(Árabe) Nerviosismo o inquietud que altera el comportamiento de una persona.

Junio terminó. Julio no se dejó sentir. Los momentos más felices para los estudiantes se escapan tan rápido como el correcaminos. Aunque no todos odiaban el final de las vacaciones, Feryel Vasl era una de las personas más contentas por volver a la universidad.

Sería un semestre diferente, Luary ya no estaba interesada en Seth, dejó el Instituto, nadie la pretendía, sólo él. Era perfecto, volvería a verla y, si la suerte le acompañaba, podría invitarla a salir.

Pero invitar a salir a Luary Tametz era complicado, mucho más después de todo lo que había pasado el semestre anterior. Feryel pasó la última semana de vacaciones, y parte de los primeros días de clases, diseñando la cita perfecta, una que no contenga películas en el cine, porque a Lu no le gustaba el cine; No tenía que ir a un lugar con mucha gente, porque a él no le gustaban las multitudes; tampoco podían ir a un concierto, Luary odiaba los sonidos fuertes, ¿Qué quedaba? ¿Un parque? ¿Ir de caminata a algún lugar? ¿Qué comida le gustaba a Luary? ¿Qué lugar le gustaba frecuentar? ¿Qué actividad podrían hacer juntos?

–Señor Vasl, le recuerdo que la clase está aquí al frente, no en el rostro de su compañera.

El resto de la clase rio por la llamada de atención del docente, Lu también rio sin saber que hablaban de su rostro.

Feryel continuo sus cavilaciones en la biblioteca, pero no importaba cuánto lo pensara, no tenía ni idea de cómo crear la cita perfecta.

–¿Los ejercicios están difíciles? –preguntó Luary sentándose a su lado.

–Ah... Hola.

–Hola. ¿En qué tanto piensas? Parece que tu cerebro quiere escaparse de tu cabeza para dejar de pensar. –rieron.

Luary sacaba sus cuadernos mientras el chico tomaba valor suficiente para invitarla.

–Es que...

El celular de Luary vibró, era la invitación al Musical. El profesor Evander tenía razón, la inscripción de Luary no había sido cancelada, y como todo estudiante del Instituto, a Luary le llegaron dos entradas al musical.

–¿Pasa algo?

–Es... el musical. Será en dos semanas.

–Y ¿Quieres ir?

–Supongo que sí. Hice muy buenos amigos y se presentarán. Pero Takashi estará ocupado en vestidores, así que no sé si realmente vaya, no me gustaría ir sola.

–¿Y si vamos juntos? –Propuso él.

–¿Te gustan los musicales?

–Nunca fui a uno, tendrás que explicarme. Podemos ir a comer alitas picantes luego, o antes, como quieras. –Luary sonrió.

–Iremos a comer alitas luego. Pero primero explícame esto, que no entiendo. –Le acercó el cuaderno y señaló el problema.

–Ah sí, es simple. Primero sacas la condición de optimalidad y...

Así como Feryel estaba más feliz que un actor ganando su primer Oscar, Lu tenía sentimientos encontrados, y ninguno era por él

Feryel se arregló exageradamente bien para verla el día del musical, incluso le llevó un pequeño ramo de flores. Athan vio a Feryel esperando en la puerta del teatro, Dilara también lo vio.

–Oh que ternura. –dijo ella. – No hay nada más romántico que invitar a tu novia a un musical y llevarle flores.

–¿Te parece? –A Athan no le gustaba tanto la idea de esperar a alguien con flores.

–Claro. Esa chica es muy afortunada, espero que no lo deje ir. Los hombres detallistas están en peligro de extinción. –rio y entró.

Athan miró hacia los autos que se detenían para que las personas bajaran. «Ella no vendrá, ¿verdad? No, ¿por qué vendría?»

Athan entró al teatro y minutos después llegó Luary. Estaba hermosa, radiante, llevaba una falda verde agua de tul y un suéter de cuello alto muy pegado y un saco negro largo encima. Feryel afirmó, y con razón, que no había visto a ninguna otra chica más bonita aquel día.

–Hola. Perdón ¿Tardé mucho?

–No, llegué antes. Estas son para ti.

–Woa están hermosas. Gracias. Pero sí sabes que no era necesario, ¿verdad?

–Sí... no, sólo creí que sería un lindo detalle.

–Lo es. Gracias. Entremos.

Se sentaron en los lugares que indicaba la invitación. Tenían un muy buen lugar. Lu estaba ansiosa por verlos actuar, sólo Takashi y TJ sabían que ella iría, se moría por ver la cara de Ze Lei y de Athan. Feryel sólo moría por tomarle de la mano.

Las luces se apagaron en unos minutos, salió la maestra Svajone a presentar el musical. Su belleza era en verdad extraordinaria y su forma de vestir no hacía más que resaltarla.

–Muy buenas tardes, tengan todos ustedes, bienvenidos al Musical del Instituto Merak. Este año nuestros estudiantes prepararon una de las obras más importantes del siglo XX, con las canciones de y , por primera vez representada en 1992 en Madrid. El día de hoy, con la dirección del profesor Evander Lantsov y mi persona Eun Svajone, les presentamos, Les Miserábles.

Todos aplaudieron mientras la maestra salía del escenario. De pronto las luces se encendieron y la orquesta comenzó a sonar, el lugar se iluminó por completo y salieron al escenario los actores de la prisión. En la pantalla de arriba se mostraba un cameo por el escenario y un especial enfoque en Cassian, quien interpretaba a Jean Val Jean, al igual que los subtítulos de las canciones en coreano y japonés.

Lu y Ferley sintieron un escalofríos con la primera canción "Look down". Lu se quedó maravillada con el trabajo de todos, puede que más que cualquiera. Ella había formado parte del proceso de preparación de lo que veía, había ensayado hombro a hombro con la orquesta. El equipo de iluminación era excelente, y también era la primera vez que veía el vestuario y los detalles de los videos en pantalla.

–Es increíble. –Murmuró ella.

Feryel la miró, estaba sorprendido, pero era un espectador más, no sabía nada del trabajo detrás de la obra presentada, era como ver una película sin saber nada de cine, al lado de alguien que se estudiaba cine.

El escenario se iluminó em el segundo acto, con la canción "By the end of the day", la muchacha que hizo el papel de Fantine era una chica de último año, sorprendió a todos con su gran entrega en el escenario. Fantine no sólo era maltratada brutalmente, también tenía una de las canciones más importantes del musical y su voz era la más estable de todo la presentación. Se sentía la desesperación y decepción en su voz, pero las notas eran estables, incluso Lu se sorprendió de la potencia de su voz.

–Por Dios... es muy buena. –comentó Luary cuando terminó la canción "I dreamed a dream".

–Sí, tiene bonita voz. –Resumió Feryel.

A Luary le rompió el corazón ver a Ze Lei tocando el solo que ella tenía en la canción "Tha bargain", bajó la mirada maldiciendo su suerte, le encantaba tocar esa canción. Era todo maravilloso, pero ella no formaba parte, era una espectadora más, nada importante...

La vibración de su celular la distrajo, disimuladamente vio el mensaje, era una llamada perdida de Takashi. Él no la llamaría por una insignificancia, mucho menos ese día.

–Algo anda mal. –Murmuró preocupada.

–¿Qué...? –Feryel terminó la pregunta, pero ella no escuchó.

Luary recordó que Athan no presentó la canción que preparó para el festival, que ya no asistía a terapia. Tenía que ir a ver que todo estuviera bien.

–Feryel, perdón, ya vuelvo.

Luary se levantó y casi corrió hacia la puerta que conectaba el público con los camerinos. Le explicó al guardia que ella era estudiante y entró.

La campana sonó en los camerinos, indicando el final de la canción "The convent", los que participaban en el siguiente acto tenían que prepararse y subir tras bambalinas.

Athan ya vestía su traje de Enjorlas, TJ se veía muy atractivo como Marius y Alice no podía verse más hermosa como Cosette. La maestra Senesh daba las últimas instrucciones y revisaba que todo estuviera en orden, pero Athan dejó de oírla.

Algo en su pecho comenzó a temblar. Antes de que se diera cuenta, las pequeñas bocanadas de aire que tomaba eran más seguidas y el aire no parecía llegar a sus pulmones.

Dilara se acercó para hacerle un halago, pero al voltear a verla el mundo giró bruscamente. Cayó a un costado en un vano intento por buscar a poyo. Ella no dejaba de preguntarle qué era lo que le pasaba. Athan sintió náuseas. Dilara comenzó a gritarle, llamando la atención de todo el mundo.

TJ corrió a los camerinos en busca de los dulces de limón y los audífonos que aislaban el sonido, la maestra Senesh se acercó a Athan para calmarlo, pero él sólo respondía, cada vez más, asustado que se moriría. Dilara comenzó a desesperarse en busca de respuestas. La maestra se alejó y llamó a los paramédicos.

–¡Athan, respóndeme! –Le gritó Dilara.

–¡Déjame tranquilo! –Respondió Athan, temblando y con los ojos llorosos. –Sólo aléjate. –Dilara se quedó como estatua.

La mente de Athan no dejaba de repetirle que no podría cantar, se equivocaría, se quedaría parado en el escenario y no haría nada más que el ridículo.

«No puede pasar esto, no otra vez»

TJ se acercó corriendo con las cosas. Luary que entró en ese momento, se acercó a Athan y le tomó de ambas manos. Tuvieron que detener a Dilara para que no separara a Luary.

–Athan escúchame, todo está bien. ¿Sí?

–Lu...No... no puedo salir, no puedo cantar.

–No es verdad. –Le acarició la mejilla con dulzura. –Tranquilo, eso no es verdad. Respira, inhala por cinco segundos, ¿Puedes hacerlo? –Él asintió. –Muy bien ahora reten por cinco segundos y exhala por otros cinco... muy bien. Debemos salir de aquí.

Miró a TJ, él le entregó los audífonos. Luary le puso a Athan los audífonos. La maestra Senesh retomó la organización, alguien supliría a Athan. Luary lo llevó al pasillo que estaba atrás del teatro para que Athan se calmara.

Sentó a Athan en una banca que estaba cerca y sacó de su bolso uno de los dulces de limón que TJ le entregó.

–Athan concéntrate en respirar. –Le dijo al tiempo que le quitaba los audífonos.

–No puedo... Quiero vomitar.

Luary juntó sus frentes.

–Inhala. –Athan obedeció. –Exhala. –repitió la operación. Sacó el dulce de su envoltura y se lo dio a Athan. –Concéntrate en el dulce.

Se levantó sin dejar de tomarle de la mano. La maestra Senesh salió a su encuentro con un bolso con las cosas de Athan, seguida de tres doctores.

–Luary, llegaron los paramédicos.

Luary intentó alejarse para darles espacio, pero Athan no soltó su mano.

–No... –Dijo llorando, Lu hizo que la mirara. –No te vayas. No me dejes.

–No iré a ningún lado.

–Señor Zeev. –Dijo uno de los paramédicos mientras le revisaba las pupilas y los otros dos alistaban el equipo para ver su presión. –¿Tiene usted medicamentos para la ansiedad?

–No, yo no...

–No pasa nada... Le daremos uno

Athan comenzó a presionar la mano de Luary, ella se la llevó a los labios, la sensación lo distrajo por un segundo. Los médicos continuaron con la revisión, le inyectaron un calmante que lo relajó por completo.

–Debemos llevarlo al hospital. –El médico miró a Luary, aún no le soltó la mano a Athan.

–¿Eres su safe-person?

–Sí, lo es. –Respondió Athan semi drogado.

–Debes venir con nosotros.

–Sí, claro.

–¡Lu! –la llamó Takashi corriendo hacia ellos. –TJ te manda esto. –Dijo entregándole las llaves del auto. Está estacionado en el parqueo del edificio. –Llamará a sus padres en cuanto salga de escena.

–Bien, Gracias. –Le devolvió los audífonos. –Take, dile a Feryel que lo siento mucho.

Takashi asintió y Luary se fue con los paramédicos.