Capítulo 61|Las dudas de Sovieshu
Evely observo a Sovieshu, llevaba rato viendo a la pequeña Glorym, en el fondo supo que pasaba y decidió meter sisaña.
—Yo también lo creo -el la miro — Rashta ya había tenido un bebé antes y según escuche la princesa es idéntica a ese bebé... ¿Y si también es de ese hombre...?
Con un dolor desgarrador en su pecho, frunció el ceño y levantó a la bebé.
La bebé no sabía nada y se reía ligeramente, tirando con fuerza de las mejillas y las orejas de Sovieshu.
Sovieshu se esforzó por encontrar un rincón de la princesa que se pareciera a él mientras la dejaba jugar todo lo que quisiera.
Ojos, nariz, boca, cabello, manos, pies, piel…
Pero no lo hubo. La bebé no se parecía en nada a él.
Sólo había dos personas que se parecían a la bebé. Rashta y el primer hijo de Rashta.
Sovieshu recordó al primer hijo de Rashta, que apenas había observado. Tenía entendido que el Vizconde Roteschu lo estaba criando.
‘Necesito mirar más de cerca a ese niño.’
Para Sovieshu, ese niño era sólo el primer hijo de Rashta, y no tenía ningún interés en él.
Así que cuando vio al niño, pensó que se parecía mucho a Rashta, pero no se fijó bien en él.
Pero ahora…
Sovieshu dejó a la bebé en la cuna y volvió a su oficina, llamando a un caballero que actuaba como una sombra.
—Ve de inmediato a la Mansión del Vizconde Roteschu y trae al primer hijo de Rashta. También al Vizconde Roteschu.
Evely lo observo desde la puerta y sonrió, aquel día algo nuevo explotaría.
Alan ingreso con el pequeño bebé en brazos, Roteschu no asistió debido a que buscaba a Lebetti por lo cual el mismo Alan había decidido ir.
—¿Qué? - Evely pego su oreja a la puerta, Sovieshu aclaro su voz y volvió a hablar.
—Pregunté de quién es ese niño.
—Ah, eso… -Alan bajó la cabeza ante la feroz mirada de Sovieshu. Su padre le había dicho que el emperador no sabía quién era el verdadero padre de Ahn.
¿Estaba haciendo esa pregunta porque había descubierto algo? ¿O sólo tenía curiosidad porque se parecían mucho?
Su mente no dejaba de dar vueltas.
Pero Alan no tardó en hablar exactamente como el Vizconde Roteschu le había pedido.
—Eso no lo sé.
—¿No lo sabes? - Evely quiso reír pero tapo su boca, si la sorprendía escuchando a escondidas la reprenderia.
—Así es. Yo, yo sólo…
—Si asististe a la sala de audiencias para pedir que este niño fuera bendecido, debes tener un vínculo genuino. Pero, ¿no lo sabes?
—Me encariñé con él a medida que lo criaba. Es un niño tan encantador…”
—¿Te encariñaste con él a medida que lo criabas?
—Así es. Así es, Su Majestad.
Incapaz de superar la presión ejercida por el emperador, Alan volvió a bajar la cabeza. Su mano, con la que sostenía a su hijo, no paraba de temblar.
Afortunadamente, Sovieshu no lo retuvo mucho tiempo.
—Está bien, de acuerdo. Puedes retirarte.
—Gracias. Gracias.
Al escuchar la orden de Sovieshu, Alan se inclinó y se apresuró a salir al pasillo, sin saber de qué estaba agradecido.
En cuanto cerró la puerta, perdió la fuerza en sus piernas y casi se derrumbó. Se sentía asfixiado en esa habitación. Una vez que salió al pasillo, finalmente recuperó el aliento.
Pero Alan no se habría sentido aliviado si hubiera mirado hacia atrás aunque sea una vez antes de salir. Si hubiera visto la expresión con la que Sovieshu miraba su espalda mientras se marchaba… No sabía que Sovieshu le estaba mirando atentamente, y no sabía que Sovieshu estaba empezando a sospechar que el verdadero padre de Ahn podría ser Alan.
Sin embargo, desde el momento en que salió de la habitación donde le resultaba difícil respirar, sus pensamientos sobre Sovieshu se desvanecieron con cada paso que daba.
En cambio, su mente se llenó de pensamientos sobre Rashta y Ahn.
Alan se dirigió directamente al Palacio del Oeste y pidió al caballero que custodiaba el frente del palacio que quería reunirse con la Emperatriz.
Evely se apresuró a regresar a sus aposentos, le ordenó a Ji-eun que fuera por Alan antes de que este fuera con Rashta, quería reírse un rato y ver al pequeño bebé.
Al ingresar Alan realizó una pequeña reverencia y trato de tapar a Ahn, Evely sonrió y se aclaro la garganta.
—Tal vez no sea la emperatriz, pero los niños me gustan mucho, yo misma llevo en mi vientre al hijo de su majestad - tocó su creciente vientre, Alan alzó un poco la vista — Supe que su majestad te llamo personalmente y quise saber por qué...
—Solo quería darle la bendición a mi hijo... -Evely sonrió.
—¿Puedo? - Alan dudo un momento pero se lo entrego, pensaba que la reina no tenía nada que ver con Rashta.
Evely observo atentamente el rostro del pequeño y beso su frente, era el vivo retrato de Rashta, al igual que Glorym, ambos habían herededado el hermoso cabello de su madre, pero los ojos eran azules... un azul cielo hipnotizantes y aquellos azules solos los poseía una persona... Alan Rimwell.
—Es un hermoso bebé, que los dioses lo Guarden -se lo regreso a su padre y ambos salieron, Evely sonrió nuevamente y se puso de pie para salir.
Misuk observo a Kosair dirigir el entrenamiento, había terminado sus deberes y había tomado su tiempo libre para ir a ver a su esposo.
—Te ves tan enamorada -comento Jae-sang sentándose a su lado.
—Lo estoy -sonrió nuevamente, Jae-sang solto una risa y asintió.
—¿Ahora que? -ella le miro —¿Terminaste con el imperio de Oriente?
—No, algo grande se viene Jae-sang, pero en esta ocasión mi regreso será triunfal -el la miro con extrañeza, Misuk se acerco a su oído y le susurro algo que lo dejo perplejo.
—Estas loca -declaró, ella soltó una risa escandalosa.
—Un poquito.
Después de dar su paseo diario Rashta fue detenida por una persona que no deseaba ver nunca más, se acercó a Alan y le preguntó en voz baja pero autoritaria.
—¿Qué quieres? Qué desvergonzado. ¿Por qué has venido aquí?
—Rashta…
—Llámame Su Majestad la Emperatriz. ¿Acaso Rashta es amiga tuya?
—Tenía un asunto que atender en el palacio imperial, así que decidí aprovechar la oportunidad de pasar por aquí para que vieras al bebé…
—¿Qué asunto?
—Bueno… no gran cosa - recordó su encuentro con la reina así que decidió cubrir su encuentro con el emperador —La reina quería conocer a nuestro hijo.
Rashta frunció su señor y miró mal a Alan.
—No es nuestro hijo - hablo bajo y nego.
Alan dudó y abrazó a su hijo contra su pecho. Afortunadamente, esta vez el niño no estaba llorando, por lo que no llamó tanto la atención de las personas de alrededor.
—Hablemos dentro.
Resistiendo el impulso de echarlo inmediatamente, Rashta se adelantó apresuradamente. Pero se detuvo después de unos pocos pasos al escuchar un chirrido desde arriba.
Cuando levantó la mirada, vio un pájaro grande que parecía ser utilizado como pájaro mensajero. Tenía una carta amarrada alrededor de una pata, pero Rashta volvió a bajar la cabeza. No tenía ninguna relación con este pájaro mensajero.
‘Sí. Lo importante ahora es enviar de vuelta a Alan lo antes posible.’
Rashta volvió a caminar para entrar primero en el Palacio del Oeste. Y justo en el momento en que Alan estaba a punto de seguirla con el pequeño niño.
El pájaro mensajero, que actuaba mansamente mientras se rascaba la piel, descendió repentinamente.
—¡Fuera!
Sorprendido, Alan agitó una mano. Pero el pájaro no se asustó, extendió sus alas y descendió más rápido.
Ahn se asustó, por lo que se aferró a su padre. El pájaro grande pasó rozando al pequeño niño. Tras un momento de alboroto, el pájaro se fue volando inmediatamente a otro lugar.
Cuando se disponía a entrar en el Palacio del Oeste, Rashta giró la cabeza y se sobresaltó.
—¡No!
El sombrero que cubría la cabeza del niño rodó por el suelo como si hubiera sido golpeado por las alas o las patas del pájaro.
Rashta corrió apresuradamente hacia el sombrero. En el momento en que extendió la mano para agarrar el sombrero, la atención de la gente de alrededor se centró en el pequeño Ahn.
Se los dije, capítulo si comentaban jajaja.
Tengo una pregunta seria para ustedes... ¿Les gustaría una precuela con los hijos de Rashta, Navier, etc?
Mis redes sociales.
Recuerden el trato, ustedes comentan y yo actualizo.
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