Capítulo 46: Ayurnamat
(Inuit) No merece la pena preocuparse por las cosas que no podemos cambiar.
Dilara sabía que luego del episodio Athan sentiría más cosas por Lu, tenía que hacer algo...
Cuando vio que Athan llegó al Instituto ese día corrió a abrasarle, no importaba nada más, él estaba ahí ahora.
–Hola, Di. –Le saludó él, con su sonrisa habitual, pero había algo diferente.
–¿Cuándo saliste?
–El sábado en la mañana.
–¿Y no me lo dijiste? Pude ir a tu casa ayer.
–Estábamos ocupados, mis padres vinieron y... teníamos mucho de qué hablar.
–Ah... Pero, podías presentarme a tus padres.
Luary llegó al Instituto, TJ la vio entrar y se lo hizo notar a Athan.
–¡Lu! –la llamó.
La pelinegra sonrió al verle, Dilara se dio cuenta de que sólo sonreía así cuando saludaba a Luary. Se había percatado de ello hace tiempo, pero ahora le dolía mucho más.
–Hola, chicos. –saludó Luary.
–¿Vienes a inscribirte otra vez? –preguntó TJ, ya enterado de su regreso.
–¿Inscri...? –Dilara intentó preguntar, pero nadie la escuchaba.
–Sí, Lantsov me está esperando en su oficina para oficializar que regresé.
–¿Regresarás al Instituto? –preguntó Dilara subiendo el tono de voz.
–Sí, volveré. –estaba tan emocionaba que casi daba saltitos. –Debo irme, nos vemos más tarde.
La sonrisa de Athan no podía lanzar un mensaje más claro.
–¿Tú sabías que ella volvería? –Preguntó Dilara.
–No era seguro, aún tenía que hablarlo con su madre, pero... Sea como fuera, me alegra mucho que haya regresado.
Dilara se sintió amenazada, pero se repetía que no importaba, ella pasaba más tiempo con Athan que cualquier otra chica. Las cosas no siguieron como ella esperaba. Athan sí pasaba más tiempo con ella, pero...
Unos cuantos días fueron suficientes para que Dilara se diera cuenta de que Athan ya no era el mismo, no había nada por lo que pelear con él, no podía hacerle escenas de celos, no podía decirle que no le gustaba cómo vestía, porque él simplemente sonreía y le restaba importancia. Necesitaba salir con él, necesitaba ir a alguna parte lejos del Instituto, lejos de ella...
–Athan. –lo llamó saliendo de clases. –¿Vamos a almorzar juntos?
–Di, lo siento, pero quedé con los chicos para ir a comer. ¿Te parece si luego vamos a cenar? O si prefieres, vamos a esa cafetería que te gusta.
–¿Prefieres ir a comer con tus amigos a comer conmigo?
–No es eso Di. Te dije esta mañana que almorzaría con ellos.
–Bueno, creí que podrías cambiar tus planes por mí.
–Am... No. De verdad quiero ir a comer con ellos, no lo hago desde antes de entrar al hospital.
–¿Y sólo importa lo que tú quieres?
–No, no quise decir eso. Lo estás mal interpretando.
–¿Qué estoy malinterpretando? Fuiste muy claro, quieres estar con ellos y no importa cómo me hace sentir eso, no te importa si me agradan o no.
Athan miró a su alrededor, Dilara había empezado a levantar la voz y todos volteaban curiosos.
–Ven Aquí.
La tomó de la mano y la llevó al callejón detrás de los escalones.
–Dilara, entiendo que estés molesta por lo de hoy, pero, no podemos pelear de esta forma por una comida. Yo ya te comenté ayer que me gustaría ir a comer con Takashi, TJ y Lu...
«Y Lu, claro... no puede salir sólo con TJ, tiene que ser con Takashi y Luary» Los pensamientos de Dilara no le dejaron escuchar el resto.
–... Y está bien, no es mi culpa...
–No, claro que no, no es tu culpa nada de lo que pasa. Todo es mi culpa. Ah, pero ella, Luary es un ángel, ¿verdad?
Athan agitó la cabeza confundido.
–¿Qué tiene que ver Lu en...?
–Todo, Athan, todo. Lo peor es que no te das cuenta, ella no fue a verte al hospital a diario ni te invita a comer ni se preocupa por tus medicinas porque es linda, lo hace porque quiere algo más contigo. Tú haces la vista gorda, como si no te dieras cuenta y estoy harta de sentirme como la mierda porque siento que tú también quieres algo con ella y no me lo quieres decir ¿cómo crees que me voy a sentir ahora cuando me dices que quieres ir a almorzar con ella?
Athan guardó silencio, se sintió culpable, porque no podía decirle que era mentira, que Luary sólo era una amiga, sería traicionar a sus sentimientos, pero tampoco podía decirle que era verdad, porque eso sería traicionarla a ella. Comprendió el daño que le hizo a Dilara, que ella no se merecía eso, se sintió como un gran pedazo de basura.
–Lo siento.
Dilara comenzó a llorar al no recibir una respuesta inmediata, pero las lágrimas se hicieron más incontrolables cuando la recibió.
–¿Por qué... por qué eres tan egoísta?
–Lo siento... Di... deberíamos terminar.
Ella dejó de sollozar casi de inmediato.
–¿Qué?
–Tienes razón, soy egoísta, soy una basura que no se dio cuenta de tus sentimientos. No soy el novio que deseas y mucho menos el que mereces. Por más que me esfuerce nunca cubriré tus expectativas y nunca podré compensar el daño que te hice...
–Pero... yo no quiero terminar contigo. Podemos olvidarlo todo y empezar de nuevo, como antes.
–Pero no podemos. Tú y yo ya no somos los mismos. Es mejor terminar...e intentar ser amigos. No será fácil, pero creo que será lo mejor. ¿Ok?
Dilara asintió convencida de que su relación había terminado hace mucho que sólo era ella la interesada en seguir adelante con la relación. Athan estuvo a punto de irse cuando ella lo detuvo.
–Es por ella, ¿verdad? –Athan volteó a verla. –Es por Luary, siempre la quisiste.
–No siempre. Hubo un momento donde yo realmente te quise, aún te quiero, sólo que nunca me sentí... suficiente.
Athan sonrió con dolor y se fue, dejando a Dilara con el corazón roto, su mente confundida y entre sus manos un gentil "Adiós".
Luary, Takashi y TJ ya habían dado toda una vuelta al patio de comidas, tal y como dijeron los comerciales que vieron, había comida de todas partes del mundo, o, al menos, estaban las más populares. Hicieron sus pedidos y se sentaron en una mesa a esperarlos, el lugar estaba tan lleno que a los tres les dijeron que tardarían unos minutos en llamarlos para que recogieran su comida.
–Athan está tardando mucho... –Observó ella.
–Tal vez debimos esperarlo después de clase.
–Athan no es un niño. –Dijo Takashi. –Seguro ya está por llegar... Oh hablando del rey de Roma.
Lu y TJ voltearon a ver en la dirección de Takashi. El japonés levantó la mano y le siguió TJ, Athan sonrió y se acercó a ellos.
–Hola, perdón por el retraso.
–¿Estás bien? –Le preguntó Takashi notándolo un poco disperso.
–¿Problemas con Dilara? Seguro no quería que vinieras... –Comentó TJ.
–No, no es eso...
–¿Quieres tteokbokki? –Interrumpió Lu tratando de levantar el ánimo. –Iré a...
–No, no tengo ganas de eso. ¿Qué pediste tú?
–Un extraño plato árabe. –respondió TJ por ella.
–No es extraño.
–Sí es, ni siquiera sabes lo que tiene, sólo te gustó el nombre.
–No es verdad.
–Sí lo es. –Terció Takashi, recibiendo la mirada asesina de Lu. –Siempre haces eso, pruebas platillos porque te suenan bonito o interesante. Y siempre son árabes.
–Oh, cállate.
Athan fue el primero en reír, los miró afortunado de tenerlos en su vida.
–Supongo que pediré lo mismo que ella.
–Te vas a arrepentir. –Dijo TJ.
–No importa, hoy es el día de las decisiones arriesgadas.
–¿Tomaste otra decisión así hoy? –pregunto Takashi.
–Terminé con Dilara.
Hubo un momento de silencio, Athan había respondido como si estuviera esperando la pregunta.
–¿Por qué? –Preguntó TJ. –Se me ocurren muchas cosas, pero quiero saber cuál de todas ellas es.
–Simplemente nos estábamos haciendo mucho daño.
–Qué bien, felicidades. –Exclamó Takashi. –No te veías feliz con ella.
–Dime que te acostaste con ella antes de terminar, por favor. –Dijo TJ despertando el desagrado de todos.
–Saben, sigan con esa conversación, iré a pedir el plato de Athan. –dijo Lu levantándose disgustada.
–¿En serio tenías que preguntar eso? –Le regañó Athan– ¿Frente a ella?
–Sólo responde.
–No, no lo hice. Me sentía incómodo cada que pensaba en eso, sólo se me ocurría que si me acostaba con ella estaría acostándome con una de las tantas chicas con las que lo hiciste tú y... no, mejor no.
TJ rio, pero se detuvo al mirar a Takashi, a él no le hizo ni una pizca de gracia. Lo tomó de la mano por debajo de la mesa, sin decirle nada y le sonrió con picardía.
–Dice que el plato es para compartir entre dos. –Dijo Lu al llegar. –Qué bueno que llegaste porque no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si no me gustaba el platillo.
El plato escogido por Lu fue un éxito, ambos lo disfrutaron. Al terminar TJ y Takashi conspiraron para dejarlos solos y obligar a Athan acompañar a Luary a su casa.
–¿Cómo vas con la universidad? –preguntó Athan.
–Pues... abandoné un par de materias, para cumplir con los ensayos y estar un poco más tranquila.
Athan evitó preguntar cómo reaccionó su madre.
–Me agradan tus prioridades. –Dijo divertido. –¿Harás algo este viernes en la noche? Los del Instituto organizarán una fiesta y pensé que podríamos ir juntos... con los chicos, claro.
–El viernes tengo una reunión con los de la universidad, es el cumpleaños de uno de los amigos de Feryel. –Athan la miró confundido. –Un amigo. Y tengo que ir, porque el día del musical cuando te llevé al hospital, dejé a Feryel en el teatro.
–Auch, ¿salieron en una cita?
–No era una cita, pero sí fuimos juntos. Así que, para compensarlo, me pidió que fuera a la fiesta con él. No pude decir que no, aunque quisiera.
–Bueno, cuando te aburras de la fiesta esa, ven a esta otra.
Lu rio.
–¿Y si no me aburro?
–¿Me estás diciendo que prefieres pasar la noche con un montón de estirados a venir conmigo, TJ, Ze Lei, Ahmya y Takashi a una fiesta increíble en Merak? –Luary se llevó la mano a la barbilla, como si lo pensara. –Habrá música en vivo.
–Y bebidas horriblemente preparadas.
–Y buena compañía.
Lu lo miró achicando los ojos y haciendo muecas extrañas con su boca.
–Lo pensaré, si no soporto seguir ahí, te llamaré.
–Iré por ti a la velocidad de la luz. –chasqueó y le guiñó un ojo.
Rieron y continuaron el camino.
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