010 "Skyker o Ikyler"
Capítulo 010
"Skyker o Ikyler"
*Narra Maritza*
....
Reajusto los pequeños auriculares en mis orejas, pero como la mayor parte del tiempo: no estoy escuchando música.
Un par de razones por las que me coloco audífonos son:
Primero: porque así no me molestan y me dejan tranquila.
Segundo: Porque así puedo escuchar de lo que conversan cuando creen que no escucho nada.
A veces se escuchan conversaciones bastante interesantes.
Las reuniones con Agnes eran lo peor que podían existir, o al menos para mi si lo eran. Si creía que Cristóbal era un tipo desesperante llegó Agnes y le dijo: A un lado que ese es mi lugar.
Agnes es una chica de un par de años mayor que nosotros, con cabello castaño rizado, bajita, pecosa, un poco regordeta y parecía familiar de speedy González, siempre estaba con prisas, nos hablaba rápido, caminaba como si estuviera en una de esas competencias de trote.
Ok... Estoy exagerando, pero todo para ella tiene que realizarse rápido y para una persona como yo que busca estar en calma, ir tranquila por la vida, mostrando serenidad es demasiado desesperante.
Por eso traje los auriculares hoy, me los colocaré y fingiré no prestar atención como siempre y de todas maneras me voy a enterar de lo que diga.
Me siento en una de las sillas del fondo, me recuesto y cierro los ojos.
— ¿Dónde está Iker? —Inquiere Santi—.
— Fue por Agnes. —Contesta Mar tan tranquila como siempre—.
Por eso me llevo bien con ella, es igual de tranquila que yo.
Siempre busca paz. Y es sensible, tenemos muchas cosas en común.
Santi por otra parte es más... Como decirlo, más activo, le gusta escalar, conducir motocicletas, conoce la tranquilidad pero no es algo que practique muy seguido.
Sky bueno ella... Ella es un enigma un día te puede decir que odia una cosa y al siguiente ya la ama.
Y bueno... Iker, podría decir que el es otro enigma pero no porque sea difícil conocerlo sino porque cuando creemos que lo conocemos lo suficiente y estamos acercándonos a él... Vuelve a alejarse, fingimos que no nos damos cuenta pero lo hacemos.
Y no nos gusta que siga haciendo eso... Bueno a Skyler le da un poco igual pero al resto no.
Me doy cuenta que por estar divagando me he perdido parte de la conversación que se llevó a cabo con los tres miembros de la banda.
Abro levemente los ojos y en la sala solo se encuentran Mar y Santi.
Ella ojea una revista y él está centrado en su celular.
Es obvio que habla con su novia.
La chica tuvo que salir para llevar a cabo una campaña en New York y se fue por lo que parecen ser un par de semanas.
— ¿Y Sky?
Inquiero mientras me quito un auricular para simular escucharlos mejor.
— Fue por una pastilla, le estaba punzando la cabeza —me dice Santi sin apartar la vista del celular—.
Asiento con la cabeza y voy a tratar de ponerme el auricular de nuevo pero la voz de Mar me detiene.
— ¿Qué escuchas?
— Ya sabes —me encojo de hombros— música relajante.
Sin más me coloco el auricular y vuelvo a cerrar los ojos.
No se cuanto tiempo pasa cuando se abre la puerta e ingresan a la sala, no se hace falta abrir los ojos para saber que se trata de Agnes, conozco muy bien esos pasos apresurados.
— Skyler ¿Dónde está?
— Fue por una pastilla —contesta Marina—.
— Buenas tardes a ti también —ironiza Santi— ¿Cómo has estado?
Dibujo una pequeña sonrisilla.
— No hay tiempo para eso —escucho que suspira— ¿Maritza? —no contesto— ¿Maritza? —Sube su tono de voz— ¡Maritza Castillo!
Abro los ojos al sentir el impacto del lápiz en mi mejilla derecha.
— ¿¡Quién fue!?
Los fulmino a todos con la mirada.
— Serias tan amable de quitarte los auriculares y escuchar —lo dice con un tono amable que me hace rodar los ojos— si todo va bien serán sólo un par de minutos.
Ojalá así sea.
Me los quito y los coloco en la mesa de juntas.
— Bien esperemos y Sky...
— ¿Qué decían de mí? —Cuestiona la antes mencionada entrando a la sala—.
— Que queríamos que te incorporaras pronto, toma asiento y comencemos.
Skyler se sienta a mi lado derecho y toma el lápiz que minutos antes sirvió de proyectil para juguetear con el.
Al mirar a todos los presentes me percato que hay una chica más en la sala, está sentada entre Agnes e Iker.
Su cabello lo lleva sujeto en una trenza francesa, es pelirroja, de tez clara y parece ser que no es muy alta.
— ¿Ella quien es? —Pregunto—.
— Es Madeline Garza, será la encargada de la nueva sesión de fotos que se realizará en cuanto cuadremos la agenda y los horarios —explica Agnes—.
— ¿Y tiene experiencia? —Inquiere Skyler—.
— Si eso —dice Mar recargando los codos en la mesa— queremos que salgan bien.
Aunque pensé que tal vez la chica se iba a sentir intimidada y nerviosa resultó ser al revés.
Sonrió con suficiencia a Skyler antes de hablar.
¡Uy! No se por qué pero presiento que aquí hay historia.
— Claro que tengo experiencia, el señor Silva recibió fotos de mis antiguos trabajos y al parecer le gustaron porque aquí estoy. —Parece que es todo cuando añade algo más— también se me dan muy bien fotografiar bodas.
— ¿Bodas? —Cuestionan Mar y Santiago con el ceño fruncido—.
— Chiste local —es lo único que dice Skyler—.
Y cuando digo que es lo único es lo ÚNICO en lo que dura la reunión no vuelve abrir la boca y solo asiente y niega con la cabeza.
Cuadramos fechas para que inicie la sesión de fotos y hablamos un poco sobre como es que se llevaría a cabo.
— Haber —dice Agnes llamando la atención— que les parece si luego se reúnen con la señorita Garza para tratar ese tema y que ella me lo comunique a mi porque no estamos avanzando y aún quedan temas pendientes.
— Por mi está bien el domingo ¿Les parece bien? —Inquiere la chica escribiendo algo en su propia agenda —.
— Me parece bien —dice Iker—.
— No se puede.
— No creo.
Santi y Sky hablan al mismo tiempo haciendo que intercalemos miradas entre ellos.
— El domingo es mi fecha —es lo único que dice Santi—.
No giramos hacia Skyler.
— Si, eso. Cristóbal ya está al tanto de esas fechas, son inmovibles —argumenta ella—.
— Entonces el lunes —comenta la pelirroja—.
— No, el lunes no se puede —interviene Agnes— los días libres serían martes o viernes.
— El martes no puedo, así que supongo que el viernes —sentencia la chica—.
— Bien, lo escribiré aquí —chilla escribiendo a toda velocidad—.
La chica se despide y se marcha.
Nosotros nos quedamos hablando otros temas, como la cita con Roger (nuestro nuevo diseñador de vestuarios) con el que Skyler trata de darle celos a Iker pero, eso no lo escucharon de mi.
Lo escucharon de mi mente pero, no lo anden divulgando.
También hablamos sobre las próximas reuniones que tendremos con el chico rubio con el que haremos una colaboración y futuras presentaciones que se acercan.
Va a ser una semana algo ajetreada.
Cuando la reunión termina nos marchamos a casa, al llegar Iker y Santiago se avienta al sillón para ver no se que partido de fútbol, Marina se ofrece a hacer la cena y yo convenzo a Skyler de que me ayude a regar las plantitas porque se me olvidó hacerlo por la mañana.
Lo admito tengo mis ratos de irresponsable.
Yo estoy sentada en el pasto cortando la mala hierba que me encuentro mientras Skyler al otro extremo se encuentra regando.
Cuando han pasado un par de minutos desde la anterior conversación saco el siguiente tema.
Y el que me interesa de verdad.
Cuando una persona es chismosa de corazón, lo es. Y lo acepta.
Aunque sea sólo en el subconsciente porque nunca se debe de aceptar en público.
— Me voy a atrever a tocar el tema que todos quieren hablar pero nadie se anima. —Comienzo tanteando el terreno—.
— Y ese es... —deja la frase inconclusa esperando a que yo prosiga—.
Luz verde para seguir indagando.
— ¿Cómo así que te acostaste con dos chicos en una noche?
Ella levanta la vista abriendo los ojos de par en par pero, con una sonrisa pervertida en su rostro.
Regresa a su tarea.
— No me acosté con dos chicos en una noche.
Mmm...
Entrecierro los ojos hacía ella.
— Entonces ¿No te enrollaste con el tipo que bailaste?
— Si.
Abro los ojos impresionada.
— Ves, dos tipos en una noche.
Ella ríe y niega con la cabeza.
— No hice nada con Richie.
— Ajá ¿Y por qué se ofreció a llevarnos? —Contraataco.—
Bueno, tal vez no se acostó con el tipo, pero algo hizo con él.
O él quería algo con ella.
— Porque Oliver es su amigo y creyó que era lo mejor.
Casi no la dejo terminar cuando lanzo la siguiente oración.
— Venías bajando de una zona muy oscura con él.
Deja de regar un segundo para mirarme fijamente, con los ojos entrecerrados, como queriendo leer mi mente.
— ¿Quién te dijo eso?
— Iker —suelto el nombre lentamente —.
Rueda los ojos y regresa a su tarea.
— Esa zona lleva a un pequeño apartamento, hay vive Oliver y sus amigos.
Ahora la que la mira fijamente tratando de leer su mente soy yo -aunque es imposible porque ella está de perfil y no me deja ni mirarla a los ojos- pero aún así lo hago.
— ¿Cómo?
— Si, al parecer su tío es dueño del bar y les renta el lugar para que vivan ahí. Sólo bebimos un poco y nos divertimos un rato.
Bien, entonces la respuesta a lo siguiente que le diga debe ser que si hubo una segunda vez pero también con Oliver o que me diga que todo fue mentira y si se divirtió con Richie y el otro chico.
— Iker dijo que los miró con las ropas desarregladas y con el labial echo un desastre.
La miro tratando de ver cual será su reacción, la cuál es dejar la regadera y venir hacia mi, se sienta a un lado de mi.
Todo esto con una sonrisa de diversión en los labios.
Y yo que creía que este interrogatorio la iba a hacer enojar.
Como lo dije: Skyler es un enigma.
— Me estuve besando con Oliver, obvio que iba a tener el labial así. —se gira hacia las plantas cuando dice lo siguiente— Y la ropa estaba desarreglada porque estuvimos jugando póker de prendas.
Me aguanto las ganas de abrir la boca sorprendida, pero en mi mente lo hago.
Póker de prendas ¿Skyler?
Pero si a ella no le gustan ese tipo de juegos.
Cuando crees conocer a una persona esta cambia todo y te hace replantearte si de verdad lo conoces.
Ya estoy por dar por zanjado el tema cuando recuerdo algo más.
— ¿Y el beso?
Ella me mira como si estuviera loca.
— Nunca hubo beso.
— Iker dijo...
No me deja terminar de hablar.
— Iker necesita lentes, nunca me besé con Richie, me hablaba la oído para escucharnos mejor y bueno... Si me dio un beso pero en la mejilla.
— Oh, ya entiendo.
Vaya. Creo que lo dije en voz alta.
— Ahora si quieres ir a contarle a todos...
¿Yo? Contarles a todos.
Investigo el chisme para saciar mi curiosidad no para andar divulgándola y saciando la curiosidad de los demás.
— No, que pregunten ellos, yo ya sacie mi curiosidad, que vengan y pregunten si quieren hacer lo mismo.
Me cruzo de brazos indignada.
— No tienes remedio.
Me indigno un poco más cuando comienza a reírse de mí.
Ella niega con la cabeza y se pone de pie dispuesta a seguir con su tarea.
— ¿Y qué tal Oliver?
Obviamente mi pregunta no va dirigida hacia como está de salud y ella lo entendió al instante.
— Es un buen chico, detrás de esa fachada de chico malo que carga es bueno.
— ¿Vas a salir con él?
— ¿Qué eres? Una especie de policía o algo por el estilo.
Su tono de voz me dijo que estaba bromeando así que volví a insistir.
— ¿Si o no?
— Depende
— ¿De qué?
— De si puedo convencer a la rubia de que venga conmigo. —Al ver que yo no entendía agregó— Richie se flechó con ella.
Aww.
Vine buscando cobre y encontré oro.
— No creo que Mar quiera salir con él, cree que ustedes dos hicieron cosas sucias. —Le recuerdo a mi colorida amiga—.
Ella vuelve a sentarse ya que, al parecer ya ha terminado de regar.
Y yo que me olvidé de seguir cortando la mala hierba.
Soy una mala madre.
— No le dejaré otra opción.
— Suerte con ello.
Estoy por volver a hacer la tarea que abandoné...
— ¿De qué hablan?
La voz de Mar hace que me sobresalte, volteo a mirarla y le sonrío, le guiño un ojo a Sky y me pongo de pie.
—Suerte —murmuro y me marcho de allí—.
[...]
— Yo digo que Sushi.
— Hamburguesas.
— Voto por una pizza.
— Yo digo que sería rico cenar una ensalada.
— ¡NO!
Ya llevan así cerca de una hora y me están comenzando a desesperar.
Elegir la cena siempre se complica cuando cada uno tiene antojo de una cosa distinta.
Yo he ordenado tacos, de echo están en la barra de la cocina, llegaron veinte minutos después de que Mar avisara que iba a pedir a domicilio porque había ocurrido un accidente.
Se supone que Mar iba a hacer la cena pero, creo que la conversación con Skyler le interesó más y la comida se quemó.
Son cerca de las nueve de la noche por lo que según mis cálculos llevan cerca de una hora discutiendo por qué es lo que vamos a cenar.
Si siguen así no van a encontrar ningún local abierto.
Se que hace una hora pude haberles dicho que ya había ordenado.
Pero me gusta ver arder el mundo.
Y... También había intentado desde hace cuarenta minutos detenerlos y fue imposible.
— ¿Por qué siempre tenemos que comer lo que tu digas? —Cuestiono Iker— por una vez se hará lo que yo diga.
— Lo que yo diga.
— No.
— Va a ser lo que yo he propuesto.
Parecen niños.
Me levanto del sillón, abro la bolsa.
Admito que ya no están tan calientes pero, los meto un minuto al microondas, coloco las salsas a cada uno de ellos, cierro la bolsa y camino hacia la sala.
El olor inunda el lugar y todos se callan de golpe mirándome.
— ¿Esos son tacos? —Inquiere Santiago acercándose a mi—.
— Si, necesitaba algo para comer mientras ustedes pelean, así que continúen, por mi no se detengan.
Skyler se posiciona a mi lado.
— Dime que hay más, por favor.
— ¿Por qué habría más? —Inquiero haciéndome la loca—.
— Porque eres nuestra amiga y nos quieres —argumenta Marina—.
Debería de un día no comprarle la cena y que se vayan a la cama con el estómago vacío.
— Hay una orden para cada uno en la barra de la cocina.
Todos corren hacía allá.
Tomo el envase con jugo de la mesita de la sala y regreso a sentarme en el comedor.
Mis compañeros de banda salen de la cocina y toman asiento.
— Eres nuestra salvadora —chilla Mar— si no nos hubieras ordenado algo habríamos muerto de hambre.
— Algún día debería dejar que suceda eso —digo convencida—.
— Se que no harías eso porque nos quieres -se regordea Santiago-.
— No es posible que siempre haya los mismos problemas, todo es tan fácil como que cada quien ordene lo que se le antoja y ya —explico—.
— Pueden hace eso —dijo Mar convencida— pero no cuando es cena en grupo, esos días tenemos que comer todo lo mismo.
Rodo los ojos.
— Hablando de cosas en grupo —interviene Iker— ¿A donde iremos este domingo?
Santiago sonríe de lado.
— Es una sorpresa, lo sabrán hasta entonces.
— Oh no, a mi me tienes que decir para saber que ponerme —comenta Mar mirando fijo a Santi—.
— Solo te pido que lleves ropa cómoda y de preferencia jeans.
No soy adivina pero creo saber a donde es que vamos a ir.
No se habla de mucho más en la cena, solo de cosas de la banda y como queremos que sea la próxima sesión de fotos.
Son más de las diez de la noche cuando Skyler obligada por Mar están mirando una película, Santiago está leyendo algo en su portátil en el sillón contiguo al que están las chicas.
Me pongo de pie para ir por un vaso a la cocina y por la puerta corrediza que da al jardín veo a Iker sentado en el pasto.
Estoy por quedarme al margen y regresar a la lectura de mi libro.
Dejo el vaso en la barra y salgo al jardín.
El aire fresco me golpea la cara, lo bueno es que traigo una blusa con mangas a los codos por lo que no voy tan descubierta.
— ¡Ey! ¿Por qué tan solito? —Cuestiono mientras tomo asiento a su lado—.
Arrastro los pies hasta que mis piernas están cerca de mi pecho y rodeo mis rodillas con los brazos, entrelazo las manos al frente, imitando la posición que él tiene.
— No estoy solito Valentina está conmigo.
Miro al frente de él.
— Nunca entenderé esa manía de los hombres por ponerle nombre de mujer a las guitarras.
Me encojo de hombros mirando la guitarra negra que descansa en el pasto.
— No es una manía. —Defiende—.
— Claro que si, así como lo es nombrar a cierta parte de su cuerpo.
— ¿De que hablas? Yo no le puse nombre a nada de mi cuerpo.
Parece divertido.
Me alegra. Porque minutos antes parecía estarse ahogando en su miseria.
— Si claro. —No puedo evitar rodar los ojos mientras sonrío— Me gusta cuando relajas y eres tu, justo como ahora.
Veo como sus músculos se tensan y la sonrisa desparece casi por completo.
— Siempre soy yo.
Aja y a mi no me gusta informarme.
Lo pienso pero no lo digo, en lugar de eso digo algo más coherente.
— No, no lo eres. —Guardo silencio un par de segundo— Yo observo mucho a las personas, se supone que soy la que menos convive con ustedes por estar meditando, cuidando mi jardín o simplemente escuchando música pero estoy alerta y me doy cuenta de muchas cosas. Y cuando digo muchas son muchas.
Hago énfasis en la última palabra.
— ¿Y de que te has dado cuenta?
Si yo te contara...
— Uff, nos haría falta tiempo para decirte todas y cada una de las cosas. —tal vez esté exagerando.— Pero algo de lo que me he dado cuenta y que sucede muy a menudo es que... Cuando sientes que estás muy cerca de nosotros, que convives más de lo que tu crees que es "debido" te vuelves a alejar.
Su reacción a mis palabras es abrazar más sus piernas y huir de mi mirada.
No necesito ver nada más para saber que he dado en el clavo.
— No tienes que sentirte así. —Agrego— Cada uno tiene su lugar, tu no estas tomando el de nadie.
Eso parece ser suficiente para que gire su cabeza hacia mi, no me deja ver como es que se está sintiendo en este momento pero, tampoco hace falta.
Se que es duro para él tocar este tema.
— Lo se, pero a veces me pongo a pensar en que si él siguiera en la banda yo no estaría aquí con ustedes y que solo estoy en el grupo porque no les quedó otra opción.
¿De dónde saca eso?
— Eso es ridículo, —rebato— siempre fuiste miembro de la banda aunque no estuvieras sobre el escenario con nosotros. Todos te dimos un lugar y si él siguiera en la banda seríamos seis integrantes en lugar de cinco.
Él sorbe por la nariz y se lanza sobre mi abrazándome, yo lo rodeo con los brazos y le froto la espalda.
No es al único al que le duele hablar de esto, a todos nos jodio bastante que un día sin más nuestro baterista estrella tomara otro camino y nos dejara.
Iker y Mar fueron los más afectados, pasó cerca de un año cuando ella afronto todo lo sucedido y decidió ir a visitarlo. Iker... Él... Él nos hace creer que va a visitarlo a menudo y que ya ha superado lo que pasó pero, engaña a todos menos a mi...
Él aún no tiene el valor de ir a verlo, aún le duele todo lo que sucedió. La última vez que lo hizo aún estaba en el hospital y solo fue capaz de verlo escasos dos minutos.
— Cuando necesites hablar, de lo que sea, yo estoy aquí, no es bueno guardarse las cosas. —Murmuro—.
Siento como mueve su cabeza en un asentimiento.
Nos quedamos abrazados por algunos minutos hasta que él decide separarse.
— Gracias, no sabía cuanto necesitaba hablar con alguien hasta hoy.
— Hay que desahogarnos, siempre es bueno.
Asiente reiteradas veces mientras limpia su rostro eliminando cualquier rastro de lagrimas.
— Debiste haber estudiado psicología, hubieras sido excelente en tu trabajo.
— Si lo hubiese echo no tendrían a una compañera de grupo como yo.
Me pasa un brazo por los hombros y me atrae hacia él.
— Tienes razón. Que bueno que estés con nosotros.
Lo admito, eso le agradó a mi ego.
Me da un abrazo pero esta vez más corto.
Eso es algo que me agrada de Iker, él es un chico dulce y cariñoso que no le cuesta dar cariño y muestras de afecto a una persona, lo hace de manera inconsciente, es algo característico de él.
Inclusive antes era así... Él no se daba cuenta pero lo hacía.
— Oye —lo llamo, él hace un sonido para que sepa que me escucha— ¿Aún la quieres?
Me suelta riendo.
— Tu vena chismosa atacando de nuevo.
— No tengo ninguna vena chismosa —replico indignada— Es sólo curiosidad. Además como ya te lo he dicho, yo me doy cuenta de cosas.
— Tienes mucho tiempo libre para notar tantas cosas —me dice arqueando una ceja—.
— Puedo estar haciendo cosas y darme cuenta de la manera como la miras, como a veces tratas de cuidarla —comienzo a enlistar— haces lo mismo que todos esos chicos de libros, molestarla para siempre tener su atención. Te interesa, más que como compañera de banda o amiga.
Niega divertido.
— Ella y yo jamás vamos a poder estar juntos. —Asegura—
— ¿Por qué dices eso con tanta seguridad?
— Somos muy distintos, además hace poco me enteré que Santiago también está interesado en ella y bueno tal vez sea reciproco.
— ¡Y estas dispuesto a hacerte a un lado para dejarle camino libre a él! —Chillo antes de darme cuenta de algo— ¿Santiago? ¿Nuestro Santiago? ¿Él que está de novio con la rubia finge borracheras?
La carcajada de Iker casi me hace borrar mi cara de asombro.
Casi...
— Si, por eso Maddie se peleó con Sky, él se lo confesó.
Ok. ¿Cuándo comenzó a haber tanto drama en esta banda.
— Estoy sin palabras.
— Él y ella se llevan mejor, ella y yo pasamos peleando, si está conmigo... Todo podría ser complicado, ella ya fue infeliz por bastante tiempo, sólo se merece cosas buenas.
Ow...
Si Iker fuese algún pastelito empalagaría al primer bocado, es tan dulce.
— Lastima —murmuro— yo soy team Skyker.
— ¿Skyker?
— Si, así los llaman los fans Skyker o Ikyler, sinceramente a mi me gusta el primero.
Él vuelve a reír.
— ¿Desde cuando los fans nos shippean?
Desde que yo comencé a hacerlo desde una cuenta falsa.
— Uff, ni idea pero cada que los ven juntos en alguna foto o cantando se vuelven locas diciendo que Skyker es real —comento— de echo cuando Sky dijo que tu habías tenido que ver con lo del cabello arcoíris de la nada todos aceptaron el nuevo cambio de look y pensaron que te harías uno parecido.
— ¿Cómo sabes tanto de ese tema? —Inquiere—.
¡Rayos!
Creo que sospecha algo.
— Siempre estoy al pendiente de los fans, alguien tiene que hacerlo.
Me encojo de hombros restándole importancia.
— Pues Skyker solo existirá en la fantasía de los fans, porque nunca va a ser posible.
Vaya.
— Ustedes pasaron del odio a la amistad y de la amistad al odio otra vez —resumo su historia desde que se conocen— porque no tratas de saltar del odio al amor otra vez. Podría funcionar su relación.
— ¿Sabes qué? —Inquiere con determinación—.
Uno mis manos esperanzada.
— ¿Lo harás?
— No, Sky y yo no estamos destinados, por el bien de la banda seguiremos así. —me tiro en el pasto como si me hubieran matado de un tiro— anda ya dramática, volvamos adentro.
— Enseguida voy, le daré las buenas noches a mis plantitas.
— No tardes mucho.
Veo como se va hacia el interior.
Me llevo las manos al rostro y lo froto.
Que difícil es pertenecer al club de fans de un shipp que no es real.
Le doy un par de vueltas a la conversación que tuvimos y no me termina de cerrar la idea de que Santiago está enamorado de Skyler.
Uff... Mi vena chismosa no va a estar tranquila hasta que averigüe acerca de ese tema.
Y para ello. Necesito refuerzos.
...
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