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¿Mi novia?

Había mucho movimiento ese sábado, Akane estaba libre, pero lo ocuparía para hacer las cosas que no pudo antes, Hiroshi solo estaba sentado mientras veía la tv, ansiaba poder salir a jugar en la tarde.

Esa mañana Shindou había aplazado su trabajo para la tarde, ahora estaba haciendo un poco de ejercicio en el gimnasio que tenía en esa enorme mansión, incluso contaba con piscina bajo techo, pero no era momento para que se utilizara, un poco más y su hijo comenzaría a tomar clases de natación.

Justo termina de ejercitarse, le pasan una toalla para secarse, luego pide su móvil y hace una llamada.

Su asistente había llegado- Si ya ha terminado le leeré lo que haremos más tarde en la oficina y que ya tengo la lista de los que han confirmado asistencia.

- Si, bueno, hablando de eso, he pedido a nuestro estilista que venga en la tarde, ¿desea que le ayude con su peinado y maquillaje?

- No se preocupe, tengo una cita en una estética así que puede cancelar.

- De acuerdo- Shindou comenzó a caminar y ella lo sigue.

Akane mientras, ahora estaba en la habitación pues Hiroshi no sabía que ponerse, tenía tanto de donde escoger que no se decidía.

- Si tanto te cuesta, solo toma lo que más te guste y armamos algo. – Akane estaba un poco pensativa, además de que las fiestas no le iban mucho y este niño la comenzaba a desesperar en aspecto de indecisión y más si la ropa era casi igual.

Él escogió lo que más le gustaba y ella le armó varios conjuntos- Me gusta este traje con chaleco plata y moño... ¿azul o rojo?

- Piénsalo bien ¿no querrá arrepentirse luego?

- Ambos colores son buenos y me gustan, quisiera llevarlos juntos.

- Tengo una idea, sabes azul y rojo al mezclarlos forman el violeta.

- ¿Cómo el tono de sus ojos? - preguntó sonriente, luego fue a su cajón donde estaban y encontró un moño violeta y fue a enseñarlo.

- Si, además el vestido que me pondré es del mismo tono así que combinaremos.

Por lo menos Akane había salido de ese asunto y solo colgó el traje para más tarde, ahora irían al jardín ya que hacía una mañana linda y él le pidió seguir armando la cometa.

Shindou solo bajó para verlos unos instantes y asegurarse de que todo estuviese bien, decidió acercarse- Ves que era más fácil pedir ayuda en vez de formar un caos.

Él chico infla sus mejillas- No me lo recuerdes.

Akane solo sonríe y hace una leve inclinación, luego siguió armando el juguete mientras Hiroshi hacía unos moñitos para ponerlos en la cuerda. Shindou aún contaba con tiempo libre hasta más tarde y decidió sentarse para ayudarlos.

La asistente llegó pues le dijeron que había venido al jardín, pero los encontró juntos a los tres- Señor, venía a ver si se le ofrecía algo.

- No gracias, ¿deseas unirte? - preguntó Shindou, a lo que Hiroshi la miró con una mirada algo seria.

- Pues ahora no, ustedes sigan- ella solo se regresó, pero le molestaba que estuvieran los tres juntos- Definitivamente me encargaré de todo- llegó a las escaleras- Incluso con el tiempo ese cuadro y todos los recuerdos de la esposa muerta se irán, bye, bye.

Al terminar de armar la cometa el niño solo la alza- ¡Terminada! - dijo emocionado a lo que los adultos solo aplauden.

Akane y él van a intentar volarla, Shindou solo se queda observándolos; ella solo intenta saber por donde venía el viento, le enseña un truco que se usa para saber en qué dirección corre la fresca brisa.

Lo intentaron muchas veces, lanzándola, incluso diciendo "vuela" pero nada, siempre caía. Tomar impulso al correr y que fuera elevándose, solo que a veces la brisa decía lo contrario y dejaba de soplar.

Shindou al ver la cara desilusionada de su hijo fue a tratar de ayudar, el sintió la brisa mover sus cabellos y le indicó a su hijo, Akane estaba más concentrada en que su falda no volara y eso a veces impedía que pudiera elevarse la cometa.

En unos momentos ya estaba en lo alto volando, ahora Hiroshi si la podía ver en acción. - ¡Gracias papá! - dijo pues era maravillosa verla y correr para que lo persiguiera.

Shindou en tanto se quedó junto a Akane para decirle algo- He solicitado a nuestro estilista para que la arregle para la noche.

- No era necesario que se molestara, yo puedo...

- Es una orden- dijo, ella se encogió de hombros algo incómoda- Además ¿recuerda al patito feo? Nuestra pequeña plática de la otra noche- él sonrió y ella lo miró con algo de disgusto, Shindou solo decidió retirarse.

Después de tomar el almuerzo Shindou salió para la oficina a atender algunos asuntos, su asistente iría a otro sitio y solo quedaron Akane y Hiroshi que como habían quedado saldrían.

Ella preparó todo como siempre, ahora el chico directo se puso la ropa, para no liarse como la otra vez, para nada le gustaba cambiarse de atuendo en un auto en movimiento, luego salieron de la mansión sin problemas, el auto los dejó cerca y ambos fueron dentro, había niños jugando, esta vez Akane interactuaría más con él y más porque quería subirse y bajar por la resbaladilla.

- Vamos baja que yo te atrapo- dijo la castaña.

- ¡Tengo miedo! - dijo, ella solo esperaba a que se tirara, él no podía volver atrás porque le daba miedo bajar por las escaleras, se soltó y en menos de lo que pensaba estaba con Akane abrazándolo y sonriendo.

- Ves no hay nada que temer.

Ya al rato se unieron otros niños con él a jugar, algunas madres de niños más pequeños se habían sentado a charlar, Akane solo trataba de no descuidar a Hiroshi en lo que muy amablemente opinaba con las otras mujeres sobre asuntos de dinero y de todo lo que poseían para sus pequeños.

El tiempo iba corriendo y Hiroshi que estaba jugando con otros nuevamente al futbol, sabía que tenía que regresar a casa, así que se despidió y fue con Akane, las señoras que estaban ahí notaron esa tierna carita y gritaron enternecidas por verlo.

Ella se despidió y se lo llevó consigo al auto, en el camino a casa le dio un refresco para hidratarlo y lo secó pues venía muy sudado, pero muy alegre por tener con quien jugar de vez en cuando.

Llegaron a la mansión, bajaron del auto y como ya faltaban pocas horas para que fueran llegando los invitados, el mayordomo le comunicó a ella que la esperaban arriba para comenzar con los arreglos, de Hiroshi se encargarían las sirvientas.

Al entrar en la habitación le saltó un hombre el cual se presentó con ella, muy feliz dejó ver a sus dos bellas asistentes, para empezar, la enviaron a tomar un baño, en tanto se alistaban con los implementos.

Una vez lista la hicieron sentar en la silla que habían instalado en la pieza y comenzaron con un facial, su rostro tenía que lucir reluciente y fresco, las chicas se enfocaron en arreglar sus uñas y que quedaran perfectas.

- Eres como un capullo de cerezo que está esperando florecer, me encargaré de que luzcas así, dejarás a todos impactado con tu belleza.

- Pero que no sea muy escandaloso por favor.

- Descuida, a ti no te queda lo fuerte.

Comenzó a secar su cabello y luego de eso a hacerle un hermoso peinado recogido, digno de una dama, dejando algunos mechones sueltos, la comenzó a maquillar ya que le habían limpiado, solo había que resaltar su belleza natural.

Todo estaba casi listo, la asistente volvió a casa ya arreglada y fue a su habitación para terminar.

Shindou igual lo hizo media hora después, muy apresurado fue directo para tomar un baño y vestirse ya que debía de ver que todo estuviese en orden para el evento.

A Akane se le enseñaron joyas para combinar con su vestido, luego de los últimos retoques la hicieron verse al espejo.

Shindou ya estando listo bajó a ver todo, desde el banquete, la música, los arreglos del salón y del jardín trasero donde todo estaba adornado con luces para una magnífica velada.

Justo se encuentra con su asistente- ¿Cómo me veo? - preguntó ya que estaba lista además de que su vestido era negro y muy elegante.

- Te ves elegante- dijo luego su atención fue llamada por el estilista.

- Shindou-san hicimos un excelente trabajo.

Ella solo se acercó a él más- Pensé que les habías cancelado.

- Los contraté para Yamana-san y de paso solo quería saber si querías ser atendida.

Ese comentario hizo que se enojara y fuera a otro sitio. En tanto ellos hablaban.

- Hemos dejado a la joven muy hermosa, parece una flor, tan delicada y dulce, tiene usted mucha suerte, su novia es muy bonita- dijo para luego lanzar un beso con su mano.

- ¡Espere, ella no es mi... - Justo aparece Akane en compañía de Hiroshi- novia- terminó de decir, quedó admirado por que en verdad parecía otra y más si bajaba las escaleras con esa gracia que la caracterizaba.

Al haber bajado ella hace una leve inclinación, él simplemente no podía apartar la mirada de ella además de que ella lucía hermosa y que habían resaltado sus ojos con un poco de maquillaje.

Quería decir algo, pero simplemente las palabras no salieron, ella solo se sonrojó pues sentía aquella mirada sobre sí.

Hiroshi tomó la iniciativa- ¿Verdad que se ve hermosa?

Shindou sin apartar su mirada de ella contestó- S-si- sacudió su cabeza y aclaró su garganta- Se ve maravillosa esta noche.

Akane muy alagada respondió- Muchas gracias, usted luce muy apuesto- con decir eso su corazón quería salir de su pecho saltando por lo avergonzada que estaba, solo tomó la mano de Hiroshi y siguieron al salón donde sería la fiesta.

- Shindou-san mi equipo y yo nos vamos, disfrute de la noche junto a su novia que se ve muy encantadora- Dijo el estilista, Shindou no pudo aclarar el malentendido y así lo dejó estar.

Los invitados iban llegando, la música sonaba, Akane estaba sentada junto a Hiroshi que solo se contoneaba al ritmo de la música mientras comía un pastelillo, la asistente de Shindou no le quitaba los ojos de encima pues sentía que en cualquier momento algo entre los dos pasaría.

Tras tomar una copa y pasearse entre las personas, Shindou pudo ver como la institutriz rápidamente acaparaba la atención de varios en el lugar, no negaba que era hermosa pues ella se sentía un poco intimidada por varios hombres a la vez y quería apartarla de ellos.

Su asistente se acercó a él- Oye mira que pronto conseguirá que alguien la pretenda- dijo mirando a la castaña para luego con su mano atraer la atención de Shindou. – Mírame.

Hiroshi atraía las miradas de las mujeres más maduras, pues el pequeño era encantador, aunque estaba aburrido de que ligeramente pellizcaran sus mejillas. Se levantó de su asiento y fue con su padre y tiró de su traje, este lo miró- ¡Estoy aburrido!

- Hijo, que la fiesta aún no termina, apenas inicia- dijo en un tono bajo y a la vez muy enojado por lo que decía su hijo.

- Ya vas a ver- el niño planeaba tirarse al suelo y patalear mientras lloraba.

Akane viendo que el niño estaba a punto de armar una pequeña rabieta lo tomó de la mano- Hiroshi-sama venga, daremos un paseo por el jardín.

- ¡Bien! - dijo casi gritando desesperado.

Shindou estaba un poco avergonzado pues las personas con las que estaba hablando habían presenciado el comportamiento de su hijo y solo pidió disculpas. Akane en tanto se lo llevó al jardín donde todo estaba hermoso con las luces.

- Hiroshi-sama un jovencito como usted debe de comportarse y mantener serenidad en cualquier situación.

- Pero es que solo hay mucha gente adulta y me aburro con facilidad.

Akane se pone a la altura de él. - Luego bailaremos usted y yo, pero prométame que en todo momento mantendrá la compostura, no llantos, no quejas, no gritos y no quiero episodios de rabietas.

- Ni que fuera un programa de tele- dijo, solo quería hacer su baile e irse de ahí a dormir.

En ese momento pasaba un sirviente con una bandeja de bebidas y tomó una copa para tratar de no pensar en el comportamiento de Hiroshi, tal vez no estaba listo aún para eventos así, luego vio que venían los dos, pero ella en especial atraía miradas de todos y eso que solo era la maestra de su hijo.

Cualquiera diría que era una mujer de sociedad, lo que la delataba era su humildad y gentileza, aquellas mujeres de la alta sociedad, solo hablaban de vanidad, de cuanto ganaban sus esposo y de los últimos viajes. Incluso su asistente era muy materialista, justo se había armado de valor para hablar con Akane ya que tenía unas inmensas ganas por que solo fueran unos minutos para escuchar su voz.

En eso se aparece un hombre algo tomado frente de ella y con una excusa le entabla conversación, alagándola en todo momento pues Akane le pareció muy hermosa y por lo menos esa noche quería ligarla, se la llevó a otro sitio para conversar, ella no pudo negarse.

Hiroshi vio como se llevaban a su maestra- El alcohol es una bobada, esta fiesta es aburrida y todos están tomados... yo nunca tomaré- dijo a lo que un hombre se le acerca.

- Vea no prometa cosas que no podrá cumplir- luego sigue su camino.

Hiroshi solo va donde su institutriz y toma asiento para escuchar las absurdas historias de un hombre borracho, aunque no era tan malo del todo ya que a veces le parecía algo descabellado, en tanto ella estaba de lo más incómoda pues el hombre le había tirado algunas insinuaciones.

La asistente del castaño viendo que él no hacía el anuncio que mas había esperado, se acercó a decirle que era tiempo, Shindou solo asintió y fue al frente.

- Quiero que todos pongan atención, por favor- todos los presentes empezaron a acercarse, incluso Akane se llevó al niño al frente tratando de evitar al hombre de antes.- Desde hace mucho llevo sin la compañía de mi esposa, que en paz descanse, hace más de dos años que llegó a mi vida la persona que desde el principio fue mi mano derecha en todo lo que hacía y comenzamos una relación, la cual llevamos un año en secreto, pero ahora quiero que todos conozcan que ella y yo somos novios.

Ella se acercó y todos aplaudieron por la novia que ahora Shindou tenía, Hiroshi quedó muy impactado, tanto que Akane tuvo que sujetarlo fuerte para que no se fuera corriendo del sitio, Shindou dio la orden para iniciar con el baile.

- Recuerda que te dije que debías de comportarte, aún en las peores de las situaciones. - dijo Akane de lo más sería.

- Pero es que... mi papá y ella...- Dijo él con ganas de llorar, pero tuvo que aguantarse, en tanto Akane lo llevó a bailar.

Shindou y su asistente de igual manera empezaron a bailar, ahora ella estaba feliz pues no tenía que ocultarlo más, Shindou notó la expresión de su hijo y le dolía que todo pasara de esa manera tan brusca para decírselo.

En un momento determinado ellos cuatro se acercaron, Hiroshi ahora había cambiado de actitud- Si papito me quiere dar una madre, una madre tendré- pensó, para luego pedir bailar con la asistente. - Papá ¿me dejas bailar con la que va a ser mi madre?

- Seguro- Shindou le concede una pieza y él chico se la lleva a bailar, cosa que no le agradaba mucho pues la estaba apartando de él. Shindou volteó a mirar a Akane que ahora no tenía pareja y viendo que se aproximaba el hombre de antes, la tomó desprevenida para comenzar a bailar- ¿Le apetece bailar esta pieza?

- Claro, aunque ya lo estamos haciendo. - dijo pues solo la tomó así si preguntar antes.

- Lo lamento, es que vi que se sentía incómoda con aquel hombre y bueno estoy yo para que no pase un momento incómodo.

Sentir a la chica muy cerca de su cuerpo lo hacía sentir muy bien, de lo más a gusto en su compañía, sus ojos violeta y ese suave aroma que tenía ella, la danza que ambos mantenían, sus pasos sincronizados, la fragilidad de Akane hacía que su corazón dudara con respecto a la otra chica.

¿Por qué justo ahora se sentía de esa forma? Decidió decir algo - ¿Se acuerda lo del patito feo?

- ¿Qué con eso? - preguntó indignada mirando a otro sitio.

- Pues que creo que no me entendió antes, no es que le estuviera diciendo que es fea, solo que usted me parece muy hermosa y que con solo resaltar un poco su belleza usted ha dejado a todos deslumbrados.

Akane se sonrojó mucho, es que esta noche ella había sido el centro de atención, no lo negaba y lo peor que le podía estar pasando era sentirse cómoda con él, justo ese hombre que tenía una relación y antes cuando lo anunció su corazón dio un vuelco muy doloroso.

En tanto Hiroshi aplicaba la danza torbellino con la asistente de su padre, con algunos pisotones en el paso- ¡¿No es divertido esto?! Usted será mi madrastra y tendrá que jugar mucho conmigo.

- ¡Hiroshi, basta! Creo que estoy mareada. - dijo, él se detuvo y ella se soltó y tambaleándose se retiró un momento, el niño solo pudo reír, era lo más divertido que había hecho en la noche, volteó a mirar a su padre y su institutriz, más que todo porque notó como él la miraba y que en todo ese momento no se habían apartado.

Comida había, Hiroshi tomó lo que quería y se sentó a ver si su nueva madrastra se aparecía. Al rato ella volvió y se dirigió a Shindou que ahora estaba solo charlando con Akane de asuntos de Hiroshi.

- Mi vida, perdón por interrumpir, pero creo que me voy a retirar, no me siento nada bien.

- ¡¿Quieres algo?!- preguntó Shindou muy preocupado, en lo que Akane se alejaba y mantenía las distancias.

- No, ya le he pedido a alguien que me ayude, no te preocupes. – dijo para irse de ahí aún sintiendo que todo le daba vueltas.

Shindou viendo que estaría la noche solo, volteó a ver a la castaña que se estaba yendo de ahí- ¡Espera! - la toma de la mano y ella voltea.

- Discúlpeme señor, no es correcto que me toque y menos cuando ya tiene una relación.

- Lo siento, no quería incomodarte, aunque no te importó bailar antes.

Akane se sonrojó y cambió el tema- iré a ver a su hijo.

Ella se acercó a Hiroshi que yacía dormido con su plato lleno de restos, Shindou ordenó que de inmediato se limpiara lo de su hijo, se acercó y lo tomó para llevarlo arriba- Por favor acompáñeme- pidió a la chica, ella lo siguió.

Estando los dos ahí en la habitación, él lo recostó y pidió ayuda pues para desvestirlo iba a costar, Hiroshi despertó. - ¿Se acabó la fiesta?

- No, pero para ti sí, venga es hora de que te cambies y te duermas. - dijo Shindou mientras se esforzaba por terminar rápido de cambiarlo.

Luego de batallar los dos con Hiroshi y su estado de muñeco inmóvil, salieron de la habitación y él pidió que lo acompañara a visitar el jardín.

Una vez allí solo había unos cuantos, paseando, ellos tomaron asiento- Ha quedado magnífico el jardín- comentó él.

- Si, he venido antes con Hiroshi-sama.

- Parece que mi hijo no lo ha tomado del todo bien- Shindou suspiró.

- Bueno quizás al principio no, pero puedo notar que lo ha ido asimilando, creo que- Akane rio, pero con un aire dolido- empieza a aceptar su nueva vida.

Shindou sentía gran curiosidad por saber más de ella- Y ahora cuénteme usted ¿tiene a alguien en su vida?

- Pues, no, pero hace algún tiempo hubo alguien que ocupaba mi corazón, aunque prefirió a otra y tiró todos nuestros años a la basura.

Él la volteó a mirar con sorpresa, si esperaba que tuviese a alguien, pero que la hubiera despreciado por otra mujer era inaceptable. - ¿Cómo pudo hacer eso a alguien como usted? - dijo con algo de enojo interno- pienso que el hombre que se gane su corazón sería muy afortunado.

- No quiero sufrir de nuevo, así que me prometí a mi misma no volver a enamorarme.

- Tenga cuidado, a usted se le ha pasado el tren y será un poco difícil conseguir a alguien si todos los hombres buscan a una mujer joven.

- No lo entiendo, primero me dice que el hombre que tenga mi corazón será afortunado y luego me sale con que ya no puedo encontrar a alguien- Akane se levantó de la silla- por eso prefiero quedarme como hasta ahora, con permiso. - ella se fue algo más dolida de lo que ya estaba.

- ¿La habré ofendido? – se preguntó, aunque por la actitud de antes de ella supuso que si- Aunque creo que me gusta que esté soltera – él suspiró - ¿por qué disfruto tanto a su lado?

Ella iba casi llorando, algo perdida en sus pensamientos, todo esto dolía y no sabía porqué precisamente las palabras de él le hacían bastante daño. Fue a su habitación- ¿Qué me está pasando?

Al final él fue el único que quedó para despedir a todos, en especial al señor más tomado que aún preguntaba por el encantador ángel que había conocido- Shindou-san ¿Ella se ha ido?

- Supongo ¿por qué tanto interés?

- Quisiera que fuera mi prometida, nunca conocía a tan encantadora mujer, debo conseguir su dirección.

Shindou un tanto molesto con el comentario solo lo dirige a la salida- Creo que ha tomado usted demasiado y se ha imaginado muchas cosas incluso a ella que era una ilusión- dijo, para que en verdad se creyera que ella había sido producto de su imaginación, lo mandó ya que tenía a su chofer esperando.

- Conseguir su dirección, la institutriz de mi hijo se queda aquí- dijo molesto pues en verdad había llamado mucho la atención esa chica y ahora estaba seguro de que cualquiera que él conocía intentaría ligarla y más porque en su círculo social había tanto como solteros y viudos.

Los sirvientes se quedaron acomodando todo y haciendo la limpieza, como ya era tarde él ordenó que lo dejaran para mañana, luego subió las escaleras y pasó por la habitación de ella y sin pensarlo tocó con la esperanza de que aún estuviera despierta.

La puerta se abrió y ella se asomó en pijamas- ¿Se le ofrece algo?

Podía sentir lo frío de su hermosa mirada- Quería saber si usted está bien.

- No se preocupe por mi además su novia era la que se sentía mal antes y si no se le ofrece nada, buenas noches- justo cuando él iba a decir algo ella le cierra golpeando a su paso la nariz de él.

- Creo que si está molesta- dijo casi bajo mientras se esperaba a que pasara el dolor del golpe, pensó ir a ver como estaba su novia, aunque de seguro dormía, fue a su habitación muy agotado, sin encender la luz solo se desvistió y en el proceso solo podía pensar en Akane, aún con su recién retirado maquillaje seguía luciendo tan linda e inocente.

Se terminó de cambiar y se metió a la cama, justo siente unos brazos rodearlo y grita pues no esperaba que su asistente estuviera ahí- Amor soy yo.

- ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías en tu habitación.

- Desde ahora no quiero dormir ahí, siempre me sentía sola y tu igual.

- Pero aún no nos hemos casado y mi hijo...

- No pongas pretextos, nunca hubo impedimento para pasar una noche juntos y tu hijo no se tiene que enterar.

Shindou la dejó dormir, tenía razón nunca hubo impedimento hasta ahora, ella se acercó a él para sentir su calor, él de igual forma solo para acariciar sus cabellos, pero su mente estaba distante y no podía dejar de pensarla, Akane ocupaba su mente y no entendía por qué si él no sentía nada, absolutamente nada, pero aún así ahí estaba repitiendo una y otra vez el momento en que la miró por primera vez.


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