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Capítulo Quince


Capítulo quince.

— ¿Crees que soy rara y estúpida? —pregunta Elanese sentada a mi lado.

—No, creo que solo eres tonta y torpe —La molesto y la veo rodar los ojos.

—Odio que cuando me gusta un chico y también le gusto, actúo rara y desastrosa, los espantó. Están tan asustados de mí que ni siquiera dicen: tal vez está nerviosa.

—No seas tan dura contigo misma, hermanita. Tal vez te gustan solo idiotas, pero ¿Qué pasa con esta conversación?

—Quiero tener sexo —suelta—. Quiero saber lo que se siente y quiero hacerlo con alguien que me guste, pero primero debo dejar de ser rara sobre los chicos.

Sexo, algo que no hay en mi vida desde hace mucho tiempo. Durante el crecimiento de Arthur he tenido una que otra cita, ninguna relación lo suficiente formal para relacionarlo con mi hijo, pero si algunas lo suficiente avanzadas cómo para tener sexo, sin embargo, antes del diagnóstico de Arthur, tenía meses de sequía y ahora con todo esto, la verdad es que lo último que hago es pensar en mí.

—No te voy a mentir, el sexo es bueno y es genial, hacerlo con quien de verdad lo desees hacer es la clave. Para cada persona también puede ser distinto y todo depende de qué tipo de relación estés teniendo.

»Sea algo de una noche, una relación, atracción, enamorada, deseo o curiosidad, lo importante es que tú quieras hacerlo ¿De acuerdo? No te sientas nunca presionada o lo hagas obligada, siempre piensa en lo que quieres, esa es la clave para que te la pases bien.

—De acuerdo.

—Así que no te presiones y deja que suceda cuando lo sientas —La miro con insistencia—. Prométeme que lo harás cuando te sientas lista y realmente quieras hacerlo.

Me da una sonrisa y recarga la cabeza de mi hombro.

—Lo prom...

— ¡Mami, mami! ¡Caden llegó! ¡Llegó! Ven a abrirle, ven rápido por favor ¡Mi amigo llegó! —grita Arthur demasiado emocionado con la visita de su amigo.

Su cabello se comenzó a caer, así que finalmente lo afeitamos y ahora piensa en la teoría de Caden sobre que desarrolla mejor sus poderes de esa forma. Se ve pálido y ha bajado de peso, hay círculos oscuros debajo de sus ojos, pero en este momento mi hijo es la viva imagen de la felicidad porque Caden ha venido a visitarlo.

—Date prisa, mami ¡Caden vino!



—Deja de hacer que Andrew finja.

Max abre la boca con sorpresa y cuando pide a Isla que le repita lo que dijo, ella lo dice una vez más. Recargo la espalda de la pared absorbiendo toda esta escena en la que participaré cuando lo crea conveniente.

— ¿Qué está fingiendo Andrew exactamente? —cuestiona Max.

—Que está saliendo con alguien.

—No estoy fingiendo y...Espera ¡No es tu asunto! Te dije que no me llamaras y no vinieras. No somos amigos, Isla.

—Me preocupo por ti.

—Y no te pido que lo hagas. No somos exnovios felices siendo amigos y no me siento cómodo con que aparezcas de este modo.

—No entras en una relación así como si nada, menos la haces pública. Fuimos discretos por mucho tiempo ante de... —insiste.

—Amiga ¿Vives en el pasado? ¿Hay algo mal contigo? —No puedo evitar preguntar porque me desconcierta todo esto—. Tú no eres yo, yo no soy tú. Los principios de los dos mil no es dos mil seis y las relaciones nunca son iguales.

»Esto es muy vergonzoso. Andrew, quien suele ser amable, abiertamente te está diciendo que se encuentra incómodo y que no desea que te metas en su vida ¡Imagina cuán desesperado está de que le des su espacio! Y todavía sigues...Es muy vergonzoso.

— ¿Por qué te metes? —Me pregunta.

—Porque estás diciendo que es falso que estamos saliendo y no, señorita, es muy real. Solo queríamos tener una cena de tres en tranquilidad, estás creando un ambiente hostil y me estás molestando.

— ¿Estás realmente saliendo con esta mujer entrometida? ¡Y agresiva!

Wow es la primera vez que me llaman agresiva y es la primera vez en mucho tiempo que quiero dar un ejemplo de mi agresividad. Ignorando mi sorpresa, ella ataca a Max diciéndole que es un explotador aprovechado que quiere exprimir a Andrew con base de falsa publicidad. El rostro de Max se sonroja y su molestia es palpable cuando le pide que se detenga.

— ¿Qué diría la gente si se entera que obligas a tus representados a mentir? ¡¿Qué eres un aprovechado?!

—Fuera de mi casa, Isla —La corta Andrew—. Nunca vuelvas a hablar así de Max, es mi familia y tú eres mi exnovia, eres el pasado. Fuera de mi casa, hablarle a Max de esa forma solo deja en claro que nunca terminaste de entender realmente lo que es pertenecer a esta familia, que no fuiste parte de ella.

—Confías demasiado en este hombre.

No conozco mucho a Max, pero incluso yo me siento ofendida por él, esto es un insulto para un hombre que además de ser un profesional con su trabajo, trato a estos hombres cómo a su familia y ha dedicado parte de su vida a hacerlos triunfar.

—Soy más confiable de lo que lo eres tú, al menos nunca me alimenté de la infelicidad de Andrew ni le pedir cambiar —Le corta el habla Max y ¡Ese ha sido un buen disparo!

—No era así, Andrew, no quise que fuera así. Y no pido que volvamos ni nada de eso, solo creo que esto no es correcto.

—Isla ¿Hasta cuándo vas a complicar las cosas para Andrew? —pregunta Max pacientemente.

Por un momento se ve afligida y me siento algo mal por ella, pero trato de no enfocarme mucho en esos segundos de empatía porque en un principio adrede ella me quiso hacer malinterpretar toda esta situación y porque ha sido irrespetuosa con Max.

—No quiero molestarte, Andrew, solo vine porque quería que habláramos. Quería escucharte y que me escucharas, hay cosas pasando en mi vida y eres la única persona que podría entenderlo, necesitaba hablar contigo, pero supongo que no será hoy...

—Isla, no puedes seguir haciendo esto. No más.

—Hablaremos luego, cuando podamos tener una conversación de dos y de adultos sin que Max se crea con el derecho de intervenir o desconocidas se involucren.

—Pensé que éramos conocidas, te dije que me llamo Leslie —Mi broma no le sienta muy bien por la mirada que me da.

—Isla, no más —dice con lentitud Andrew.

—Te llamaré y organizaremos bien un encuentro, hablaremos bien, cuando todo sea menos confuso.

Esto es impresionante. Ésta chica tiene un problema para aceptar el rechazo, quiere volver loco a Andrew o se niega a que avance sin ella, cuál sea el caso, ella se va con rapidez dejando una nube de tensión y molestia en el ambiente.

¿Qué fue eso? Todo ha sido tan rápido, volátil y confuso.

— ¿Por qué la dejaste entrar? —cuestiona Max.

Andrew lo que hace es reír mientras se pasa las manos por el cabello, luego camina hacia la mesa que había estado ignorando y se sirve una copa de vino, se lo bebe de un solo trago y vuelve a reír.

—Claro, porque invité a entrar a mi exnovia sabiendo que mi actual novia venía en camino y que todo se podía malinterpretar, por supuesto que hice eso Max ¡Porque amo el drama! Y sobre todo, amo que Isla haga con mi vida lo que se le dé la gana.

»Me tomó por sorpresa y entró, le pedí que se fuera y no lo hizo. Mamá me llamó llorando sobre papá y mientras la tranquilizaba, Leslie llegó, luego te sumaste tú y aquí estamos. Perdóname por tener una ex complicada, pero créeme cuando te digo que también estoy tratando de dejarla fuera de mi vida y ella no capta el mensaje.

— ¿Cuándo fue la última vez que viste a Isla? —pregunta Max.

—Mediados del año pasado cuando te dije que le había dejado en claro que no quería que se acercara. Siguió llamando y las pocas veces que respondí, le hice saber que parara. Seguí tus indicaciones, también seguí mi decisión cuando me di cuenta de que me volverá loco con su manipulación.

—Ella vio las fotos y vino, es su patrón y lo sabes —Lo acusa Max—. Cada vez que te vinculan con alguien, aparece para no ser olvidada y luego me hace lidiar con un montón de trabajo de falsos rumores de ustedes volviendo y tú siendo algún cuerno para su prometido.

»Luego no me dejas aclararlo y quedas cómo un imbécil ¿Será diferente esta vez? ¿Leslie juega algún cambio en esta estrategia tóxica de Isla?

No intervengo porque creo que de verdad Max está muy enojado por la seriedad con la que habla y Andrew también se encuentra enojado. Ambos se miran y me pregunto si se dan cuenta de que le están dando poder a Isla para extender el aire tóxico hasta la buena relación que ellos manejan.

—Isla diciendo que te estoy obligando a fingir es solo Isla advirtiéndome que mañana en los medios saldrá que estás en alguna táctica publicitaria con Leslie Anderson ¿Te das cuenta? O que mejor salga que tu agente es un imbécil manipulador usando a BG.5 para su beneficio.

— ¿Y es mi culpa? ¿Debía comenzar a salir con Isla en el pasado pensando que se volvería esta persona tóxica e inconsciente que no me quiere deja ir?

—Cuando la ayudaste una y otra vez, cuando la dejaste hablarte tras terminar porque ella se sentía mal, cuando pensaste que necesitaba ayuda y le extendiste la mano, todas esas veces alimentaste lo que sucede ahora.

»Ahora quieres que pare y no sabes cómo detenerla —Max se pasa las manos por el rostro—. Cuando te digo que mañana en todas partes saldrá que tienes una relación falsa, te digo que es en serio, al igual que el hecho de que ella está diciendo cosas cuestionables de mí y esto no es nada cómo los chismes que Dexter y Doug inventan sobre mí, estamos hablando de mi trabajo e integridad profesional.

»Ella solo te está advirtiendo que se volvió loca sobre la noticia de ti superándola y dio esa información a loco sin importar si es mentira o verdad ¡Es una arpía! Y espero tu cabeza lo termine de creer y le cierres todas las puertas de tu vida.

— ¿Cuál es la solución? —Andrew se ve cansado.

Yo diría que una orden de restricción, bloqueo total y muchos guardaespaldas, pero me reservo la opinión.

— ¿Hay algo que necesites hablar con Isla, Andrew?

—No.

— ¿Algo que necesites para cerrar el pasado de su relación?

—Dije todo lo que tenía que decir cuando ella no me aceptó cómo era, dije mucho después de eso ¿Qué más tendría que decir? Es una relación que queda en el pasado, que quiero que quede atrás.

— ¿Quieres ser amigo de Isla?

—Estamos muy lejos de serlo, necesitamos distancia. Necesito distancia.

—Bien, espero hayas escudado bien tus respuestas, no quiero escándalos que involucren a Isla ¿De acuerdo? Te lo pido cómo representante y cómo alguien que te quiere cómo familia te lo digo una vez más: no mereces los malos momentos que ella te hace vivir. Tienes que entender que ella debe dejarte ir de la misma manera en la que tú ya la dejaste atrás.

Andrew asiente en acuerdo y tras dejar en claro que él ha sido honesto sobre distanciarse, ambos parecen calmarse lo suficiente antes de voltear a verme. No es que me ofenda si olvidaron mi presencia cuando anteriormente todo parecía tan tenso entre ellos.

—Hola, Leslie, lamento todo esto.

—No hay problema, todo fue muy inesperado —Me aclaro la garganta—. No es que mi opinión importe, pero difícilmente alguien podría creer que actúas de mala fe en cuanto a tus chicos.

—Gracias, esperemos sea una opinión popular y no me destrocen cuando ella haga el chisme correr.

—Verás que todos te apoyarán —Le sonrío y me devuelve el gesto.

—Entonces... ¿Cenamos? —Tantea Andrew.

Y en efecto en un ambiente aun incómodo nos sentamos en la mesa muy bien colocada. Hay una serie de miradas mientras tomamos bocados de una comida con muy buen sabor. Esta no es la cena que esperaba ocurriese, el silencio es enloquecedor.

Decido que si las cosas van a ser así, lo mejor es sacar el tema a colación de inmediato para irme corriendo apenas termine de comer. El ambiente es demasiado denso.

—Así qué... —Rompo el silencio tras dar un sorbo de agua—. ¿Cuál es el plan sobre lo que sucede entre Andrew y yo?

Max mira de Andrew a mí mientras mastica con lentitud, en este momento él tiene un aura bastante intimidante. Isla sacó ese lado de él, supongo. Lo que debía ser una cena agradable, ahora es algo inexplicable y no de una buena forma.

— ¿Exactamente qué sucede entre ustedes? —pregunta tras tragar y beber agua.

El único bebiendo vino es Andrew quien abandona su mortal silencio para deleitarnos con su voz. Al menos ahora se ve menos enojado.

—Estamos iniciando una relación seria.

— ¿Qué tan seria?

Mastico queriendo responder, pero Andrew se me adelanta:

—Un noviazgo serio, Max. Del tipo del que hablamos sobre hijos.

— ¿Sobre qué? —dice con la voz algo aguda—. ¿Qué está pasando aquí? ¿Quieres ocasionarme un infarto?

—Quiero ser honesto contigo. Leslie y yo hemos hablado sobre la posibilidad de ser padres, por lo que es algo que podría suceder —Andrew se relaja visiblemente y cómo está sentado a mi lado estira la mano hasta tomar la mía.

»Y sí, tu mirada me dice que estoy loco y tal vez sea así, pero recuerda que mis locuras siempre son muy bien pensadas, sé lo que estoy haciendo. Ella me encanta y yo le gusto.

—También me encantas —Lo interrumpo—, pese al momento desagradable anterior que ahora entiendo no fue tu culpa.

—Lo siento por eso, Leslie —Lo dice con sinceridad antes de volver su atención a Max—. Estamos empezando esta relación de forma oficial, Max, pero no es un relajo o algo casual. Quise que nos reuniéramos porque confío en tu criterio y quiero que nos digas qué debemos hacer sobre la prensa.

»No será la última vez que nos vean juntos y no podemos vivir ocultos o encerrados ¿Debo hacer un comunicado? ¿Esperar? ¿Ser paciente? ¿Qué quieres que hagamos?

Todo lo que Max hace es vernos antes de tomar varios bocados de comida sin emitir sonido alguno. Parece perdido en sus pensamientos y me temo lo peor. Andrew suspira y lo miro, se encoge de hombros y me gesticula un "esperemos", asiento porque él debe de conocer muy bien a su representante y su forma de actuar.

—No voy a hablarte sobre responsabilidades, bebés o locuras, me parece que eso te lo has pensado muy bien —habla finalmente—. Parece que ustedes siempre terminan haciendo lo que quieren y esperan a que yo lo solucione.

—Lo siento.

—Es mi trabajo, no tienes que disculparte. Al menos esta vez fuiste más amable que los demás al darme continuas advertencias sobre tus movimientos y ahora hablar conmigo sobre cómo proceder en esta situación —suspira.

»Aunque dices que esto es muy serio, todo es reciente. Mi consejo es que esperen un par de semanas, tal vez un mes o poco más. No haremos ninguna declaración, tampoco deben ocultarse, pero tal vez algo de discreción en los encuentros públicos.

»Si pasado ese tiempo, todo marcha bien y se sienten preparados para ello, dejaremos caer un anuncio o tal vez solo se dejarán ver en algún evento público importante, eso nunca falla. ¿Pueden lidiar con ello?

Ambos asentimos y él murmura un "bien". Creo que mi silencio y expresión dice mucho de mis sentimientos en este momento, porque Max me sonríe cómo si me tranquilizara.

—No suelo ser intimidante —Me asegura—. Así que no tengas miedo, pregúntale a tu hermana, soy súper paciente y pocas veces me enojo. Tampoco estoy enojado contigo, no tienes culpa de lo que sucedió antes.

—Eso me deja más tranquila, estaba pensando que tal vez me estabas odiando.

—Ni un poco. En secreto los estoy amando porque a diferencia de los otros cuatro, ustedes están actuando con respecto a la prensa de manera más sensata y organizada, eso lo agradezco, me facilita todo.

— ¿Te sientes orgulloso de mí, papi Max?

—Me sentiré orgulloso después de lidiar con las posibles noticias de mañana sobre tu relación falsa —dice con ironía—. Y me sentiré más orgulloso de ti cuando Isla quedé fuera de la ecuación.

—Bien, parece lo justo. Te haré el papá más orgulloso, papi Max.

Después de ello la conversación poco a poco se va volviendo fluida dejando atrás a Isla y acercándose más al chisme que hace unas noches Doug y Dexter dejaron caer a Andrew sobre Max. Apenas se menciona el nombre de Meredith Allen Lynch, Max se queja.

—No era lo que parecía, estoy seguro de que ellos lo exageraron.

—Claro, por supuesto —responde Andrew sonando nada sincero.

—No tengo que dar razones de mi vida privada.

Contengo las ganas de reír porque Max suena a la defensiva, primero diciendo que no era lo que parecía y ahora asegurando que no está obligado a dar explicaciones, mientras más Andrew murmura un "claro" "por supuesto" "desde luego" más frustrado parece Max y también nervioso. Mi conclusión es que está metido en una locura que ni siquiera sabe cómo explicar o de la que aún no quiere hablar.

—Te estás riendo de mí —Dice Max entrecerrando los ojos hacia mí.

— ¿Yo? ¡Qué va! Solo me estoy acordando de algo súper divertido —Aseguro—. Por cierto, creo que Meredith Allen Lynch es tan bonita cómo su nombre ¡Vaya nombre! Bastante imponente.

—Busqué su biografía —anuncia Andrew—. Puerto Rico, está en un momento increíble de su carrera de modelo, ex novia del actor Dallas Meyer, estudiaba ingeniería eléctrica, pero no terminó, veintitrés años...

—Cumplirá veinticuatro en pocas semanas... —Max maldice por lo bajo dándose cuenta de que cayó en la trampa de Andrew.

—Aclaratoria importante, papi Max.

—Basta, no vinimos a hablar de mí.

—Si tú lo dices...Espero conocerla. Meredith Allen Lynch la supermodelo con Maximiliano Greene, el mejor agente conocido por el hombre.

—Andrew...

—Meredith Allen Lynch ¿Quién lo diría? —dice Andrew luego de un silencio y Max hace un extraño sonido—. ¿Qué pasa, papi Max? ¿Enojado?

—Acabo de recordar que tengo un sitio al que ir...

—Claro, por supuesto. Fingiré creerte, huye.

Max me da unas disculpas, dice que ya tiene mi número de teléfono y estará contactándome ante cualquier inconveniente o cuando debamos hablar sobre mi relación con Andrew. Le ordena a Andrew que me dé sus números de teléfonos, sí en plural, tropieza con la silla y luego se va tan rápido cómo puede mientras Andrew le dice un "Me saludas a Meredith", por mi parte mastico un poco de ensalada sin llegar a hablar.

—Bueno, ha sido una cena interesante desde el comienzo —sentencio tomando el vaso de agua y bebiendo.

Él suspira y se gira en la silla para verme, le devuelvo la mirada dejando de comer y sintiéndome todavía molesta ya sea que tenga sentido o no, ha sido toda una situación incómoda y lo peor es que basándome en las palabras de la ex, volverá.

Tal vez mi molestia no es completamente con Andrew, después de todo, incluso tras pedírselo ella no se iba y frente a mí él le ha dejado claro que no quiere verla, pero ella insiste. Aquí el problema es ella. Hoy me encontró de buen humor, pero ¿Qué pasa si algún día me da un golpe en la mejilla? Estoy segura de que le devolveré un puñetazo y ¡Oye! Hablo metafóricamente, si fuese un golpe en la mejilla literal, entonces literal le destrozaría la nariz, sin embargo, vamos a establecer que no llegaremos a la violencia.

—Ella tiene algo realmente mal por ti, Andrew ¿Siempre lo hace? ¿Volver a tu vida cuando sales con alguien?

—Antes tal vez no quería verlo, pero hace un tiempo salí con alguien e Isla hizo cosas que acabó por incomodar a esa persona, fue cuando le dije que debía detenerse y que no teníamos nada de qué hablar.

»Creo que ella tiene miedo a aceptar que la superé y que avanzo, tal vez piensa que volveré a ser el hombre moldeable de antes, no lo sé, pero no quiero que afecte lo que tenemos. Fui honesto sobre no querer hablar con ella y te prometo que haré tanto cómo pueda para evitarla.

»Lamento haberte hecho pasar un mal rato, apenas llegó, me interpuse para que no entrara, pero mamá llamó llorando sobre papá y mi prioridad fue calmarlos —suspira—. Sin embargo, lo siento, no se supone que la cena sería así.

Lo miro directo a los ojos dejando que toda su sinceridad cuele dentro de mí. Volteándome en la silla para que estemos frente a frente, tomo una de sus manos.

—Y si te preguntas sobre cómo pasó al vigilante, la verdad es que también quisiera saber sobre eso.

—No me creas una víctima, la verdad creo que fui altanera y arrogante diciendo que me esperabas y fanfarroneando sobre quién era —Sonrío—, pero en mi defensa, ella quiso jugar la carta tonta de hacerme creer que tenían un encuentro alocado o algo así.

»Sé que no eres el tipo de persona que juega con otras, por esa razón no puse en duda tu integridad, pero lo que si me enojó fue creer que le habías dado el beneficio de la duda y que aun esperándome no hayas sido capaz de decirle que se fuera —Respiro hondo—. Me alegra de haberme quedado a escucharte, porque saber las razones por las que consiguió entrar y no irse, me hacen sentir mejor.

»Decido creerte, Andrew, pero te advierto que si vuelve a aparecer en mi presencia, seré incluso más mala, no me cae bien y tiene muy mala vibra.

Por un momento no dice nada, solo me mira y le doy una sonrisa para hacerle saber que no bromeo o juego con él. Que me aclarara la razón por la que la dejó entrar, enfrió bastante la molestia y solo me hizo armarme más con el argumento de: te vuelvo a ver y seré mala, señorita Isla.

—Si ella vuelve aparecer, volveré a hacerle frente —digo—. Mientras más me empuje la paciencia, más ruda me pondré, pero también debes poner de tu parte para que ella no llegue a ti. Se sólido sobre tu rechazo y sin importar lo que diga o intente, di "no", en algún momento tendrá que entenderlo.

—No quisiera que volviera.

—Sí, yo tampoco, pero sabemos que lo hará y lidiaremos con ello. Prometo que no me creeré todos sus shows sobre dormir contigo o ustedes siendo felices.

—La confianza significa mucho para mí, gracias —Hace una larga pausa y entrelaza nuestros dedos—. Entonces ¿No estás enojada?

—Un poquitico.

— ¿Qué debo hacer para que no estés enojada ese poquitico?

—Piénsalo bien, estoy segura de que tienes tus maneras.

Se pone de pie y se inclina hacia mí, creo que debido al escote y lo suelta que es mi camisa, es capaz de ver en esa posición mi sujetador junto a la hinchazón de mis pechos.

— ¿Quieres seguir comiendo o quieres que me esfuerce en que no estés enojada?

—Creo que ya comí lo suficiente —Debería estar avergonzada de cómo suena mi voz, pero estoy muy ocupada estando excitada por el súbito cambio en el ambiente.

No quiero ser cruel, pero en este momento agradezco que Max inventara una horrible excusa para irse.

La mirada de Andrew baja a mis labios y cuando vuelve a subirla, sonríe. Supongo que esa es toda su advertencia porque luego su boca está sobre la mía y sus manos tomándome el rostro. Me ladea la cabeza de la forma en la que quiere, mordisqueándome el labio inferior antes de lamerlo con lentitud e invitarme a dejar entrar su lengua a mi boca.

En el momento en el que el beso se vuelve húmedo, nosotros aumentamos esta apuesta llena de riesgos. Mis dedos se enredan en su cabello y sus manos bajan hasta mi cuello, pasan por mis hombros y luego por mis costados hasta apretarse entorno a mi cintura mientras me besa con pasión, fuerza y deseo.

Nuestros besos se escuchan y también los pequeños sonidos escapando de ambos. Su brazo pasa alrededor de mi cintura y me insta a levantarme mientras hace que me tropiece con el borde de la mesa, la tomo cómo un buen apoyo para mi trasero y apoyo los brazos alrededor de sus hombros y lo insto a acercarse más.

Se inclina tanto hacia mí que termino arqueando la espalda de una manera incómoda mientras mi cuerpo protesta por la posición en donde hago demasiada fuerza para no caer sobre la mesa, así que con todo el pesar alejo mis labios de los suyos.

—Esta posición no está funcionando, es muy incómoda —Le hago saber con la respiración agitada—. No me gusta.

Por un momento parece desorientado y luego procesa mis palabras, asiente cómo si lo entendiera y lo próximo que sé es que me aleja de la mesa y con un brazo barre lo que está sobre ella. Se escucha algunas cosas haciéndose añicos y otras rebotando.

— ¡Andrew!

—No importa.

Me atrae y me alza dejándome sentada sobre la mesa, me ve con intensidad y luego se lame los labios. Es devastadoramente sexy.

— ¿Sigues enojada?

No, estoy es tan caliente cómo un volcán a instantes de hacer erupción, pero todo lo que hago es asentir y su sonrisa crece antes de que sus labios vuelvan a los míos y los besos continúen.

Esta vez no hay incomodidad y cuando se acerca, abro lo suficiente las piernas para que se aloje entre ellas, lo que me hace sentir contra mí el indicio de su dureza a través del pantalón. Mis brazos se enredan alrededor de su cuello y en la misma medida en la que su boca devora a la mía, sus manos indagan. Primero por mis costados, luego por mi abdomen hasta que suben y se posan sobre mis pechos dando suaves apretones tentativos, siempre midiendo mi reacción para saber si estoy cómoda con todo esto.

—Sigo tan enojada —digo contra sus labios.

—Pensé que habías dicho solo un poquitico.

—Reflexioné sobre ello y mi enojo es grande.

—Entonces debo quitarte todo ese enojo.

Sus apretones se vuelven más firmes mientras besos húmedos se desplazan de mi boca a mi barbilla y de mi barbilla a mi cuello, luego siento la humedad de su lengua contra el escote no tan profundo de mi camisa y solo puedo pensar en que quiero más. Así que le doy un suave empujón para que me dé el espacio suficiente para alzar las manos en una indirecta.

Por supuesto que puedo quitarme la camisa por mí misma, pero desde luego que prefiero que sea él quien lo haga.

Veo la manera extraordinaria en la que sus pupilas se dilatan y sus pómulos se sonrojan, también es magnífica la manera en la que sus labios se encuentran húmedos, rojizos e inflamados por la fuerza de nuestros besos.

Sin perder tiempo, acepta gustosamente la invitación y pronto mi camisa está en algún lugar de la mesa. Estoy cómoda con mi cuerpo y la verdad es lo último que me preocupa en este momento cuando solo quiero su tacto.

Sus labios vuelven a lamer en dónde antes permanecía el escote de la camisa, pero ahora pequeños besos provocativos se despliegan por la hinchazón de ambos pechos y sus manos los presionan de una manera alentadora en donde ya no lucho más contra el gemido. No sé muy bien en qué momento nos deshacemos de su camisa, pero lo que sí sé es que me encanta todo lo que veo. Lo hago retroceder lo suficiente para poder verlo y aunque no aprecia que lo separe de sus besos entorno a mis pechos, sí aprecia cuando mis dedos se deslizan por los surcos entre su abdomen ¡Qué abdominales! El leve trazo de vello rubio es la cosa más tentadora que he visto en muchísimo tiempo.

Tomando las pretinas de su pantalón, tiro de él hacia mí y ambos gemimos cuando su dureza colisiona contra mí de una manera deliciosa, gemimos todavía más cuando tomo una de sus manos y la llevo al centro de mi sujetador.

—Quítalo... —Enarca una ceja—. ¿Por favor?

—El por favor no era necesario —asegura con voz enronquecida.

Con el índice tira del centro del sujetador, baja la cabeza dando un suave mordisco y luego lame el área, ese índice se cuela debajo de una de las copas y luego lo siento sobre la punta erguida de mi pecho ocasionando cosas caóticas en mí. Estoy tan centrada en esa caricia que me toma por sorpresa cuando su boca vuelve al ataque sobre la mía y luego cuando deshace el broche frontal del sujetador. Sin dejar de besarnos, lo saco y arrojo a algún lugar.

Prometo que podría volverme loca cuando me abraza con fuerza haciendo que nuestros pechos desnudos se presionen, la sensación es indescriptible. Mis bragas se sienten incómodas y para este punto todo lo que puedo pensar es en Andrew.

De nuevo su boca viaja por mi cuello y ansiosa espero que baje mucho más. Mis pechos no son pequeños, pero tampoco son grandes, tienen pequeñas estrías debido al tiempo que amamanté y tampoco son muy firmes, pero lo que sí son es sensibles, es por eso que cuando va directo a mi pezón y lo atrapa con su boca húmeda, mi gemido es bastante fuerte y no, no es falso.

Ahí es cuando los rasguños llueven para Andrew, porque mientras que me besa los pechos, mis uñas hacen estragos en sus hombros, espalda, pecho y abdominales. Él no se anda con rodeos, él lame, succiona, muerde y pellizca mis pozones en la misma medida en la que besa y manosea alrededor. Estoy temblando, estoy cerca de caer en un abismo, pero él se incorpora y su mirada es otra cosa: pasión, fuego y promesas.

—Leslie, seré honesto: quiero darte un orgasmo —susurra muy cerca de mis labios sus dedos abandonan mi pezón y viajan de manera descendente—. Quiero desabrocharte el pantalón, colar los dedos dentro de tus bragas y tocarte. Quiero tocarte cómo a mi guitarra o cómo una canción que quiero que se incruste en mi cabeza una y otra vez.

Sus dedos se detienen debajo de mi ombligo y su otra mano toma la mía dejándola sobre sus duros abdominales.

—También quiero que me toques, que me hagas viajar contigo —Me lame el labio inferior con lentitud—. Deseo indagar en qué estado se encuentran tus bragas, tocar toda es humedad que sé estás manteniendo ahí. Quiero darte un orgasmo y también deseo que me hagas llegar a mí ¿Es eso demasiado?

De acuerdo, no debemos olvidar que a éste hombre le gusta la charla subida de tono.

¿Voy a negarme a esto? Para nada. Estoy a bordo y se lo hago saber deshaciendo con una rapidez admirable el botón del pantalón, bajándole la cremallera y luego sin preámbulos adentrando la mano en el bóxer blanco que está cubriéndolo. Sí, es real todo lo que sentía contra mí.

El tartamudea un "joder" y se inclina hacia mi toque mientras arrastra sus dedos a mi pantalón, encargándose de los botones y luego adentrándose debajo de mi ropa interior, no hay vergüenza en admitir que abro las piernas tanto cómo puedo queriendo cada toque que desee darme.

—Me gusta cómo te sientes y me gusta cómo al parecer te hago sentir —susurra y ¡Oh, mierda! Eso trae reacciones en mí—. Y me encanta que te encante que te hable ¿Quieres que siga?

—Por favor —Me atrevo a decir mientras muevo la mano sobre él y jadea.

Una charla sucia es susurrada para mí, dedos habilidosos me tocan con esmero y dedicación, mi propia mano se mueve con destreza sobre una parte de Andrew con la que comienzo a familiarizarme sin siquiera verla. Creo que estoy en el borde de un orgasmo, pero no caigo hasta que su otra mano me pellizca uno de los pezones. Es arrollador, tiemblo y pienso que lo aprieto con demasiado fuerza, pero entonces un gemido ronco sale de él y luego lo siento en mi mano y bueno, también partes de mi pantalón obtienen un nuevo diseño.

¡Por todo lo sagrado! Esto ha sido brutalmente excitante.

Recarga la frente en mi cuello y su respiración me hace cosquilla mientras libero mi agarre sobre él y alzo la mano viendo el desastre dejando sobre ella. Me da un suave beso en el cuello y luego ríe bajito.

— ¿Sigues enojada, Leslie?

—Ya no.

Saca la cabeza de mi cuello y me sonríe luego parece reparar en que lanzó cosas de la mesa, ensució mi pantalón y también mi mano, razón por la cual se encuentra sonrojándose un poco y eso me hace reír, luego me da otra de sus facetas: la dulce, cuando se encarga de abrocharme el sujetador y me ayuda a bajar de la mesa. También me ofrece su camisa para que me limpie la mano y me ofrece algún pantalón suyo o camisa enorme que reemplace el pantalón que se ofrece a lavar.

Con miradas cómplices y bastante tontas, recogemos las cosas en el suelo evitando cortarnos. Hacemos una limpieza superficial porque él me asegura que se hará cargo después, me deja sola mientras toma una ducha y me encargo en otros de los baños de lavarme las manos y arreglar un poco el desastre en las zonas bajas. Termino vistiendo una enorme camisa que hasta a él mismo debe quedarle grande mientras lo espero.

Cómo él no está trato de distraerme viendo toda la hilera de fotos en un estante. Esas fotos reflejan a Andrew en muchas etapas de su vida y es bastante admirable ver cómo alguien tan joven ha logrado tanto.

—Eres increíble —Me dice tomándome por sorpresa con su aparición.

Luego sus brazos me envuelven desde atrás en un abrazo y me besa la mejilla. Su cabello aun húmedo gotea sobre mí. Se siente cálido y es una clase de calidez especial que desde mi adolescencia no sentí. Siento que no quiero moverme, deseo quedarme de esta forma mínimo durante horas.

—Felicidades, Andrew y felicidades a mí, conseguí a alguien con una química impresionante con mi cuerpo. Hicimos algo realmente caliente en tu mesa ¿Eh?

— ¿Felicidades? —Se ríe—. ¿Es cómo un "felicidades por corrernos"?

—Calla, me refería a que felicidades porque pasaste mi prueba en donde confirmé que somos compatibles sexualmente.

Giro entre sus brazos y acaricio su mejilla cubierta de una barba moderada, la misma que me dejó las mejillas y otras partes de mi piel enrojecidas.

—Voy a irme en este momento porque me temo que si me quedo otro poco más, me volveré a enojar con la excusa de que me contentes.

— ¿Y eso es malo? —pregunta sonriendo.

—No, pero admito que no dormí lo suficiente ayer y que me drenaste toda la energía que me quedaba, pero prometo que habrá otra próxima vez.

—Puedo vivir con esa promesa.

—Y oye, eres el primer rubio con el que me enredo de manera sexual.

— ¿Ethan eres tú? —pregunta divertido.

—Ethan no tiene las tetas con las que te divertiste.

—Es verdad y tampoco se moja con mis palabras.

—De verdad eres sucio —digo riendo y luego lo abrazo—. Me siento viva.

—Porque lo estás, Leslie. Estás viva y te prometo que haré que nunca lo olvides.



Damas y caballeros, les presento oficialmente a Andrew Wood en su lado sexual (abre-boca). Siempre supe que este señorito era así de fogoso y sabía que llegaría el día en dónde ustedes lo conocerían en esa faceta. Lo sé, lo sé, todas queremos uno o ser Leslie o ser Andrew porque Leslie de verdad que también es una diosa. En fin, ambos nos darán buenas escenas calienticas jejeje 7u7

Capítulo dedicado a mi bella Willa, porque ya viene su cumpleaños, porque la amo, porque siempre me decía que los pusiera caliente y porque sé que esto lo está volviendo loca. Posdata: ya deseo verte, ti amu y amé mucho, mi reina.

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Espero les guste.

Un beso.

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