Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

54. El yerno favorito. PARTE 3




54. El yerno favorito. PARTE 3

IVANNA

—No, no funcionó —le respondo a Lobo sin interés en llevar la conversación más allá de eso. No comprendo qué hace aquí.

—Una pena —continúa, instalándose frente a mí—. Parece mejor partido que Luca.

—Suelo clasificar como «inútil» cualquier opinión que venga de ti. No eres nadie para opinar qué es un buen partido —devuelvo.

Lo toma con «humor».

—¿Todavía hay rencores? Visité muchas veces a Babette cuando teníamos una relación —me recuerda—, no dudo que lamentara no pasar más tiempo con su yerno favorito.

Finjo mal contener mis ganas de reír.

—No te preocupes por eso. Pasó mucho tiempo con su yerno favorito.

Viro de él a Luca, todavía platica con Omi, no dejan de empujarse de forma amistosa el uno al otro.

—¿En cada visita fingió que no se conocen para no incomodarla? —defiende Lobo—. Yo hice eso.

—Aprendió francés por ella.

Escuchar eso lo deja boquiabierto.

—O tal vez lo hizo por ti.

—Aun cuando lo hubiera hecho solo por mí, no le resta mérito. Es mucho más de lo que tú alguna vez hiciste por mí o por Babette, teniendo más deber y recursos. Tú y yo nos íbamos a casar.

—Que lejano se ve hoy todo eso, ¿cierto?

—Sí... Gracias —suelto y tampoco lo esperaba.

»Si no hubieras arruinado nuestra relación, no conocería a Luca. Que me engañaras, apostaras y plantaras en la iglesia fue lo mejor que me pudo pasar.

»Incluso que no tuvieras los pantalones para renunciar a Doble R y me volvieras a utilizar. De no ser por eso, hoy seguiría atrapada ahí, trabajando para Rodwell y no en mi propia empresa.

»Propiciaste que aspirara a más, tanto en lo personal como en lo profesional.

—Así que, ya no hay rencores.

—No, ya no —resto importancia—. Ya tienes suficiente castigo.

—¿Por lo humillante que fue llamarte «Jefa»?

—No. Por tenerme, perderme y ahora estar seguro de que jamás volverás a encontrar a una mujer como yo.

—No cambias. —Se queja—. Siempre «la mejor», la número uno, la reina... Suerte a Luca con eso.

—Oh, no te preocupes —bateo de regreso—. Él se ha encargado de inflar más mi ego. En cada oportunidad que tiene me recuerda que no hay nadie mejor que yo. Esa es la diferencia.

Lobo sonríe con pesar. Su propio ego le hizo perder la mejor oportunidad que tendrá jamás y sé que lo sabe.

—Solo un consejo para cuando lo vuelvas a intentar en serio; no le dejes saber que te sientes intimidado cuando te supere —recomiendo.

—O tan solo deberíamos ejercer en diferentes campos —ofrece como «solución».

—Oh, sí, eso va a funcionar, campeón. —Doy palmaditas en su hombro a manera de «apoyo».

Al traicionarme, Lobo no rompió una promesa de amor, él se rompió en las promesas de amor, de modo que el problema no fue el amor o yo, sino Lobo.

A él era el único que debía sacar de la ecuación, no al amor, y mucho menos dejar avanzar al miedo.

Lobo ya no es una oportunidad perdida, es una anécdota.

—Es formidable que no le preocupe que esté hablando contigo o que Marinaro esté presente —opina, de nuevo prestando atención a Luca.

—Sabe que no tiene que temer. Después de ti, estuve con Marinaro y a Marinaro lo dejé por él. Tampoco tomé en serio a Omi por él. Por eso y mucho más, también tiene el ego bastante inflado. Mejor ni te le acerques —sigo «recomendando».

La atención de Lobo regresa a Luca y parece tomar el comentario con diversión hasta que su mirada se agudiza y su semblante se torna serio.

—Ten una buena vida, Ivanna —se despide, y asumo que Omi o Luca lo miraron de forma retadora, pero, cuando me giro hacia ellos, continúan distraídos en su propia conversación.

Entonces, lo miro; Marinaro acercándose.

Me sonríe cuando se encuentra a poca distancia y nos saludamos con un doble beso en la mejilla.

—Pensé que Lobo se fue por lo último que le dije, pero ahora es evidente que te vio.

—¿Aún me tomará como su enemigo? —pregunta Marinaro, entretenido—. Pero si hace mucho te decidiste por Luca.

—Justo le recordé eso.

—¿Sabías que está buscando trabajo? —Me hace saber y sin duda es una de las noticias del día—. Puso de referencia a un colaborador que fue su jefe inmediato en mi concesionaria y él me lo hizo saber.

—Se avecina una crisis para Doble R.

—Hay incertidumbre —confirma Marinaro, siempre al tanto del cotilleo empresarial—, Rodwell está enfermo, te delegó demasiadas responsabilidades y en este momento su carpeta de clientes depende de ti. Se confió. Ni siquiera eras su mano derecha, eras su cabeza.

—También haces un gran trabajo inflando mi ego. —Lo felicito.

Señala con un gesto gracioso a Luca.

—Pero no sé dibujar.

—No, no sabes dibujar —confirmo.

—Rodwell asumió que siempre te podría manipular —continúa—, lo hizo antes y te dio tanto poder que te volvió indispensable.

—Cuando menos me alegra ya no ser indispensable para ti. —Vuelvo a llevar hacia lo personal la conversación. No quiero hablar de Rodwell.

—Eres como dejar de beber, pero alejarme ayudó.

—¿Y cómo estás?

—Estoy saliendo con alguien y es posible que se torne serio.

—¿Y eso es lo que quieres?

Me emociona que mi pregunta lo haga feliz.

—Curiosamente; sí.

—No lo arruines.

—Tú tampoco —vuelve a señalar a Luca—. Es un gran chico... Fitness y eco-friendly —agrega, recordando un viejo chiste privado.

—Y le agradas —continúo—. Te llamó.

—Me llamó —confirma Marinaro sin todavía poder creerlo.

—Es amigo de ese tal Omi De Gea que es mala influencia para él —explico, Marinaro ríe y, por fortuna, Luca ya se acerca—. Apenas lo puedo controlar.

—Hola —saluda Luca, dándole la mano a Marinaro—, que bueno que pudiste venir.

—Sí. Hace mucho quería saludar a Ivanna.

—Bien. Entonces los vuelvo a dejar solos para que platiquen —empieza a despedirse Luca, pero Marinaro lo detiene.

—No, por favor. Solo vengo de paso.

—Como prefieras.

—Lo hiciste bien —se apresura a agregar—. Realmente bien. Tienes a tu lado a una gran mujer.

»¿Cómo era aquel consejo que me diste? —Lo piensa—. Ah, sí; trátala bien. O, en tu caso; síguela tratando bien.

»Tú también trátalo bien a él —Me recomienda y sabe que no tiene que repetirlo dos veces—. Sé que estarán bien.

—Es un gran tipo —dice Luca, una vez que Marinaro se marcha.

—Que no se te haga costumbre invitar a nuestras actividades a tipos con los que me acosté.

—Es mi forma de ser territorial y de saber cosas.

—¿Cosas cómo qué? —dudo.

—Omi dice que el día que se conocieron le diste una hoja de vida.

De momento solo puedo recordar a Omi riendo a carcajadas.

«Mierda». 

---------

Ya solo falta el capítulo final c:

Lo subiré en cuanto lo termine de editar. Estaré publicando en mi cuenta de Twitter e stories de Instagram el proceso. Allí también avisaré en qué momento publico y si hay algún otro plan. Me encuentran como TatianaMAlonzo, ¡y gracias de antemano por seguirme!

¡GRACIAS POR APOYAR MI TRABAJO DEJANDO SU VOTO! c:

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro