Capítulo 2: Furia Verde Parte 2
Narrador Izuku: Es increíble... Casi una locura... Pues había sucedido lo impensable... Me había transformado en una especie de monstruo verde enfurecido, uno que no dudo en golpear brutalmente a ese dúo de criminales, y después... Termine huyendo de la escena, sin idea de a donde iría a parar, pues después de aquella transformación, todos mis recuerdos son borrosos, no recuerdo con claridad lo que sucedió después de haberme enfurecido, pero lo único que se... Es que al sentir toda esa ira y furia incontenible dentro de mí y que termino por explotar... Se sintió... Muy bien... De hecho... Por muy extraño y macabro que parezca... Disfrute cada segundo de esa liberación repentina de ira y fuerza, pero... Ahora desconozco mi paradero... Y mucho menos sé que voy hacer ahora.
//En las afueras de Musutafu: 8:30 A.M.//
En las afueras de la ciudad, en los bosques de las afueras, cerca de un rio junto a una cascada, se podía observar la figura de un joven adolescente inconsciente a la orilla del rio, sin nada de ropa, salvo unos pantalones aparentemente rasgados y bastante estirados, sin camisa ni zapatos, y estaba algo empapado. Parecía que estaba dormido, hasta que el joven empezó a abrir los ojos, y se pudo notar su característico cabello verde a juego con el color de sus ojos.
Izuku: Urgh... -Gimió levemente- Mi cabeza... -Se quejó- ¿Por qué todo me da vueltas? -Se cuestionó-
El peliverde se levantó algo mareado, pero al hacerlo... Se percató del lugar en el que se encontraba.
Izuku: ¡¿Pero que carajos...?! -Dijo alarmado- ¡¿En dónde estoy?! ¡¿Cómo fue que llegue aquí?! -Dijo exaltado-
El peliverde no tardo en percatarse de la falta de ropa en su cuerpo, notando que solo vestía sus pantalones de su uniforme de secundaria, totalmente estirados y algo rasgados de las piernas.
Izuku: Ay no... -Dijo preocupado- ¿Qué fue lo que sucedió ayer...? -Se cuestionó-
Y de repente, el peliverde comenzó a recordar lo que había sucedido ayer, al menos... Hasta donde alcanzaba a recordar.
Izuku: *Ayer... me tope con unos sujetos que intentaron aprovecharse de una chica en un callejón* -Recordó- *Trate de impedírselos, pero uno de esos sujetos que golpeo bruscamente...* -Hizo memoria- *Y fue entonces... Cuando todo se puso borroso* -Pensó seriamente- *Sentía una enorme rabia e ira contra esos sujetos, quería hacerlos trizas, y entonces...* -Pensó seriamente-
Trato de recobrar el resto de su memoria, pero le era imposible, no podía recordar nada después de eso, lo único que pudo recordar fue una vaga sensación de sentirse más fuerte, y después... Nada... Como si el resto de su memoria estuviese bloqueada por alguna extraña razón.
Izuku: Grr... -Gruño con fastidio- Maldición... -Dijo frustrado- No puedo recordar nada más, es como si algo o alguien me hubiese borrado la memoria. -Dijo seriamente-
Sin embargo, antes de que el peliverde pudiese seguir tratando de recabar en lo más profundo de su mente, cayó en la cuenta de algo sumamente importante...
Izuku: ¡Oh mierda! -Dijo alarmado- ¡No regrese a casa a noche! -Dijo preocupado- ¡Mamá debe estar angustiada o quizás sumamente furiosa por no haber llegado a casa! -Dijo angustiado-
El peliverde tuvo que sostenerse con firmeza la cintura de sus pantalones, pues era la única ropa que tenía en esos momentos, y comenzó a caminar hacia la salida del bosque, y una vez estando afuera, pudo observar a lo lejos la ciudad, a unos cuantos kilómetros a la lejanía.
Izuku: Bueno, al menos no estoy tan lejos de casa como temía. –Dijo con algo de alivio- Pero ahora... -Miro su vestimenta- ¿Cómo voy a explicarle a mi madre sobre esto? O más bien... ¿cómo voy a regresar a casa con estos arrapos? -Dijo con pesadez-
A estas alturas, probablemente su madre lo habría reportado a la policía como desaparecido, y de seguro lo estarían buscando, y lo menos que quería en estos momentos, era ser encontrado en un estado tan lamentable como en el que se encontraba ahora.
Izuku: -Suspiro- Supongo que no tengo muchas opciones... -Dijo con pesadez- Voy a tener que caminar, al menos hasta llegar a alguna gasolinera o una parada de autobús, donde pueda hacer una llamada a mi casa. -Dijo seriamente-
Y por si fuera poco y con su suerte aún peor, el peliverde también pudo notar... Que había perdido su cartera con su dinero y su credencial de estudiante.
Izuku: Perfecto... -Dijo con pesadez- Simplemente perfecto... -Dijo frustrado- No solo estoy casi desnudo en medio de la carretera, sino que, además, perdí mi cartera junto con todo mi dinero. -Dijo con frustración- -Suspiro- Hoy no es mi día... -Dijo con pesadez-
Sin opciones ni dinero, el peliverde no le quedo de otra que comenzar a caminar en dirección a la ciudad, cruzando los dedos por no tener que toparse con nadie durante el camino, mucho menos con la policía, lo que menos necesitaba en estos momentos, era ser arrestado por exhibicionismo.
*30 Minutos después*
Tras media hora de caminar por la carretera bajo el sol y sin zapatos, viendo como los demás autos pasaban a su costado, tratando de no prestarle atención, o llamando su atención al menos por unos instantes por sus vestimentas indecorosas. El peliverde se detuvo a descansar a la sombra de un árbol, tratando de recuperar el aliento antes de continuar su viaje, hasta que...
*¡Bip, Bip!*
Un camión de carga que transportaba cajas repletas frutas, verduras y muchas comida sembrada y recogida, se detuvo a un lado de la carretera, cerca de donde se hallaba el peliverde. Del camio bajo un hombre mayor, probablemente entre unos 60 o 70 años con cabello canoso, el cual se acercó hacia el peliverde.
Señor: Joven, ¿Se encuentra usted bien? -Cuestiono-
El peliverde miro al señor con detenimiento, para después levantarse con la esperanza de que quizás, pudiese pedirle al señor que lo llevara lo más cerca posible hasta la ciudad.
Izuku: No del todo... -Dijo serio- Quisiera decir que esto no es lo que parece, pero la verdad, es que ni siquiera recuerdo cómo fue que llegue aquí. -Dijo honestamente-
Señor: Debiste haber pasado una mala noche, ¿No es así? -Dijo serio-
Izuku: Eso creo... -Dijo serio- Sé que parece una locura, y entenderé si no puede, pero... -Dijo serio- ¿Podría ayudarme, por favor? -Dijo amablemente-
El señor miro con detenimiento al joven, quien no parecía ser más que un adolescente que paso una mala noche, y de seguro solo quería regresar a casa, o al menos eso parecía ser a los ojos del señor.
Señor: Claro, si quieres puedo llevarte a Musutafu. -Dijo serio- ¿Es ahí a dónde vas? -Cuestiono-
Izuku: Si, es ahí a donde me dirijo. –Dijo honestamente-
El señor asintió y le indicio al peliverde que subiera a su camión, ambos subieron al vehículo y comenzaron a ir rumbo a Musutafu. Durante el camino, el señor comenzó a charlar con el peliverde.
Señor: Aunque no lo creas, encontrarme a un adolescente semi desnudo en medio de la carretera, no es lo más extraño que he visto esta semana. –Dijo divertido- No me creerías si te contara lo que vi a noche en la ciudad. -Dijo animado-
Eso llamo la atención del peliverde, pues si ver a un adolescente casi sin ropa en medio de la carretera no era lo más raro que había visto aquel hombre, entonces... ¿Que fue?
Izuku: ¿Qué fue lo que vio a noche? -Dijo curioso-
Señor: Ayer estaba terminando un trabajo de entrega de suministros, cerca de los locales que venden fruta, cuando de la nada, un enorme sujeto de color verde paso volando por encima de los edificios. –Explico- Dando enormes saltos por toda la ciudad, causando temblores y quizás provoco algún choque u accidente. -Explico detalladamente-
Esas palabras tomaron por sorpresa al peliverde, en especial acerca de un sujeto enorme y verde que causó estragos por la ciudad.
Señor: No sé qué haya sido esa cosa, pero puedo estar seguro de que no era ningún héroe que yo conozca. -Dijo serio- Probablemente era algún criminal o villano que estaba huyendo de la ley, pero sí que dejo un gran camino de destrucción a su paso. –Explico- Las noticias no paran de hablar acerca de esa cosa, pero la policía no tiene idea de quién o que haya sido, y desconocen su paradero. –Dijo seriamente-
No había que ser un genio pasar saber de quien se trataba, pues el peliverde ya lo sabía, todo lo que había sucedido hasta ahora: la ira desenfrenada, el incidente con los criminales del callejón, la falta de memoria y su repentino despertar en medio del bosque, todo indicaba que...
Izuku: *¿Esa cosa...?* -Pensó nervioso- *¿Era yo...?* -Pensó impactado-
Todo parecía cobrar sentido ahora, pero lo que seguía sin tener explicación para el peliverde era...
Izuku: *Si esa cosa verde era yo...* -Pensó serio- *Entonces eso quiere decir... ¿Que finalmente desperté un don?* -Pensó sorprendido-
Aunque parecía ser algo que hubiera alegrado en otro tiempo al peliverde, la realidad, era que él sabía que aquella cosa en la que se convirtió... No era ningún don... Pues ni siquiera sabía cómo fue que lo activo, y tampoco sabía que había sucedido en ese estado, pero lo que sí pudo suponer... Fue la causa del despertar de dicho poder.
Izuku: *Los Nanomeds...* -Pensó sorprendido- *Los rayos Gamma...* -Pensó impactado- *Ahora lo entiendo, pero no estoy seguro del cómo ni el porqué, pero...* -Pensó seriamente- *De alguna manera... Los rayos Gamma alteraron mi cuerpo, o quizás despertaron algún don dormido dentro de mi ADN* -Pensó seriamente- *Esto es alarmante... Debo regresar a casa cuanto antes y tratar de averiguar qué está pasando conmigo* -Pensó preocupado-
Señor: Niño, ¿Estas bien? -Cuestiono- Llevas un buen rato mirando fijamente a la carretera y te quedaste mudo de repente. -Dijo serio-
Izuku: Oh, yo ehh... -Se puso nervioso- Solo estaba pensando en lo que me había contado, es algo difícil de creer lo que me está contando. –Sonrió nerviosamente-
Señor: Te lo dije, es algo loco, pero es la verdad. -Dijo sonriendo- Pero a estas alturas, vivimos en un mundo donde ver gente de gran tamaño o con apariencias raras y extrañas, ya no es algo tan raro como cuando era joven. –Dijo sarcástico-
Izuku: Si, supongo que si. –Dijo seriamente-
El peliverde no dijo nada más después de eso, se quedó mirando hacia la carretera, mientras seguía pensando en todo lo que había sucedió, apenas pudiendo creer lo que le había sucedido, y aun mas el saber que la causa de todo esto, se debía a aquel accidente de laboratorio que lo tuvo hospitalizado varias semanas, pero por el momento, ese sería el menor de sus problemas, pues desconocía por completo... Que las cosas apenas estaban empeorando.
//Mientras tanto: En la ciudad de Musutafu, cerca de las zonas residenciales//
En las calles de la ciudad, varias patrullas de la policía al igual que un grupo de fuerzas armadas del ejército de Japón, se encontraban cerca de las zonas residenciales, donde al parecer, muchos testigos habían afirmado a ver visto al gigante verde que había causado tanto caos y destrucción en la ciudad durante la noche.
Oficial: Ok, quiero que formen un perímetro, hagan un reconocimiento de toda la zona. -Ordeno- Nuestro sospechoso no debe de haber ido muy lejos, varios testigos aseguraron haberlo visto venir de aquí. -Dijo seriamente-
El principal punto de investigación de las autoridades fue en el mismo callejón donde el gigante verde había aparecido, dejando a dos sujetos con antecedentes criminales, heridos de gravedad, quienes fueron trasladados al hospital y después serían enviados tras las rejas.
Oficial 2: Señor, debo informarle que uno de los generales ha venido personalmente a investigar este asunto. –Dijo serio-
Oficial: ¿Qué? ¡Este es un asunto policiaco! ¡¿Qué hace el maldito ejército en mi ciudad?! -Se quejó-
Su respuesta llego de inmediato, cuando un hombre alto y fornido, de cabello castaño claro, quien llevaba un uniforme condecorado militar, apareció en la escena del crimen, con una mirada fría y seria.
¿?: Oficial, el ejercito le concierne este asunto. -Dijo seriamente- Ya que, el supuesto gigante verde, se cree que podría ser un sospechoso al cual le hemos estado siguiendo la pista desde hace mucho tiempo. -Dijo seriamente-
Oficial: ¿Me está diciendo que el sospechoso es un criminal de guerra? -Cuestiono-
¿?: No exactamente. -Dijo seriamente- Me temo que la información que tenemos acerca del gigante verde es confidencial. -Dijo serio- Por lo tanto, el ejército de la nación tiene toda autoridad para sacarlo a usted y a todo el departamento de policía de Musutafu, fuera del caso. -Dijo seriamente-
Oficial 2: ¡¿Qué?! ¡No puede estar hablando en serio! -Se quejó- ¡Este sujeto podría ser un criminal o un villano en potencia! -Dijo furioso-
¿?: Y es por esa misma razón, que el ejército se ocupara de encontrar al sospechoso, lo mantendrá bajo custodia hasta averiguar todo acerca de este sujeto, y después será procesado como cualquier otro villano. –Explico seriamente- Pero hasta entonces, le sugiero que ordene a sus oficiales que se retiren y dejen trabajar a mis hombres, o me vere forzado a tomar medidas menos diplomáticas. -Dijo fríamente-
El oficial de policía estaba furioso, odiaba que los altos mandos del ejército tuvieran toda la autoridad por encima de ellos, pero no había nada que pudiese hacer, pues el general que tenia de frente, era uno de los mayores lideres del ejército de Japón, y por lo tanto... Su superior en rango.
Oficial: -Suspiro- Bien, nos retiraremos de inmediato. -Dijo frustrado- Pero esto no ha terminado, General. -Dijo molesto-
General: Pues por ahora si. –Dijo serio- Retírese, oficial. -Ordeno-
Y sin poder decir nada más, el oficial se retiró de la zona de investigación, ordenándole a sus oficiales que se retirarían, abriendo paso a los soldados, quienes comenzaron su propia investigación acerca del gigante verde. Fue entonces, que uno de los soldados se acercó al general.
Soldado: Señor... -Hizo un saludo militar- Creo que hemos identificado la identidad del sospechoso. –Dijo seriamente-
El general dirigió toda su atención hacia el soldado, quien traía consigo, una bolsa con evidencia, en la cual tenía dentro... Una cartera.
General: Habla entonces, soldado. –Ordeno-
Soldado: De las evidencias que se encontraron en el callejón donde se cree que apareció ese gigante verde, había una cartera, la cual contenía una identificación. –Informo-
General: ¿Y de quien es la cartera? -Cuestiono-
El soldado saco la identificación, mostrando el nombre del dueño de esa pertenencia:
"Izuku Midoriya"
"Estudiante de secundaria: 3º año"
La identificación mostraba los datos del peliverde, incluyendo la dirección de su escuela... Y de su hogar.
General: Vaya, vaya... -Dijo serio- Nuestro supuesto monstruo verde, ¿No es más que un simple estudiante de secundaria? -Cuestiono-
Soldado: Hay más, señor. -Dijo serio- El joven identificado como Izuku Midoriya, lleva desaparecido desde a noche. –Informo- Nadie lo ha visto desde ayer por la tarde.
No había que ser un genio para unir todos los cabos, de hecho, el general ya lo sabía, pues ya sabía acerca del joven peliverde, pero... Por otros asuntos diferentes. Pero el simple hecho de que este joven, fuese la criatura verde que causo tanta destrucción en su ciudad, era simplemente... Perfecto.
General: En ese caso, creo que tendremos que hacerle unas cuantas preguntas a la madre de este chico, ¿No es verdad? -Sonrió astutamente- ¿Se ha localizado a Izuku Midoriya? -Cuestiono-
Soldado: Negativo, Midoriya sigue desparecido, pero es solo cuestión de tiempo, hasta que aparezca. –Informo- ¿Quiere que movilice a las tropas con órdenes de buscar y capturar? -Pregunto-
General: No. -Dijo serio- Esto debe hacerse de manera discreta, si actuamos de manera precipitada, el objetivo podría sentirse amenazado. -Dijo seriamente- Es un adolescente, lo más probable es que regrese a casa, sin tener idea de que hacer. -Explico- Y, por lo tanto, puede ser muy impulsivo. -Dijo seriamente- Por lo pronto, le encomendare la tarea de encontrar a Midoriya, a uno de mis mejores hombres. –Dijo astutamente-
El general saco un dispositivo de comunicaciones privada, y se comunicó con su hombre de confianza.
General: Coronel, le tengo una misión de suma importancia. –Se comunicó a través del dispositivo- Necesito que encuentre a Izuku Midoriya y lo traiga ante mi. –Ordeno- No, el objetivo es un adolescente, por lo que queda prohibido el uso de Fuerza excesiva, lo quiero intacto y sin ningún tipo de daño. -Ordeno- En caso de que oponga resistencia, tiene permitido utilizar la fuerza, pero lo quiero con vida. -Dijo seriamente- Muy bien, confió en que hará un excelente trabajo... "Coronel Talbot" -Dijo seriamente-
El general corto la comunicación y se retiró del lugar, mostrando en su rostro, una pequeña sonrisa satisfecha.
General: Nos veremos muy pronto, Midoriya. –Sonrió astutamente-
//Horas después: En la residencia Midoriya//
Tras unas dos horas de viaje de vuelta a la ciudad, y gracias a la ayuda del amable señor, el peli verde por fin se encontraba frente a la puerta de su casa. No sabía cómo le explicaría a su madre lo que paso, ni siquiera él estaba del todo seguro de lo que había pasado, lo único que sabia, era que ya no era el mismo de antes, se había convertido en algo más... Algo... Aparentemente peligroso y muy fuerte.
Izuku: *Ok, finalmente llegue a casa...* -Dijo con pesadez- *Ese señor fue muy amable en traerme hasta aquí* -Pensó feliz- *Pero ahora, viene la parte complicada...* -Pensó seriamente- *Solo espero que no esté muy molesta...* -Pensó preocupado-
El peliverde alzo el brazo y toco el timbre de la puerta del departamento en el que vivía junto a su madre. Lo siguiente que se vio, fue como la peliverde mayor abría la puerta, solo para después llevarse la enorme sorpresa, de ver a su hijo frente a la puerta, casi desnudo y bastante sucio.
Inko: Izuku... -Dijo en shock-
Izuku: H-Hola mamá... -Dijo nervioso- Lamento la demora... -Dijo sin saber que más decir-
Lo siguiente que sintió el peliverde, fue como su madre se abalanzaba sobre él, en un fuerte abrazo, que casi le corto la respiración, seguido de escuchar los sollozos de su madre, para después verla a los ojos, totalmente llenos de lágrimas de angustia y alivio.
Inko: ¡¿En dónde te habías metido?! ¡¿Por qué no regresaste a casa a noche?! -Dijo sumamente preocupada- ¡¿Tienes idea de lo angustiada y preocupada que estaba por ti?! ¡Incluso llame a todas las estaciones de policía de la ciudad! -Dijo molesta-
Fue entonces, cuando la peliverde se percató de la imagen andrajosa y sucia en la que se encontraba el peli verde, preocupándose aún más.
Inko: ¡¿Qué fue lo que te sucedió?! -Dijo angustiada- ¿Por qué estas casi desnudo? ¿Qué le paso a tu ropa? -Dijo preocupada-
El peliverde joven no sabía a cuál de todas esas preguntas responder, le llegaban tan rápido que ni siquiera le daba tiempo de responder a alguna de ellas.
Izuku: Mamá... -La tomo de los hombros- Estoy bien... -Dijo serio- Pero, hay algo que debes saber. –Dijo seriamente- Me sucedió algo completamente extraño ayer, y creo que tiene que ver con el accidente del laboratorio. –Dijo seriamente-
Aun había mucho que preguntar, pero la peliverde mayor decidió que eso podía esperar, por lo que dejo entrar a su hijo devuelta a casa, con la intención de dejar que su hijo tomara un baño, comiera y luego le explicara que estaba sucediendo.
*Tiempo después*
Tras haberse dado un baño, ponerse ropa y haber comido, el peliverde más joven estaba sentado en el sofá de la sala de su cada, donde le conto a su madre todo lo que había sucedido, o al menos hasta donde llegaba a recordar, al igual que también le conto en donde había despertado y lo que suponía que le había pasado, confesando, que quizás él era aquel mounstro verde que había provocado tanta destrucción ayer por la noche.
Izuku: Y fue así como logre llegar a casa... -Termino de relatar lo sucedido-
La peliverde mayor estaba estupefacta, por un lado, se alegraba de saber que su hijo estaba bien y había vuelto a casa, pero por otro lado, le era casi imposible de creer, que su único hijo haya podido despertar un don, y no uno cualquiera, sino uno que lo convirtió en aquel mounstro verde del que la gente no paraba de hablar, y lo peor de todo, que la causa de todo lo que le estaba pasando a su hijo, era debido a aquel accidente de laboratorio, del cual creyeron que no había sucedido nada malo en su hijo... Al menos... Hasta ayer por la tarde.
Inko: Izuku... -Dijo preocupada- ¿Qué se supone que haremos? -Dijo angustiada- La policía está buscando a ese mounstro verde por todo el daño que ocasiono, si la policía descubre que fuiste tú, entonces... -Se asustó de solo pensarlo-
Izuku: Por el momento, lo mejor será mantenerme escondido en casa hasta que las cosas se calmen. -Dijo serio- Después, habrá que pensar en que hacer con respecto a mi nueva condición. –Dijo seriamente- Tendremos que ir con alguien que nos pueda ayudar con respecto a esto. -Dijo sensatamente-
Inko: ¿Y a quien podríamos recurrir? -Cuestiono- Izuku, eres básicamente un experimento de laboratorio que termino muy mal. –Dijo angustiada- El hecho de haber sobrevivido a ese accidente fue un milagro, pero ahora, ese milagro se convirtió en una pesadilla. -Dijo angustiada- -Suspiro- No tenemos idea de que hacer o a quien recurrir... -Dijo con pesar-
El peliverde menor no sabía que responder, era cierto que esto era algo totalmente desconocido para ellos, ni siquiera se le podía considerar un don lo que tenía en su interior, pero tampoco era algo normal, era algo completamente desconocido para todos.
Izuku: Mamá... -Dijo serenamente-
*¡KNOCK, KNOCK!*
Antes de que el peliverde pudiese decir algo más, alguien toco la puerta de su casa, cosa que tomó por sorpresa al peliverde, pues se preguntaba, ¿Quién sería a estas horas de la tarde?
Inko: ¿Quién será? -Se cuestionó-
Izuku: Yo abriré. –Se ofreció-
El peliverde se levantó del sofá, camino hacia la puerta y miro a través de la mirilla de la puerta, y al mirar a la persona que estaba detrás de la puerta, un frio le recorrió la espalda al peliverde...
Inko: ¿Quién es, Izuku? -Cuestiono-
El peliverde le indico a su madre que mirara por la mirilla, y al hacerlo... La peli verde mayor también se quedó helada, pues la persona que estaba detras de la puerta era... Un soldado Japones, junto con un grupo de hombres armados.
Inko: ¿Q-Que hacen todos esos soldados allá afuera? -Dijo asustada-
El peliverde trato de pensar en la razón del porque había un pelotón de soldados detrás de su puerta, pero la respuesta ya la tenía...
Izuku: Vienen por mi... -Dijo nervioso-
Antes de que su madre pudiera volver a hablar, la voz de uno de los soldados se escuchó detrás de la puerta.
¿?: Señora Midoriya... -Hablo seriamente- Sabemos que está ahí. -Dijo seriamente- Y también sabemos que su hijo, Izuku Midoriya, también se encuentra dentro. –Hablo fuerte y claro- Por favor, le pedimos que abra la puerta y nos deja pasar.
Los peliverdes no dijeron nada, estaba en shock y presos del pánico, pues sus sospechas se habían confirmado, el ejercito estaba aquí por Izuku.
¿?: ¡Izuku Midoriya! -Grito- Sabemos que estás ahí, tenemos ordenes de llevarte con nosotros. -Dijo seriamente- Te pedimos que salgas pacíficamente y te entregues, solo queremos hacerte unas preguntas. -Dijo seriamente-
Una vez más, ninguno de los peliverdes dijo nada, seguían impactados por las palabras del soldado, Izuku no sabía que hacer, lo más lógico sería salir y entregarse, pero algo en sus adentros, le decía que era una muy mala idea.
¿?: ¡Esta es la última oportunidad! Si no sales pacíficamente, nos veremos forzados a entrar por la fuerza. -Advirtió- Se nos ordenó no hacerte ningún daño, pero como no salgas en los próximos 10 segundos, nos veremos obligados a llevarte por la fuerza. -Dijo seriamente-
Esa última advertencia había hecho reaccionar a Izuku, no le quedaba otra opción, sino salía y se entregaba por su propia voluntad, los soldados entrarían y posiblemente no serían tan condescendientes como lo habían hecho hasta ahora al no usar la fuerza bruta.
Izuku: Debo salir. -Dijo resignado- Está claro que no desistirán hasta que lo haga. –Dijo con pesadez-
Inko: Izuku... -Dijo al borde de las lágrimas- ¿Por qué...? -Dijo con tristeza-
Izuku: Esto es de alguna forma mi culpa. –Dijo serio- Y para ser honesto, no tengo la menor idea de qué más podemos hacer, quizás ellos puedan ayudarnos a solucionar este problema. -Explico- Y quizás si les explico lo que sucedió, pueda obtener la indulgencia y me dejen ir. -Dijo esperanzado-
Inko: ¿Y si no es así? -Dijo temiendo lo peor-
El peliverde suspiro con pesar...
Izuku: Entonces, tendré que asumir las consecuencias de mis actos. -Dijo seriamente-
Sin nada más que decir, el peliverde camino hacia la puerta, no sin antes, darle un último abrazo con todas sus fuerzas a su madre, pues en ese momento no lo sabía, pero ese... Sería el ultimo abrazo que le daría a su madre, al menos... Hasta mucho tiempo después.
Izuku: ¡Ya salgo! -Anuncio-
El peliverde salió por la puerta, mirando por última vez a su madre, quien no paraba de llorar al ver como su único hijo, era arrestado por el grupo de soldados.
Soldado: ¿Tú eres Izuku Midoriya? -Cuestiono-
Izuku: Si, soy yo... -Dijo seriamente-
El soldado procedió a esposarlo, como medida preventiva, incluso si se estaba entregando, debía asegurarse de que no tuviera posibilidad de escapar.
Soldado: Vendrás con nosotros. –Dijo seriamente- Hay alguien que quiere hablar seriamente contigo. –Informo-
Izuku: ¿Van a encarcelarme? -Cuestiono-
El soldado no dijo nada, quizás porque no lo sabía, o quizás porque era algo demasiado obvio a estas alturas.
Soldado: Esa decisión no depende de mí, niño. -Dijo seriamente- Solamente estoy cumpliendo órdenes, no es nada personal. -Dijo sinceramente-
Izuku: Entiendo... -Dijo con pesar- ¿Quién quiere hablar conmigo? -Cuestiono-
El soldado comenzó a empujar al peliverde, haciéndolo caminar junto con el resto de los soldados, hacia su vehículo militar, donde había más soldados esperándolos, como medida de seguridad.
Soldado: "El coronel Glenn Talbot" será quien hable contigo. -Dijo seriamente-
Tras esa última respuesta, el peliverde no tuvo nada más que decir o preguntar, sea quien fuese ese señor, estaba claro que su conversación no sería para nada amistosa, algo dentro de si lo sabía, al igual que también sabia... Que sea lo que sea que quiera el ejército de él... No era para nada bueno.
//Horas más tarde: Base militar improvisada en Musutafu//
Tras lo que pareció casi un día entero para Izuku, pero en realidad fue solo cuestión de horas, el peliverde ahora se encontraba dentro de una base militar improvisada, montada en las afueras de la ciudad de Musutafu.
Izuku había sido trasladado a aquellas instalaciones, bajo máxima vigilancia, para finalmente ser dejado en una sala oscura, únicamente iluminada por una luz en el techo, con una mesa de metal en el centro, con dos sillas en cada extremo, y las paredes eran grises, y había un vidrio unidireccional, donde el peliverde pudo sospechar, que estarían varios militares observándolo, siendo testigos del interrogatorio.
Izuku: *¿Cómo fue que me metí en esto?* -Pensó con pesadez- *Hasta hace poco, era un simple estudiante de secundaria cuya única preocupación, era aprobar los exámenes finales* -Pensó seriamente- *Y ahora... ¡Estoy en una base militar! ¡Bajo custodia y con la terrible posibilidad de terminar entre rejas! ¡¿Acaso esto podría ser peor?!* -Pensó con frustración-
La respuesta no tardó en llegar, pues entrando por la única puerta que daba a la salida de aquella sala, ingreso un hombre con uniforme condecorado, un militar, posiblemente alguien de alto rango, con cabello castaño oscuro y un distinguido bigote del mismo color que su cabello, y en sus manos, llevaba una carpeta con varios archivos y expedientes.
¿?: Así que, ¿Este es nuestro misterioso monstruo verde? -Dijo sarcásticamente- Te imaginaba un poco más alto. –Bromeo- O al menos con algo de bello facial.
Pese a los comentarios sarcásticos, el peliverde no se sentía para nada cómodo con la presencia de aquel hombre.
Izuku: ¿Quién es usted? -Cuestiono-
El militar se sentó al otro extremo de la mesa, dejando la carpeta con papeles en la mesa, y se quitó la gorra de su uniforme militar.
¿?: Soy el coronel "Glenn Talbot" -Se sento- Soy miembro de la milicia de Japón. -Dijo formalmente- Hijo de un americano y una japonesa, por si tenías dudas. –Dijo seriamente-
Izuku: M-Mucho gusto... -Dijo algo nervioso-
Talbot: Muy bien, ahora que dejamos las presentaciones aun lado... -Tomo una actitud seria y fría- ¿Tienes idea de porque trajeron aquí? -Dijo seriamente-
El peliverde no sabía que responder, posiblemente la razón principal se deba a todo el daño y destrucción que causo en su extraña transformación en aquel mounstro verde.
Izuku: ¿Tiene que ver con la destrucción que causo el monstruo verde? -Dijo inseguro-
Talbot: En parte. –Dijo serio- Pero esa solo es la punta del iceberg, niño. -Dijo seriamente-
Izuku: ¿A qué se refiere? -Dijo curioso-
El coronel abrió la carpeta con los archivos clasificados, y al abrirlos, el peliverde pudo ver el nombre de un proyecto militar ultrasecreto, que al leerlo... Le erizo la piel al peliverde:
"Proyecto Ultrasecreto: Pulso Gamma"
Al leer aquellas palabras, el peliverde comenzó a entender, comprendió por qué lo habían puesto bajo custodia.
Talbot: Supongo que, por tu expresión, puedo deducir que ya sabes la razón por la que estas aquí. -Dijo astutamente-
Izuku: El accidente de los rayos Gamma de la universidad de Musutafu... -Dijo estupefacto-
Talbot: Vaya, veo que eres más listo de lo que pensé. –Sonrió astutamente- No estoy en libertad de decirte todos los detalles sobre el proyecto: "Pulso Gamma", pero lo que tienes que saber, es que era un proyecto militar, en el cual la universidad de tu ciudad se ofreció a participar a cambio de fondos y recursos que el ejército pudo ofrecerles. –Explico- Todo con la única condición, de que el proyecto fuese únicamente del ejército de la nación. -Dijo seriamente-
Izuku: No tiene sentido... -Dijo sin poder creerlo- Dijeron que el proyecto de los Nanomeds energizados con energía Gamma, era con fines médicos, con la intención de revolucionar la medicina moderna. –Dijo seriamente-
Talbot: Y no te mintieron... -Dijo seriamente- Esa era la división médica, pero lo que nadie sabe, era que el proyecto tenía dos divisiones, y la segunda división... -Dijo seriamente- Era la división armamentística del proyecto.
La revelación tomo por sorpresa al peliverde, pues nunca se hubiera imaginado que el ejército de su país hubiese involucrado a la universidad de su ciudad, en un proyecto militar ultrasecreto, y mucho menos... Con el propósito de usarlo como arma.
Talbot: Como de seguro abras adivinado, sabemos todo acerca de ti. –Dijo seriamente- Sabemos que estuviste envuelto en aquel accidente en los laboratorios de Musutafu, en el cual, por desgracia... -Dijo seriamente- Terminaste siendo expuesto a un nivel sumamente peligroso de rayos Gamma, pero lo más sorprendente de todo... Fue que hayas sobrevivido. –Explico seriamente-
El peliverde no había dicho nada hasta ahora, pero podía imaginar hacia donde se estaba dirigiendo esta conversación.
Izuku: ¿Qué es lo que quieren de mí? -Dijo seriamente-
El coronel sonrió astutamente, el peli erde le había hecho la pregunta decisiva que había estado esperando.
Talbot: Como ya sabrás, el experimento resulto ser un terrible fracaso, o al menos... Eso creíamos. -Dijo seriamente- Pero tras tu milagrosa recuperación tras haber sido expuesto a altos niveles de radiación Gamma, fue la razón por la cual empezamos a vigilarte. -Explico- Pues hasta ahora, eres la única persona que ha sobrevivido al experimento de los Nanomeds y vive para contarlo. –Dijo seriamente- Es por esa misma razón, que se ordenó traerte hasta aquí.
Izuku: ¿Con que propósito? -Cuestiono-
El coronel se inclinó y miro fijamente al peliverde.
Talbot: Voy a ser totalmente directo contigo, Midoriya. –Dijo seriamente- El poder que ahora posees, ese don nacido a base de energía Gamma es un poder que el ejército necesita, algo que tu país necesita con urgencia. -Dijo seriamente-
Las palabras del militar inquietaban al peliverde, no le gustaba a donde iba esto...
Talbot: Izuku Midoriya... -Dijo serio- El ejército de Japón, desea que te unas a sus filas. –Dijo formalmente- Serias un activo muy valioso para tu nación, sobre todo con el increíble poder que demostraste poseer... -Le mostro varias imágenes captadas de la noche anterior- Esa fuerza, esa ferocidad, ese poder... Es algo que no se había visto en mucho tiempo. –Dijo seriamente-
Justo como temía, el peliverde apenas podía creerlo... El ejército de su propia nación lo había puesto bajo custodia y lo había sacado de su hogar, con la única intención de pedirle... ¿Qué se uniera al ejército?
Izuku: Lo siento... -Dijo seriamente- Pero es una oferta que voy a tener que rechazar. -Dijo nerviosamente-
Talbot: ¿Disculpa? -Dijo ligeramente sorprendido-
Izuku: No quiero sonar grosero, pero no tengo deseos de convertirme en un soldado de la milicia japonesa. -Dijo seriamente- Yo ya tengo un sueño y una meta, y esa es... -Dijo con convicción- Convertirme en un héroe. -Dijo con determinación-
El coronel miro seriamente al peliverde, su mirada reflejaba que esa no era la respuesta que esperaba, parecía descontento, pero al poco tiempo, su rostro mostro una sonrisa inquietante.
Talbot: Entiendo. -Dijo serio- Deseas servir a tu país de otra forma, ser un héroe es básicamente formar parte del gobierno, pero de una manera más abierta y formando parte de los medios de comunicación, y estar a la vista del ojo público. –Explico seriamente- No pienso disuadirte de seguir tu sueño, pero... -Su rostro se tornó muy serio- Podemos llegar a un acuerdo.
Nuevamente, el militar había puesto tenso a Izuku con aquellas palabras.
Izuku: ¿Acuerdo? -Dijo curioso-
Talbot: Sí. -Dijo serio- Tú quieres ser un héroe, y yo lo respeto. –Sonrió astutamente- Pero en términos legales, el poder que ahora posees en tu interior, pertenece al proyecto del ejército de Japón, y por lo tanto... -Dijo seriamente- Tu cuerpo... Es propiedad del ejercito. –Dijo astutamente-
Esas palabras solo confirmaron aún más la inseguridad que Izuku sentía al estar cerca de aquel hombre, y también confirmaba... Que el ejército quería algo de él... A cualquier costo.
Talbot: Pero podemos llegar a un acuerdo, en el que todos salimos ganando. -Dijo astuto-
Izuku: ¿Qué clase de acuerdo? -Dijo con desconfianza-
Talbot: A cambio de olvidar lo que sucedió el día de ayer por la tarde, con la promesa de dejarte en paz para que puedas vivir tu vida, y puedas convertirte en el héroe que tanto deseas ser... -Dijo astutamente- Solamente te pediríamos algo a cambio. -Sonrió astutamente-
Izuku: ¿Y qué es lo que me pedirían a cambio? -Dijo seriamente-
El coronel puso sus codos encima de la mesa, mirando fijamente al peliverde...
Talbot: Queremos una muestra de tu ADN. -Dijo seriamente- Nos conformaríamos con una muestra de tu sangre. –Explico seriamente- Solo la cantidad necesaria para poder replicarla, y poder experimentar con ella. –Explico- De esa forma, podríamos replicar el accidente en un ambiente controlado, sin tener que molestarte, ¿Entiendes? –Dijo astutamente- Todos salimos ganando con este acuerdo, ¿No te parece? -Sonrió satisfecho-
Aunque la oferta y la idea de que el ejército lo dejara en paz si les daba lo que querían fuese tentadora, la realidad... Era que el peliverde no confiaba en aquel sujeto, y mucho menos en lo que proponía.
Izuku: *Esta más que claro... Que no pienso aceptar* -Pensó seriamente- *No soy tan ingenuo para no sospechar de sus verdaderas intenciones* -Pensó seriamente- *El hecho de haber puesto en marcha un proyecto militar en una universidad de manera clandestina, además de confesarme que su principal motivo era para crear un arma Gamma, lo hace aún más sospechoso* -Pensó analíticamente- *No soy ningún idiota... Usted quiere mi sangre, para crear un arma* -Pensó seriamente-
Con todos esos pensamientos rondando en su cabeza, el peliverde tenía claro lo que debía hacer, no había manera de que el peliverde pudiera aceptar semejante trato, pues si lo que decían acerca de la destrucción que el monstruo verde causo, estaba claro que ellos querían tener ese tipo de arma peligrosa en su poder, y eso era algo que no podía permitir.
Izuku: Lo lamento, coronel Talbot. -Dijo seriamente- Pero me temo, que voy a tener que volver a rechazar su oferta. –Dijo directamente- Usted quiere lo que sea me haya convertido en esa cosa bajo su poder, y yo no pienso permitirlo. –Dijo seriamente- Si lo que dicen acerca de ese mounstro es verdad, entonces no puedo correr el riesgo de dejar que personas como usted, fabriquen a mas mounstro como en el que me convertí ayer. –Dijo seriamente-
El peliverde se puso abruptamente de pie, encarando al coronel con una mirada llena de determinación y coraje, golpeando sus puños sobre la mesa.
Izuku: No importa lo que diga o lo que me ofrezca, yo no pienso aceptar nada, ¿Y sabe por qué? -Dijo seriamente- Porque el deber de un héroe es proteger a los inocentes ante cualquier daño o amenaza, y eso incluye, protegerlos de cualquier intento de crear algún mounstro que ustedes intenten replicar. -Dijo con determinación y coraje-
El coronel trato de disimularlo, pero las palabras llenas de coraje y determinación del peliverde, lo habían enfurecido, no solo por la arrogancia y la osadía del adolescente por haberle levantado la voz a un coronel, sino el hecho de que el peliverde no estaba dispuesto a cooperar, y mucho menos a dejar que hiciera lo que quisieran con él.
Talbot: Ya veo... -Dijo fríamente- -Suspiro- Esperaba que pudiésemos llegar a un acuerdo, hasta deseaba que pudiéramos entablar una relación amistosa, pero... -Miro fijamente al peliverde- Está más que claro, que no tienes ninguna intención de trabajar con nosotros. –Dijo seriamente-
Izuku: Me alegro de que entiendas el mensaje. –Dijo seriamente-
Talbot: En ese caso... -Se puso de pie- Seré yo quien te diga lo que sucederá a continuación, y te hare ver la cruel y dura realidad, mocoso. –Dijo seriamente-
El coraje y la valentía que sintió el peliverde hace unos segundos, parecía desaparecer lentamente al ver como el coronel se mostraba serio y a la vez molesto.
Talbot: Puedes decir todo lo que quieras acerca de lo que haría un héroe de verdad, pero la realidad... -Dijo seriamente- Es que tus palabras no tienen voz aquí, ¿Y sabes por qué? -Dijo seriamente- Porque en el momento en el que decidiste verte envuelto en aquel accidente de laboratorio, tu y todo tu anatomía y ADN, paso a ser propiedad del gobierno Japones. –Dijo fríamente-
Al escuchar esas palabras, el rostro del peliverde reflejaba frustración y molestia.
Talbot: El poder que ahora posees en tu interior, es propiedad del ejército, fuimos nosotros quien te dimos ese poder por accidente, y, por ende, nos perteneces. -Dijo seriamente- Te guste o no. –Dijo fríamente-
Izuku: Yo... Jamás... Trabajare para ustedes. -Dijo con cierta ira contenida en su voz-
Talbot: ¿Todavía no lo has entendido? -Dijo astuto- No tienes otra opción, pues por si no lo has notado, ¡Somos el puto ejercito! ¡Trabajamos para el gobierno! ¡Y el gobierno trabaja con nosotros! -Dijo molesto- Si lo quisiéramos, podríamos encerrarte en el agujero más profundo de la tierra, donde nunca verías la luz del día otra vez, hasta el día en murieses. –Dijo amenazante- Pero por desgracia para nosotros, sigues siendo un menor de edad, y, por lo tanto, no podemos tratarte como un criminal adulto. -Dijo frustrado- Pero, existen más de una forma de persuadirte. -Dijo astutamente-
El peliverde se había tratado de mantener tranquilo hasta ahora, pero cada palabra que salía de la boca de aquel militar, hacia enfurecer al peliverde aún más, comenzando a sentir como esa rabia se intensificaba.
Talbot: Podemos hacer tu vida un infierno si así lo quisiéramos. –Dijo seriamente- Y créeme que no nos importa llegar a los extremos que sean necesarios, mientras sea por el bienestar de nuestra nación. –Dijo seriamente-
Izuku: ¿Y qué piensan hacer? -Dijo molesto- ¿Piensan enlistarme en contra de mi voluntad? -Dijo serio- ¡Pues no me importa! ¡Aun así no pienso hacer nada para ustedes! -Dijo bruscamente-
Talbot: Está claro que nada de lo que te digamos o hagamos, te hará cambiar de parecer. -Dijo seriamente- Pero... ¿Me pregunto si tu madre seria más cooperativa? -Dijo astutamente-
Al oír esas palabras, el peliverde apretó los puños y los dientes, pues habían llegado demasiado lejos.
Izuku: ¡No se atrevan a meterla en esto! -Dijo furioso-
Talbot: Pues me temo que no tienes muchas opciones, pues tu madre se convirtió en cómplice al ocultarte en su casa mientras eras buscado por las autoridades. –Dijo astutamente- Sin mencionar, que aun debes responder por los daños que provocaste a la ciudad en tu estado verde y furioso. –Dijo seriamente- Y si no tienes deseos de cooperar, me temo que tu madre tendrá que responder por tus errores, pues como te mencione antes, eres un menor de edad y no se te puede tratar como a un criminal, pero... -Dijo fríamente- Tu madre es responsable de ti, y de tus acciones... -Dijo seriamente-
Hasta ahora, las amenazas del coronel no le habían hecho más que preocuparse o enojarse levemente, pero si hay algo que el peliverde nunca podría soportar ni mucho menos perdonar, es que un maldito desgraciado, aunque sea un militar, se atreva a amenazar a su madre.
Izuku: Te lo advierto... --Dijo seriamente, temblando de ira- Me estás haciendo enojar... -Miro fijamente a Talbot, con sus ojos brillando de un color verde intenso- Y no querrás verme enojado... -Dijo de forma amenazante-
El coronel solo se rio con arrogancia, viendo como el peliverde temblaba de ira.
Talbot: Admito que tienes valor, mocoso. –Dijo arrogante- Pero amenazar a un coronel, solamente hará que las cosas sean peor para ti... -Dijo seriamente- Y también para tu madre... -Amenazo-
Esa fue la gota que derramo el vaso, el peliverde ya no pudo contenerse, no sabía cómo, pero en cuanto Talbot dijo esa última palabra... Todo rastro de consciencia del peliverde... Desapareció en el acto.
Izuku: ¡¡RRRAAARRRGGGHHH!! -Grito furioso-
El peliverde se levantó abruptamente de la silla, al mismo tiempo que lanzaba la mesa hacia un lado, lleno de furia e ira incontenible, tomando por sorpresa a Talbot, quien apenas pudo reaccionar cuando fue testigo de algo que lo dejaría marcado de por vida.
Talbot: ¿Pero que...? -Dijo impactado-
El peliverde se arrodillo contra el suelo, comenzando a golpear sus puños contra el suelo de la habitación, gruñendo y lanzando gritos de furia, mientras que su cuerpo... Comenzó a aumentar de tamaño.
Talbot: Oh por Dios... -Dijo en shock-
La piel de Izuku comenzó a tornarse verde, sus ropas comenzaron a apretarle por el repentino aumento de tamaño y el crecimiento de su masa corporal, al punto en que su camiseta se rasgó por completo, sus zapatos reventaron, y sus pantalones se estiraron y rasgaron, al punto de parecer uno shorts ajustados.
Izuku ¿?: ¡¡¡ROOAAARRRGGGHHH!!! -Rugió con furia hacia el techo-
El peliverde se había convertido nuevamente, en aquella criatura enorme y musculosa de piel verde, quien ahora rugía con furia hacia arriba, hasta que termino de rugir, para después... Mirar a Talbot.
Talbot: ¡Maldición! -Dijo alarmadamente, mientras desenfundaba una pistola- ¡Quieto! ¡No te muevas! -Ordeno-
Izuku ¿?: ¡¡GRRRR!! -Gruño con ira-
El gigante verde se acercó lentamente hacia Talbot, pero este al ver que la criatura no lo escucho, preso del pánico, abrió fuego contra la criatura verde.
*¡¡BANG, BANG, BANG!!*
Por un segundo, Talbot creyó que las balas lo habían matado, pero mayor fue su sorpresa... Al notar como las balas que había disparado, ahora estaban en el suelo, pues ni siquiera había atravesado la piel de gigante verde.
Talbot: Oh mierda... -Dijo preocupado-
Izuku ¿?: ¡¡¡RRRAAARRRGGGHHH!!! -Rugió furiosamente-
El gigante verde se abalanzo hacia Talbot, tomándolo por el cuello con su enorme brazo verde, poniéndolo cara a cara contra él, mirándolo con deseos de hacerlo trizas, mientras el coronel trataba de respirar al sentir el agarre sobre su cuello.
Talbot: ¡Argh! -Trato de respirar- Suéltame... Maldito... Monstruo... -Dijo apenas siendo capaz de respirar-
Y como si el gigante verde hubiese entendido las palabras del coronel, este se enfureció y lanzo con todas sus fuerzas a Talbot, arrojándolo contra el vidrio unidireccional de la sala de interrogación, atravesándolo y rompiéndolo en mil pedazos.
*¡¡CRASH!!*
Talbot aterrizo fuera de la sala de interrogación, completamente inconsciente por el impacto y posiblemente con algunos huesos fracturados, para horror y sorpresa del resto de militares que habían sido testigos del interrogatorio del coronel, quienes, por miedo y pánico, abandonaron el área.
Izuku ¿?: ¡¡RRROOOAAARRRGGGHHH!!! -Rugió con furia hacia donde se encontraba Talbot inconsciente, como si se declarar victorioso-
El gigante verde procedió a caminar hacia uno de los muros más cercanos de la sala de interrogación, alzo su puño derecho y...
*¡¡CRACK!!*
Derribo el muro de la sala de un solo golpe, abriendo una salida al exterior de la base militar improvisada. El gigante verde salió del lugar, mirando a su alrededor, observando como los militares comenzaron a movilizarse hacia el gigante verde, con intención de acabar con él.
Izuku ¿?: ¡¡¡RRROOOAAARRRGGGHHH!!! -Rugió con furia hacia el cielo-
El gigante no pensaba quedarse más tiempo en aquel lugar, y sin que los militares pudiesen detenerlo... El gigante verde comenzó a correr a gran velocidad por la base, hasta llegar al límite de esta, y después... Dio un gran y poderoso salto que lo elevo a grandes alturas, alejándose varios kilómetros de la base militar en cuestión de segundos. Volviendo a repetir el mismo proceso una y otra vez, hasta que el gigante verde se perdió en las lejanías de la ciudad, y posteriormente, se adentró en los bosques cercanos a la ciudad.
Narrador Izuku: Ese día... Mi vida había dado un horrible giro que cambiaría todo, no solo me había convertido en una especie de monstruo, sino que, además, el ejército de Japón ahora estaba tras de mí, y no descansarían hasta encontrarme, pues lo único que ellos querían de mí, era el poder que convirtió en lo que soy ahora, con el único propósito de replicarlo y convertirlo en un arma, una que posiblemente causaría desastres y destrucción. No puedo dejar que este poder caiga en manos equivocadas, quizás no conozca el alcance del poder que llevo dentro, pero es demasiado poderoso como para dejar que el ejército o alguien más lo tenga en sus manos, debo protegerlo... Asegurarme de que nadie lo tenga, aunque eso signifique renunciar a todo aquello que alguna vez soñé ser... Y eso incluye también... Alejarme de las personas que más amo... Este poder es ahora mi maldición... Pero aún existe la esperanza de que este poder... Pueda volverse una fuerza del bien.
Continuara
ALTAIR X 110: Bueno, queridos lectores, espero que le gusto esta nueva historia, que estamos seguros de que les gustara, sobre todo por ser una de las pocas historias que existen sobre un crossover entre Hulk x Bnha, pero les aseguramos que esta historia como las otras, tienen mucho potencial para una trama larga y extensa, por ahora nos despedimos, no sin antes decirles que estén al pendiente de nuevos capítulos de nuestras historias, y nos vemos en el siguiente capitulo, bye bye.
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