Nueva misión
Diez de la mañana.
Mundo Humano.
Camus caminaba de un lado a otro en la casa, buscando al ángel. Por dos motivos para poder por fin saber su nombre y también, averiguar si no se había ido.
Camus: ¿Donde esta? - preguntó parándose en la puerta de la entrada de la cocina - ¿podría ser que papá lo volvió a encerrar en el sótano? - preguntó para después molesto dirigirse hacia ahí.
Llego a la puerta del sótano y seriamente bajo, vaya sorpresa se llevó al ver que no había nadie ahí abajo. Tiempo después bajo su padre, ambos se vieron seriamente y Camus habló.
Camus: ¿Donde esta? - preguntó.
Dégel: no lo sé, ayer me dejó durmiendo en mi habitación y no lo volvi a ver - dijo mientras Camus lo vio triste.
Camus: ¿crees que volvió a su hogar? - preguntó.
Dégel: en el mejor de los casos eso seria lo apropiado. Sin embargo él no puede regresar ahí. Alone lo dijo y él lo confirmó ayer, debe estar por los alrededores - le dijo mientras ponía una mano en su hombro.
En otro lado.
En un parque.
Cierto angelito ahora disfrazado de humano común y corriente se encontraba sentado sobre una banqueta. Tenía una bolsa de pan en sus manos y se encontraba dándole de comer a las palomas, de la nada un balón llegó rápidamente y él sin ver lo detuvo antes que lo golpeara. Un muchacho se acerco a él rápidamente.
Xx: wow... buenos reflejos amigo - le dijo mientras que Milo solo le devolvió el balón, el chico agradeció y mientras se iba vió a una chica de cabellos lilas acercarse al muchacho. La muchacha se sentó en la banca junto a él chico y suspiró.
Sendai: ¿Que haces? - preguntó después de unos minutos de silencio.
Milo: solo alimento a las aves - respondió triste.
Sendai: ¿si les das demasiado sabes que te da? - preguntó mientras Milo seguía sin verla - palomas gordas - respondió riendo mientras Milo solo suspiró - okey ya, ¿que te pasa?.
Milo: ¿de que hablas?.
Sendai: se nota que te pasa algo, digo... te estoy viendo ahí sentado, deprimido. Alimentando palomas. Tú nunca haz sido así.
Milo: no... supongo que no. Y creo que tú ya debes saber el motivo, no te hagas la tonta hermana - Sendai lo vio - te juro que hice lo posible por regresar hace tiempo, pero ellos pudieron más que yo. Y ahora siento que soy... nada - dijo mientras la muchacha tomó su mano.
Sendai: pudiste a verme llamado Milo, no solo a mi, a Kanon, Saga y Aiacos también, cualquiera de los cuatro no hubiera duda en venir en tú ayuda- le dijo mientras Milo río sarcásticamente por lo bajo para después verla.
Milo: no quería preocuparlos - dijo haciendo que Sendai se parara de un solo.
Sendai: hay no es posible. Te voy a decir una cosa Milo. Y solo lo voy a decir una vez así que pon atención, Tú... eres sin duda el más estúpido, egocéntrico y patético intento de ángel guardián que yo haya visto en toda mi vida, te tienes lastima a ti mismo. Y no deberías, aún no eres un caído, y puedes acceder a otro trabajo fácilmente, lo que pasa es que aun no tienes las bolas suficientes para poder aceptar tú nueva vida. Estás igual de mal que Aiacos, no peor... - dijo mientras le daba un golpe en la cabeza, haciendo que el menor se sobara esa zona - ¿o que acaso no se te ocurrió que me preocupaba por ti?, ¿por tú bienestar?, por no saber quien era él que te había raptado.
Milo: no pensé... - Sendai interrumpió.
Sendai; exacto. no pensaste... - dijo mientras la pelota volvió a aparecer salvajemente y esta vez Sendai la atrapó, el muchacho se volvió a acercar.
Xx: waow... eres igual de buena que tú amigo. Creo... - dijo mientras Sendai le pasó la pelota.
Sendai: no es mi amigo, es mi hermano. Y es un idiota - dijo mientras Milo respondió.
Milo: solo alimento a las aves - dijo mientras él otro confundido se fue. Sendai suspiró y dijo.
Sendai: no puedo quedarme todo el día. Tengo trabajo, por eso e venido a darte una nueva misión - dijo mientras Milo sin ganas la vio - la familia con la que estás, tiene serios problemas de cariño, y los ángeles guardianes de cada uno no es que puedan hacer mucho que digamos. Por lo cual te ordenó a ti, cuidar de ellos en forma física y ayudarlos en todo lo que puedas hasta que llegue tú hora de nacer - sentenció seria mientras Milo la vio incrédulo.
Milo: ¡¿acaso enloqueciste?!. ¡¿o que te pasa?!, ¡ya no puedo estar con ellos me es incomodo! - grito mientras la chica sonrió.
Sendai: lo siento, pero ese es tú nuevo trabajo adiós - dijo ella para después irse, mientras Milo se agarro el cabello con bastante enojó.
Milo: a veces no sabes cuanto te detesto - susurro molesto.
Sin más el también se puso de pie y se retiro de ahí, en dirección de la casa de aquellos humanos, bueno no era que tuviera muchas opciones ahora de si o si tenía que estar con ellos. Cosa que no le era nada agradable.
Regresando con Dégel.
Dégel por su parte soltó la nota que le había llegado, se quito los lentes para después sobar su entrecejo, estaba estresado, cansado pero sobre todo molesto con lo que estaba leyendo, es que ¿cómo era posible que le pidieran semejante cosa?.
Dégel: estoy muerto - susurró cansado.
Seraphina: ¿por qué dices eso? - preguntó la peli plateada mientras entraba a la oficina, sin permiso.
Dégel: señora Seraphina, no sabía que seguían aquí - dijo mientras escondía rápidamente la carta.
Seraphina: hay Degi... nuestros hijos necesitan su tiempo para convivir y como lo de ayer resultó ser una tremenda locura pues... decidimos quedarnos unos días más aquí - dijo ella mientras se iba a sentar frente a él.
Dégel: lamento mucho lo que vieron ayer... fue un espectáculo terrible pero gracias a Dios pudimos salir bien - dijo él.
Seraphina: no Dégel, gracias al ángel... que por cierto. Me encantaría saber ¿Cómo es que lograste llamarlo? - preguntó incomodando al peli verde.
Continuará...
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