011 "Día Santiago"
Capítulo 011
"Día Santiago"
*Narra Santiago*
...
Por fin era domingo, había estado esperando esta fecha desde que escribí mi nombre en esa agenda para apartar este día.
Había estado planeando esto desde hace una semana.
Uff...
Lo que me iba a divertir el día de hoy.
Me coloqué los jeans más cómodos que tengo, una playera negra, una sudadera des mismo color, mis zapatos de deporte y una mochila donde guardé lo necesario para el día de hoy.
Al llegar a la sala Iker y Mar ya se encuentran abajo, ambos están en la cocina comiendo un poco de fruta.
— ¿Listos para la aventura? —Inquiero nada más cruzar el umbral—.
— Listo —contesta Iker—.
— Estaría más lista si nos dices a donde vamos.
— No comas ansias, ya lo verán —le guiño un ojo sentándome junto a ellos—.
— ¡Santi! —Escucho que exclama Skyler a lo lejos— SANTIAGO ¿DÓNDE TE METES?
Sonrío de lado y tomo aire para contestarle, aunque antes de poder hacerlo ya está ella cruzando la puerta de la cocina.
— Oh, ahí estás. Tengo una pequeña duda. ¿Vamos a durar todo el día en lo que sea que hayas planeado?
— ¿Por qué la pregunta?
Ella echa una ojeada a nuestros otros dos compañeros antes de seguir hablando.
— Es que Mar y yo estamos planeando salir y queríamos ver si hoy podíamos —responde mientras revisa algo en su celular—.
— Yo aún no te he confirmado nada —replica la aludida—.
Skyler le dedica una mirada seria y luego me mira a mi enarcando una ceja.
— ¿Y?
— No se puede —se adelanta Iker— Mar lo dijo, es todo el día para nosotros.
La mechas de colores le dedica su peor mirada y se gira para mirarme ora vez a mi.
— Ya lo has oído. —Confirmo—.
Indignada da media vuelta y se marcha perdiéndose en el interior de la sala.
— ¿Qué le pasa? —Inquiero a los dos con una sonrisa burlona en los labios—.
— Nada —asegura Iker— es Skyler siendo Skyler.
Mar se ríe de su comentario y yo asiento en comprensión.
(...)
El recorrido en auto fue largo, aunque aburrido no fue, en el transcurso del camino hablamos de tonterías, contamos historias, cantamos y comimos golosinas.
Nada más bajar el auto le indiqué al chofer a que hora tiene que pasar a recogernos. Cuando regresé con mis compañeros ellos ya estaban con un gran signo de interrogación invisible sobre sus cabezas.
— ¿Dónde estamos? —Inquirió Mary mientras miraba con detenimiento— aunque debo admitir que el sitio no me desagrada.
Estamos en una especie de bosque donde se encuentra una de las tirolesas más grandes del mundo y queridos míos, hoy nos vamos a lanzar de ella. Siempre había querido venir a este lugar, pero, no me apetecía hacerlo solo, Maddie me dijo que ella no se lanzaría por allí ni dejaría que lo hiciera ya que es muy peligroso.
Así que al presentarse la oportunidad decidí arrastrar a mis compañeros de banda y amigos a esta gran aventura.
— Es un sitio bello ¿No? —Inquiero guardando la sudadera en la mochila—.
— Debo de admitir que la persona que creí que nos traería a un bosque sería Mary —comenta Iker encogiéndose de hombros—.
— Pensé lo mismo —lo apoya Mar—.
— Bien, el plan es ingresar a este sitio y pasarlo en grande.
— ¿Sólo eso?
Si después de esto quieren seguir haciendo algo podemos hacer algo más.
— Por el momento es lo que les diré —me encojo de hombros y comienzo a avanzar hacia el interior—.
Dentro el lugar es maravilloso, estoy seguro que desde allá arriba se ve extraordinario todo el paisaje. Todos estamos admirados disfrutando el lugar. Llegamos al sitio del registro y rellenamos lo necesario.
— ¿Santiago?
— Dime.
— ¿Esto es una broma verdad?
Cuando levanto la vista Mar me mira con la cara un poco mas pálida de lo normal.
Se a lo que se refiere, solo que creo que nadie se ha percatado de ese detalle.
— No.
— Yo no me voy a lanzar de esa cosa.
En ese momento los demás comienzan a revisar con más detenimiento los documentos que les fueron entregados.
— Se supone que lo tenemos que hacer todos.
— Sí pero, tiene que ser algo que nos una más, no que nos haga perder a algún integrante —replica Mary— mi religión no me permite hacer eso.
— ¿Cuál es tu religión? —Inquiero—
— ¡El razonamiento y las ganas de seguir viviendo!
Ok, se han molestado.
— Yo creo que puede ser divertido —Comenta el chico sin dejar de rellenar el formato—.
— ¡Otro loco! —chilla la rubia llevándose las manos a la cabeza.—
Con tantos comentarios rondando de allá para acá no me dejan ni pensar.
— Silencio —ordena Sky— haber, no hay por qué discutir, ni alterarse.
— ¿Qué no? ¿No ves que este loco nos quiere lanzar desde sabe cuantos metros de altura? —Gesticula Marina—.
— Marina tu fuiste la que quiso que esto se hiciera para conocernos entre nosotros, esto es algo que me gusta hacer a mi. Aunque si no quieren hacerlo está bien, no los voy a obligar.
— Sant tiene razón, esto es algo que le gusta hacer a él, —continua Skyler— además de que no tienes porque aterrarte estas cosas son seguras, sino, no lo haría tantas personas.
— Si no quieren hacerlo no les voy a obligar —vuelvo a repetir— iré a ver que pasa con los turnos.
Me alejo de ellos y voy hacia el sitio donde entrego los formatos, a continuación me lleva al sitio donde comienza este recorrido.
Me estoy colocando apenas el arnés cuando mis amigos se acercan.
— ¿Lo harán? —Pregunto a mis compañeros mirándolos con esperanza—.
— No me hagas arrepentirme —dice Mar entre dientes— póngame esa cosa.
— Le hace falta un poco de adrenalina a mi vida —comenta Maritza no muy convencida—.
— Se lo van a pasar muy bien —aseguro—.
— Ojalá porque estoy arriesgando mi vida para esto.
Paso un brazo por los hombros de Marina reconfortándola un poco.
— Siempre para apoyarte en todas tus locuras —comenta Skyler mientras pasa de nosotros para ir donde se pone el equipo necesario—.
Nos vamos junto a ella y veo como les ponen el equipo a cada uno de ellos. Una vez que estamos listos nos colocamos en línea tomando cada uno una cuerda por la cual nos vamos a deslizar mirando el más impresionante de los paisajes.
— Ya me estoy arrepintiendo de esto —murmura Mar mirando con indecisión la cuerda a la que está sujeta— espero y la persona que siga planee algo más tranquilo.
— Vamos, no hay que pensarlo más —ordena Iker— A la cuenta de tres.
— Yo preferiría a la de diez —opina Mary—.
— Vamos no es momento de llorar, que hay más personas esperando hacer el recorrido —les recuerda la de cabellos de colores— nos lanzamos a la de tres.
— UNO —comienzo—.
— DOS —continua Sky—.
— Chicos...
— TRES
Nos lanzamos al vacío sujetos solo por el arnés que nos une a la cuerda.
Sentir el aire y mirar el paisaje bajo de mi es indescriptible, de las mejores experiencias que he tenido.
El aire golpeando mi rostro y cuerpo, la emoción fluye por mis venas cuando veo esa gran magnitud de mar y arboles que se extienden bajo y frente a mi. A lo lejos se pueden apreciar edificaciones que son agradables de ver y complementan este paisaje tan bello.
Tras de mi van Iker y Skyler, Marina y Mary van un poco más atrás debido a que fueron las últimas en lanzarse.
Escucho las expresiones verbales que dicen cada la parejita explosiva, me gustaría poder ver los rostros de cada uno de ellos para poder ser testigo de sus expresiones.
El recorrido por los aires dura cerca de dos minutos. Los dos minutos mejor invertidos, si me dejan decirlo. Cuando llegamos al fin del recorrido se encuentra un bote a motor para transportarnos de vuelta.
— Fue genial, yo me subiría otra vez —asegura Skyler mientras se sujeta el cabello en una coleta—.
— Oh, no, no, no, con una vez está más que suficiente —niega rápidamente la rubia— muy lindas vistas y todo, pero la adrenalina y vivir al borde de la muerta no es para mí.
Suelto una carcajada y los demás se me unen.
— Yo si lo volvería a hacer —comenta Iker— si luego quieres venir yo te acompaño encantando.
Asiento ante su sugerencia.
— Ya dijiste.
— El sitio es bonito pero, este tipo de actividades no son para mi —Mary mira hacia arriba— aunque ya puedo tachar esto de mi lista.
— Bien, ya arriesgamos nuestra vida ¿Qué más sigue en tu plan de hoy? —Inquiere Sky—.
— Vamos a pasar un buen rato en la playa.
— Pero no trajimos traje de baño —recuerda Mary—.
— Chicas hay tiendas, podemos comprar uno -propone Iker-.
Y bueno... Una vez que llegamos a la salida, tomamos el auto que ya estaba esperando y vamos rumbo a un centro comercial donde escogemos un bañador mientras las chicas se van por su lado y eligen su bikini.
Cuarenta minutos más tardes estamos llegando a la playa con bolsas de frituras, agua, refrescos, comida, toallas, cosas para no quemarnos con el sol, etc.
Encontramos un sitio que esté disponible y nos instalamos.
— Ya hacía bastante que no venia a la playa —nos cuenta Marina—.
— Desde hace como un año —asegura Sky— debemos de darnos escapadas así más seguido.
— Si, pero nuestra apretada agenda nos lo impide.
Cabello de colores roda los ojos.
— Los compromisos pueden esperar —es todo lo que dice—.
— ¿Alguien me acompaña al mar? —Inquiere Maritza acercándose a nosotros—.
— Yo te acompaño, porque aquí están contaminando mi positividad —Skyler se acerca a ella y la toma del brazo para caminar hacia el océano—.
— Istin cintiminindi mi pisitividid —se burla el castaño—.
— ¿No pueden estar un día sin molestarse? —Inquiero—.
— Supongo que si.
Se encoge de hombros mientras abre un refresco.
— ¿Y por qué no tratan de llevarse bien? —Inquiere Mar tomando el lugar donde antes estaba la colorida—.
— ¿Quién te ha dicho que no intentamos llevarnos bien? Lo hemos echo pero, pelear se nos da mejor.
Da un sorbo a su bebida mientras mira hacia el frente.
Skyler e Iker se odiaban en el colegio, ambos comenzaron con el pie izquierdo y pasó mucho tiempo para que su relación mejorara, cuando comenzaron a llevarse bien a todos nos sorprendió, esperábamos que fueran más allá de una amistad pero, las cosas no salieron bien y se volvieron a odiar.
Hace cerca de un año que ambos vuelven a tolerarse y dirigirse más palabras que sólo: Te oído, eres irritante y muchas más de ese estilo.
— Deberían de intentarlo más, harían bonita pareja.
Ante tal comentario Iker comienza a hogarse con su bebida.
Ella se aproxima lo más rápido que puede y le da golpecitos en la espalda.
— ¿Estas bien? —Inquiere preocupada—.
— Si, ya... Estoy bien... Estoy bien.
— Vaya Mar, casi lo matas.
— Pero si no dije nada malo, yo me refería a una pareja de amigos.
Asiento como si le creyera.
Iker está a punto de contestarle algo pero su celular suena.
— Ya vuelvo —lo saca del bolsillo y se aleja un poco—.
— ¿Cómo se te ocurre soltarle un comentario como ese? —Inquiero cuando él está lo bastante lejos como para no oír—.
— Harían bonita pareja ¿No lo crees?
— Ellos no se soportan.
Mar me hace una seña para que yo me acerque más, lo hago.
— Él la quiere —susurra—.
— ¿Qué?
— Mary me lo contó.
Parpadeo varias veces tratando de asimilar la situación.
— La quiere pero, cree que están mejor como amigos y... —Pausa dramática— que tu y Sky están enamorados.
— ¿¡Qué!?
— Si, escucho a Maddie cuando te lo reclamaba y piensa que ustedes dos se quiere más que como amigos.
Ok, creo que esto es lo más loco que he escuchado en toda la semana.
— Te afectó la tirolesa ¿Verdad?
Ella ríe ligeramente.
— Es enserio. Iker cree que tu y Sky ven corazoncitos flotando cuando están juntos.
Mar une sus manos formando un corazón y lo mueve hasta donde alcanza.
— Eso no es cierto. Sky y yo nos queremos como dos hermanos.
v Deberías decírselo.
— Mar —me mira esperando que continúe— ellos ya intentaron una vez estar juntos y no... No funcionó, si los presionamos a que vuelvan a estar juntos podemos llegar a dañar la banda.
Hace años por poco y nos quedamos sin D5, no quiero que vuelva a pasar. Me gusta estar con mis compañeros, se han vuelto mi familia y nada me dolería más que estar separado de ellos.
» No está en nosotros interferir en cosas del destino, si aceleramos las cosas probablemente jodamos todo.
Continuo.
— Ellos están destinados, algo me lo dice, probablemente haya sido Maritza que me sonsacó pero, mira como brillan sus ojos, como se defienden, se celan y aunque se estén muriendo por estar juntos, no van a hacerlo porque ambos tienen miedo de salir lastimados una vez más.
Miro hacia Sky y luego a donde se encuentra Iker, es cierto que varias veces se han armado escenas de celos, él y ella se cuidan y siempre creí que se molestaban para estar más juntos y de alguna forma llamar la atención del otro.
— Lo siento, pero yo no les voy a ayudar, la banda estuvo en peligro una vez, no la voy a arriesgar una segunda vez. Si eso tiene que ser lo será en algún momento, no hay que apresurarlo.
No tiene opción a contestar porque llega Iker y el tema de conversación tiene que cambiar.
[...]
La pasamos muy bien en la playa, nadamos un rato, rentamos unas motocicletas, paseamos en velero y damos una pequeña caminata por la playa.
De regreso a casa nos la pasamos la mayor parte del camino durmiendo ya que nos sentimos bastante cansados.
Cuando llegamos a casa ya son cerca de las ocho de la noche por lo que, después de bañarnos y reunirnos para cenar después nos dispersamos en los sofás para ver alguna película juntos.
— ¿Y si comenzamos a ver una serie en grupo? —Propone Mar—.
— No, porque luego Skyler se adelanta y la mira sin su acompañante —la delata Maritza—.
La antes mencionada levanta la vista de su celular.
— Sólo pasó una vez —chilla ofendida—.
— Aún así es ofensivo.
— Aparte Santi nunca está en casa —remarca Skyler—.
— Si, si viéramos una serie en conjunto nunca la avanzaríamos porque nunca está —Apoya Iker— así como Skyler.
Oh no, ya comenzamos.
— ¿Cómo que nunca estoy?
— Nunca estas —se encoge de hombro Iker— siempre estas buscando con quienes pasar una noche agradable.
Vaya, yo que pensé que sería una noche agradable.
Pensamos.
— ¿A que te refieres con "quienes"? —Inquiere poniéndose de rodillas en el sillón—.
— Chicos paren ya —pide Maritza—.
— Si, luego se pueden decir cosas que no les gusten y...
— Tiene razón Mar —interrumpe Iker— paremos, porque a ti no te gusta que te digan las verdades a la cara.
— ¿Qué verdades?
El tono de Skyler iba en aumento conforme se seguía enfrentando a Iker.
— Que te acuestas con quien se te atraviesa en frente.
Todos abrimos los ojos hasta donde se nos fue posible, inclusive creo que escuché un sonido de asombro por parte de una de las chicas.
— ¿Y qué? ¿Te duele que me acueste con todos menos contigo?
Las facciones y cada palabra que sale de su boca de alguna manera destilan todo el enojo que está sintiendo en este momento.
— Chicos... —los llamo—.
— Yo busco a una mujer decente, no a una tipa como tu.
Esto está empeorando.
— Claro, por eso hace años te metías en las piernas de una tipa peor que yo.
— Iker —advierto—.
Él no se mueve, no dice nada, sólo la observa.
— Ya se me quitaron las ganas de ver una película. Buenas noches.
Toma su manta y el celular y se marcha lo más rápido que puede hasta que se pierde de nuestras vistas escaleras arriba.
— ¿Qué ustedes nunca pueden estar en santa paz? —Cuestiona Mary dejando caer la cabeza en el respaldo del sofá—.
— Yo sólo dije la verdad.
— Justo cuando creo que ustedes están en mejores términos me demuestran lo contrario —rezonga Mar— además, te ganaste también mi rabia.
— Y la mía.
— Pero ¿Por qué?
— Tu sabes bien por que —sentencia Mary— sabes lo que le quisiste decir a Sky con lo de "yo busco una mujer decente, no una como tu."
— Pues muy de....
— No te atrevas a continuar porque te estrello el control en la cara —amenaza Maritza— tu, que dices que las mujeres no tienen porque ser juzgadas por querer hacer lo que les venga en gana lanzas un comentario como ese.
— Bastante decepcionante, la verdad —aseguro—.
Se queda en silencio unos segundos, no porque no sepa que decir, sino, porque sabe que es cierto lo que le estamos diciendo.
— ¿Saben qué? A mi también ya se me quitaron las ganas de mirar algo, nos vemos mañana.
De malas maneras se levanta y se comienza a marchar.
— !Cobarde! —Exclama Maritza ganándose la seña del dedo medio por parte de Iker—.
— Que tranquila noche.
Es lo único que digo para después elegir una película y verla entre mis dos compañeras y yo.
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