Especial san valentín
Nunca había recibido un regalo de ese tipo y no sabía realmente como sentirse al respecto; hasta llegó a pensar que era una tonta broma por parte del atractivo pintor, pero al ver sus brillantes ojos y mejillas sonrojadas a la espera de una respuesta, supo que no era algo asi. Esa ilusión en Yoongi jamás podría ser una broma cuando se trataba de Seokjin.
—Hice lo posible para que mi anatomía primeriza no fuera notoria, tal vez no es el retratado al desnudo que quise en un principio, pero practiqué lo suficiente para decir que me siento satisfecho...— No mentia, al menos no del todo, ese trabajo que le llevó días de esfuerzo físico y mental, y fue una frustración constante por trabajar con una parte tan extensa y unica cómo lo era el cuerpo, estaba considerablemente mejor que todos sus anteriores borradores, pero la reacción de Seokjin seria su aprobación definitiva, y al ver la ligera sonrisa que se asomaba por los labios gruesos de su amor, se sintió mucho mejor.
Seokjin no dejaba de observar, con cuidado y atención ese retrato propio y de cuerpo entero, donde se veía como un completo sádico mientra sostenía suave una mano ajena con la intencion de cortar uno de sus dígitos, en su rostro se asomaba una sonrisa curiosa e indescifrable, su cabello estaba revuelto, y portaba un formal traje negro ligeramente manchado por sangre que imaginaba, era de su victiva. Se sintió totalmente conmovido por ese gran gesto.
Definitivamente era un regalo extraño y aún asi, sabiendo que era de su parte, que Yoongi había puesto empeño y tiempo desde su recreación hasta su aprendizaje en anatomía, dibujandolo aún mientras torturaba a otras personas, todo con tal de darle un regalo tan demostrativo como ese, solo por y para el. Su corazón no dejaba de latir con la sola idea.
—Me encanta...— Sus palabras afirmativas fueron suficiente para que el joven pintor soltara un suspiro aliviado, era claro que fue un gran suplicio haber esperado su respuesta —Yo lo siento... No preparé nada, no pense que... Bueno, el regalo y....
—No me debes nada, amor— sus repentina reacción de sorpresa era adorable para Yoongi, el sutil color rojo que se asomaba por sus orejas, era una de las mejores escenas que podría ver, y le encantaba que sus palabras vagas provocaran tal reacción —Sé que aún no sientes lo que yo siento por ti, y está bien, tampoco lo esperaba. Estoy feliz con la simple idea de que te haya gustado, Seokjin— Su mano pálida cuidadosa se posó en sus mejillas, el acercamiento era suavemente cruel, y como si Yoongi lo hubiera esperado desde que se vieron, le dio un necesario beso.
Tan calmado, tan tranquilo, tan Min Yoongi; esa acción era un reflejo del pintor, un sentimiento pasional y potente. Solo a los segundos, llegó a sentir como las manos ajenas se posaban en su cintura, presionando con fuerza para acercarlo más a el. Comenzaba a sentir calor y un suave toque a sus labios de la lengua ajena, fue un pedido suficiente para que le abriera pasó a la inquitud de está, esa que pasional le robó todo aliento.
No habían llegado jamás a una situación así de ferviente. Sí, se besaron más veces de lo que Seokjin admitiría, durmieron una vez juntos, Yoongi tocó tantas veces su cintura que ya era natural, pero todo aquello, no se comparaba en nada al creciente deseo lujurioso que nacía de su cuerpo. Nunca pensó que anhelaria tanto una intimidad sexual, como deseaba esa.
Hasta creyó que iba a caer cuando sutiles, los dedos de Yoongi tantearon por debajo de su camisa, intentado llegar audaces a acaricar su espalda desnuda, pero simplemente se perdió en la espera de que se atrevieran, ya que sus labios finos se alejaron de pronto y solo sintió su calida respiración tocar su rostro.
—Te quiero, amor... realmente te quiero tanto— y el solo divagó al oírlo.
Fue el calor de sus besos que prosiguieron por su cuello, fue sus manos curiosas sobre su cuerpo, fue la entrepierna ajena despierta rozando con la suya, fueron sus palabras cariñosas, fue cada detalle lo que le obligó casi inconsiente a hablar.
—Y a ti, Yoongi... También te quiero... Te quiero...
Sus ojos se abrieron al sentir como esos labios dejaban su piel solo para observarlo sorprendido, y unicamente allí se percató de sus penosas palabras, esas que sin cuidado alguno fluyeron de su boca.
—¿Me quieres? Tú... ¿Me quieres también?— su emoción fue abismal y tan clara, no hubo forma alguna en la que Seokjin pudiera negar o refutar sus palabras luego de verlo así —Gracias, amor... No importa que pueda pasarme luego, este es uno de los mejores días que he tenido...
Suspiró rendido al oirlo, el no quería ser el responsable de arruinar tal conmovedora situación, y mucho menos cuando los satisfactorios besos de Yoongi se esparcieron por todo su rostro, una y otra vez, paseando por su frente, mejillas, naríz, pómulos, labios y hasta sus sonrojadas orejas.
—Feliz San Valentín, Min...
Ya no se podía evitar, había recibido un retrato perfecto de si mismo, era normal que quisiera renmunerarlo, asi que no dudo más en sostener el rostro del pintor, para nuevamente besarlo sin ningún temor.
En ese momento, intentó convencerse de que no estaba bien dar una esperanza tan abrumadora y tan fuerte como lo eran esas amorosas palabras, pero al mismo tiempo, admitía para si mismo que disfrutaba de todas las atenciones y amor que Yoongi le brindaba, y si ese pintor solo amaba su apariencia, Seokjin simplemente lo aceptaría.
Para Jin, ambos eran felices en esa farsa divina, que erróneamente habían creado.
💐
Sus ojos fueron atentos a la comida que había preparado, todo estaba listo para esa cena y justo a tiempo, porque la puerta de su gran departamento, resonó con la fuerza de un atento llamado.
Se apresuró en arreglar su cabello y limpiar cualquier rastro de migaja o mancha de comida en su ropa antes de abrir la puerta, con su mano en la perilla se dio cuanta de lo tonto que estaba actuando, era como si fisicamente ya no le atrayera a ese pintor caprichoso, pero aún así, no dudo en acomodar por segunda vez los pequeños cabellos que cuidadosos caían en su rostro, para seguidamente abrir la puerta, donde se encontró con un atractivo hombre joven, con una coqueta sonrisa y una botella del cómico vino que el ya conocía.
—Hey cariño, hola. Mira, traje tu vino favorito. Bienvenido a los privilegios de la clases media, las bebidas alcohólicas son mucho más fuertes y mejores que las suyas— Namjoon solo rió, agradeciendo el carisma de Taehyung, de no ser por el, sus nervios lo consumiría por completo.
Ambos entraron al departamento y terminaron por desperdiciar gran parte de la noche comiendo de la cena totalmente casera hecha por Namjoon y bebiendo del fuerte vino de Taehyung.
Tal y como el agradable pintor esperaba, a solo horas de su llegada, se encontraba sentado en la misma mesa con un alcoholizado empresario que no dejaba de insinuarse y coquetearle, de forma que le parecia divertida, porque todos sus intentos, acciones, y miradas se veían adorables únicamente para Taehyung.
—Si intentas seducirme, no está funcionando, cariño, eres sumamente tierno... Es lindo— vio en su mirada la diversión y en su boca la ligera mueca molesta.
—No quiero ser lindo, quiero ser sexy— oculto su rostro entre sus brazos ya recostados en la mesa, mientras reía y sentía el calor de sus mejillas consumir su espacio —Ah tal vez deba rendirme ¿no? Si no puedo ser sexy, sere adorable para ti, solo dame unos... Segundos... ¿dónde deje eso?— Taehyung lo vio levantarse de su silla, llegó a preocuparse por ver su cuerpo tambalearse hasta un cercano armario, pero ese orgulloso empresario, se negó a recibir su ayuda y poco segundos después le mostró un mediano paquete decorado como un regalo —Muy bien, ¡aquí estaba! No estaba tan ebrio como esperaba, en fin, es para ti, Kim. Sé que nuestra relación no es más que sexo, pero entre todo ello, hay una amistad ¿no?— No respondió, y para su suerte y con el fin de no incomodar ese momento, Namjoon ignoró su falta de afirmativa —Asi que... Feliz san Valentín, Taehyung.
Se sintió plenamente conmovido por el gesto, y a pesar de su pregunta previa, el momento no podía ser mejor, el sentimiento de felicidad era palpable, y al abrir el regalo, una inevitable sonrisa se asomó en sus coquetos labios.
—¿Tazas.. Con nombres?— Namjoon asintió ante su pregunta y nervioso bebió un poco más del vino que aún quedaba en su copa —Café y Pintura... Ya quiero volver a casa para mostrarselos a Yoongi, siempre quiso uno de estos, seguramente querrá sacarlos de mi estudio, sera diverdo...— Taehyung sostuvo ambas tazas con cada una de sus manos, apreciandolas de cerca y cada detalle de ellas —Muchas gracias, Namjoon...
Parecia un regalo tan insignificante y banal, pero para el se sentía especial, la simple idea de que una persona malgastara su tiempo pensando en un regalo era de apreciar, y más cuando ese se relacionaba a una afición que le apasionaba tanto. Namjoon tal vez solo vio las tazas en una tienda y las compró por las tantas veces que el confundio la taza de su café, con la taza donde tenía agua para limpiar sus tantos pinceles, pero aún asi, lo agradecía.
—Me alegra que te gustaran, Tae— Su sonrisa se vio perdida en los movimientos leves de su cabeza, y en sus ojos forzados a mantenerse abiertos.
—Bien, ya es hora de dormir, vamos, te ayudare. Si duermes en la mesa, tu cuerpo dolerá por la mañana, créeme, me dormí muchas veces sentado en mi estudio— sus palabras fueron acompañadas por su calmada risa y no pudo evitar imitar la acción, mientras un brazo rodeaba su hombro pasando por su nuca y el posaba su mano en la cintura ajena, con la intención de ayudarlo a caminar hasta su habitación.
Sintió la mirada de Namjoon fija en el, y la cercanía de sus rostros demasiado opresivas para ambos, situación que lo avergonzó de repente.
—Tae... Me gustas— pudo jurar que su corazón se detenía, escucharlo tan de repente era nuevo y pesado, muy a pesar de ya saber sobre sus sentimientos —Realmente me gustas...
—Ah sé que olvidaras esto asi que... Yo lo sé, cariño, gracias— Llegaron a la habitación y al mirar nuevamente a Namjoon, solo notó su ceño fruncido y enojo notorio.
—¿Solo agradecerás? Vaya... Aún asi, me gustas, Taehyung, me gustas mucho— sutil se alejó de él, acariciando su rostro y terminado por recostarse en su gran cama, por el cruel sueño y pesadez que atormentaba su cuerpo.
No respondió a su confesión, solo suspiró cansado, cubrió al dueño del lugar con una gran manta, y quitó sus zapatos colocándolos debajo de la mesa de noche, notando de inmediato una curiosa revista en la parte superior.
Revisó lo que reconoció como un catálogo de objetos relacionados con la pintura, notando de inmediato que muchos de ellos estaban resaltados, desde una colección de pinceles finos, hasta cajas con pinturas de tantos óleos, que creyó que jamás tendría que mezclar colores para formar otros. Lo que más llamó su atención, fueron las tazas idénticas a las que minutos antes le habían regalado.
Sintió una fuerte presión en el pecho, sus rostro automáticamente enrojeció como nunca antes, y una risa corta e involuntaria escapó de sus delgados labios.
Namjoon se preocupó tanto en su regalo, que volvió su alegría anterior en algo insignificante comparada a la euforia que sentía en ese momento.
Fue su instinto, pero el beso sutil y suave que depósito en su frente mientras dormía, también era parte de su agradecimiento, uno que no creyó sentir tan íntimo hasta que el calor de su rostro se volvió, mucho peor.
Se sintió extraño y al mismo tiempo sumamente emocionado por haberlo besado.
💐
En mi poderosísima y llena de crisis Argentina ya es 14 de febrero, así que me siento con el derecho de publicar este capítulo que lleva días completado en borradores, y aquí está.
Este especial es canon gente, por ende todo lo que aquí ocurrió de una u otra forma, si afecta a la historia. Asi que Yoongi y Seokjin pronto iran a lo suyo, y Taehyung y Namjoon, bueno, creo que es obvio.👀
Eso es todo, gracias por leer y feliz san valentín. Besos y abrazos.❤
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