A la mañana siguiente, sonó la alarma de Patricia y ésta se levantó rápido y corriendo porque sabía que tenía que pasar por casa de Daniela para ver si ésta estaba bien, antes de irse a trabajar.  Se dio una ducha rápida, se tomó un café y le preparó algo a Daniela para desayunar.

Pasó a casa de Daniela como habían quedado la noche anterior, intentando no hacer ruido. Era aún muy temprano. En la calle aún no había amanecido. 

Patricia fue directa a la cocina a dejar lo que había preparado para que desayunara Daniela. Luego Patricia fue a la habitación de Daniela para asegurarse de que estuviera bien. Y cuando la vio dormida en la cama, con la penumbra mostrando ese cuerpo de diosa, le dio un escalofrío por todo el cuerpo que la estremeció. Llevaba sólo unas bragas y estaba de costado durmiendo. A Patricia le fue imposible no mirarla. De hecho, como si estuviera hipnotizada, se acercó a la cama, se sentó en el borde, y aprovechando que la joven dormía profundamente, se acercó para mirarla de arriba a abajo y olerle el cabello, mientras con su mano le rozó el muslo, y fue subiendo lentamente los dedos hasta la cadera, la cintura, el abdomen...Y estuvo a punto de acariciarle un pecho, pero se lo pensó mejor y le acarició el brazo. Estaba excitadísima. Ese cuerpo casi desnudo le provocaba mil sensaciones a la vez. Luego pasó sus dedos por la espalda de Daniela. Su piel se puso de gallina.  Y como ésta seguía dormida, acercó sus labios a los de Daniela y se atrevió a acariciarlos. Las bragas de Daniela comenzaron a humedecerse. Patricia se encontraba como en shock acariciando todo el cuerpo de la morena. 

La doctora estaba perdiendo la cordura. Su mano se acercó a la ingle de Daniela y a su monte de venus, y sin pensarlo, acarició las bragas de ésta. Daniela, de forma inconsciente, abrió un poco las piernas, dándole vía libre a Patricia para que le tocara su entrepierna. A Patricia le iba a dar algo ahí mismo. Para ella, el tiempo se había parado. Y sólo existían Daniela y ella. Sus dedos, al principio, seguían rozando las bragas de Daniela, pero luego acabaron presionando la parte íntima de la joven, quería conseguir la mayor fricción posible. Daniela soltó un gemido gutural. Y con ese gemido, Patricia despertó del shock en el que se encontraba. Apartó la mano bruscamente pero Daniela fue más rápida cogiéndole la mano a la doctora y llevándola de nuevo a su entrepierna. Quería y necesitaba que Patricia metiera los dedos debajo de las bragas y éstos se dieran vida.

-Por favor...Mete tus dedos debajo de mis bragas…- le dijo Daniela muy necesitada y aturdida.

-No puedo...Daniela...Llego tarde al trabajo...Me tengo que ir…- Le contestó Patricia tan excitada que parecía que iba a explotar.

Daniela consiguió meter la punta de los dedos de Patricia debajo de sus bragas, y con ese tacto gimió como pocas veces, dejándole los dedos de Patricia mojadísimos por su propia humedad. 

-Patricia, no me puedes dejar así...

-Joder... Daniela…¡qué mojada estás!

Patricia intentó sacar los dedos, por lo que Daniela llevó de repente la mano de la doctora a sus pechos. Y ésta los acarició poniendo los pezones de la joven duros y tiesos. Patricia no podía ni pensar. Sólo podía dejarse llevar por lo que estaba pasando en esa habitación. Tarde o temprano iba a ocurrir. Daniela subió la mano de Patricia a su boca. Introdujo dos dedos de ésta entre sus labios y comenzó a lamerlos. Se iban a correr las dos sin poder evitarlo.

-Daniela...Lo siento. Llego tarde- Se levantó rápidamente y aún sin saber cómo, salió de forma apresurada de la habitación de Daniela.

-¡Joder!- gritó Daniela sin poder evitarlo. Le salió del alma. ¿Qué había hecho Patricia con ella? Le había tocado todo el cuerpo, y casi termina por masturbarla. Encima notó lo húmeda que estaba, ¡Como para no notarlo!. Después de tres años lejos de ella,¿Cómo pretendía Patricia que estuviera, después de tener los dedos de la doctora en sus partes íntimas?. Pero antes de poder tener un orgasmo, la dejó con las ganas, y se fue. No podría seguir durmiendo si no bajaba el calentón que llevaba encima, así que acabó por masturbarse ella misma pensando en Patricia y en sus tortuosos dedos acariciándole todo el cuerpo. 

Y Patricia, cuando consiguió salir del ático de Daniela, tuvo que coger aire para poder seguir respirando con normalidad. Llegaba tarde al trabajo y le iba a tocar correr, pero avisaría a sus compañeros que llegaría tarde. Sin pensarlo dos veces entró en su casa y se fue directamente a su habitación. Se tiró en la cama, se bajó el pantalón ajustado que llevaba, y metió su mano debajo de las bragas. Así pues, se masturbó al igual que había hecho Daniela. Joder, ¿Cómo haría a partir de ahora teniendo a Daniela tan cerca y sin poder tocarla?

Pasó el día y a lo que Daniela se quiso dar cuenta, Laura ya estaba con ella en su casa.

-Hey, hermanita, ¿Cómo has pasado estos días?He hablado con Patricia y me ha dicho que te ha estado controlando. 

-Si, lo ha hecho...Me ha cuidado genial. 

-¿En serio?¿O estás bromeando?

-Lo digo en serio, Laura. Conmigo es una mujer muy dulce. Hoy cuando me levanté tenía el desayuno preparado en la cocina. Esa mujer es un sol.-Y sin quererlo, le vino a la cabeza cómo la tocó Patricia cuando ella estaba dormida.

-Ya sé cómo me dices...Me alegro que hayas podido contar con ella. 

-Por cierto Laura, ¿Qué es lo que tiene con la tal Elisa esa?

-Que yo sepa se acuestan de vez en cuando. Elisa debe de querer ser su novia, pero Patricia no quiere. Debiste de dejarla muy tocada para que se pegara un año sola y ahora lleve casi dos años con Elisa sin dar un paso adelante. Además, ya te lo dije el día que llegaste. 

-Sí, lo sé. No sé qué sentirá por Elisa pero yo me insinúe varias veces con ella y no ha habido manera. Querrá serle fiel a Elisa o bien no me quiere ver ni en pintura. 

-Joder,¿Ya has intentado algo con ella?¿Pero tú no estabas enamorada de Adrienna?, Tía, no juegues con Patricia. Ella lo ha pasado muy mal. Y tú eres joven, pero ella ya tiene una edad que no está para perder el tiempo.

-Lo sé Laura. Pero...Sigo igual de enamorada que antes. O más, no lo sé. Me fui para alejarme de ella y olvidarla, y después de tres años ha sido volver a verla y yo caer en sus redes sin poder evitarlo. Me muero por estar con ella, y sé que la he cagado. Ella quiere tenerme bien lejos y no la culpo. 

-Si...Eso pienso yo. No sé Daniela…¿tú crees que ella sigue queriéndote? Porque si piensas que si, esfuérzate y reconquistala. Patricia es una mujer que vale mucho. Lo único que te saca bastante edad, pero vamos, en mi opinión el amor no entiende de edades. Si tú la quieres y ella a tí también, adelante. Han pasado muchas cosas en estos tres años, pero si os amáis, tenéis que luchar por lo vuestro. 

-¿Desde cuándo te has vuelto tan romanticona? No me lo puedo creer que me hayas dado ese consejo. 

-Pues ya ves. Nos hacemos mayores, Dani, y las personas cambiamos. Maduramos. Y yo ya no estoy para echar dos polvos con cualquiera cuando llega el fin de semana.

-Ya iba siendo hora que maduraras... Guapa.

-Te doy la razón, Dani. Por cierto, vete pensando cuando te viene mejor porque voy a invitar a las amigas para hacerte una  cena de bienvenida.

-¿En serio? No necesito ninguna fiesta.

,-Tú misma. Este fin de semana creo que el sábado estaban todas libres.

-¿Y quienes son todas?

-Ana, Patricia, María,Lola…

-Ah, ¿Tú crees que querría venir Patricia?

-No lo sé. Pero si ha estado contigo cuidándote...No veo por qué no va a querer venir.

-Pero..¿Elisa vendrá?

-No creo. Pero vamos, si se entera que Patricia va a ir a la cena de bienvenida de su ex, vete tú a saber.

-Bueno, podré lidiar con ello. No te preocupes.

Estuvieron un rato hablando y luego Laura ayudó a ducharse a su hermana. Le seguía doliendo el cuerpo pero ella se sentía algo mejor.  Estaba de mejor humor, entre su mejoría física y lo que había pasado esa mañana con Patricia, la tenía como en un sueño. Por lo menos Patricia seguía sintiendo algo por ella, sino no la hubiera tocado como la tocó. Le hubiera encantado tener un orgasmo con los dedos de la doctora en su interior. ¡Cómo echaba eso de menos!.

Esa misma noche Laura avisó a las amigas para invitarlas el sábado a la cena de bienvenida de Daniela. Todas dijeron que sí menos Patricia. Que no tenía claro sí debía acudir. Ella no le vio sentido ir ya que prefería mantenerse lejos de Daniela. El verla, tenerla cerca y no poder tocarla ni estar con ella, le provocaba un malestar que la dejaba más tocada de lo que ya estaba. A Laura le tocó convencerla para que acudiera, así que Patricia finalmente le dijo que lo intentaría. 

Cuando Laura le dijo a Daniela que Patricia aún no había confirmado cien por cien la asistencia, le dolió en el alma porque muy a  su pesar, cada día la sentía más lejos y más inaccesible. Iba a ser una tarea casi imposible el volver a reconquistarla. Pero costara lo que costase, ella iba a intentar que Patricia volviera con ella. 

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Nota:

En el próximo capítulo es la cena de bienvenida de Daniela. Pasará algo entre ella y Patricia, pero luego se irá todo al traste con la llegada de Elisa.