor pero, debemos conservar la calma —me giro hacia Santi que está tras de mi—.

— Lo se, es sólo que... ¿Por qué nos pasan estas cosas a nosotros?

— No lo se —se acerca más a mi— supongo que ya es tiempo de pagar.

— ¿No es suficiente con lo que hemos sufrido ya?

Sin poder evitarlo recuerdos de hace cinco años, de cuando éramos unos adolescentes ingenuos vienen a mi mente. Todas las estupideces que hice se proyectan, una a una.

— Nosotros no determinamos eso.

El silencio se instala en nosotros y tal parece que yo no soy el único que ha estado recordando el ayer, al parecer él también.

Bajo la mirada al suelo. ¿Por qué? No lo se, me permito reflexionar de esa manera.

De la nada siento que mi cuerpo se estremece, pero no por voluntad propia, es el bruto de Santiago que me está estrujando como si yo fuese un trapo o un juguete.

— ¿¡Qué te pasa!? —Inquiero alejándome de él—

— Mira hacía allá.

Sigo con la mirada el dedo con el cual me señala y en mi cabeza sucede de esta manera:

Rayos de sol iluminan el lugar, se escucha un coro de ángeles y veo un camino crearse ante mis ojos, e inclusive es como si se acercara a mi y lo pudiese ver con más claridad.

A unos metros de distancia se encuentra lo que parece ser muestra salvación:

Un huerto de manzanos, arbolitos con manzanas esperando a ser comidas.

¡Naturaleza te amo!

Santiago tira de mi después de gritar a las chicas un: "traeremos comida no se muevan de aquí".

Caminamos lo más rápido que nuestros adoloridos pies nos lo permiten, cruzamos un gran terreno para nada plano y con muchos obstáculos en el camino pero logramos llegar al huerto.

Santi y yo comenzamos a cortar la fruta, cuando juntamos bastantes decido quitarme la camisa y crear con ella una bolsa improvisada para poder transportarlas.

Cuando llegamos de regreso con las chicas comemos un par y seguimos caminando pero, esta vez más animados ya que, logramos saciar el hambre voraz que teníamos.

Los relojes de Santi y mío se descargaron por lo que no sabemos con exactitud la hora pero, por la posición del sol podría decir que estamos cerca de las doce del día.

Oficialmente llevamos veinticuatro horas desaparecidos y supongo que nadie se ha dado cuenta de eso.

Estamos los cuatro sentados bajo la sombra de un pequeño arbolito descansando y comiendo las pocas manzanas que tenemos.

Creo que todos ya estamos con la misma mentalidad, vamos a morir aquí.

Y es que estamos solos, más de un día perdidos y nadie nos ha buscado.

Vamos a morir disecados por el sol, las aves y los gusanos se comerán nuestros deliciosos cuerpos.

La reproducción gráfica de mi cuerpo siendo devorado por pequeños gusanitos y aves de rapiña se detiene porque escuchamos a nuestra salvación.

Por segunda vez se escucha el coro de ángeles.

Un auto se aproxima, lo sabemos porque lo estamos mirando venir en nuestra dirección. Eufóricos corremos hacia la mitad de la carretera y hacemos señas para que se detenga, por suerte lo hace.

Nuestra felicidad aumenta cuando de la puerta trasera se baja la vocalista de nuestra banda.

Mar y Marina corren a abrazarla y a decirle lo preocupadas que estaban por ella.

Si nosotros nos vemos mal, ella se ve peor. Tiene los labios morados, un pequeño corte cerca de la ceja, parte de sus jeans desgarrados al igual que su playera. Tiene rasguños en sus brazos y sangre seca por su ropa.

Lamento tanto haberla dejado ir sola.

— ¿Y ustedes no están felices de verme?

Santi la abraza como si hubiese estado perdida por un día.

Así fue.

Y le murmura cosas al oído.

— Me alegro que estés bien —es todo lo que yo digo balanceándome en mi lugar.

El dueño del auto baja la ventanilla y dice algo en lo que parece ser ¿Portugués? Sky nos hace una seña y subimos al auto.

El chico no venía sólo ya que, viene con su compañero, ambos viene en la cabina del auto por lo que nosotros debemos de acomodarnos en la parte trasera.

Sky, Santiago y yo nos colocamos en los asientos, Mar se sienta en mis piernas y Mary en las de mi compañero. Estamos adoloridos pero, supongo que ya hemos soportado bastante, un poco más no nos hará daño.

[....]
Narra Skyler

[....]

Al ser unos completos desconocidos nuestros salvadores decidimos que nos llevaran a la disquera donde buscaríamos a alguien que nos llevara a nuestro hogar.

Me remuevo un poco y hago una mueca de dolor, la cual borro al instante para que nadie en el auto se de cuenta.

Nunca me había enfrentado a una situación similar a la que vivimos ayer y hoy, y si vuelve a suceder creo que no tendremos tanta suerte.

— Al parecer tu casa está llena de personas —informa el chico rubio sentado junto al piloto—

Me incorporo tanto como me es posible y miro hacia el frente, las chicas me imitan.

— ¿Prensa? —Inquiere Marina mirando a todas partes— ¿Qué hacen aquí?

— ¿Quieres que los llevemos a otro lugar hermosa? —Cuestiona el otro portugués— un sitio más tranquilo.

Mis ganas de decirle que si son enormes, el detiene el auto esperando que conteste. Es cuestión de minutos para que nos vean y se abalancen al auto.

— Me podría prestar alguno su celular —Pido llamando la atención de mis compañeros—.

El rubio saca el celular de su bolsillo y me lo extiende, sin dudar entro a las redes sociales que el tiene disponible. Busco información respecto a D5, hay fotos privadas de nosotros con distintas personas, información falsa y fotos de nuestra casa, la disquera y otros sitios invadidos de paparazis esperando sacarle más jugo a la situación.

En estos momentos desearía estar perdida.

Le extiendo el celular y suelto un resoplido, no se que vamos a hacer.

— ¿Qué pasa? —Inquiere Iker mirándome con preocupación—.

— Nos han vuelto a hundir —dejo caer mi cabeza contra el respaldo— chicos necesito que esperen a que yo me aproxime a ellos para que ustedes entren por detrás del edificio.

— ¿Estás loca? —Inquiere Maritza— se te van a venir encima todos.

— Ese es el plan —le guiño un ojo y abro la puerta del auto— ustedes son mis ángeles, los amo.— les lanzo un beso a mis salvadores y comienzo a caminar hacia el infierno de personas que hay frente a la disquera.

No me giro, sigo mi camino, aunque se que tengo mi cabello lleno de tierra y sangre seca, debo tener cortes en el rostro, añadiéndole un extra me debo de ver horrible.

Con un esfuerzo comienzo a caminar recto y sin detenerme.

Todo sucede tal y como lo pensé, las personas de la prensa centran su atención en mi y cuando me reconocen caminan como abejas a la miel hacia mi.

Agradezco que aún en mi deplorable estado pueda esquivarlos y caminar hasta la entrada de la disquera.

— ¡Skyler, Skyler, Skyler!

Me rindo a sus suplicas y me giro para verlos.

— ¿Qué sucede? —Inquiero—.

— ¿Es cierto que en D5 hay un romance entre tu y Santiago? —Comienzan con la avalancha de preguntas—.

¿Qué?

— ¿Cuántas parejas han tenido este mes?

¿Disculpa?

—¿Están orgullosos de jugar con las personas?

— ¿Les gusta como están llevando su vida?

¿Qué les pasa a estos idiotas?

— Contesta

— Dinos algo —Exigen—.

Me giro mientras miro a cada uno de ellos, entre tantos reporteros no soy capaz de ver si mis compañeros ya entraron al edificio por la parte trasera pero, espero que si porque no voy a soportar tanto tiempo aquí.

Ojalá y cuando entren manden a alguien por mi.

— ¡Haber! ¡Haber! —Extiendo mis manos— Calladitos se ven más bonitos. ¡Silencio! Me marean.

Y no es broma, justo en este momento parecen cacatúas, no paran de graznar preguntas incoherentes y sin sentido.

— Contesta nuestras preguntas.

— ¿Cómo las contesto si no entiendo ni media palabra de lo que dicen porque hablan todos juntos?—Cuestiono. Ellos se hacen los ofendidos— aparte de que no entiendo a que se refieren con eso.

Me hago la desentendida y luego señalo a uno de ellos.

» Haber tú, el de bigote ridículo explícame a que se deben esas ridículas preguntas.

El hombre da un paso adelante.

— Ayer por la noche se subieron fotografías a todas las redes sociales donde cada uno de los integrantes se encontraban muy cariñosos con diferentes personas, en diferentes posiciones.

Vuelvo a fingir demencia.

— ¿Qué fotos? Alguien me las puede mostrar. ¿De donde las sacaron? ¿Quién las publicó?

Tras soltar la última pregunta me arrepiento, estoy comenzando a inquietarme y ellos no deben de darse cuenta de eso.

No con el aspecto que tengo justo ahora, van a creer que estoy loca. 

Esto también me hace pensar que mi apariencia justo en este momento también les va  a dar mucho de que hablar, ya me imagino las notas que van a inventar. 

"Skyler llega a la disquera con golpes ¿Se habrá peleado con alguien?"

E inclusive estoy cien por ciento segura que van a inventar que ellos presenciaron la pelea o algo parecido, van a contratar a alguien que asegure que yo lo golpee y todo eso. 

Ha Cristóbal le va a dar un infarto. 

— Fue un página anónima, ya que el usuario era algo así como "palomitas dulces" o algo parecido. ¿Qué tienes para decir?

— Muchas cosas, uff demasiadas.

— Habla, habla.

No se diga más. 

— En primer lugar Santiago y yo tenemos una relación de hermanos, nos queremos como familia y nunca estaría en una relación con él, no lo hicimos en un pasado, que podría haber sido posible, no seremos pareja hoy ni nunca —¿Con eso será suficiente o se lo tengo que seguir dejando claro?— No hubo, ni hay y mucho menos habrá una relación más allá de la relación de hermanos y compañeros de banda que tenemos.

Me giro hacia los que tengo en mi espalda para continuar hablando.

» Una vez aclarado esto, solo les digo que yo no tengo porque dar explicaciones de vidas que a mi no me corresponden, solo puedo decirles que cada quien es libre de vivir su vida como se le venga en gana y no tiene porque ser juzgado, además de que estas fotos no solo son de cariño de novios, sino también de amigos o bien de familiares, por ejemplo, en esas fotos vi a varios familiares nuestros. Y ya, es todo lo que tengo para decir. Quítense que tengo que entrar.

Admito que de todo lo que dije sólo comprendí el inicio, el dolor en cierta parte del abdomen ha comenzado a incrementarse y creo que está sangrando de nuevo. Afortunadamente los periodistas se hacen a un lado y me permiten ingresar sin que yo tenga que esforzarme. 

Hasta que hacen algo bien.

En cuanto entro al edificio las personas esperando dentro se sorprenden por mi apariencia, no los dejo preguntar porque me adelanto preguntando por el resto de D5, enseguida me llevan hacia donde se encuentran. Están todos cerca de la entrada trasera esperando por mi, me dan una sudadera ancha, gorras y unos lentes oscuros. Cuando me los coloco nos ayudan a salir de las instalaciones y nos llevan a un hotel alejado de todo el barullo de las personas. 

Entro a mi habitación y me voy directo al baño, me deshago de la sudadera,  la blusa y quedo solo en sostén y con el trozo de camisa que envuelve mi abdomen, el cual tal como lo predije está lleno de sangre, lo retiro con demasiado dolor, me termino de desnudar y me meto a la ducha. 

No se cuanto tiempo paso dentro pero cuando salgo ya me han traído todo lo que pedí cuando llegamos. Tomo el alcohol y las vendas y me coloco frente al espejo, con mucho cuidado comienzo a limpiar alrededor del rasguño que abarca gran parte del abdomen. No es una herida profunda pero, es grande y al estar en constante movimiento hace que duela, junto a la herida tengo un par de hematomas que no ayudan mucho a disminuir el dolor. 

Hoy aprendí que no es bueno caminar en la oscuridad, pueden ocurrir accidentes como tropezar con alguna piedra y terminar rasguñado por una rama de árbol que descansaba en el suelo, aparte de caer en baches y otro tipo de obstáculos que por poco y hacen que no salgas con vida.

Me coloco la venda y al no tener ropa limpia me coloco una bata de las que brinda el hotel y me acuesto en la cama dispuesta a descansar. 

No ha pasado mucho tiempo cuando tocan mi puerta, cuando la abro los chicos ingresan y cierran tras ellos, yo vuelvo a tirarme en la cama. 

Todos se han duchado sólo que a comparación mía ellos traen ropa, supongo que mandaron traer cosas de casa.

— Cristóbal mandó esta ropa para ti y tu celular —Mar deja la mochila en la cama junto al celular—. 

— Gracias —murmuro—.

— ¿Qué sucedió? —Inquiere Iker mirándome fijamente—

No se a que se refiere exactamente, así que comienzo a desviar la atención de mi. 

— Está infestado de periodistas, quieren hacernos miles de preguntas acerca de las fotos que se filtraron.

La sorpresa los golpea a todos, o bueno, a excepción de uno de nosotros, supongo que ya a de estar al tanto de la situación. 

— ¿Qué fotos Skyler? —Cuestiona Mar con temor—

— Unas donde salimos con diferentes personas en poses cariñosas o besándolos. —Miro el celular— fotos privadas que solo tenemos en nuestros celulares. No hace falta decir que esas fotos las filtraron ayer por la noche, mientras estábamos perdidos. 

— Pero, ¿Cómo sucedió? —Maritza se sienta a mi lado en la cama con el ceño fruncido—.

— Los celulares quedaron en la casa, así que alguien que tiene acceso a nuestra casa debió hacerlo. 

No tiene lógica. 

— Si, pero ¿Quien? — Inquiere Iker, el cual se encuentra sentado en el sillón—

— Fue Madison.

Ante tal confesión nos giramos hacía el y chillamos al unísono:

— ¿¡Qué!?

— ¿Cómo que fue tu novia? ¿Por qué hizo eso? ¿Qué se cree esa rubia falsa? —Comienza a bombardear a preguntas Marina—. 

— No le contestaba el celular y un día antes de irnos ella escuchó una conversación fuera de contexto y creyó que ustedes me habían sonsacado para serle infiel, fue su manera de vengarse.

Vaya noviecita

¿Por qué a Santi le gustan las locas?

— ¿Vengarse de qué? ¿Tu no le explicaste nada? —Se levanta Mary enfurecida acercándose al de la novia loca—.

— Lo hice, pero al parecer no me creyó.

— Pues vaya relación que tienes con esa lagartija. —Suelta Mar cruzándose de brazos—

mmm lagartija, me gusta el apodo, me lo quedo.

— Mar tranquilízate. —Ruega IKer—

— No me tranquilizo, por culpa de esa iguanita bronceada están diciendo que somos unos cualquiera que se ligan a todo cuanto se le ponga enfrente y nosotros no somos así.

— Mar tiene razón. Pensé que tu noviecita era más lista y que sabía lo que era ser cuidadoso con la prensa y eso, pero se pasó, nos acaba de meter un problema.

Maddie y yo hemos tenido nuestros encuentros, al parecer me odia a muerte, yo no la tolero pero, creí que no la creí capaz de correr el rumor de que su novio  y yo tenemos una relación. 

Y de paso esparciera rumores del resto de la banda. 

¿Qué acaso no tiene vida propia?

— Ella lo hizo sin querer.

Y todavía la defiende. ¿Qué tipo de brujería le hizo?

— ¡Uy si! Sin querer —rechista Mary— lo hizo con todas las de fregarnos y arruinarnos, nunca me había caído tan mal tu controladora como hoy.

— Yo tengo una duda  —Iker se lleva nuestra atención— ¿Cómo logró sacar las fotos si tenemos nuestros celulares con clave?

Pongo los ojos en blanco.

— Iker piensa un poco, —comienzo a explicar— con solo conectar el celular a una computadora o extraer la tarjeta de almacenamiento es más que suficiente para tener acceso a todo el contenido multimedia que hay en el dispositivo.

— ¿Qué vamos a hacer entonces? —Inquiere—

— No lo se, pero no tarda en llegar Cristóbal a decirnos hasta de lo que nos vamos a morir. —dice Mary volviendo a la cama y tirándose en ella de manera dramática— 

— Yo voy a ir a hablar con él, para ver que se puede hacer —avisa Santi para después salir de la habitación—.

— Me vale si esa vieja es novia de Santiago, yo le voy a dar su merecido. —Aviso con una sonrisa ladeada—

— Sky si haces algo y él se entera se va a enojar contigo —advierte el único chico en la habitación—.

— Luego me preocupo por eso, ahora lo que me preocupa es hacer pagar a esa vieja.

— Sí, tenemos que hacerle algo a la iguana esa. —Apoya Mar—.

Marina me cae bien, pero hoy acaba de caerme mejor.

Ahora solo falta planear la venganza. 

Lo voy a disfrutar tanto. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro