Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Treinta y Ocho


Advertencia: capítulo no muy corto, pero no tan largo, lo que importa es que lo leas sentado.


Capítulo treinta y ocho.

—¿Has conseguido algo? —pregunto sosteniendo un café barato de la maquina dispensadora.

—No, no es tan fácil incluso cuando hay dinero —responde William suspirando y viendo al techo—. Estoy esforzándome mucho, pero ¡Mierda! No es fácil encontrar la manera de dar con él, algún contacto.

Y soy capaz de entenderlo, pero no es fácil reprimir la decepción porque el tiempo corre y cada día me encuentro asustada sobre el mañana mientras veo el cuerpo de mi hijo volverse tan débil que se le hace difícil contener su hermosa alma dentro de el.

Intento ocultar el temblor de mis labios bebiendo del café, pero William se da cuenta y por sobre la mesa me ofrece su mano, no dudo en aceptarla.

Hemos sabido actuar cómo padres, cómo un equipo y en cierta manera siento que en él tengo un amigo, aún pesa muchas cosas del pasado, cosas que no hemos tenido oportunidad de hablar para despejar todo entre nosotros, pero es que esa no es una prioridad.

Aun me duele su ausencia, los momentos perdidos de Arthur con él, pero me siento tan aliviada e incluso feliz de que esté aquí, con él, conmigo que cualquier rencor que podría existir queda resumido y casi enterrado.

William ya carga con sus culpas y dolor, es consciente del tiempo perdido y de cómo necesitamos enfocarnos en el presente.

—Lo seguiré intentando —Le da un apretón a mi mano—. Lo seguiremos intentando y lo lograremos, Leslie. Andrew Wood sabrá de nuestro hijo.

—¿Y si es demasiado tarde?

—Por favor no pierdas la fe, no te canses.

Es que el problema no soy yo, mi agotamiento físico y emocional no importa, mi miedo es que Arthur se cansé porque lucha tanto cada día contra un cuerpo que parece cada vez más frágil.

—Estamos cerca, lo prometo —asegura William y no sé si es honesto, pero decido creerle dándole una suave sonrisa.

—Lo conseguiremos —susurro.

22 de abril, 2016.

Me olvidé del internet, pero el internet no se ha olvidado ni un poco de mí.

—Hay demasiados —susurro mientras veo a los fotógrafos afuera de la residencia.

Lo único que agradezco es que no puedan entrar porque eso se considera invadir propiedad privada y es bueno que no lo hagan porque Eva está muy dispuesta a echarles agua caliente; mi hermana está súper molesta en mi nombre porque ha tenido que leer muchas barbaridades de mí y mi embarazo no confirmado.

No puedo evitar llevarme protectoramente la mano al vientre recordando los crueles mensajes y también ante el miedo latente de salir de lo que ha sido mi refugio los último días, es aterrador ver la manera en la que los fotógrafos se reúnen con grandes cámaras y un destello tras otro. Me abruma y Andrew lo nota porque se quita la gorra negra que traía puesta y la pone sobre mi cabeza dándome una sonrisa leve.

—Lo siento, amor.

—No es tu culpa ni de tu mamá —agrego esto último.

Suspira y me bajo más la visera de la gorra mientras los flashes llueven junto a preguntas a gritos, algunas son francamente desagradables y tan desubicadas que tengo un pequeño estremecimiento. Andrew tiene que conducir el auto con lentitud porque podría llevarse a alguien por el medio si no tiene cuidado.

Días han pasado desde que mi embarazo no confirmado estalló en redes sociales, también en algunos programas televisivos de chismes rosas, y siento que ha sido más tiempo con la manera en la que todo ha sido caótico. No he entrado a leer lo que dicen de mí desde el horrible hashtag y sobre dar algún comunicado afirmándolo o negándolo, con honestidad no siento que le deba ninguna explicación a alguien. Es mi vida privada y no entiendo por qué tengo que justificar lo que siento por Andrew con razón de que me "aprueben", el simple pensamiento me indigna y más aún que tenga que hacerlo frente a personas que de por sí ya me están juzgando cómo si me conocieran.

Max ha respetado mi decisión sobre querer mantener silencio por ahora porque no quiero un comunicado falso que no siento y de verdad no quiero hablar al respecto, no deseo que algo hermoso cómo lo que estoy viviendo se vea aún más empañado por opiniones de terceros; lo que quiero es enfocarme en mi prometido, mi embarazo y mi futura y pronta boda ¿Es tan difícil?

Por supuesto que no creo que todos los fanáticos de Andrew o BG.5 sean desagradables ni siquiera la mitad, porque mi hijo fue parte de esa familia y las personas buenas abundan, pero es difícil que no te lastime o impacte la minoría que quiere herirte con palabras que resultan duras y dolorosas de leer.

—Nunca he estado tan tentado a mostrar el dedo medio a la prensa y ganarme el apodo de cabrón. El dedo es más cosa de Dexter o de Doug —dice Andrew esquivando a un par de fotógrafos antes de poder adentrarse a la calle y esperando que el equipo de seguridad logre quitárnoslo de encima.

—Al menos ahora quedaron atrás —dice y me da rápido vistazo antes de volver la vista a las calles—. Mamá no deja de disculparse, se siente muy mal sobre haber sido una soplona.

—En primer lugar no la llames una soplona —digo y él hace una mínima sonrisa.

—Pero es una soplona.

—Y en segundo lugar, ella tiene que tranquilizarse, no hay rencores y entiendo que lo dijo en un contexto de orgullo, no con malas intenciones.

»No era la forma ni el momento para dar la noticia, pero ya está hecho y el cómo reaccionan las personas no es su culpa.

—La mayoría de los comentarios son buenos ¿Sabes? Parecen emocionados y deseosos de alguna confirmación oficial de nuestra parte.

—Sé que la mayoría de los Fivers son geniales, pero en este momento me siento vulnerable y expuesta, prefiero solo distanciarme de todos ellos hasta sentirme lista —Veo mis dedos desnudos al estirar la mano—. Ni siquiera puedo llevar el hermoso anillo de compromiso.

Horas, ese fue todo el tiempo en el que pude usarlo antes de quitármelo para salir del hospital y enfrentar a los fotógrafos. Es un momento bonito y especial que ha estado siendo empañado por la forma en la que un momento increíble está siendo manejado por otros.

Andrew toma de forma breve mi mano y me besa el nudillo del dedo anular antes de dejar mi mano apoyada sobre uno de sus muslos.

—Pronto todo será diferente, sabemos que no estamos haciendo nada malo y estamos felices sobre nuestras decisiones—Me dice y le sonrío aunque no puede verme.

Y finalmente eso lo tiene sonriendo mientras me pongo más cómoda en el asiento. Lo único bueno de todo este caos mediático ha sido que hemos estado juntos en la casa de Eva desde el sábado que salimos del hospital, era el lugar ideal porque en un principio se desconocía la ubicación y fue increíble pasar todos estos días completos con Andrew sin interrupciones incluso Eva se había quedado con Alan un par de días hasta esta mañana que volvió para querer echarle agua caliente a los fotógrafos cuando los encontró afuera, me extraña que lograra no atropellar a alguno.

Así que pasamos días en nuestro pequeño mundo viendo películas, cocinando recetas de internet, jugando juegos de mesa, hablando sobre cómo fue el embarazo de Arthur, viendo vídeos que él quería sobre padre primerizo – lo que me hizo reír y al mismo tiempo sentir ternura – y conversando sobre el hecho de que queríamos casarnos. Ha sido una experiencia totalmente nueva, una que nunca esperé ni imaginé y se sintió tan bien, parecía un poco cursi y seguramente si alguien nos hubiese visto habría querido separarnos, pero para nosotros fue idóneo.

También fue agradable su preocupación por mis vómitos matutinos, su estrés con cada antojo que luego rechazaba, sus risas cuando me quedaba dormida y su pasión en cada momento en el que tuvimos sexo, porque en serio pareció un maratón, no podía no desearlo y no sé si es cosa del embarazo o cosa de simplemente tener un prometido cómo Andrew.

Así que supongo que no todo fue malo, siempre dicen que de lo malo algo bueno sale y esto lo confirmó. Me gustó nuestra convivencia porque incluso si me quejé de su desorden en la habitación y él del hecho de que soy un poco mandona, lo que trajo pequeñas discusiones, todo valió la pena. Ahora entiendo muy bien cuándo dice que el tiempo a él no le determina sus sentimientos, porque románticamente nos conocemos desde enero y estando en abril ya yo lo quiero todo con él. Por eso, de una manera que no hacía desde mi adolescencia y antes de ser madre, me dejé llevar cuando Andrew sugirió que pusiéramos fechas al azar en papelitos que luego metimos en una gorra para escoger la fecha en la que nos casaríamos, era mitad broma y mitad verdad, así que cuando mi mano sacó una fecha ambos nos quedamos en silencio y compartimos una larga mirada antes de reír y horas después decir ¿Por qué no? Porque quiero hacer las cosas que quiero sin que me importe lo que otros opinen, porque es nuestra vida, nuestra relación y nuestro futuro no le compete a más nadie que a nosotros.

—¿Alguna vez te ha afectado que hablen de ti de manera negativa? —Le pregunto.

—Al principio sí, los primeros años son duros y con honestidad nunca terminas de acostumbrarte, pero con el tiempo aprendes a darle más importancia a los positivos y a recordarte que las personas detrás de una pantalla se creen poderosos y a qué veces reflejan en ti sus inseguridades.

»Me molesta muchísimo que tengas que vivir el acoso de una minoría, pero no sabes lo lindo que se ha sentido leer los mensajes positivos, sé que cuando te sientas listas los amarás —Me da una rápida sonrisa antes de volver la atención al frente—. Estar expuesto no es glamuroso ni bonito, pero siempre supe que venía con la fama y entiendo que para ti resulte abrumador, porque nadie se apunta para pasar momentos desagradables, pero no puedo decirte que esta sea la última vez, Leslie y eso me apena.

—Normalmente no me importa lo que digan de mí, pero es duro cuando se meten con algo tan bonito ¿Sabes? Igual no los odio, sé que tienes fanáticos con corazones muy bonitos y que cuando lea los mensajes positivos, me sentiré bastante bien.

No hablamos más después de ello y eso no es malo, simplemente nos dedicamos a pensar porque tenemos muchas cosas en la cabeza: los mensajes horribles que no dejan de llegar en las redes sociales, algunas tendencias de amor y otras tan crueles e inhumanas, el hecho de que Max logró averiguar que Isla inició el horrible hashtag desde una cuenta falsa, el sentimiento de culpa de la señora Wood, la boda y nuestra primera cita sobre el embarazo. Tantas cosas.

No puedo evitar bostezar antes de cerrar los ojos para pensar mejor, pero pienso tan bien que lo próximo que sé es que hay besos suaves en mi boca y sonrío reconociendo el perfume de Andrew.

—Ya llegamos, dormilona.

Le bostezo en la cara y aunque estoy avergonzada me rio de la mueca que hace antes de que bajemos del auto tras quitarme la gorra. Entramos, confirmo nuestra cita y con la discreción acordada y debido a que somos puntuales – por mí y no por Andrew – pronto nos encontramos en el consultorio luego de ir al baño para tomarme muestra de orina.

Andrew comienza a hablarme sobre estar nervioso y lo escucho recargando la cabeza de su hombro, bostezo de nuevo y dormito unos pocos minutos antes de que mi ginecólogo aparezca saludándome con entusiasmo mientras sostiene mi expediente en la mano.

Las presentaciones son hechas y luego los tres nos encontramos sentados, al menos ya no tengo sueño porque ahora estoy muy despierta. El doctor Tyler, quien ha sido mi ginecólogo durante el corto tiempo que he estado en Londres desde mi regreso de Japón, está o estaba al tanto del método al que iba a someterme para ser madre, después de todo, se encargó de mucho de los exámenes, por eso parece tan sorprendido y sonriente del escenario actual mientras le explicó sobre mi cambio de planes y que Andrew es el futuro padre.

—Ahorraste dinero que ahora te servirán para el bebé —bromea el doctor—. Tu prueba de orina en efecto nos habla de embarazo, pero habrá que estar más seguro de ello. Así que por favor, toma la bata y acuéstate en la camilla. Iré por los resultados de tu examen de laboratorio.

Él sale del consultorio y de inmediato me pongo de pie, riendo cuando Andrew insiste en ayudarme a desvestirme, pero él muy descarado deja toques traviesos en los lugares divertidos antes de ponerme la bata y cargarme para subirme a la camilla.

—Eres un exagerado —Le hago saber al estar acostada.

—Y te encanta —Me da un rápido beso en la boca antes de tocar mi bata—. Pensé que se levantaba la camisa, aplicaba gel en tu vientre y listo.

—No, eso podría ser la próxima consulta, pero creo que ahora se hará uno transvaginal. ¿Ves ese aparato de ahí? —Voltea y asiente—. Le ponen un condón y luego lo introducen.

—Qué violento —dice con una mueca de desconcierto haciéndome reír—. ¿Es en serio?

—En serio —respondo entre risas—. Así que pecado Wood no es lo único que se mete en este lugar húmedo y profundo.

—Parece demasiado invasivo.

—Y lo es —aseguro—, seguramente será incómodo incluso podría sangrar un poco, pero es normal.

—Ahora creo que estoy asustado, Leslie.

—Tranquilo, no va a dolerme, no recuerdo dolor cuando me lo hicieron con el embarazo de Arthur.

La puerta se abre y el doctor aparece de nuevo con mi expediente y los resultados de los exámenes que me hicieron ayer en la casa porque en serio tenía días sin salir por miedo a todos esos fotógrafos.

—Positivo para embarazo —Nos dice haciendo un ademan hacia la hoja—. Tienes niveles altos gonadrotopina crónica humana y también la alfafetoproteína —dice sonriendo—. Viendo que ya estás acostada, por favor ubica los pies sobre los estribos, Leslie.

—Ah, están altos —digo haciendo lo que me pide, pero sin entender lo que dijo sobre los nombres raros—. ¿Qué significa eso?

—Qué hay posibilidad de embarazo múltiple, pero es algo que tal vez podremos descartar o confirmar ahora —Me hace saber, preparando la sonda con el preservativo, aplicándole gel y con sus guantes ya puestos—. ¿Tienen antecedentes de embarazos múltiples en su familia?

—No —responde Andrew y volteo para verlo parpadeando una y otra vez.

—Mi mamá y una que otra de las generaciones anteriores con gemelos—respondo—, pero no creo que sea mi caso.

—Papá parece en shock —Me dice el doctor con diversión viendo hacia Andrew—. Tranquilo, futuro papá, aún queda confirmarlo, podría tenerlo así de alto por otras razones y no son malas, solo tendríamos a una mamá bastante hormonal.

—¿Qué tan hormonal? Porque ya está bastante...Mandona —dice Andrew y yo ruedo los ojos.

—Es un largo camino de hormonas —Le asegura antes de verme— ¿Lista, Leslie? —Ya se encuentra con el instrumento en la mano y trago.

—Nunca estaré lista para que me metas esa cosa, pero sí para saber de mi bebé.

Hago una mueca cuando lo introduce, porque es indoloro, pero sí siento molestia. No es lo mismo que estés excitada y te metan un miembro grande cómo el de Andrew a estar abierta en una camilla con un aparato lubricado siendo introducido hasta el fondo.

—Qué invasivo —repite Andrew de nuevo y no tengo que verlo para saber que está haciendo una mueca.

Al menos no se encuentra al lado del doctor viendo el proceso en vivo y directo, no creo que eso nos haga algún bien a ninguno de los dos.

Las primeras imágenes que se arrojan en el monitor son difusas y bueno, tampoco espero ver a mi bebé porque a Arthur logré dejar de verlo cómo un manchón a los cinco meses que le vi su pequeño pene y su cabeza de extraterrestre flotante.

—De acuerdo, vamos a ir un poco más acá —murmura el doctor Tyler concentrado en el monitor y moviendo la sonda—y...Aquí, sí. Tenemos un bebé, su bebé. Felicidades.

Dejo ir una respiración llena de alivio y también siento una emoción abarcando todo mi pecho, porque puede que varias pruebas caseras dieran positivo, que hace minutos lo confirmara mi prueba de orina y el examen de sangre e incluso que tenga los malestares de embarazo de manera intensa, pero en este momento es cuando se siente completamente real y entiendo que está sucediendo. Vamos a ser padres.

—Tendremos un bebé —dice Andrew tomándome la mano y con la vista clavada en el monitor—. Digo, solo veo manchones, pero acaba decir que ahí hay un bebé.

El doctor Tyler hace una serie de movimientos para que el monitor se mueva de un lugar a otro y captura cosas mientras murmura en términos médicos que no entendemos, pero que luego procede a explicarnos en una jerga menos científica.

—Podrías estar entre cinco o seis semanas tal vez, así que estamos durante el primer trimestre, que también puede resultar el más difícil, son los meses de riesgos.

—¿Cinco o seis semanas? —pregunto.

Estaba muy segura de que evidentemente estábamos en el primer trimestre porque Andrew y yo no llevamos tanto tiempo teniendo sexo, pero ¿Cinco o seis semanas? No soy tan buena en matemáticas cómo Dexter, pero Andrew parece ser más rápido que yo en sus cálculos porque se ríe y cuando volteo se está pasando una mano por el cabello.

—Eso sería básicamente después de la boda de Pet y Emma —Me da una larga mirada—. Eres muy fértil, Leslie.

¡La boda! Conocida también como la primera vez que tuvimos sexo. Estoy segura de que mis ojos están muy abiertos mientras él continúa riendo por lo bajo, pronto también lo hago llena de incredulidad. Si no estuviésemos tan locos el uno por el otro, ni siquiera habríamos necesitado tener más sexo después de ese par de días ardientes.

—Puede que soy fértil, Andrew pero ¿Qué hay de ti? Que buenos nadadores tienes —Me rio por lo bajo y sus pómulos se sonrojan antes de que se cubra el rostro con ambas manos y me vea por entre sus dedos.

No es que nos avergoncemos con el doctor, él parece divertido y entretenido con nosotros mientras continúa tomando notas. Es lo que me gusta del doctor Tyler, además de toda la trayectoria que tiene en sus veinte años de servicio, hace que la paciente se sienta cómoda sin resultar irrespetuoso.

—Seis semanas —Andrew suena demasiado incrédulo retirándose las manos del rostro.

—En teoría no necesitabas seguir follándome porque tu puntería había sido muy buena la primera noche.

—¡Leslie! —dice riendo más fuerte.

—¡Es verdad! Tienes una puntería increíble, Andrew Wood.

—¿Podemos escuchar el latido de su corazón, doctor? —pregunta ignorando adrede mi gran halago.

—No hasta la octava semana —responde—, sin embargo, visualmente ya lo pueden apreciar —Hace zoom en el monitor—. ¿Ven esto acá? —Señala.

Andrew asiente, yo niego aunque veo un poquito, pero no lo suficiente claro.

—Es el corazón número uno...

—Número uno... —murmura Andrew y yo me paralizo.

—Aquí tenemos a número dos —dice señalándolo con una sonrisa—, este está un poco más claro.

—Número dos —repito y volteo a ver a Andrew.

Tiene los ojos muy abiertos al igual que la boca mientras se pasa de manera distraída la mano por el cabello. ¡Dios mío! ¿Gemelos? Se ha de sentir timado mientras yo me siento premiada ¡Dos bebés! Ni en mis sueños más locos lo imaginé incluso si era una posibilidad que tuviese ese gen por mi madre. Dos bebés, dos amores. Ni siquiera me doy cuenta de que estoy llorando hasta que las lágrimas se me meten en la boca al reír.

—Tendremos dos bebés, Andrew.

—Honestamente estoy intentando creerlo —dice con la voz enronquecida—, porque evidentemente no lo esperaba. Él lo dijo cómo posibilidad al entrar, pero...Ahora es real.

Y estoy riendo, pero medio llorando cuando va por una de las sillas y la trae para dejarla a mi lado, toma asiento mientras se lleva una mano para cubrirse la boca y viendo de mí al monitor.

—¿Cómo hicimos dos bebés? Es decir, entiendo cómo se hacen, pero dos bebés —Vuelve a verme sonriendo de lado—. Ahora podemos hacer cómo la película que cada gemela va para un padre.

—¡Andrew! Eso solo lo harían padres terribles —Me rio y él pasa sus dedos por mi rostro para limpiarme las lágrimas.

—Lo sé, lo sé, pero era necesario hacer el chiste.

—Otro chiste así y te vas de esta habitación —digo, imitando sus palabras cuando hice el chiste del anillo de Isla—. ¿Te emociona? ¿Estás feliz? Porque yo me siento eufórica, siento que me dieron más de lo que esperaba, no los conozco y ya estoy enamorado de ellos o de ellas.

—Muchas cosas pasan por mi cabeza, me siento raro, pero de una buena forma. Intentó imaginar a dos bebés y no puedo explicar cómo me siento.

—Espero tenga buena imaginación —dice el doctor ampliando hacia otro lugar cercano—, porque aquí se forma el corazón de bebé número tres.

La sonrisa de Andrew se congela y yo me incorporo sobre los codos para reírme del chistecito, excepto que el doctor está sonriendo mientras nos dice que es el corazón quizá menos formado hasta ahora.

Él. Está. Hablando. En. Serio.

—¿Qué hago yo con tres bebés? —pregunto a la nada en un estado completo de shock.

Andrew se pone de pie con las manos en el cabello mientras camina de un lado a otro, murmurando y viendo de mí al monitor antes de caminar de nuevo.

—¿Estás seguro? —pregunto con la voz afectada al doctor.

—Sí —comienza a señalar—. Bebé uno, dos y tres.

—Pero es que...Tres bebés... Nosotros...Es mucho para un solo parto ¿Cómo pujaré tanto? ¿Y los pañales? Solo tengo dos tetas para darles de comer alternativamente ¿Cómo consigo que salga leche para tres? Es mucho —Balbuceo de manera nerviosa—. Y míreme, soy de complexión delgada, no me caben tres bebés ¿Cómo caminaré?

El doctor nos da una sonrisa insegura, viendo de Andrew que camina de un lado a otro a mí que estoy en una pequeña crisis histérica.

—¿Necesitan que les dé unos minutos a sola?

Veo a Andrew que tiene los pómulos sonrojados y los ojos con bien abiertos, la frente le brilla con sudor, parece que está respirando por la boca y se pasa una mano por la barba que ya no es simplemente un rastro.

¿Y si Andrew se desmaya? ¿O se va corriendo? Se apuntó para un bebé, no para tres.

Ante nuestro silencio el doctor vuelve a emitir la pregunta y Andrew detiene su caminata.

—No, no lo necesitamos. Siga, termine de provocarme un infarto—dice tomando asiento de nuevo con las manos entrelazadas sobre una de sus rodillas y viendo fijamente al monitor.

Está siendo raro, pero no puedo enfocarme en ello en este momento porque no dejo de imaginarme con el abdomen explotándome o echada en una cama de donde no podré levantarme.

—De acuerdo —dice el doctor viendo de él a mí antes de sonreírme—. Seis o cinco semanas de gestación y tienes tres bebés...

—Tres bebés —susurro dejándome caer en la cama con la vista en el techo.

—Espera, estoy viendo un cuarto...Y sí, esto es un quinto.

—¡¿Un quinto?! —Gritamos Andrew y yo y Andrew vuelve a ponerse de pie esta vez totalmente pálido.

Podría desmayarme mientras mis manos se cierran sobre mi abdomen con una expresión que seguramente es de horror.

—Es broma —Se ríe el doctor apenado y Andrew y yo lo vemos sin creerle—. Lo siento.

—Entonces tenemos gemelos formándose... —Respiro.

—Ah, no, lo de tres bebés sí es cierto, Leslie —dice con seriedad—. Tienes un embarazo de tres, se pueden apreciar tres embriones perfectamente.

»Hasta el momento parece que están creciendo bien y que no tenemos amenaza de aborto espontaneo, pero no debemos confiarnos porque este primer trimestre es crucial.

—Lo entiendo —digo aun aturdida.

—Sabiendo eso, es necesario cuidarse mucho —Me dice retirando el aparato dentro de mí, ese que dijo que tengo tres bebés—. No hay sangramiento y los corazones están bien formados, el del bebé número tres es algo más débil, pero no es algo que deba preocuparnos, es normal dentro de los embarazos múltiples.

»Te recetaré tus medicinas y vitaminas prenatales, también señalaré las comidas que me parece podríamos sacar del menú por el momento ¿De acuerdo?

—De acuerdo —digo en automático.

—Estoy suponiendo que querrás mantener el control del embarazo conmigo, de no ser así no hay problema alguno.

—Eso me gustaría, doctor, dudo que otro doctor me haga una broma de quintillizos tan buena como usted.

—Y sobre ser nuestro médico para...Ehm... ¿Los bebés? —Habla Andrew después de tanto silencio— Espero no le ofenda, pero necesitaremos que firme junto a quien vaya a ser su equipo durante estos meses un contrato de confidencialidad, entenderá que debido a las circunstancias de mi profesión es necesario para evitar que la información se extienda.

—Lo entiendo completamente, no hay problema sobre ello siempre que mi abogado se encargue de revisarlo —Nos sonríe—. Ahora, saldré un momento, puedes vestirte, Leslie.

—¿Puedo obtener foto de mis manchones? —pregunta Andrew casi con timidez— Y por favor márquelos para reconocerlos y entender que de verdad son tres.

El doctor lo hace, imprimiendo tres de ellas y entregándonosla antes de salir del consultorio seguramente para darnos un breve momento de privacidad. Mientras Andrew se encuentra con la vista clavada en la ecografía, me incorporo y primero voy al baño dentro del consultorio para orinar y limpiarme, al salir me visto con rapidez. Estoy bajándome la camisa cuando Andrew ubica sus manos en mis caderas y me atrae para tener la vista clavada en mi estómago apenas con una pequeña hinchazón, y la única razón por la que lo noto es porque tendía a ser de complexión de abdomen plano y ahora podría pellizcar dos rollitos.

Bajando la mirada me encuentro con la imagen un Andrew con ojos entrecerrados y la boca fruncida, casi rio, pero sigo en mi propio momento de entendimiento y aceptación de que dos máquinas de fertilidad tuvieron sexo, seguramente nada con nuestros intercambios de miradas, ya Andrew me hacía ovular.

—Tal vez deberían llamarnos la pareja fértil del año —murmura en voz baja y suave—. Primeras veces que tuvimos sexo y listo el embarazo, además de ello tres disparos acertados. Incluso aplica para hacer chistes.

»Te ofrecí un bebé y tú querías uno...Pero mira estos resultados.

—Lo sé —Me rio de forma nerviosa—. Un tres por uno, gran oferta la que nos hicimos.

Eso lo hace medio reír de forma nerviosa aun con la vista en mi abdomen.

—Ahora en serio estoy muy asustado, tres bebés te hace pensar en enloquecer, le da una nueva perspectiva a la vida.

—Me siento igual.

—Pero también estoy emocionado, impactado, pero emocionado —Se aclara la garganta—. Así que hola, bebé número uno —Deja un beso en la zona baja de mi abdomen, a la altura de mi vientre porque el jean aún se encuentra abierto—. Hola, bebé número dos —otro beso— y hola, bebé número tres.

»Si así nos han dejado impactados con saber su existencia, no imagino lo que nos espera en sus años de vida —Presiona la frente contra mi abdomen—. Por favor, sean buenos con nosotros que aun ni siquiera salimos del shock.

Planta otro beso y me abrocha el botón del pantalón antes de bajarme la camisa, ponerse de pie y envolverme en sus brazos, después me deja un suave beso en la boca.

—Y hola, mamá de múltiples bebés.

—Hola, papá de futuros trillizos.

—Qué miedo —Se ríe— y qué locura.

—Lo sé —Lo abrazo—. Me costará creerlo durante mucho tiempo —Me alejo lo suficiente para poder verlo a la cara—. ¿Entiendes esto? Me pondré enorme, tal vez debas empujarme para rodar cuando tenga más de seis meses.

—Tranquila, amor, te pondremos rueditas para que te desplaces mejor.

—¿Cómo amamanto a tres bebés? Siento que tendré un bebé pegados a mis pechos las veinticuatro horas del día ¿Y cómo voy a pujarlos?

»Andrew, por favor, no me dejes buscar en internet nada sobre embarazos múltiples porque no quiero vivir asustada de lo que se nos viene.

—Una novia hormonal por tres —Se estremece—, tengo escalofríos reales, el miedo se siente y respira.

Eso me tiene riendo y abrazándolo hasta que el doctor vuelve hablando de las vitaminas prenatales e indicaciones a seguir. Me recomienda evitar emociones que puedan afectar mi presión cardiaca o someterme a niveles de estrés demasiado grande; nada de viajes en avión en este momento ni deportes extremos. Deja en claro que tampoco es que tengo que estar sin hacer nada y que no necesito reposo absoluto, solo tomarlo con calma.

Andrew pregunta dos cosas que le parecen súper importantes: sexo y boda, esta última en razón de las emociones que podrían embargarme tal día. Y ambas respuestas son afirmativas para su tranquilidad...Y la mía.

Así que salimos del consultorio con una cita programada, cosas que comprar y tres fotos de ecografías de tres manchones.

Cuando subimos al auto nos quedamos ahí sentados con la vida al frente, procesando cómo esta mañana y esta consulta nos ha cambiado más de lo que esperábamos. Me llevo una mano al vientre sintiendo mis ojos humedecerse porque siento que la vida me está dando una oportunidad muy hermosa para ser feliz y pienso disfrutarlo incluso si en serio pensar en pujarlos, la súper panza y amamantarlos me asusta. Este es un embarazo esperado y planificado, que si bien nos toma por sorpresa con su cantidad, no deja de ser hermoso.

—Vamos ahora mismo a vender el anillo —dice Andrew encendiendo el auto tras salir de su trance.

Aún tiene los pómulos sonrojados y sudor acumulado en su frente. Localizo su gorra y me la pongo una vez más.

—¿Qué anillo?

—Aquel que casi le di a la innombrable —Voltea a verme con una sonrisa—. ¿Recuerdas? Te dije que lo vendería con la mujer de mi vida o algo así, pues bien, ahora lo venderé para simbólicamente con eso comprarles pañales y biberones a mis tres hijos ¡Tres hijos!

Eso me hace reír y él me guiña un ojo antes de comenzar a cantar una canción bastante alegre de BG.5 y poner el auto en marcha porque al parecer hablaba muy en serio sobre vender el anillo hoy y comprar cosas para nuestros tres hijos.

¡Tres hijos!

—Tres hijos es cómo tener tres oportunidades de no cagarla —dice Andrew de manera reflexiva y le golpeo el brazo—. Estoy bromeando, esta situación me da por hacer chistes muy malos.

—Siempre tienes chistes malos.

—No lo puedo tener todo en la vida. Era esperma potente o buenos chistes y ya sabemos que me tocó.

—¡Oh, por Dios! —Me rio—. Por favor dime que no serán más de siete meses con bromas así.

—No prometo nada, porque pasaré todos esos meses intentando entender en qué posición y con cuánta pasión terminamos consiguiendo un tres por uno. ¡Igualé a Harry de un solo disparo! Y eso es una locura.

—Lo sé —Me vuelvo a reír y él sonríe sacudiendo la cabeza—. Pero agradezco que pese a todo lo estás manejando bien.

—Es que estoy asustado, pero feliz. Dimos vida a tres personitas y eso me parece bastante impresionante, cuesta creerlo, pero me gusta que sea nuestra realidad. Tres bebés.

—Nuestros tres bebés.


Helloooo, cuídense de Andrew y Leslie que capaz eso se contagie.

En fin, qué bueno que no son mis hijos, que no los pariré ni criaré, totalmente asunto y lío Landrew. Espero las criaturas todas sobrevivan y nazcan muy bien...

Pronto el próximo capítulo que no he podido terminar aún.

Hashtag #3x1Landrew

Redes: Instagram: DarlisStefany / Twitter: Darlis_Steff / Páginas de facebook: Darlis Stefany y "Saga BG.5 de Darlis Stefany" /En vivos en YouNow: DarlisStefany / Tiktok: DarlisStefany

Espero les guste.

Un beso.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro