Horrible y hermoso
No podía encontrarse más desorientado, día tras día todo se volvía una tortura, y a pesar de las decenas de intentos de Taehyung por sacarlo de su penumbra, Yoongi simplemente no podía.
Desde ese día, no solo perdió a la razón de su vida, a su auténtico amor, perdió toda orientación. Su único propulsor lo abandonó.
No pudo luchar o siquiera intentar, y se arrepentía completamente de ello, fue un cobarde, porque lo vio en su mirada, lo sintió en sus besos, un dolor abrumante que proyectó en el, que lo hirió como todo y nada. Yoongi lo percibió en su mirada al hablar, oculto detrás de su angustia se notaba la verdad. Seokjin no lo quería a su lado.
No fue como su primera vez, esa donde era claro que lo necesitaba para afrontar la situación. Cuando Seokjin le dijo que se alejará por su propio bien, no le interesó obeceder, su vida iba a ser un sin sentido si no lo tenía a su lado, por ello se negó sin pensarlo demasiado. Pero era muy diferente cuando se trataba de la felicidad de su amor, no podía ser solo egoísta e insistir sabiendo lo mucho que lo hería, eso estaba en contra de todo lo que el deseaba.
Su vida jamás podría valer más que la felicidad y dicha de su eterna inspiración.
Ese trágico día, Seokjin huyó luego de sus duras palabras, y Yoongi no pudo detenerlo o responder a sus negativas, solo dejo que escapara de su hogar como si nunca hubiera pertenecido allí.
Agradeció que Taehyung no se hubiera ido ese día, ya que necesitó de sus dulces palabras y cariños relajantes por toda esa larga noche de confusión. Recordaba lo mucho que lloró y lo comprensivo y paciente que fue su amigo con el al saber sobre la situación e informarle lo incompleta que finalizaría su colección, con catorce de las quince piezas que planearon.
—Yoongi por favor, come... Solo un plato, llevas todo el día sin probar un bocado— Taehyung fue insistente, pero luego de días intentado solo lograba que su amigo comiera una de sus cuatro comidas diarias, razón por la que odiaba aun más de lo normal a Kim Seokjin.
—No tengo hambre ahora, Taehyungie, de verdad no te preocupes por mi, no me has dejado solo desde lo que ocurrio y supongo que interrumpo tus reuniones con Namjoon...— El procuró ser cuidadoso con sus palabras, no estaba seguro de lo que ocurría con la relación de ese CEO y su amigo, pero sea lo que sea, veía cambios positivos en sutiles aspectos de su compañero —Lo siento...
—No te disculpes, quiero estar contigo Yoongi, somos prácticamente hermanos y te amo, siempre serás mi prioridad— Se mostró cómodo ante sus palabras, y Taehyung no dudo en abrazarlo con cuidado por la espalda mientras estaba sentado. Le dio un pequeño beso en su oscuro cabello y solo logro sentir pequeñas lagrimas humedecer los brazos que rodeaban ese palido cuello.
—De verdad lo siento tanto, no solo por tus citas con Namjoon, sino también por nuestra colección, esta incompleta y yo... No sé que hacer Taehyung, Seokjin se escapó de mis manos, lo tenía tan cerca y el solo... Me abandonó— Pocas fueron las veces que le vio llorar, ni siquiera cuando sus padres se negaron a hablar con él percibió esa tristeza en Yoongi. Solo sintió impotencia y abrazó con más esmero a su amigo, intentado que olvidara todo dolor y sufrir con ello.
Taehyung nuevamente reafirmó que contaban solo el uno al otro, no podían confiar en nadie más, ambos eran la única familia que tenían, y ese hecho no podía cambiarlo esos dos hermanos. Ya no eran las crueles palabras de Seokjin, tampoco los temibles sentimientos que comenzaba a sentir por Namjoon, era todo, debían huir de esos hombres, porque no era tonto, lo notó en muchas cosas, y estaba seguro de que eso era el principio del fin. Dos artistas como ellos no podrían jamás con la fama y los estandares de personas tan inalcanzables.
Su firme abrazó solo se vio interrumpio por un melódico sonido proveniente del celular de Yoongi, Taehyung no dudo en agarrar el aparato antes que su amigo, dispuesto a colgar y más aún si era el número de Seokjin, pero extrañamente solo logró ver un número desconocido en el identificador antes de responder.
—Hola, ¿Min Yoongi?
—No, soy su compañero, él no se encuen...
—¡Por favor! Necesito hablarle, es una urgencia, tiene que avisarle de mi llamada, dígale que soy Hoseok...— La voz al otro lado de la línea se oía desesperada y Taehyung no sabía que ocurría pero, preocupado por la emergencia, activó el altavoz temiendo lo peor, pero permitiendo a su amigo escuchar lo que ocurría.
Yoongi se vio confundido al notar lo cercano que Taehyung agarró el celular a rostro, pero al ver su mirada insistente a que hablara, aclaró ligeramente su garganta y con su común voz, soltó un suave Hola en pregunta.
—¡Yoongi! Que alivio no haber errado tu número, sé que mi jefe me odiará por esto, pero debes venir a verlo, nuestra última emboscada no salió muy bien, Seokjin esta herido y...
A lo lejos notó que seguía hablando, explicaba la situación a detalle pero no entendía palabra alguna, era como si su audición hubiera fallado junto al palpitar de su corazón. Lo que sea que ocurría a su alrededor se perdió, y asustando a Taehyung con su fuertes movimientos, se levantó de su lugar, casi cayendo por su unos ligeros mareos pero firme en su desición de ir a buscar a Seokjin.
—¡Yoongi! Ten cuidado por favor...— Taehyung intentó sostener a su amigo luego de cortar esa llamada, pero parecía que nada podría detenerlo, sea con su aprobación o no, Yoongi iría a verlo —Solo cálmate, ire contigo, estoy seguro de que no escuchaste nada de lo que dijo ese hombre, además, temo que hagas alguna locura en este estado...
Toda la situación fue sumamente alarmante y tenía demasiadas preguntas rondando su mente, sobre ese hombre, sobre esa emboscada, sobre la vida de Seokjin, y sobre lo que sabía Yoongi de todo eso. No podía imaginar a su amigo ocultandole algo grave, así que solo confío en él, procuró calmarlo en todo el camino en taxi hasta esa clínica privada, y no hizo ninguna pregunta al respecto. Su único objetivo en ese momento fue hacer más amena la espera y saber qué fue lo que le ocurrió al irritante actor.
Llegaron luego de varios tormentosos minutos. Yoongi no pensó en pagar el transporte, tampoco en la personas que le observaron extraño por bajar con tal desespero del vehículo, y mucho menos en sus pasos apresurados y cansados hasta la recepción del lugar, solo anhelaba encontrarlo sano y salvo.
En la puerta fue recibido por Hoseok, quien advirtió a los guardias del lugar que le permitieran toda circulación, y que al ver el desespero en su mirada, no dudó en informarle donde se encontraba la habitación de Seokjin.
Corrió demasiado, tanto que sus piernas flaquearon muchas veces en su maratónica búsqueda, por lo que odió aún más su mala alimentación y descuido físico, y a pesar de que los pasillos se hicieron eternos y los ascensores inimaginablemente lentos, no se detuvo hasta dar con esa habitación. No tocó al confirmar su nombre en la puerta y sin cuidado alguno entró, preguntado angustiado por su nombre y encontrado un vacía habitación.
Su cuerpo tembló y creía que estaba a punto de caer, pero atentó al ruido de sus acelerados latidos, pudo oír también un cerrojo cerrando proveniente de la puerta del baño privado.
—Amor... ¿eres tú? Abre la puerta por favor— Su voz se cortaba por su agitada respiración, pero no impidió que una sonrisa se asomará en sus labios por la idea de que fuera él.
—Te dije que te alejaras, Yoongi... ¿Qué haces aquí?—Se oía el desespero en su voz, pero al saber que realmente era Seokjin, solo apoyó su cabeza y manos en la puerta, temiendo caer por su poca energía y alegre por confirmar que se encontraba lo suficientemente bien para hablarle.
—Lo siento tanto... De verdad perdóname, Seokjin, pero no podía estar un segundo más sin ti y mucho menos al saber sobre tu salud...— El palpitar de su corazón fue fuerte, y temió por un segundo que el pintor lo oyera por el gran silencio que había en la habitación y por lo cercano que se oía a la puerta —Déjame verte por favor, quiero asegurarme de que estés bien... Prometo que me ire luego, amor... Solo unos segundos.
No podía, por muy emocionado que se sintiera al saber que se preocupó de tal forma por su salud, no se permitiría abrir la puerta. No quería que lo viera, menos de tal forma, su rostro, la pieza más importante de su belleza, estaba arruinado por los golpes que recibió. La última persona que debería verlo así, era Yoongi.
—No, estoy bien, Min, no necesitabas venir, lo agradezco pero puedes irte...— Lo agobiante de su voz fue sumamente notorio, y para el pintor que lo leía como un infantil poema, lo fue aún más, por lo que su preocupación no se hizo esperar.
—Sé que ocurre algo, por favor sal de allí, sabes que podría quedarme aquí hasta que lo hagas...— Oyó pasos al otro lado, debajo de la puerta notó una sombra moviéndose, y percibió un sordo ruido y un sutil choque contra la madera —Me siento realmente cansado ahora... No aguantare mucho, así que me sentare aquí y si me duermo, despertaré cuando abras la puerta... No voy a irme, Seokjinnie.
No podía permitirlo, Yoongi tomaría el frío de ese piso, sufrirá de dolores musculares, y hasta podía enfermarse. Pensando bien en su situación, no tenía opción, en algún momento tendría que salir de ese baño, y admitía que era irritante, pero al mismo tiempo le robó una sonrisa por lo torpe de su idea.
—Mi rostro... Me golperon en el rostro Yoongi... Mucho, de hecho no me veo muy bien, no quisiera que me veas asi... Dices que soy tu inspiración, asi que tal vez te desmayes al verme... Arruine la parte que más amas de mi... Lo lamento tanto— era sutil con sus palabras, pero su voz se quebró al hablar y se sintió aún más tonto por ello.
No quería llorar por algo tan banal como un par de heridas, pero cuando se trababa de Yoongi todo cambiaba, estaba sumamente aterrado, y fue aún peor cuando oyó un suspiro pesado al otro lado de la puerta, como si él estuviera cansado de escucharlo.
—Seokjin, nunca pensé que tendría que ser tan explícito con esto, pero gracias por decírmelo, ahora entiendo muchas más cosas sobre ti y eso me hace sumamente feliz...— Logró oír su risa, no era burla o ironía, sonaba como uno de sus tantos habituales y adorables gestos —Yo amo cada una de tus partes por igual, te amo a ti en todas las formas posibles, y pase lo que pase, serás siempre mi eterno amor y única inspiración. Sin importar tus heridas, tu vida, o lo que me hagas, moriré enamorado de ti.
No mentía, jamás lo haría cuando se trataba de Seokjin. Podría darle sin dudar su vida si ese hombre la deseara, porque lo amaba de una forma abismal y no podría negarle algo tan sencillo como lo era su persona. Simplemente estaba hechizado por sus encantos.
Sintió que estaba a punto de caer dormido al no recibir respuesta, pero de algún lado de su cuerpo sacó energía suficiente y se levanto del suelo como un resorte por la emoción, al oír el cerrojo de la puerta abrirse. Fueron segundos lo que tardo, pero al fin lo vio.
Yoongi se encontró con un rostro sumamente lastimado, su labio inferior estaba roto, su mejilla de un claro color morado, uno de sus ojos tan inflamado que le obligaba a mantenerlo cerrado, el puente de su perfecta naríz rasguñado, y su mirada se veía brillante y roja por las lágrimas que recientes habían brotado. Mientras que Seokjin se topó con un hombre demacrado, sus ojos estaban ojerosos, se veía mucho más pálido, y su sonrisa, apesar de estar desganada, se veía como el gesto más feliz y sincero del pintor.
—Te vez horrible, Min.
—Y tu hermoso, amor.
Ambos compartieron una sonrisa antes de que Yoongi saltara emocionado sobre el, siendo recibido de inmediato por unos fuertes brazos amorosos que demostraron lo mucho que lo había extrañado.
Seokjin no dejo de llorar desde que recibió tal gesto y fue aún peor cuando ese hombre besó con amor cada una de sus heridas, sonriendo entre los besos y acariciando su suave cabello. Estaba tan conmovido, no podía parar de expresar sus emociones, porque realmente ese hombre lo amaba, no le intereso siquiera verlo así, no le mintió en ninguna de sus palabras, y Seokjin por un segundo se dejo caer en la profundidad absimal que era Yoongi. Permitió sus sentimientos fluir, dejo que oyera su corazón, devolvió sus besos sin pena y le repitió más veces de las que esperaba lo mucho que lo quería.
No era el momento perfecto, ni las condiciones correctas, pero aceptar que sentía algo por Min Yoongi, se sentía como el acto más sincero de toda su vida.
💐
Okay, yo sé que tal cual no lo confirme, pero quiero se la primera en decir esto sobre Seokjin y Yoongi, ¡Vivan los novios! ❤🎉
Les permito llorar en paz, porque después de veinticinco partes por fin mis niños aceptan por completo lo que siente, es una felicidad momentánea, pero es mejor que nada.
Eso es todo, gracias por leer. 💖
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