Palabra de origen mapuche  que significa "te llevo en mi corazón

El maestro Yuan revisó con minuciosidad los trabajos del taller de diseño de moda, Takashi tenía terminado el traje de Marius y Ahmya había confeccionado dos versiones para el traje de Eponine.

–Takashi procura que estas costuras no se noten y esta tela seguro dará mucha comezón, coloca algo de algodón debajo. –Takashi asintió.

El maestro Yuan se acercó al trabajo de Ahmya y sonrió satisfecho tras darles cuatro vueltas.

–Ahmya, los trajes son tan hermosos como tú, pero... Esta tela no es algo que usaría Eponine, ensucia más tu trabajo. ¿Vale? –Ahmya asintió sin sonreír. –¡Muy bien! Tenemos dos meses para terminar todo. –dijo girando para ver a todos su estudiantes. Entrelazó sus dedos y sonrió. –Adiós.

El maestro salió casi saltando.

–Agh ese viejo me tiene harta. –Se quejó Ahmya sentándose en su silla.

–No es tan malo.

–¿No es tan malo? No me esforcé en el examen para que me dieran a Eponine, yo quería un personaje principal. Otros están haciendo trajes más bonitos y nosotros aquí, atascados con los personajes de la cárcel y las barricadas.

–Éponine también es un personaje principal.

–Es una pordiosera. Tú tienes a Marius, él tiene más detalles. Tienes suerte... Yo quería hacer el traje de Fantine, de Cosette, arriba están diseñando su vestido de novia. ¿Sabes lo que es eso? Es hacer el trabajo de Randi. Tiene tres vestidos hermosos y... ¿Me estás escuchando?

Ahmya tuvo que hacer cosquillas a Takashi para que volviera a prestarle atención. Fue hasta que ella se quejó lo suficiente, y volvieron a concentrarse en sus trabajos.

TJ tocó la puerta del taller y esperó con el brazo izquierdo apoyado en el marco, por encima de su cabeza. Tenía que arreglar las cosas con Athan, pero no sabía por dónde comenzar. Athan había empezado a evitarlo, según dijo, hasta que le pidiera disculpas a Luary. Y tampoco podía regresar con Jyn, porque eso empeoraría la relación con Athan. Así que ahora estaba solo.

Una de las chicas que trabajaba dentro del taller se adelantó a abrir la puerta, al ver a TJ el aire escapó de sus pulmones, y no era para menos. TJ era uno de los estudiantes más populares del instituto y muchas chicas del taller de diseño esperaban tener la oportunidad de hacer ropa para él.

–Hola. –Saludó él coqueto.

–Ho... hola.

TJ amplió su sonrisa, si las cosas salían bien podía hacer que una chica vaya con él a casa esa noche.

–Busco a Takashi Yanase ¿está aquí?

–Sí... está al fondo. –Dijo la chica abriendo la puerta de par en par, permitiendo a los de adentro mirar a la persona que estaba en la puerta. –Puedo llevarte.

–¿Lo harías? –Preguntó conmovido. –Gracias.

Las chicas no dejaban de murmurar entre ellas, tal vez el día había llegado, TJ se tomaría las medidas frente a alguna de ellas.

Takashi, ajeno al ruido, no dejó de trabajar en su traje.

–Takashi. –Dijo la chica que abrió la puerta recorriendo la cortina de su espacio.

–Hm...

–Vino alguien a verte.

–¿Medidas?

–Sí. –Respondió TJ.

Takashi dejó los alfileres y volteó. Al ver al pelirrojo sintió cómo su corazón comenzaba a bombear sangre a lo loco.

–Bien, pasa. –Invitó tratando de contenerse. –Ahmya, que nadie entre, a mi espacio, por favor.

La chica respondió con la cabeza y le cerró las cortinas dándole privacidad. Takashi se centró en preparar su cuaderno y demás cosas para tomarle las medidas, tratando de no hacer contacto visual con el pelirrojo.

–Hola, soy Tak Jay, pero todos me llaman TJ. Me parece que tu amiga intentaba presentarnos la otra noche, pero la verdad no me sentía muy bien.

–Sí. Veo que estás mejor ahora. Quítate la camisa.

–Hm, directo, me agrada. –Las respuestas de TJ no ayudaban a Takashi. –¿Es tu primera vez? .... Tomando medidas.

–No. –dijo mientras controlaba sus temblorosas manos. –¿Para quién adicionaste?

–Marius.

Takashi se rio con ironía por la coincidencia.

–Abre los brazos, por favor. –TJ obedeció, miró hacia el escritorio de Takashi y vio una foto de él y Lu, pero más pequeños.

–La chica de la foto, ¿es Luary? –dijo señalando la foto. –¿ella y tú son novios?

Takashi volteó a ver la foto en cuestión y casi estalla en risas.

–No, es mi mejor amiga. Ya puedes bajar los brazos.

–¿Quieres que me quite los pantalones? –Takashi sintió cómo la sangre le subía al rostro.

–Eh... no. Sólo quítate el cinturón y bájalo un poco para que tome las medidas de tu cadera.

TJ volvió a obedecer sin percatarse del nerviosismo de Takashi.

–Creo que te vi con ella un par de veces en el instituto.

–¿Debería pensar que me acosas a mí, o a ella? –preguntó casi como proponiendo un desafío, sin levantar la mirada, concentrando toda su energía en su trabajo.

–Supongo que a ti... –aseguró TJ inconscientemente. –Quería saber si eras su novio.

–Ya... –Takashi aceptó la respuesta poco convencido y regresó las cosas a su escritorio. –Puedes vestirte.

–Gracias, fue rápido

«Fue difícil» pensó Takashi agradecido que haya terminado. Mientras TJ se vestía Takashi colocaba una tela roja de cierto tono cerca de él para ver cuál le quedaba mejor, acertó con la segunda y la anotó. Estaba tan inmerso anotando los colores y ciertos detalles que no notó que TJ se le acercó por la espalda.

–Por cierto, Yanase... –Dijo invadiendo su espacio personal.

–Llámame Takashi –Dijo alejándose un poco y regresando la mirada a su cuaderno. –, no acostumbro a que me llamen por mi apellido.

–Takashi. –TJ esperó a que el japonés lo mirara, le sonrió y se sentó en un taburete que tenía cerca. –Supongamos que, yo tengo un amigo muy guapo, alto, talentoso, un buen chico, y tú tienes una amiga que...

–¿Ese amigo eres tú? –Preguntó Takashi haciendo a un lado sus notas.

–¿Qué? ¡No! Para nada. –Suspiró y se revolvió en la silla incómodo. –verás, metí la pata, apoyé una apuesta con tu amiga y Athan se enteró. Ahora él no quiere hablarme hasta que me disculpe con Luary.

–Pues... Discúlpate.

–No es tan sencillo, ella no me agrada.

–¿Por qué?

–No lo sé. –Se paró, caminó unos pasos y volvió a sentarse. –Es tan... está todo el tiempo con Athan, buscándolo. Siempre actúa como la niña buena y tierna y torpe y.... camina como si creyera que es mejor que todos, y habla como si fuera mejor que todos. Es...

–Una niña pedante, alzada, súper engreída y sarcástica. –Takashi rio confundiendo a TJ. –Yo pensé lo mismo cuando la conocí, aún lo creo, a veces.

–¿Y cómo carajos eres su mejor amigo?

–Ella no es siempre así. También es... complicada, de mente sencilla, es una muy buena amiga.

TJ no respondió, miró por la ventana, molesto.

–Ella no es lo que Athan merece. –Dijo finalmente, tan bajo como si no quisiera que Takashi lo escuchara.

–Podría decir lo mismo de Athan. –Las miradas de ambos se cruzaron, pero Takashi fue el primero en desviar la mirada. –¿Por qué crees que Luary no es suficiente?

Un nuevo silencio invadió el taller. ¿Por qué tendría que responderle esa pregunta? ¿Por qué empezó a hablar con él al respecto en primer lugar?

–No es... lo suficientemente delgada, no bonita, ni... inteligente. No parece tener mucho dinero, se viste fatal. Además de que su actitud no me gusta. Pero a Athan parece gustarle y no entiendo por qué, le gusta pasar tiempo con ella, más que conmigo. Parece que nadie puede hacerle daño a ella, o siquiera hablar mal de ella sin que él no se moleste. Lo peor es que él no se ha dado cuenta de nada de eso.

Takashi reprimió una risita en una sonrisa. TJ lo miró molesto, pero casi al instante se calmó. El japonés no tenía la culpa de nada, pero él seguía desahogándose.

–Athan no dejará de ser tu amigo por salir con Lu. –Soltó el japonés, la mirada de TJ era completamente transparente, Takashi acababa de decirle lo que quería escuchar. –Lu una vez me dijo, que los amigos siempre son prioridad. Pero... –tomó aire antes de decir el resto. –Si alguna vez te sientes solo, puedes venir aquí.

El corazón de Takashi volvió a enloquecer, la sangre llenó sus mejillas, apartó la mirada con violencia, estaba tan avergonzado que no vio cómo los ojos de TJ centellaron con sus palabras.

–Gracias... –alcanzó a decir el pelirrojo. –Iré a... a disculparme con Lu. Aunque no sé cómo. –Se cubrieron el rostro. –Cómo contarle lo de la apuesta? Mierda...

–Claro, tranquilo, ella ya sabe lo de la apuesta. Lo sabe desde el día que fue a tu salón. –las mejillas del pelirrojo ardieron. –Ahmya escuchó todo cuando vinieron a tomarse las medidas. Se lo dijo a Luary, pero, a decir verdad, ella no está molesta. Ahmya estaba más molesta.

TJ dibujó media sonrisa en su rostro. Se sentía culpable, incluso tras dejar el taller, se sentía como basura. El japonés había escuchado cómo habla mal de su mejor amiga y nunca le hizo mala cara, ¿podía existir alguien tan amable en el mundo? No sólo eso, Takashi era... cálido.

Caminó perdido en sus pensamientos alrededor del japonés hasta llegar al aula donde ensayaba Ze Lei y Luary. Al contrario de lo que él esperaba, ella accedió a hablar con él con demasiada predisposición, lo hacía más difícil. Por más que ella le dijera que estaba bien y le restara importancia al asunto, TJ sólo se sentía cada vez más culpable.

–¡TJ! –exclamó finalmente Luary. TJ la miró asustado. – Escucha. –habló más relajada. –Olvida la apuesta, olvida todo. Empecemos de nuevo, seamos amigos, vayamos a tomar un café o algo, con Athan y Takashi, ¿de acuerdo?

Le dio una pequeña palmadita y regresó a su ensayo. TJ sonrió aliviado. Athan tenía razón, él no era una mala persona, no hacía esas cosas, no tenía que hacerlo más para complacer a sus amigos de la Isla, podía volver a ser el chico de antes.

Miró a Luary a través de la ventana. No. Esa chica, por más buena persona que sea, no era suficiente para su mejor amigo.