Caer en tentación
Siguiendo con Milo.
Estaba confundido esta demás decir y estaba seguro de que además de dormir el hombre que ahora lo abrazaba tenía pensado hacer otra cosa ¿pero que? ¿Tenia bastante curiosidad? La forma en la que lo estaba tocando le era bastante sugerente y hasta cierto punto impaciente, algo esperaba de él, eso era seguro.
Milo: ¿Ocurre algo Dégel? - preguntó.
Dégel: no te preocupes no pasará nada, únicamente necesito que hagas todo lo que te digo ¿Si? - Preguntó mientras Milo confundido lo vio, pero después asintió.
Sintió cómo él mayor suavemente lo jaló, posicionándola abajo de él, dejándola a la misma altura de su rostro, se vieron a los ojos por unos instantes, pero lo vio pensativo, preocupado por esto únicamente preguntó.
Milo: ¿Sucede algo? - preguntó.
Dégel: Milo, explicame algo ¿que es lo que en el cielo hacías? - preguntó.
Milo: haber, era el guardián más joven de las puertas del infierno, mi puerta era la que cuidaba las puertas de los overlods del infierno - respondió.
Dégel: ¿Overlods? - preguntó.
Milo: los duques del infierno, la segunda fuerza que gobierna el inframundo además de lucifer, también se les conoce como duques - respondió.
Dégel: así que ya te relacionaste con verdaderos demonios ¿no? - preguntó.
Milo: así es... unos son burlones, otros serios y otros pervertidos - susurró recordando al demonio que iba a molestarlo durante todo el día.
Sin previo aviso vio cómo Dégel se acerco hasta sus labios, los cuales beso, confundida por esto se quedó quieta en su lugar, el beso a cada segundo iba profundizandose más, mientras sentía cómo sus manos suavemente comenzaban a pasearse por su cuerpo, la situación estaba rara, sin embargo su cuerpo parecía responder a los estímulos que le estaba dando de forma bastante extraña para ella, por lo cual después de separarse del beso dejo escapar un suspiro de sus labios.
Dégel: parece que esta noche va a ser muy larga para nosotros ¿no? - preguntó mientras que Milo únicamente vio cómo se retiró la camisa ¿que iba a hacer?
A la mañana siguiente.
Con Camus.
Después de salir de su habitación, rápidamente se dirigió a la se su padre, dónde después de verlo salir de ella bastante animado, por lo que veía, entró a la habitación.
Camus: hm... ¿hola? ¿Milo? - preguntó preocupado mientras ingresaba, aunque no vio a nadie, únicamente vio un desastre en la cama, por lo cual confundido se acerco.
Milo: ¿Que estas haciendo aquí Camus? - preguntó asustando al menor, que rápidamente se giro a verlo, aunque rápidamente se sonrojo al verla únicamente con una toalla cubriendo su cuerpo, su cabello estaba mojado por lo cual supuso de que se terminaba de bañar.
Camus: p-perdon n-no sabía que te estabas bañando - aseguró nervioso mientras se cubria el rostro.
Milo: no te preocupes, no me preocupa, no tengo nada que ocultar - aseguró mientras pasaba caminando aun lado de él, para dirigirse a su ropa.
Camus por su parte nervioso únicamente mantenía su rostro cubierto, hasta que al recordar la cama y recordar que esos dos habían "dormido" juntos nervioso preguntó.
Camus: ¿y pudiste dormir anoche? - preguntó nervioso.
Milo: ja, ¿dormir? No, no pude... tú papá me hizo una serie de cosas que si bien me dolieron en cierto punto parecían satisfacerlo a él, cosa que me pareció curiosa así que lo dejé seguir, nunca lo había visto asi de contento - respondió impresionada.
Camus: ¡¿Te lastimo?! - preguntó molestó sorprendiendo al ángel que curioso lo vio.
Milo: controlate Camus, la furia es pecado, además no tienes que preocuparte a estas alturas, no hay nada peor que me puedan hacer, ya me quitaron el derecho al cielo desde hace mucho tiempo - dijo mientras veía al cielo.
Para su sorpresa, vio al joven rápidamente salir de la habitación, por lo cual confundido vio por donde se había ido, para después escuchar a su compañera hablar.
Shoko: oh vaya... esto va de mal en peor - aseguró.
Milo: ¿de que hablas? - preguntó.
Shoko: si bien lo consentiste por curiosidad, lo que paso aquí ayer es bastante serio para el mundo humano Milo, oh bueno, así es cómo lo ve él - respondió la guardiana - para él, su padre te tomó a la fuerza - respondió - aunque entiendo de que al ser el guardián de las puertas de los duques del infierno, eres muy inocente para entender ciertas cosas - aseguró.
Milo: y pensaba que el demonio de la puerta era difícil, no me obligaron a nada, yo permití eso porque quise, tengo que ir a hablar con él - respondió mientras se vestía rápidamente ante la mirada de la guardiana que suspiró.
Mientras tanto.
Con Camus.
Él joven rápidamente llegó a la oficina de su padre, el cual se encontraba leyendo unos papeles, molestó se acercó a él y habló.
Camus: ¿Cómo pudiste hacerle eso a un ser inocente como ese ángel papá? ¡Eres un monstruo! - gritó.
Dégel: Camus, no estoy para tus niñerías, además... no tienes porque estarte metiendo en mis problemas, yo hago lo que quiera porque esta es mi casa, además... nunca lo forze a nada, todo se hizo con su debido consentimiento y si no te gusta te puedes ir... total, ya estas grandecito cómo para vivir solo ¿no? - preguntó.
Camus: ¿Cómo puedes ser tan descarado papá? Mamá jamás hubiera permitido algo así, ponte a pensar que eso podría pasarle hasta mi hermana. -
Dégel: a Aurora no la metas en esto Camus, en primer lugar tú no tendrías porque estarte metiendo en mi vida privada ¿Cómo te enteraste? ¿Estuviste espiando acaso? - preguntó molestó.
Camus: claro que no, no estoy tan enfermo cómo tú - aseguró, pero ante de que Dégel pudiera responderle, vio cómo la puerta se abrió, dejando ver a los menores de la familia.
Hyoga: buenos días papá, buenos días Camus, él desayuno ya esta listo y él abuelo nos espera ahí - aviso sonriendo, aunque al ver lo tensa que estaba la situación con su padre y su hermano su sonrisa desapareció.
Isaac: ¿ocurrió algo malo? - preguntó confundido, mientras Dégel únicamente negó.
Dégel: claro que no niños, ¿verdad Camus? - preguntó serio mientras el otro molestó lo veía.
Continuará...
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