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Capítulo Diecinueve


Capítulo diecinueve.

— ¿Qué haces sentada aquí sola a esta hora? —Me pregunta Eva, pero luego nota el estado en el que me encuentro—. Oh, Les.

Sí que debo verme terrible, pero tiene sentido cuando llevo toda la madrugada llorando haciendo unas cuentas que no me dan. Trabajo las horas necesarias, horneamos galletas para vender, papá dobló sus turnos y aun así hay tantos gastos.

Eva se sienta en la silla de al lado y me abraza de una manera rara que me reconforta mientras lloro. Llorar es algo que hago mucho en los últimos meses y que lastimosamente no puedo evitar. Pasé de ser la elocuente y divertida Leslie a la que lucha contras las lágrimas para que Arthur no la vea triste, pero que por dentro siente que desmorona.

—Todo estará bien.

—No necesito palabras de aliento —digo exasperada y alejándome—. ¡Necesito dinero! Eso es lo que necesito. Dinero para comprarle comida que tolere, dinero para comprar medicamentos para el dolor, dinero para muchas cosas y no hay, Eva ¡No hay suficiente!

»No sé qué hacer, en este punto no me importa cómo conseguir dinero, pero solo sé que lo necesito para Arthur. Estoy entrando en desesperación.

La respuesta de Eva es envolverme dentro de sus brazos y llorar conmigo mientras me susurra que estaremos bien, que no hay que perder las esperanzas ni la fe. Otro abrazo se une al nuestro y poco después reconozco la voz de Elanese:

—Todo estará bien, Les, lo prometo —susurra.



Decir que estoy nerviosa tal vez sea quedarse corta, estoy un poco más allá y la manera en la que juego con mis manos lo demuestran. De reojo veo a Andrew que se mantiene en silencio conduciendo, pero noto que sus dedos se aprietan con fuerza en el volante, no me ha dicho ni una sola palabra luego de soltar la bomba de que la cita que tanto esperé consiste en almorzar con sus padres.

—Me siento nerviosa —rompo el silencio porque este ambiente es simplemente raro.

Con lentitud él exhala y relaja un poco el agarre sobre el volante, aunque no sea el momento para pensar que es sexy, no puedo evitar pensarlo cuando lo veo morderse el labio inferior.

—Este no era el plan, pero mamá me pidió que comiera con ellos, han estado con los ánimos particularmente bajos desde la visita del detective. Hay cosas que no sabíamos de Ally, cosas que los han hecho cuestionarse si no fueron buenos padres ¡Lo que es absurdo! Porque han sido los mejores —sacude la cabeza.

»Tenía planes para nosotros, pero no pude negarme y lamento hacer esto incómodo para ti, creo que incluso he sido injusto.

—Bueno, sospechaba que no podías ser perfecto —digo estirando una mano y acariciándole la parte baja de la nuca, el cabello que sobresale de su gorra—. Debo confesar que me hubiese gustado estar psicológicamente preparada para este encuentro.

»Solo conocí a los padres de un chico una vez y me odiaron —Rio por lo bajo—. No quiero más dramas de ese tipo.

—Les agradarás e incluso si no lo hicieras, ellos nunca serían odiosos contigo —Me da una breve mirada antes de volver la vista a la carretera—, pero ellos no están en un momento alegre o festivo, por lo que podrían haber algunos silencios difíciles de atravesar.

»Con honestidad, no sé cómo termine esto, pero espero y todo salga medianamente bien. No quiero que te lleves una mala impresión y tampoco quiero que ellos se sientan mal.

—Y yo no quiero que estés estresado, tranquilo, me haré cargo de mis nervios y pronostico que nos irá bien con esto.

Eso lo hace darme una leve sonrisa. Le doy una última caricia a su cabello antes de acomodarme en el asiento y distraerme durante unos minutos respondiendo mensajes.

—Me estoy escribiendo con Adelaide —Le comento—. Su blog es genial y parece que le gusta el mío, estamos intentando coordinar el vernos y le recomendé a Grace cómo diseñadora ¿Crees que a Grace le moleste que posiblemente la estoy haciendo trabajar más?

—Pocas cosas molestan a Grace y posiblemente alguna de ellas provengan de Ethan —Se ríe—, no creo que la enoje, pero de igual manera pregúntale. Lo bueno de ella es que siempre es honesta y no te ocultará si la idea le incomoda o quiere rechazarla.

—Organizaré una cita para nosotras tres si Grace acepta —le hago saber mientras le respondo un mensaje a Adelaide y le escribo otro a Grace quien, de hecho, esta mañana me dijo que ya tenía propuestas para mí.

— ¿Aun peleas por su amor con Ethan?

Me es inevitable no reír ante su pregunta y él sonríe girando el auto a la izquierda, adentrándonos a un suburbio de casas muy bonitas.

—No peleo por su amor, pero me gusta responderle a ese acaparador, es divertido.

—Creo que se divierte con ello —Comienza a desacelerar y luego con un pequeño control abre una cochera bastante amplia con un auto ya adentro—. Le caes demasiado bien, lo hablamos y me dijo "No le haría un club de antifans".

—Eso me hace sentir honrada —aseguro mientras me deshago del cinturón de seguridad una vez el auto está estacionado.

Antes de que pueda bajar del auto dice mi nombre y cuando me giro, lo encuentro quitándose el cinturón antes de que se incline hacia mí y sus labios estén sobre los míos en un beso dulce y suave en donde sus dedos me acarician la mejilla.

—Eres encantadora —susurra contra mis labios antes de alejarse y bajar del auto.

Aturdida por las emociones que despertó en mí un beso, bajo y tomo la mano que me ofrece mientras entramos a la casa a través del porche. El bajo volumen de un programa de cocina se escucha, pero eso es todo.

—Te advierto que mamá cocina bien, pero hornea postres horribles.

—Advertencia recibida —Le aprieto la mano, puedo notar cuán nervioso está sobre este encuentro.

Cuando aparecemos en la cocina, Andrew dice un exagerado "¡Mamá!" que sobresalta a la señora rubia, de baja estatura y bonita que se encuentra cocinando. Ella lo ve con tanto amor que una calidez se instaura en mí, no quiero decir que mi madre nunca me vio así, pero no lo recuerdo. El teléfono de donde se reproducía un programa de cocina es silenciado mientras ella le sonríe a su bebé.

Andrew libera mi mano y va hacia su mamá envolviéndola en un abrazo tan amoroso que hasta yo siento la calidez. Veo cómo ella se aferra a la vez que él parece estar susurrándole unas palabras y luego cuando se aleja, sonriéndole le limpia las lágrimas y le sonríe, ella le devuelve el gesto que aunque llega de una manera a medias, me dice mucho. Reconozco a una mamá fuerte y guerrera cuando la veo porque también fui y soy una, Andrew no tiene de qué preocuparse, su mamá poco a poco está recuperando sus fuerzas, ella quiere vivir y se desvive por él, ella estará bien.

Luego soy el foco de su atención y Andrew se aclara la garganta mientras desde atrás la abraza por el cuello, recargando de manera graciosa su barbilla de su cabeza.

— ¿Recuerdas la mujer que me gustaba mucho y que me dijiste que tu bebé le gustaría a cualquier mujer incluso ella?

— ¿Es ella?

—Sí, resulta que no solo le gusto, también me dejó ser su novio ¿No hace eso a tu bebé genial, mamá?

—Es que eres un encanto, mi amor —Lo adula y lucho contra las ganas de rodar los ojos.

—Te dije que mi mami fue profesora de español —presume alejándose de ella para que pueda acercarse a mí y ofrecerme su mano.

—Un gusto conocerla, señora Wood. Soy Leslie Anderson —Le estrecho la mano cálida que da un apretón firme.

—El gusto es mío, escuché mucho de ti —Sus manos toman la mía y me da una larga mirada llena de mucho significado—. Te hemos admirado y soy feliz de conocerte, me toma por sorpresa que salgas con mi hijo, pero es una bonita sorpresa.

—Ya lo dijiste, él es encantador —Le sonrío a Andrew antes de volver la vista a ella—. Hizo un gran trabajo con él.

—De mis mayores orgullos —Me libera las manos y parpadea reprimiendo lágrimas que se le quieren escapar—. Hoy creo que estamos teniendo un buen día.

— ¿En dónde está papá?

—En el jardín, está leyendo, eso le trae paz. Ve por él, seguro le gustará conocer a nuestra invitada.

—Ahora vuelvo —Me asegura Andrew saliendo de la cocina.

Aunque mis nervios han disminuido, puedo decir que aún se encuentran presentes. La mamá de Andrew me da una sonrisa mientras me indica que me siente en una de las sillas altas frente al amplio mesón, cosa que hago viéndola continuar cortando tomates que arroja a un gran tazón lleno de lechugas.

—No sabía que Andrew tenía novia porque hemos estado...En un momento difícil, pero sí sabía que le gustabas, me había hablado de ti —dice—. Desde que conoció a tu bebé y hasta que se reencontraron debido a lo que fue la situación del niño Dexter.

"Niño Dexter" lo hace sonar inofensivo y angelical.

—Andrew también me ha hablado mucho de ustedes, yo...Lamento lo que sucedió, puede sonar arrogante decir que comprendo su dolor, pero lo hago —digo con voz baja porque no sé cómo vaya a tomar mis palabras.

Ella deja de cortar los tomates y alza la vista, cuando nuestros ojos se encuentran veo todo el dolor y trago, es duro de ver.

—No dejará de doler —Le digo con suavidad—, pero la recordará con mucho amor.

—Merece un cierre —susurra—. Él no puede estar libre, mi bebé mayor necesita un cierre.

Ally tal vez descansa en un lugar mejor en donde no necesita ese cierre del que habla, pero entiendo que es su manera de decir que ellos necesitan ese cierre. Asiento haciéndole saber que la entiendo y ella vuelve a los tomates hasta que termina, luego la veo dirigirse a uno de los dos hornos que tiene y revisar lo que huele cómo un delicioso pollo al horno.

—Afuera estoy mejor, Andrew —escucho una voz suave masculina.

— ¿Y lucir cómo un maleducado frente a mi novia? ¡Eso jamás, papá!

—Déjame tranquillo, quiero estar solo.

—Y yo quiero que mi genial papá conozca a mi novia ¿No podrías cumplirme ese deseo? ¿Por favor? ¿Si? ¿Si? ¿Si?

El "¿Si?" no deja de llover hasta que lo estresa y acaba aceptando, lo escucho todo y la señora Wood se disculpa conmigo, pero no me lo tomo personal, después de todo Andrew me ha hecho saber muchas veces lo difícil que resultan la cosas para su papá en estos días.

Veo el momento exacto en el que el señor Wood entra a la cocina al lado de Andrew, es apenas unos pocos centímetros más bajo que Andrew, parece un hombre que ha mantenido una buena alimentación y condición física, rubio cómo ya se me había advertido y una tristeza absoluta en sus ojos que me conmueve. Está sufriendo, no desea sentirse de ese modo, pero no lo puede evitar.

Él me da una larga mirada y luego suspira viendo a Andrew que le asiente y lo apremia a avanzar sin perder su sonrisa, tratando de actuar con normalidad. Me pongo de pie y extiendo la mano hacia el señor Wood.

—Un gusto conocerlo, soy Leslie Anderson.

Mira mi mano durante largos segundos antes de darle un suave apretón y asentir hacia mí, el agarre no dura demasiado, pero no es grosero. No me sonríe, pero tampoco trata de ser hostil, solo se ve cansado y desganado.

—He escuchado de ti —Me dice—. Eres una buena mujer. Bienvenida.

Cortas palabras que alivian todos los nervios que aún se mantenían conmigo, me permito dejar ir una profunda respiración y le sonrío.

—Es agradable conocerlo finalmente, señor Wood.

—Siéntate, papá, hoy comeremos aquí, nos da un aire más familiar —lo apremia Andrew guiándolo al asiento de la esquina.

—Sé sentarme solo, Andrew Derrick.

—Solo practico para cuando seas anciano gruñón y me exijas llevarte a todas partes.

—Estoy lejos de ser un anciano.

—No lo sé, papá, tus canas me dicen mucho.

—Cállate, pequeño insolente.

Andrew sonríe y creo que tal vez eso es algo muy de ellos que hace que por un momento Andrew se sienta anclado y esperanzado de que algún día todo volverá a lo que fue su normalidad en algún momento, una normalidad con ciertos cambios que incluyen la ausencia de un ser querido.

— ¿Hablaste con Max? —pregunta su papá y Andrew se tensa.

—Le dije que nos gustaría hablar con él. No creo que haya que enfadarse con él, no es su culpa que Ally le dijera cosas que a nosotros no. Fue un buen amigo que respetó los secretos que ella quiso compartirle.

—Quiero hablar con él lo más pronto posible.

—Se lo hice saber, papá.

—Maximiliano hizo lo que nuestra hija deseaba, Evan, incluso si nos duele, es lo que es. Sería injusto culparlo de las decisiones de Allyson.

— ¡Muy bien! —dice Andrew interviniendo— ¿Quieres contarnos a Leslie y a mí sobre el libro que estás leyendo, papá?

—No —responde tomando una uva de la cesta con frutas.

¡Wow! Ya que insiste tanto, cuéntanos todo —dice Andrew sentándose a mi lado y tomándome la mano.

Su papá voltea a verlo con lentitud y Andrew enarca una ceja mientras no da su brazo a torcer, en última instancia el señor Wood suspira y comienza a hablar sobre el libro que leía. Es así como entiendo lo importante que es Andrew para su mamá y su papá en este momento, entiendo su disposición a atender todas las llamadas y venir siempre que se le necesita, en este momento él es el puente que les permite caminar el uno hacia el otro, también es esa luz que viene después de la oscuridad. No sé cómo lo hace, pero sabe cómo ser la persona que ellos necesitan y simbólicamente les da la mano para volver al mundo real lentamente, sobre todo a su padre.

Luego de hablar del libro y responder preguntas referentes a ello que Andrew le hace, incluso yo le hago un par, el señor Wood habla poco, su esposa sí habla un tanto más y tiene un tinte de entusiasmo por mi presencia. Andrew mayormente está guiando las conversaciones y resulta tan encantador cómo siempre, es muy fuerte, porque actúa con normalidad cómo si esto no fuese un gran cambio a los padres con los que creció. Él habla de la banda y los próximos planes, bromea sobre haberme insistido demasiado por una oportunidad – sin mencionar a sus nadadores – y me invita hablar en muchas oportunidades, cosa que hago. Nunca he sido tímida y entiendo que escuchar sobre la vida de alguien más entretiene a los señores Wood, así que les hablo un poco sobre mí, el tiempo que viví en Japón, mi trabajo actual y aclaro que de hecho Andrew no me insistió tanto para salir con él, eso hace sonreír a la señora Wood.

La comida está deliciosa, el papá de Andrew come casi la mitad y luego su expresión es de genuino horror cuando su esposa anuncia que viene el postre. Andrew ve hacia otro lado y pienso que tal vez lo exageran porque el aspecto de los brownies es muy tentador, así que soy la primera en tomar uno cuando ella me los ofrece. Con entusiasmo me lo arrojo completo a la boca, olvidando momentáneamente que quiero dar una buena impresión, y me paralizo apenas mastico.

¿Cómo es siquiera posible que algo que se ve tan bien sepa tan mal? Quiero escupirlo, pero los ojos de la señora Wood están clavados en mi rostro y mastico con lentitud, trago fuerte toda esa mezcla horrible que invade mi paladar.

— ¿Y bien? —Me pregunta con entusiasmo.

—Creo que hay algunos...Puntos que trabajar, señora Wood, podrían ser mejores si lo sigue intentando —intento sonar diplomática para que no me odie.

Una risa ligera y débil suena, los tres volteamos a ver al señor Wood que me ve.

—Esas han sido una buena elección de palabras, Leslie —Me dice y se inclina para tomar dos brownies, uno se lo engulle completo como yo—. Maravilloso, Alana, pero la próxima vez serán mejor ¿Correcto?

—Conseguiré que queden perfectos en algún momento. Andrew toma uno, bebé.

— ¿Me lo pones para llevar? Quedé demasiado lleno de toda esa deliciosa comida que me diste.

Entrecierro los ojos hacia él que me guiña un ojo y se inclina para hablarme en el oído mientras su mamá le guarda varios para llevar en un envase.

—La práctica me dio mucho tipo de evasiones ¿Necesitas agua?

—Por favor —le respondo en un susurro haciéndolo reír.

—Espero no seas cómo Isla —dice el papá de Andrew sin verme—. Dulzura al inicio, veneno al final.

— ¡Papá! No me avergüences así.

—Tú solo te avergonzaste con tu elección —Se encoge de hombros—, parece que esta vez elegiste bien, pero aun no confiaré, no te lo tomes personal, Leslie.

—No lo hago, por suerte tengo un montón de tiempo para que confíe en mí —Le digo y creo que veo una mínima sonrisa en el rostro del señor Wood.

***

—Fue un placer conocerlo, señor Wood —estrecho su mano.

Él me da un asentimiento ante de salir de la sala, de inmediato la mamá de Andrew me dice que hoy a pesar de todo fue un buen día para él y me agradece el que viniera. Es una mujer sumamente dulce y fuerte, me da un cálido y breve abrazo.

—Espero nos veamos una próxima vez. Andrew se ve feliz —Me sonríe—, también pareces feliz.

— ¿Qué estás diciendo de mí, mamá?

Andrew reaparece luego de haber estado hablando por teléfono y le da un largo abrazo a su mamá, de nuevo le susurra palabras antes de besarle la frente y decir que ya se ha despedido de su papá. Una vez las despedidas han terminado, poco después estamos en su auto y luego saliendo del lugar. Me aseguro de comprobar los mensajes que me han estado llegando desde que entré a la casa de los padres de Andrew porque no toqué el teléfono en ningún momento, también aprovecho para comprobar la hora descubriendo que son poco más de las cinco de la tarde. Una vez termino de responderle a la mayoría, me guardo de nuevo el teléfono en el bolso y lucho con el cinturón para estar cómoda mientras veo a Andrew conducir.

—Siento que estuve nerviosa cómo una tonta porque tus padres son increíbles, ahora entiendo por qué eres cómo eres.

—Fue un buen almuerzo —sonríe— y papá parece estar teniendo un buen día. Me di cuenta de que mamá estaba demasiado feliz de descubrir que tengo una novia y quería sorprenderte de buena manera, estaba asustada de caerte mal, ella siempre es así.

— ¿Caerme mal? ¡Tu mamá es todo un encanto! Y aunque dices que tu papá está en un momento difícil, él también es agradable, me alegro de haber venido.

—También me alegra que vinieras ¿Cómo te sientes sobre una pequeña reunión social?

— ¿Ahora?

—Sí, la verdad es que le mentí a mis padres, aun no le he dicho a Max que ellos desean hablar con él, tengo miedo de cómo podrían ir las cosas entre ellos tres —traga—, pero al menos debería advertirle a Max.

—Oh...Estoy bien con "la pequeña reunión social".

Asintiendo, se estaciona al costado de una acera y toma el teléfono diciéndome que va a llamarlo. Es bastante sorprendente cómo Max no tarda en responderle.

—Tomemos un té...Sí, ahora... ¿Por qué no podrías? —Hay una larga pausa— ¿Con quién estás? Uhmm suenas sospechoso —Entrecierra los ojos y luego sonríe—. No, no puede ser otro día, Leslie quiere que sea hoy.

Enarco una ceja hacia él y su respuesta es guiñarme un ojo, mientras le dice a Max que no le cree y que deben verse ahora.

— ¿Por qué tanto misterio, papi Max? —Silencio—. Di que sí, di que sí, di que sí, di que sí...

Andrew lo repite tantas veces que hasta yo quiero golpearlo para que se calle, pero me alza el pulgar cuando parece que Max cede, luego está riendo por lo bajo.

— ¡Te atrapé! Así que era eso. Bueno, esto será bastante interesante. Los esperaremos en ese lugar discreto donde mi madre y las demás aman tomar té y chismear... Sí, Max, tendremos una fiesta del té. Ahí los veo.

Deja el teléfono sobre su pierna y vuelve a poner el auto en marcha mientras tararea una canción y sonríe.

—Hablar con Max sí que te puso feliz.

— ¿Te sientes con ganas de conocer a una súper modelo? Porque vamos camino a encontrarnos con una y Max todavía dice que no es lo que parece.

No sé en qué momento me convertí en una mujer saliendo con una súper estrella y en consecuencia conociendo a otras súper estrellas. Durante el trayecto a nuestro lugar de encuentro con Max, hablamos sobre el almuerzo con sus padres y Andrew casi llora de la risa cuando me quedo en blanco en el momento en el que me recuerda los brownies de su mamá, ríe todavía más cuando le digo de una manera diplomática que ella necesita trabajar más en ellos.

—Desde que tengo uso de razón lo está intentado, pero no ha obtenido buenos resultados ¿Cómo puede ser buena cocinando, pero horrible repostera? Hornea cosas horribles, es mi mamá y la amo, pero han sido años de maltrato cuando me hace comer lo que hace. Es crueldad.

—Tu papá es muy valiente exponiéndose a comer de dos brownies.

—Incluso en estos momentos confusos, papá la ama y no soporta la idea de herir sus sentimientos. Siempre termina comiendo mucho de sus horribles creaciones para hacerla sonreír ¿De dónde crees que aprendí a ser encantador y romántico?

—Tuviste un buen maestro.

Hablemos otro poco hasta que llegamos a un lugar cuya existencia desconocía y que luce cómo una tienda salida de mil ochocientos y algo. Andrew se encuentra satisfecho de que no nos siguieron y está todavía más satisfecho cuando descubre la camioneta de Max estacionada, porque por supuesto que reconoce la placa.

Tomados de la mano nos guía hacia la recepción del lugar en donde lo saludan con cariño y le preguntan por su mamá, luego nos encontramos entrando a un adorable que parece tener más años que yo. En una mesa hay cuatro abuelas conversando y riendo mientras beben té y comen galletas. Me enamoro de este lugar de inmediato, veo tanto cómo puedo a medida que Andrew me guía hacia la mesa en donde se encuentra Max y una bella mujer usando lentes de montura redonda y con el cabello rizado alborotado.

Espero que mi escrutinio sobre Meredith Allen Lynch esté siendo discreto, porque no puedo evitarlo. Ella tiene ese aire de las modelos que incluso llevando una bolsa se verían bien. Piel trigueña tirando más a ser morena, cabello castaño rizado por encima de sus hombros, ojos almendrados y de color marrón, pecas en la nariz – no lleva maquillaje – y una sonrisa en labios naturalmente rosados.

— ¡Buenas tardes! —Saluda Andrew con entusiasmo palmeando la espalda de Max.

— ¡Bienvenidos! —dice Meredith haciendo con sus manos un gesto que se me asemeja mucho a "¡Sorpresa!"

—Gracias, es un gusto conocerte finalmente, Meredith —Le estrecha la mano—. Harry me dijo que te había conocido de una manera peculiar...

—Andrew... —intenta cortarlo Max.

—Y Dexter y Doug también supieron de ti de una manera especial. Me siento un poco ofendido de conocerte en una situación tan normal y no sorpresiva.

—Tranquilo, parece que somos un imán para situaciones complicadas, así que tú solo espera y te sorprenderemos —Le guiña un ojo y luego me ve—. Hola, te he visto en tendencia en Twitter, me dije: "¡Vaya! Debería ser modelo porque sale estupenda en fotos desprevenidas" y también quise opinar que se veía desde lejos que tu nariz fue una bendición que te otorgó la genética.

—Gracias —digo riendo y estrechando la mano que me extiende—. Soy Leslie. Hola, Max.

Max me devuelve el saludo con una sonrisa antes de clavar la vista en Andrew que toma asiento a mi lado. Veo el menú con una variedad de tés de los que desconocía y me cuesta un poco elegir. No es hasta que señora nos toma el pedido que la conversación comienza.

— ¿Pasan mucho tiempo juntos? —pregunta Andrew.

Mientras que Max responde un "no es lo que parece", Meredith responde "pasamos bastante tiempo juntos haciendo cosas inesperadas". La respuesta de ella tiene a Max volteando a verla con sorpresa mientras ella sonríe y tamborilea sus uñas sobre la mesa.

— ¿Sabían que Max tiene un lunar justo del lado izquierdo de la cadera? Parece una gota, es provocativa —Nos hace saber con una pequeña sonrisa ladeada.

—No es así —interrumpe Max—. Bueno, el lunar es cierto, pero...

— ¿Estás diciendo que estoy mintiendo sobre tu lunar? —Pregunta ella entrecerrando los ojos—. Es como si te contradijera que dijeras que tengo un piercing en un pezón y que sabes en cuál.

Andrew comienza a toser mientras ríe por lo bajo y yo estoy sonriendo un poco fascinada por la descarada modelo llena de personalidad que está descolocando a Max.

—Genial por tu piercing —digo—. Son geniales, tuve dos.

—Una muestra de rebeldía que terminó gustándome muchísimo, por el momento solo mantengo uno —Me responde sonriendo.

—Tú y yo tenemos que hablar, de verdad necesitamos hacerlo —establece Max hacia ella.

—No tienes que enojarte —Borra su sonrisa y ve a Andrew—. Estoy bromeando. Max y yo hemos tenido una serie de malentendidos que siempre son atrapados, pero la verdad es que no estamos involucrados de esa manera.

»No tengo amigos en Londres y él ha sido lo suficiente amable para aguantarme —Le sonríe—, pero ni siquiera le gusto. Hay mucho que contar, pero solo porque es entretenido no porque esto sea una relación.

— ¿Qué no le gustas? —Andrew se ríe—. Por supuesto, no le gustas.

No comenta nada más mientras nuestros tés llegan junto a unas variadas galletas. Todo sabe delicioso, es increíble. Atrapo la mirada de Meredith en una galleta de chocolate y se la extiendo, ella sacude la cabeza en negación, pero luego se detiene.

—Espera ¿Por qué no? Una galleta no puede hacer tanto daño —La toma—. Gracias, Leslie.

No soy la única viendo cuánto duda en llevársela a la boca, me atrevería a decir que hay una mirada de incertidumbre y preocupación en su rostro.

—No va a atacarte —Max le sonríe y toma su mano en la suya acercando la galleta de contra los labios de ella—. No vas a arrepentirte.

—No me arrepentiré —dice ella sonriéndole y abriendo los labios para engullir la galleta, Max le sonríe—. Está muy buena.

—Las galletas de este lugar nunca decepcionan.

El brazo de Andrew pasa alrededor de mi silla y se acerca para susurrarme en el oído un "pero no le gusta" que me hace reír y que hace que Max nos vea antes de alejar su mano y ver con ojos entrecerrados a Andrew.

— ¿Para que querías que nos reuniéramos? No tengo mucho tiempo, tengo una reunión con la discografía y la agencia.

—Me encantaría que salieras unos cinco minutos conmigo al pequeño salón de fumadores ¿Vienes? —pregunta Andrew poniéndose de pie.

Mientras bebo de mi té veo a Max levantarse y luego a ambos alejarse a un pequeño salón, el área de fumadores, aunque dudo de que cualquiera de los dos tenga planes de fumar. Vuelvo mi atención a Meredith que también está viendo al lugar al que fueron.

— ¿Debo preocuparme de qué Andrew lo esté regañando o algo así por mí? Eso sería incómodo.

—No es sobre eso, creo que de hecho él disfruta bastante de tu situación con Max.

—Mi situación —repite con una leve sonrisa—. No hay ninguna situación. No le gusto, creo que lo enoja que siempre terminemos involucrados.

—No se veía enojado recientemente.

—Sí, bueno, él puede ser confuso —Ríe por lo bajo y clava la vista en su té—. La verdad es que aún no le encuentro el gusto a beber té solo porque sí. Solo bebo té para dormir o si me enfermo, lo mío es el café que me permita aguantar largas sesiones o campañas.

Encuentro que me gusta su acento y lo relajada que parece estar pese a que está con una extraña que podría vender cualquier tipo de historia de su parte, lo cual le hago saber.

—Yo también podría venderte —Se encoge de hombros—. Podría inventar cualquier cosa y me creerían, pero ni tú ni yo somos unas perras malditas, por lo que no nos daremos esas puñaladas.

—Correcto —Sonrío antes de beber de mi té—. ¿Estarás por mucho tiempo en Londres?

—Todavía no lo sé, es complicado. Me gusta, pero hay ciertos detalles que debo evaluar.

— ¿Qué es lo que te gusta de Londres?

—El clima melancólico, el acento, que está lejos de personas que no quiero ver y Max.

Lo último lo dice desplegando una lenta sonrisa y viendo de nuevo las galletas, suspira.

—Max es cómo esas galletas. Tentadoras, deliciosas e increíbles. Se supone que no debo tocarlas o comerlas porque me arrepentiré o me regañarán por ello, pero —Estira la mano y toma una—. Aun así siempre termino cayendo y lo que es más preocupante, vuelvo por más.

—Intenso —digo viendo cómo devora la galleta y asiente.

—Diferentes países, la diferencia de edad no tan grande que mencionó un par de veces, siempre estoy en el ojo público, mi inestabilidad, su agenda caótica, no le gusto, personas imposibles de tratar que son parte de mi vida —suspira de nuevo—. Son obstáculos.

—Parece que lo has pensado mucho.

—Lo he hecho —admite y creo ver un poquito de timidez—, porque pienso mucho sobre ello, pero tomo mis precauciones y finjo que nada pasa.

Quiero alegar que no creo que no le guste, pero no me tomo tales atribuciones y simplemente bebo de mi té mientras ella se disculpa y atiende una llamada que la hace palidecer y alejarse bajo las palabras de que "necesita atender eso".

Durante largos minutos estoy sola, sin embargo, tengo oportunidad de comerme las mejores galletas. No sé cuánto tiempo transcurre, pero Max y Andrew son los primeros en volver.

— ¿Y Allen? —Me pregunta Max viendo alrededor.

—Atendió una llamada y no ha vuelto —respondo.

—Ahora vuelvo, iré a ver que esté bien —Nos dice.

Lo veo alejarse en busca de Meredith y luego regreso mi atención a Andrew procurando que todo esté bien porque creo que iba a mencionarle a Max el que sus padres y él quieren hablarle sobre cosas referentes a Ally que están causando muchas asperezas al respecto.

— ¿Te comiste todas las galletas? —Pregunta Andrew con diversión tomando una de las pocas que quedan.

—No todas, quedan cuatro y es que me aburría, por eso me las comí.

—Por eso me las comí —intenta imitar mi voz.

Antes de que pueda comerse la galleta le tomo la barbilla con una mano y atraigo su boca a la mía en un beso que resulta un tanto más largo de lo que pretendía inicialmente, pero ¿Cómo resistirme? Cuando me alejo, me está sonriendo con picardía antes de comerse la galleta.

— ¿Y eso porque fue?

—Porque quise, Andrew.

Cuando Max regresa a la mesa se encuentra solo y no se ve muy feliz, lo cual tiene una explicación cuando dice que Meredith se fue y que de hecho no sabe cómo o por qué, solo sabe que se fue. Pienso en cuán pálida se puso y menciono que tal vez ella tuvo un inconveniente, pero eso parece preocupar a Max y decido mejor callarme, pero no sin antes decir algo más:

—Ella dijo que eras una galleta.

— ¿Una galleta? —parece desconcertado.

—Sí, una galleta. Deberías descubrir qué significa eso —Le sonrío—, podría tal vez gustarte esa explicación.

***

6 de marzo, 2016.

Subo al ascensor y presiono el último nivel, bostezo alejando los últimos restos del sueño que quedan en mí mientras los dígitos van cambiando a medida que van ascendiendo, cuando se detienen en el último piso, voy por el tramo de escaleras tal cómo se me explicó y empujo la pesada puerta sintiendo cómo el aire frío me roza las mejillas.

Ahí, sentado en el borde, con una pierna afuera colgando del vacío y otra en el lado seguro, se encuentra Andrew con una botella de vino y dos copas, me sonríe y le devuelvo el gesto. Me acerco agradeciendo lo grueso que es mi abrigo porque la temperatura es bastante fría.

¿Cómo llegué a esta cita madrugadora en una azotea? Bueno, todo empezó cuando estaba apenas quedándome dormida mientras él tocaba la guitarra a través del teléfono y me dijo: deberías venir. Mi respuesta fue "¿Quieres que lo haga?" y cuando luego de segundos me dijo "sí y no quiero que te vayas" no me pareció una locura ponerme un abrigo sobre mi pijama, unas botas acolchadas y los guantes. Le dejé a Eva una carta que decía: "me fui a besuquearme" para que no se asustará al despertar y no verme, conduje con prudencia y tras obtener el código para acceder al último piso, aquí estoy.

¿Es esto una locura? No lo sé, pero me encanta y por la forma en la que me ve mientras me acerco, sé que también le encanta esta improvista cita a casi las dos de la madrugada.

La guitarra no está a la vista por lo que supongo que bajó a dejarla y subió con la botella y las copas. Cuando estoy lo suficientemente cerca, apoyo los codos en el muro para poder ver cuán alto se encuentra este lugar, también veo lo hermosa que se ven las luces de la ciudad, esta vista debe costar muchísimo. No le temo a las alturas, aunque no soy una fan, tampoco me generan vértigo o miedo lo cual es bueno teniendo en cuenta el extraño lugar en el que está transcurriendo esta cita improvista.

—Aquí estoy —digo volteando hacia él.

—Aquí estás —Pasa la pierna por el muro y baja asintiendo hacia lo que luce cómo otro muro, pero más alto y alejado del peligro—. ¿Vienes?

—Estando aquí a esta hora y en pijama, definitivamente puedes comprobar que esta noche iré contigo a cualquier parte.

—Eso es algo bueno, me hace tener muchos planes al respecto.

Soy fan de la sonrisa llena de picardía y travesuras que Andrew me regala cada pocas veces, esta es una de esas ocasiones en la que me deleita con una antes de que comience a caminar hacia el dichoso muro. Hay una escalera no muy alta ubicada estratégicamente que me hace saber que la trajo adrede de su apartamento. Una vez estamos arriba, sentados y con las piernas colgando, me maravillo porque la vista es incluso más espectacular.

Ha valido totalmente la pena renunciar al sueño, conducir en pijama y venir hasta aquí. Tomo la copa de vino que me extiende y ni siquiera hacemos un brindis en voz alta, solo chocamos nuestras copas con sutileza mientras nos sonreímos.

—Debes abrazarme, sigo teniendo frío —Le hago saber.

Y no es mentira, solo que resulta conveniente, sobre todo cuando se ubica detrás de mí, con las piernas abiertas colgando a cada lado de las mías, abre su abrigo a mi alrededor, pega mi espalda a su pecho y me rodea con los brazos aun sosteniendo su copa.

— ¿Así está bien?

—Así está más que bien, Andrew. Es más de lo que quería y me gusta.

Y hablo más que de su abrazo quitándome el frío, hablo sobre todo él y la manera en la que ha entrado en mi vida. La forma en la que ahora es parte de mi vida.



Alohaaaa ¿Qué tal están?

Varias cositaas: quiero abrazar mucho a los padres de Andrew, quiero más de M&M y quiero un Andrew.

¡Mi gente! ya pueden encontrar en mi perfil el inicio de la historia de Max, que viene siendo el 5.5. Se llama "Una Novia Para Max" vayan y dejen su amor. 

Igual saben que me encuentran un poco más perversa y maluca (jejejeje) en "El Rostro de una Mentira" que también lo encuentran en mi perfil, denle amorcito :*

Redes: Instagram: DarlisStefany / Twitter: Darlis_Steff / Páginas de facebook: Darlis Stefany y "Saga BG.5 de Darlis Stefany" /En vivos en YouNow: DarlisStefany

Espero les guste.

Un beso.

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