Con Camus.

Después de haber ido a visitar a mi pequeño amigo subí de nuevo a la parte de arriba de la casa, vaya sorpresa me llevé al ver a las sirvientes correr detrás de mí hermana quien trataba de quitarse el vestido que le habían obligado a ponerse.

Xx: Señorita Aurora regrese por favor. Su padre dijo que tenía que estar presentable - decía la joven siguiendo de un lado a otro a mi hermana.

Aurora: hay ya solo déjenme en paz que no quiero ver a dos solteronas hijas de papi - decía corriendo, hasta que la atrape - hay... Camus...

Camus: no corras por la casa, esas no son las acciones que debería tomar una señorita - le reproche mientras ella me vio molesta.

Aurora: hay Camus, ya suenas igual que mi papá con todo su as esto as aquello - imitó con cierto sarcasmo que me hizo reír.

Camus: solo ve a arreglarte, ¿esta bien? - pregunté a lo que ella hizo un puchero.

Aurora: bien, esta bien... ¿pero por que tengo que ser yo la que se arregle?, si a los que vienen a ver son a ustedes - dijo ella molesta.

Camus: porque toda la familia debe estar reunida para esta ocasión especial que puede cambiar nuestras vidas. Además hermanita, tú tienes que cuidar que no nos juntemos con brujas ¿verdad? - pregunté a lo que ella sonriendo asintió.

Y así más contenta se fue con la señora que le ayudaría a arreglarse, estábamos a menos de una hora que esas personas llegarán y la verdad no estaba muy seguro con lo que haríamos. Pero bueno esos eran los deseos de mi padre así que teníamos que obedecer.

Volviendo abajo.

Con Dégel y Milo.

Dégel: la noche de hoy vendrán unas señoritas que están muy interesadas en Camus. ¿Tú crees que entre alguna de ellas mi hijo pueda encontrar el amor? - preguntó viendo la foto de Kardia que tenia puesta frente a la jaula.

Se volteo para ver al ángel que lo veía de forma interrogatoria, algo le decía que ese pequeño quería saber más, por lo cuál vio una carta que tenía en sus manos y luego vio a Milo.

Dégel: mis padres están poniendo presión sobre mí. Dicen que si lo mejor será hacer que Camus asiente cabeza para darle un buen ejemplo a sus hermanos. O tan sí quiera yo, en otras circunstancias le hubiera preguntado a Kardia que hacer, pero el no está pero aunque en diez años no me haz hablado y viendo tú parecido con él tú compañía me reconforta mucho, gracias - le dijo sonriendo.

Milo: y pensaba que Shaka era raro, pero esto ya es otro nivel - fue lo que inocentemente pensó Milo, para después ver al mayor suspirar.

Dégel: tengo que ir a recibir a mis invitadas, pero no te preocupes, mañana te enterarás a que acuerdo llegamos - fue lo que le dijo para después irse.

Milo confundido vio por donde se fue aquel sujeto, ¿por qué a él debería interesarle lo que ellos hagan?. Eso fue lo que se preguntó aunque últimamente ese sujeto parecido a Camus llegaba todos los días a hablar con él acerca de lo que sus hijos hacían en su día a día. Cosa que a él ya se le había hecho rara, aunque llegó a la conclusión que dado a su parecido con la persona de la fotografía, inconscientemente ese hombre se había hecho la idea de que él era su difunto esposo y por eso le hablaba de sus hijos, en fin suspiro cansado para después ver arriba.

Milo: ¡¿luna de sangre?! - pensó sorprendido - algo anda mal. Y creo saber quien es el responsable - fue lo que molesto pensó él.

Con Dégel.

Paso la vista por sus cuatro bendiciones dándose cuenta de que su hija se encontraba moviéndose un poco incómoda en el vestido se acercó para darle una flor a Camus. Sabiendo que él ya sabría que hacer con ella. A lo lejos pudo ver una carroza acercarse, el momento había llegado por lo cual y animando al mayor de sus hijos le dio unas palmaditas en el hombro para darle confianza.

Dégel: todo estará bien Camus - le dijo mientras el mayor suspiró.

Regresando con Milo.

Él ángel por su parte no paraba de dar vueltas en su jaula, sentía un mal muy grande acercarse peligrosamente, sin embargó no podía hacer nada si no podía salir. Había tratado de abrir la jaula con la orquídea que le había regalado Camus, pero esta estaba impregnada de energías malas y cada vez que tocaba la jaula se quemaba sin más remedio decidió rendirse, con suerte esas cosas se irían a otro lado. ¿Verdad?.

Milo: solo espero que sea un error mio. Ja ¿pero que estoy diciendo?, si Saga me escuchara me golpearla seguro por considerarme débil - se dijo así mismo pero estaba cansado por lo cual se sentó.

Con los demás.

Dégel salió a recibir a sus vistas, el hombre que conducía bajo de la carroza y abrió la puerta para después ayudar a las damas a salir. De la carroza bajaron dos chicas peli plateadas, la primera de ellas era la madre. Su nombre era Seraphina, la segunda era la hija mayor, y su nombre era Hilda. Después de ellas bajaron las menores de la familia. Flare y Lyfia quienes eran las hijas menores.

Seraphina: Dégel amor. ¿Cuanto tiempo? - preguntó la mujer mientras se acerco a Dégel y deposito un beso en su mejilla una vez estuvo cerca - lamento mucho lo que sucedió con Kardia, se que ya paso mucho tiempo pero... quiero que sepas que si necesitas ayuda con alguno de tus hijos puedes contar conmigo - dijo ella.

Dégel: muchas gracias - dijo el un poco nervioso al sentir una mirada filosa clavada sobre él, sabía que se trataba de su hija. Esa niña había heredado mucho más de Kardia de lo que deja ver - Camus, acércate por favor a saludar a tus invitadas - pidió él, Camus como el hijo obediente que era hizo lo pedido saludando de igual manera a la mayor de las hijas primero y después a las menores.

Todo esto sin notar que un montón de ojos les observaban desde la oscuridad, una sonrisa brillante se vio mientras la suave risa de una mujer se escuchó en el viento.

Xx: vaya... vaya... si que es una zorra - dijo la mujer riendo con bastante burla - pero lamento mucho que la fiesta se allá acabado aquí - dijo ella - salgan, salgan hijos míos y siembren el caos sobre esta gente... - dijo alzando sus brazos hacia la luna, mientras la tierra comenzó comenzó abrirse.

Continuará...