01 "Se vende"
Capítulo 01
"Se vende"
*Skyler*
...
¡Ya no más!
Cristóbal nos tiene caminando y yendo de aquí para allá para que podamos elegir la que será la primer casa de D5.
Desde el fondo de mi corazón ojalá y sea la primer y última casa de la banda porque ya descubrí que odio visitar casas vacías.
Nos despertó desde las seis de la mañana, cuando tenemos días que no dormimos nada y tantas horas sin dormir comienzan a pesar.
Se supone que esta semana era para descansar por las arduas jornadas que tuvimos durante todo el mes pero, el hombre decide que es mejor estar mirando casitas vacías que estar dormido o mirando una película u otra actividad que no implique mirar paredes blancas, escuchar el eco y fingir una sonrisa u asombro cada que entramos a una casa.
Ya estoy harta.
— ¿Qué les pareció esta chicos? —Inquiere Cristóbal una vez que ya estamos fuera de la casa—.
Por mi parte nos hubiéramos quedado con la primer casa que miramos pero, mis compañeros no opinan lo mismo.
— Pues es bastante amplia y acogedora. —Le comenta Marina mientras la mira fijamente—.
¿Acogedora? Es una pila de bloques vacía.
Uy, que acogedora.
— Además se encuentra bastante cerca de un parque y tiene un patio muy amplio —añade Maritza acariciando un helecho que está en la entrada—.
— ¿Y ustedes que opinan chicos? —Dirige su atención hacia los hombres que por alguna extraña razón han estado muy atentos a los detalles de cada una de las casas que hemos visitado—.
Ya que al parecer mi opinión les importa un rábano me siento en la acera y comienzo a jugar con mis dedos.
— Se me hizo bien —comienza a decir Santi— aunque, creo que es bastante grande, podemos buscar algo más pequeño.
— ¿Qué dices? —le reprocha Iker— es mejor que sea grande así no nos encontraremos, ni nos veremos diario.
No puedo evitar poner los ojos en blanco.
— Iker, eso es lo que menos importa, ustedes han convivido mucho tiempo juntos, ya deben de estar acostumbrados —le corrige—.
— Discúlpame —digo poniéndome de pie— pero no es lo mismo, sólo nos veíamos para ensayar y en la escuela, después en los conciertos y en los vuelos, pero en el hotel nadie mira a nadie y todos tenemos nuestras respectivas habitaciones, al venirnos a una casa nos vamos a ver las caras hasta mientras desayunamos.
— ¿Y qué tiene eso de malo? —Cuestiona Cristóbal confundido—.
Cierro los ojos y trato de mirar disimuladamente al egocéntrico que tengo frente a mi.
— No tiene nada de malo, es solo que la convivencia se puede complicar un poco —expongo mientras vuelvo a tomar asiento en la acera—.
— Nada de lo que venga a continuación va a ser fácil, eso no lo olviden.
Nada puede ser más difícil que lo que vivimos hace casi cinco años.
Nada.
— Cris —lo llama Santi— ¿Podemos retirarnos o aún hay más por ver?
— Pues quedan otro par más pero, mirando la hora que es puedo hacerles llegar fotos para que miren el lugar y las tomen a consideración.
Un teléfono celular suena.
He escuchado tantas veces esa horrible tonadita que se perfectamente a quien le llaman, le están llamando a Cristóbal.
A partir de ahí perdemos toda la atención de nuestro manager, al igual que lo es de muchas modelos, actores y actrices. Pasa con la nariz metida en su teléfono día y noche, no se como es que le da la vida para hacer tantas cosas, programa eventos, viaja casi diario, asiste a reuniones, sesiones de fotos y no se tantas de cosas más.
A mi apenas y me da tiempo para hacer las cosas básicas de los seres humanos. Supongo que es posible hacer infinidad de cosas cuando sabes organizar tus tiempos. Algo que yo no se hacer.
Cristóbal es un hombre de algunos cuarenta y tantos años, no me juzguen por no saberme la edad de mi representante, a veces no recuerdo ni la mía.
Como sea, su cabello es negro entre rizado y ondulado, me gusta como se le mira así, natural, aunque mayormente siempre lo trae peinado hacia atrás lleno de gel.
No es un hombre en forma, tiene sus kilitos de más pero, eso es lo de menos, estar rellenito no le evita que se vea guapo en traje, sus ojos son color café claro, tiene labios gruesos y una barba que lo hace ver bastante atractivo y misterioso.
Si no fuera mi mánager si trataría de tener una aventura con él.
— ¿Sky?
Parpadeo varias veces saliendo de mi ensimismamiento.
¿Hace cuanto me están hablando?
— Si —Contesto tratando de aparentar normalidad—.
— Te estábamos preguntando que si te vas a quedar aquí o vas a ir a algún lugar, pero no nos estabas prestando atención. —Señala Mar sentándose a lado mío—.
— Perdón, estaba pensando en otras cosas —digo mirándola a los ojos— me voy a quedar, necesito comprar unas cosas, luego los alcanzo en el hotel.
— Bien hermosa, nos vemos.
Se despide dándome un abrazo y un largo beso en la mejilla.
Marina o Mar como le decimos nosotros es la más cariñosa de los cinco, un poco superficial a veces pero a si la queremos, siempre te brinda apoyo y una sonrisa aunque ella se encuentre peor que tu.
Es bastante alta, delgada y de muy buen cuerpo, es la que atrae más hombres, ellos mueren por ella, sus ojos son color verdes y es de tez clara.
Esta mujer simplemente es la tentación andante aunque ella no se de cuenta o finja que no lo sabe, sus ojos son profundos y a veces te sientes hipnotizado por ellos. Mar tiene esa habilidad, ella por medio de miradas te transmite todo lo que siente, es un ser humano espectacular y me alegra que el destino la haya puesto en mi camino.
Veo a Santiago aproximarse, siempre con su caminar despreocupado, como si el tiempo no pasara rápido y todo en su vida es perfecto.
Él es un poco más bajo de estatura que Iker y Mar -los cuales son los más altos de la banda- no es muy fornido pero, si tiene músculos, no tan marcados como esos obsesionados por el gym que solo pasan definiéndose pero, tiene lo suyo.
Lo se porque las camisas ajustadas se le ven perfectas, aunque él es más de usar playeras y jeans holgados escondiendo así sus atributos, en estos momentos su cabello está corto, meses atrás el lucía su hermosa cabellera rizada despeinada, pero no se porque se le vino a la cabeza la idea que de cabello corto se ve bien.
— ¿Por qué no te fuiste con los demás? —Inquiere apenas llega cerca de mi—.
— No tenía ganas de estar con ellos ¿Tú?
Se sienta aun lado de mi y pasa su brazo por mis hombros, me acurruco más hacia él y descanso mi cabeza en su hombro.
Desde que nos conocemos siempre hemos tenido estas muestras de afecto, nos queremos mucho y a veces lo hacemos de manera involuntaria, es algo a lo que estamos acostumbrados y que nos da igual si las personas nos ven o no.
— En parte también, aunque la verdadera razón es que Raquel está en el hotel y no quiero verla.
— Santi no puedes huir de tu ex novia para siempre —digo abrazándolo por la cintura— solo ve al hotel has como si no existe y ya, no le des importancia.
Lo confieso, esta posición comienza a ser incomoda.
— Ojalá fuera tan fácil, pero Raquel está loca.
— Es que tu también tienes la culpa, te gustan puras locas —le doy una palmada en la espalda a modo de broma— aún así debes de enfrentar tus sentimientos, enfrentarla a ella y terminar con eso de una vez.
— No hay nada que enfrentar, no siento nada por ella, es solo que... Verla me transporta a esos años horrorosos. Ella fue uno de los errores más grandes que he cometido.
— Entonces reafirmo lo que dije, debes enfrentarla ya de una vez por todas, enfrentar ese pasado, ella ya fue, todo lo que pasó ya está sepultado ¿Recuerdas? Yo estoy aquí para apoyarte, todos lo estamos —lo abrazo aún más fuerte, siento como toma una profunda respiración y luego me envuelve con sus brazos— no estas solo, nunca más lo estarás.
— Gracias por siempre estar para mi.
— Gracias a ti por aparecer en mi vida —susurro— eres muy especial para mi.
Siento como deposita un beso en mi cabeza y después apoya alguna parte de su cara en ella, nos quedamos en silencio solo abrazados.
— Tienes razón —musita y suelta un largo suspiro— es hora de dejar los recuerdos de Raquel enterrados en lo más profundo de mis recuerdos, no se merece tanta importancia.
Suelto mi abrazo y él me suelta para poder lanzarme a abrazarlo por su cuello y darle muchos besos por todo el rostro, Santi comienza a reír a causa de mi acto lo que ocasiona que yo sonría como boba mientras lo beso.
— Hasta que por fin vas a comenzar a hacer las cosas bien —festejo— los ex están para ser olvidados, más si son una basura como Raquel.
Lo suelto y ambos nos quedamos mirando hacia el frente. Yo no soy de muestras de afecto pero, con Santiago surgen de manera natural.
— Tu lo dices porque para ti es fácil olvidarte de todos los hombres que pasan por tu vida —
— No de todos. —murmuro—
— ¿Aún sientes algo por él?
Y tras esa pregunta el ambiente cambia, ya no me estoy cómoda.
Siento como si el espacio comenzara a hacerse pequeño y la respiración comenzara a fallarme.
— No, pero, la traición siempre duele —digo, me pongo de pie y estiro mi mano hacía él— momentos atrás estábamos muy felices. Vamos, te invito a almorzar.
Me regala una de sus sonrisas de lado y toma mi mano, una vez que se pone de pie ambos caminamos hasta que llega nuestro transporte que nos lleva a una cafetería para poder disfrutar de algo para comer.
[...]
— ¿Qué hay gente chula y trabajadora? —Saludo en cuanto Santi y yo entramos al cuarto de Mar— ¿Y los demás? Se supone que nos vamos a reunir aquí.
— Iker y Maritza estuvieron aquí hace unos minutos dejaron su opinión, me dijeron que se las expresara. —Comenta Mar asomándose por una de las puertas— enseguida salgo.
— De Iker no me sorprende pero ¿Por qué Maritza se fue? —Inquiero dejándome caer en la cama—.
— Iba a hacer un voluntariado en algún parque o algo así. —Grita para que podamos escucharla—.
— Es una decisión importante para el grupo y solo estamos tres —refunfuño—.
— Tranquila fiera —se mofa Santi mientras me da un par de palmadas en la pierna derecha—.
— Tranquila. Ellos dejaron sus decisiones y bueno, si ustedes se hubieran regresado con nosotros la decisión la habríamos tomado entre todos —reprocha Mar saliendo ya del cuarto donde se encontraba encerrada—.
— Bien, Sky y yo lo estuvimos conversando y llegamos a la conclusión de que la última casa está bien para todos, son dos salas de estar, cada uno tendrá su propia habitación y el cuarto principal lo podemos utilizar como habitación de ensayo y meter todos los instrumentos ahí —le comenta el castaño—.
— Marina también dijo que la última casa que vimos está perfecta —asegura la rubia de ojos verdes— Iker por su parte dijo que la quinta que visitamos le parece perfecta.
Claro, él siempre dando la contra.
— ¿Y tú? —Inquiero—.
— Bueno, yo me tomé el atrevimiento de pedirle información de cada una de las casas a Cristóbal y la más accesible son la penúltima y la primera que visitamos. En mi opinión, claro.
Mar nos extiende una carpeta con los datos de cada una de las casas.
— Debimos haberlas revisado así desde un principio —informo a los chicos que están mirando los documentos igual que yo— aunque si les soy sincera me da exactamente igual la casa que elijan para quitarle el cartelito de se vende.
— Chicas no podemos tomar esta decisión solo nosotros tres —nos comienza a decir Santiago mientras se pone de pie— debemos estar todo el grupo.
— Mañana no tenemos ensayo, podemos reunirnos para ver eso ¿Les parece? —Recomienda Mar—.
— Bien —digo mientras Santi asiente dando la razón— manden un mensaje al grupo para avisar, yo ya me voy a mi habitación.
— ¿No te quieres quedar a ver una película? —Cuestiona Mar—.
— No, tengo mucho sueño —me disculpo caminando hacia la puerta —.
...
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