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Capítulo 16, Casi una fantasía

Era viernes por la tarde, llovía fuerte, Louis caminaba por su habitación de un lado a otro, pensaba en llamar a Miranda para pedir su ayuda, pero se sentía extrañamente nervioso. Con el móvil en la mano frente a la ventana observaba la lluvia que regaba su hermoso jardín, estaba lleno de exóticas flores perfectamente cuidadas.

—Es para ayudar a su hermana, no es como si fuera a pedirle una cita —se decía a sí mismo una y otra vez.

Por Dios Louis, que es lo que hacés ¿Por qué estás tan nervioso? —Su consciencia respondía.

—Creo que me gusta esta chica.

—No, no es cierto.

—Me estoy volviendo loco.

Es solo que has pasado mucho tiempo con ella, tu corazón te engaña —replicó su consciencia.

—Debo dejar de pensar tanto.

Louis recordó la primera vez que vio a Miranda; era otro de esos días en que estaba angustiado por una discusión con su padre, Louis lleno de ira caminaba por la escuela frustrado con la mirada gacha, al intentar cruzar por uno de los pasillos chocó con alguien, el chico mantuvo el equilibrio y evitó la caída, pero su opuesto no tuvo tanta suerte, cayó al suelo enfrente del joven, Louis apenado le ofreció una mano en seguida, y fue en ese momento cuando sus miradas se cruzaron. La chica en el piso era Miranda quien quedó fascinada con los hermosos ojos de Louis, a su vez el chico quedó embobado con la belleza de Miranda, ambos permanecieron unos segundos observándose a los ojos, hasta que al fin los labios de Louis se abrieron con timidez —¿Es-estás bien? —La chica sonrió y tomó la mano aún extendida del joven para apoyarse y ponerse de pie.

—Estoy bien, muy bien diría yo —dijo coqueteando. La voz de Miranda sonaba dentro de la mente de Louis como si de verdad la estuviera escuchando—. ¿Sabes dónde queda la enfermería?, mi hermana se desmayó en clases y vengo a buscarla.

—Sí, claro, te acompaño —contestó.

Ese fue el día en que ambos se conocieron y fue como si una puerta se hubiera abierto en la vida de Louis.

La lluvia se detuvo, las nubes se esparcían, la mente de Louis se calmó un poco y volvió a su presente, la oscuridad ya había pintado el cielo, se hizo tarde. En ese momento se decidió, y le dió fin a su pequeña batalla interna, se sentó en el extremo de su cama para tomar valor, suspiró y marcó su número.

—¡Alo!... ¡Hola! ¿Louis?... ¡Hoolaaa!

Louis no dijo nada, no tuvo el valor para decir una palabra, eventualmente Miranda cortó la línea. El chico cerró los ojos y exhaló decepcionado consigo mismo —Sos un cobarde —su consciencia seguía lastimandolo.

Al poco tiempo su móvil sonó, su corazón sobresaltado se agitó, casi dejó caer su teléfono al suelo, se recuperó del susto rápidamente, observó la pantalla de reojo con una mano tapándose el rostro, era lógico que Miranda regresara la llamada. El remitente decía "la hermosa hermana de Azul". Louis contó hasta tres para contestar, se sentó en el suelo recostando su espalda a su cama.

—¡Hola! —dijo agitado.

Miranda: ¡Hey Louis! ¿Cómo estás?

Louis: Bien y ¿vos?

Miranda: Súper ¿pasa algo?

Louis: No, todo bien.

Miranda: Tenía una llamada de vos.

Louis: Ah sí. Ah... Eh, yo —Se aclaró la garganta —me preguntaba sí...

Miranda: ¿pasa algo?

Louis: No, yo... quería.invitarte.a.comer —escupió toda la frase, ya no podía contenerla, era como si, guardarse esas palabras lo hubiera estado matando.

Miranda: ¿Cómo decís?

Louis intentó calmarse, dió un profundo suspiro y finalmente habló con claridad.

Louis: quería invitarte a comer a vos y a Azul.

Miranda: ¡Ah claro!, me encantaría.

Louis: No me malinterpretes, quiero intentar algo nuevo con Azul por lo del piano.

Miranda: Esta bien.

Louis: No es como si fuera una cita.

Miranda: Ok, entiendo.

Louis: Es solo por Azul.

Miranda: ¡Louis!

Louis: Ayudaré a Azul.

Miranda: ¡Louis!... Ya lo sé, está bien, iré con gusto.

Louis: ¿En serio? ¡¡¡Genial!!! ¿Mañana al medio día? —Una gran sonrisa apareció en su rostro, la emoción estremeció su cuerpo, se levantó del suelo con entusiasmo. Louis logró escuchar la dulce risa de Miranda, lo que aumentó sus niveles de serotonina alarmantemente.

Miranda: De acuerdo, nos vemos mañana.

Louis: Ok, Buenas noches Miranda.

Miranda: Buenas noches Louis, descansa.

Al día siguiente Louis se preparaba, eligió un elegante traje de etiqueta hecho de una lujosa seda brillante, llevaba camisa blanca con pechera plisada, corbata y fajín plisado. Estaba increíblemente feliz, era una sensación que deseaba sentir desde hace mucho.

Louis quería que Azul conociera a su hermano, por ello decidió llevarlo con él, y presentarlo.

Se encontraron en un restaurante elegante, a Louis parecía no importarle lo costoso que se veía todo.

Miranda y Azul llegaron 5 minutos después de Louis, inmediatamente Miranda notó que era un restaurante caro, las personas que estaban alrededor parecían hijos del presidente, comenzó a sentirse un poco incomoda, no era un lugar que ella o su familia frecuentaran, además no estaba vestida apropiadamente, llevaba unos jeans azules ajustados, una camisa blanca con escote pero cubierto con un chaleco de jeans y zapatos deportivos blancos.

Azul también iba vestida muy casual con un vestido rosa sencillo con volados sin mangas y zapatillas plateadas, su cabello estaba suelto como de costumbre, usaba una diadema rosa con flores blancas y moradas.

Lo primero que llamó la atención de Azul fue el sonido del piano, escudriñó a su alrededor para topar su vista con el gigantesco piano en la esquina, era hermoso color azabache, estaba justo en el lugar perfecto, un señor mayor de contextura delgada, ojos Azules brillosos, vestía un traje elegante negro, estaba sentado tocando la Sonata para piano nº 8 en la menor de Mozart. El restaurante estaba repleto de personas, eso parecía no molestarle a Azul que estaba atónita viendo el espectáculo.

—¿Donde está Louis? —Musitó Miranda.

—Eh... No lo sé, hay demasiadas personas.

—Tú no estás ayudando a encontrarlo —reclamó con fastidio al ver que Azul tenía la mirada perdida en el piano—, Oh allí está, ¡arriba!

Miranda tomó a Azul de la mano, ya que estaba como zombi, embobada en el pianista, su mente parecía estar en trance. El jalón de Miranda logró traerla de vuelta a la realidad.

—"Auchhs" —dió un gemido de dolor. Subieron las escaleras y se acercaron a la mesa. Inmediatamente saludaron a Louis, Azul se sobaba el brazo y le daba una mirada de odio a su hermana.

—Hola Azul —se levantó Louis para recibirlas en la mesa—. Él es mi hermano menor; Robert.

Robert saludó —Es un placer, creí que eras la novia de mi hermano, pero sos una niña.

—¿Por qué todos creen eso? —pensó Azul en voz alta.

—Es que, él siempre habla mucho de ti —Susurró Robert.

Louis sonrió gratamente, las invitó a sentarse. Robert parecía un chico normal ante los ojos de Azul, hasta que comenzó a jugar con los cubiertos como un niño de 6 años.

Louis ordenó comida Italiana. Miranda se quedó perpleja al ver los precios de la carta del menú.

—200$; 150$ —Chilló Miranda—, 20$ una taza de café, ¿Sos el hijo del presidente o... el hijo de un mafioso? —Preguntó angustiada por la última opción en la que pensó.

Louis se echó a reír, después de unos segundo su sonrisa se volvió picara y su mirada se tornó seductora, tomó un sorbo de su copa de vino.

Su risa burlona no fue agradable para Miranda. Preocupada por su seguridad balbuceó —hay muchas personas acá sabés, por si intentás hacer algo.

—Lo sé —la sonrisa aún no desaparecía, estaba divirtiéndose con la actitud de Miranda.

—¡Sos un mafioso!, ahora que lo pienso, en la escuela con tu uniforme te ves muy inocente pero verte hoy así, con ese costoso traje negro, te hace ver como un mafioso o narcotraficante, secuestrador de niños. Serás muy lindo y todo pero creo que...

El niño autista interrumpió sin desviar la mirada de los cubiertos que usaba como camiones de carga para la azúcar —Nuestro padre es dueño de la empresa telefónica de la ciudad.

Miranda boquiabierta lo miró fijamente y presionó los labios avergonzada.

—¿Crees que yo soy lindo? —dijo el chico en forma galante con picardía.

Azul se sintió incómoda por primera vez estando con ambos, el ambiente estaba tenso.

Miranda afinó su garganta —Eh... nunca nos habías hablado de tu padre.

—Nunca preguntaste.

—No puedo creer que le exigieras a mi hermana 10 dólares, cuando pagas platos de más de 200 dólares _Susurró Miranda entre dientes.

—¡Perdón! —Louis arqueó una ceja en señal de confusión, levantando el dedo índice reclamó —Lo que hizo tu hermana fue robar y eso está mal, deberías corregirla no molestarte conmigo por algo así.

—No estoy molesta —su tono era amenazador y frio, Louis rodó sus ojos con diversión y sonrió.

Después de disfrutar el almuerzo quedó olvidado el asunto del "secuestrador de niños" Louis se dirigió a Azul.

—Viste el gran piano Azul.

—Como no verlo, es enorme. No querrás que lo toque acá, ¿cierto?

—¿Por qué no? —preguntó Luis con inclinación.

—Me encanta el piano —Comentó Robert—, Mi hermano siempre lo toca para mí.

Louis acarició los cabellos de su hermano y le regaló una sonrisa —Claro que si hermanito, quizás pronto escuches a Azul.

—No quiero oírla a ella, me gusta oírte solo a vos.

—Oye, Azul también es muy buena —dijo haciendo puchero.

Robert comenzó a gritar "NO" "NO" "NO" alzando las manos con desesperación, sin embargo Louis era bueno hablando con su hermano y logró calmarlo pronto.

—Ya dominas la sinfonía que tocaras el día del recital —preguntó Louis.

—No, aun no.

—Excelente, debes practicar ¿no? —Se levantó, le pidió a su hermano que esperará un momento y extendió su mano hacia Azul.

—Ven conmigo.

Azul se negó —aahaa no, no quiero tocar acá, hay demasiadas personas.

—No vas a tocar, solo quiero que vengas conmigo.

—¿Para qué?

—Confía en mí.

—No voy a tocar.

Louis sonrió —Ya te dije que no vas a tocar.

—¡Ve ahora Azul! —demandó su hermana con seriedad, a lo que Azul obedeció como si fuera un robot, sin ninguna otra objeción sujetó la mano de Louis.

Frente al piano ambos permanecían callados, después de unos segundos Louis comenzó a tocar la sonata n° 14 claro de luna de Beethoven, una pieza delicada y ensoñadora. Su título original es "casi una fantasía" era la melodía que calmaba a Robert durante las crisis que sufría por su condición.

Azul solo observaba sentada en el taburete en estado de trance. Al terminar el público aplaudió, Louis se inclinó hacia Azul con delicadeza.

—Logras ver a mi hermano, es su favorita —susurró al oído.

Robert permanecía en la silla, tenía los ojos cerrados, balanceándose de un lado a otro.

Nota: Hello, ¿como estan? este es mi capítulo favorito ¿por qué? bueno Louis es muy lindo y Miranda una chica fuerte ¿habrá un amor bonito allí? espero que lo disfruten.

El video arriba es "claro de luna" de Beethoven

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