Capítulo Cuatro
Capítulo cuatro.
Hay un silencio repentino que me hace dejar de comer mi pudín y voltear a ver al pequeño de casi cinco años a mi lado. Él es un desastre de dulce y me observa con sus ojos muy abiertos...O mejor dicho, su vista está clavada en mi pudín debido a que el suyo ya fue devorado.
Muevo mi pudín de izquierda a derecha y sigue el movimiento con sus ojos y cabeza, me resulta de lo más divertido, así que me mantengo haciéndolo por un minuto mientras rio y él no despega su vista. Cambio la táctica subiendo y bajando el pudín, lo sigue. Realmente debe desearlo y de verdad soy una mamá extraña jugando con eso.
—Este es el pudín de mami —señalo y su vista sube a mi rostro, asiente— y tú tenías tu propio pudín ¿Cierto? —Asiente de nuevo—. De acuerdo, pero es bueno compartir y mami compartirá contigo.
—Compartir es bueno, mami —responde—. Es de buenas personas.
No puedo evitar reír mientras tomo un poco con uno de mis índices y lo dejo sobre su nariz, me mira sorprendido antes de reír. Pasa su pequeña mano por su rostro colectando el chocolate y luego chupa sus dedos. Divertida dejo más pudín sobre él.
— ¡Mami! —grita sin dejar de reír y gatea hacia mí.
Trepa sobre mí y sus manos sucias de dulce van a mi cabello mientras desliza su nariz llena de pudín por mi mejilla. Siento que el estómago me duele de tanto reír mientras le digo que pare. Él ríe tanto que pequeños resoplidos se le escapan.
—Ya estoy en cas... —papá hace un silencio observando el escenario.
Arthur y yo jadeando de tanto reír, estamos llenos de pudín de chocolate y el suelo también lo está. Él suspira y sacude su cabeza cómo si se resignara, luego nos sonríe.
— ¿Quién limpiará esto?
—Mami —responde Arthur y luego agita su mano hacia él en un saludo—. Hola, buelo.
—Hola, nieto. ¿Quieres ver lo que traje para hacer de cena? —La respuesta de mi bebé es positiva mientras va hacia él—. Primero vamos a darte un baño.
—Agua calentita, buelo.
Papá ríe y toma la mano de Arthur, luego me guiña un ojo y con su mano libre señala el suelo, una clara indirecta de "limpia este desastre", asiento. Los veo irse y suspiro, debo limpiar esto, bañarme y ponerme al día con el informe que debo entregar en la universidad. Me siento agotada, pero puedo con esto y más.
16 de enero, 2016.
Confieso que todavía me pierdo en las calles de Londres, más ahora que tengo uno de de los dos autos de Eva, bueno, el auto que Elliot le había regalado por el compromiso. Él lo puso al nombre de mi hermana por lo que no hay forma de que se lo quite y cómo Eva no tiene planes de tocar algo referente a Elliot no tuvo problemas en que yo decidiera tomarlo "prestado"; es una belleza de auto que cuando quiere puede darme una velocidad que me tienta, pero teniendo en cuenta que soy algo nueva en Londres, conduzco con muchísima precaución para no perderme, por eso en ocasiones los taxis resultando mejor porque saben a dónde ir, excepto que para mis finanzas, los taxis me serán algo prohibido.
El punto es que estoy perdida, me metí en la calle equivocada y ahora no sé cómo devolverme. Así que de una manera, en la que espero no me multen, me estaciono y busco en mi teléfono la dirección del local en el que Andrew me dijo que nos viéramos.
—Bueno, no estoy tan perdida —murmuro y luego veo la hora—. Uhm, voy elegantemente tarde.
No tengo ningún mensaje, lo que me dice que tal vez él también está atrasado. Activo el inicio del recorrido y sigo las indicaciones de tal manera que en pocos minutos doy con el lugar. Andrew me dijo en sus indicaciones que estacionara en el área de trabajadores por lo que manera dudosa doy mi nombre al vigilante y me deja entrar.
Soy buena conductora, exceptuando que me pierdo y me gusta la velocidad, pero algo que no consigo perfeccionar es el estacionarme, así que el auto queda bastante torcido y cuando intento arreglarlo, me estaciono peor. Me rindo y apago el auto también el GPS, tomo mi bolso y bajo, veo alrededor y a la dichosa tienda.
De acuerdo, no es el lugar en el que esperaba que saldríamos: una tienda de tatuajes; pero últimamente en Andrew nada es lo que espero.
No lo veo alrededor, así que marco su número en mi teléfono y no tarda en responder. Un simple "hola" de su parte, al contestar, me hace sentir muy consciente de la locura que estamos haciendo.
—Hola...Estoy aquí.
—Entra, también estoy aquí.
—De acuerdo —comienzo a caminar hacia la puerta del local.
—Esta vez fui puntual —dice y me doy cuenta de que no finalicé la llamada.
—O llegaste solo unos minutos antes —replico y él ríe.
Sonrío llegando hasta la puerta del local cuando él responde un "tal vez", abro la puerta y me topo de inmediato con su mirada. Se encuentra apoyado del mesón alto de la recepción, en donde con un brazo rodea a un pequeño niño rubio que gracias a mi hermana sé quién es, con su otra mano sostiene el teléfono contra su oreja al igual que yo. Andrew me sonríe y la imagen que me vende resulta grandiosa.
Si esta es una artimaña para decirme cómo se vería con un bebé, funciona, funciona muy bien.
—Hola, Leslie —dice a través del teléfono, pero soy capaz de escucharlo en directo también.
Sacudo mi cabeza y finalizo la llamada, guardo el teléfono y avanzo hacia él viendo que la tienda se encuentra sin clientes a la vista. El niño rubio, comiendo una galleta, me observa con curiosidad y alegría a medida que me acerco.
—Hola —saludo a ambos, pero sonriendo más hacia el hermoso pequeño—. Parece que cada día eres más lindo, Jeff. ¿Eres el niño enamorado de mi hermana?
—Awww —dice haciendo una mueca adorable con su boca.
—Él es así cuando se trata de palabras relacionadas con amor —Me aclara Andrew peinando con sus dedos el cabello de Jeff—. Su mamá lo entrenó bien y sí, escuché que tiene un enamoramiento por Elanese.
Estiro mi mano para tocarlo y Jeff en el camino intercepta mis dedos para ver los dos anillos que llevo, no puedo evitar sonreír mientras los acerco más a él.
En un principio, cuando Arthur partió, me dolía rodearme de niños, fue la principal razón por la que renuncié a seguir ejerciendo cómo trabajadora social infantil, me traía demasiado dolor y me hacía llenarme de malos sentimientos al cuestionarme cómo abandonaban a niños cuando el mío me había sido arrebatado por un horrible monstruo. Sin embargo, con el tiempo, ver a niños me hizo sonreír y recordar lo afortunada que fui y lo bonito que es la inocencia infantil.
Cuando Jeff toma mi dedo y lo sacude, siento una emoción agradable y luego el alza su boquita en una pequeña trompa hacia mí, conozco bien el gesto así que me inclino hacia él y besa mi mejilla, me da una sonrisa cuando me alejo y termina de comer su galleta, para luego arrojarse a Andrew que lo carga.
—Jeff, eres bastante astuto conquistando corazones, tal vez deba pedirte consejos —Bromea Andrew antes de besar su frente.
Necesito sacar algún tema de conversación antes de que esta situación me derrita o me haga decir algo irracional cómo: "acepto, Andrew, hagamos bebés."
—Entonces... —comienzo y ambos me miran— Un estudio de tatuajes.
—Oh —Se ríe—, no creas que planeo que nos hagamos tatuajes a juego o algo cómo eso. Es solo que Hilary está en un evento del trabajo y Doug hoy es el encargado de Jeff, pero está en medio de una reunión con sus trabajadores, así que vigilo a Jeff por un rato.
»Debe faltar muy poco para que terminen y entonces podremos irnos, pero podemos sentarnos mientras esperamos.
Lo sigo hasta unas sillas acolchadas que se ven muy cómodas y lo confirmo cuando mi trasero toca la superficie. Me distraigo un poco viendo a Andrew sentar a Jeff en su regazo y al niño apoyar su cabeza sobre su pecho. Adorable, tentador.
Miro la decoración de las paredes, arte que supongo pertenece a los tatuadores del lugar. El lugar se mira elegante, artístico y me da una sensación de comodidad.
— ¿Tienes algún tatuaje? —pregunta Andrew, vuelvo mi atención a él.
—No, soy buena apreciándolos, pero no ha estado en mis planes tatuarme. ¿Cuántos tienes tú?
Alguna vez llegué a ver fotos de Andrew sin camisa en algunas redes y según mis recuerdos no fallan, había varios tatuajes en algunos lugares. Entrecierro mis ojos hacia él cuando hace una media sonrisa y sus pestañas bajan en una mirada nada angelical.
— ¿Quieres contarlos? Te advierto que tendría que sacarme la ropa.
—Podrías solo decirme cuántos tienes.
—Eso no sería divertido, si quieres saber cuántos son, cuéntalos —Se encoge de hombros— y hazlo antes de que agregue otro en un lugar interesante.
Muy a mi pesar termino por reír porque él es muy encantador con sus palabras. Veo cómo alza la manga de la camisa de Jeff para mostrarme su brazo y abro mis ojos con sorpresa.
—Hoy Jeff ha obtenido unos siete, obra de Patrick y Chad.
—Oh, Dios...
—Pero lo hacen con marcadores especiales que salen rápido con agua y que no hacen daño a su piel de bebé. Cada vez que Doug trae a Jeff, el niño se va con tatuajes y a él le gusta. Le divierte ver cómo lo pintan y luego parece maravillado con los colores en su piel.
Tomo el brazo del pequeño viendo lo bonito que se ve un camino de flores por su brazo lleno de muchos colores, además, tiene dibujados una mariquita y una luciérnaga.
— ¿Qué piensa su mamá al respecto?
—La primera vez casi se desmaya porque se veía muy real lo que le habían hecho, pero ahora sabe que solo debe sacarlo con agua.
—También me hubiese asustada si fuera ella —aseguro.
— ¿Qué hay sobre piercings? —pregunta y enarco una ceja—. ¿Tienes alguno?
—No, no ahora, pero...
— ¿Pero? Algo me dice que hay alguna historia interesante ahí.
—Te dije que a los quince años fui un desastre rebelde, así que falsifiqué la firma de mis padres y fui a un lugar —Rasco ceja en un gesto nervioso— y conseguí uno.
— ¿Ombligo? —Niego con mi cabeza— ¿Nariz?
—No.
— ¿Ceja? ¿Labio? —Niego.
Ladea su cabeza hacia un lado y observa mi rostro cómo si buscara inspiración, va bajando la mirada hasta llegar a mi cuello y posterior a ello a mi pecho, sube la mirada de nuevo y enarca las ambas cejas.
— ¿Ahí? —Sonríe cuando asiento— Respuesta inesperada.
—Me parecía divertido —Y en realidad luego de tenerlo me gustaba—, también me parecía bonito y sexy. Luego lo extrañé, pero nunca volví por ello...Estuve enfocada en otras prioridades.
—Cuando lo quieras de vuelta, este es un lugar seguro y conozco a cierta chica aquí que ama perforar lugares especiales en este lugar.
— ¿Tú...?
—Por el momento estoy libre de ellos.
Se inclina hacia mí y es un poco hipnotizante, sus labios se acercan y se presionan en mi mejilla, parpadeo con sorpresa, ante el gesto, viendo cómo vuelve a su posición inicial.
—Gracias por haberme escuchado la otra noche, creo que muy pocos pueden llegar a entender lo que se siente perder a alguien que realmente amas y es importante en tu vida. Muchas gracias.
—No tienes que agradecerme, lo hice de corazón...Quise ayudarte.
—Bueno, bueno, ¿Esta es una pista sobre la nueva pareja aproximándose? —preguntan con diversión detrás de mí.
— ¡Douuu! —Se emociona Jeff bajando del regazo de Andrew.
Volteo justo para ver cómo Jeff se arroja a abrazar las piernas de su papá, quien riendo lo alza y besa su mejilla.
— ¿Cómo te cuidó el tío And? —pregunta y en respuesta Jeff le muestra su pulgar—. Genial, entonces si podemos dejar que el tío And vaya a una cita con la bella mujer que nos acompaña —Me sonríe—. Hola, Leslie, ¿Qué tal todo? ¿Quieres información sobre Andrew? La tengo, ¿Vídeos? ¡Ufs! Tengo muchísimos.
Es una suerte que entre las conversaciones de Elanese sobre BG.5 ella me dejó en claro que el menor de ellos tendía a ser hiperactivo, bromista y en ocasiones un tanto incómodo. Miro a Andrew y luego de vuelta a Doug, es tierno ver cómo su hijo le acaricia el cabello mientras lo observa embelesado.
—Creo que más adelante podrían interesarme esos vídeos —termino por decir y Doug ríe.
—Me gustas, estás aprobada. ¿Cómo llamaremos esta relación? —Nos pregunta y lo veo con sorpresa— ¿Andlies? ¿Wanderson? ¿Landrew? Creo que me gusta Landrew.
—También me gusta ese —responde Andrew—. Sí, iremos por ese nombre.
—Genial, me encargaré de dejarlo caer de manera anónima cuando hagan oficial la relación.
—Gracias, Doug —estrechan sus manos riendo.
Entonces, la locura es algo general en BG.5. Ellos son muy extraños. Reacciono ante esta locura y aclaro mi garganta ganándome la atención de ambos.
—No hay ninguna relación, no te ofendas, Andrew, pero ni siquiera somos amigos —digo de manera pausada. Él se encoge de hombros.
—Auch, ¿Eso dolió, Rayito? —le pregunta Doug al niño.
—Auch, auch —canturrea Jeff.
—Está bien, hubiese sido incómodo que me enviaras a la zona de amigos, no es lo que quiero.
— ¡Mierda! —Doug ríe—. Amo a Santo Wood, amo esa seguridad, amo esa manera en la que te está diciendo de manera disfrazada: "prepárate para derretirte, te haré suspirar"; eres mi nuevo héroe. Mis respetos para ti.
»Eres el BG.5 más rápido, oficialmente. Te hago porras, enamora a ésta mujer, amigo mío.
—No lo alientes —murmuro, pero no me escuchan.
La sonrisa de Doug crece mientras se acerca a mí y pasa su brazo alrededor de mis hombros cómo si ya estuviésemos en una íntima amistad.
—Tú solo déjate llevar, Leslie. Será un gran paseo, no te mientas, todos sabemos que sería imposible resistirse a Andrew y por lo que veo, él está yendo por todo.
Algo en sus palabras me hace analizarlo y cuando lo entiendo, salgo de su brazo y estoy suponiendo que mi mirada hacia Andrew no es amistosa en este momento.
— ¡Le dijiste! —Parece que grito y Andrew alza sus manos.
—No le dije nada.
— ¡Pero lo sabe! —Me volteo hacia Doug—. No es así, bueno, sí es así, pero no tan loco... ¡Andrew se ofreció!
Los ojos de Doug se abren con sorpresa y luego ríe cómo si algo le encantara.
—Espera, espera. Tu hermana le dijo a Dexter que ibas a tener un bebé por métodos peculiares y Dexter me dijo a mí...
—Es un chismoso —mascullo.
—Eh, no, no, solo que nos contamos todo.
—Ellos son unas chismosas —Me garantiza Andrew cortando el argumento de Doug.
—Pero... ¿Qué quieres decir con que Andrew se ofreció? —Abre sus ojos de nuevo con incredulidad—. Espera, espera. ¡Joder, joder, joder! ¡Santa mierda de todos los chismes rosas! ¿Vas a hacer un bebé con Andrew? ¿Con santo Wood? ¿Un bebé rubio cómo el mío?
De acuerdo, esto se está saliendo de control. Así que mi respuesta es negarlo categóricamente, lo que creo solo confirma más su suposición.
—No es un hecho, es decir, solo un mes de prueba y...Tradicional —balbuceo.
—Leslie, eh, creo que debes dejar de hablar —Me aconseja Andrew y luego se dirige hacia Doug—. Es algo así, pero hasta que no sea seguro no te diré nada, chismosa.
»Solo te pido que no se lo digas a nadie, Doug. No mientras sea una posibilidad.
—Convénceme —exige sonriendo—. ¿Qué me das a cambio?
Andrew respira hondo y aprieta con su índice y pulgar el tabique de su nariz, cómo si rezara por paciencia; parece que invoca calma cuando vuelve la mirada a Doug y le sonríe. Luce...Amigable y cercano cuando se dirige hacia el rubio.
—Amigo, hermano, familia, no se trata de que te dé algo a cambio, se trata de que voluntariamente me ofrezco a cuidar tres noches aleatorias a Jeff para que puedas salir con tu esposa en una escapada romántica, ¿Qué te parece eso?
—Esto no es una negociación ni chantaje —Me aclara Doug, soy una espectadora incrédula sobre esto—. Andrew, agradezco tu amabilidad y tu gran gesto de amistad, acepto tu ofrecimiento y cómo buen amigo, hermano y familia, te digo que de ninguna manera diré lo que acabo de saber, porque te respeto.
Ellos se acercan y se dan un abrazo, con Jeff entre ellos, palmeándose la espalda. Loquísimos, cómo si no acabara de llevarse a cabo un chantaje y negociación, ni siquiera me esfuerzo en intentar entenderlo. Solo me tranquiliza saber que nadie, por el momento, sabrá sobre esta posibilidad entre Andrew y yo.
—Dicho esto, Leslie y yo nos iremos.
— ¿A una cita? —pregunta—. ¿A hacer bebés? ¿A enamorarse?
—Awww —Jeff hace ojitos hacia nosotros.
Rio ante lo raro de todo esto y lo gracioso que debe mirarse desde afuera todo este panorama que a mí está por enloquecerme.
—Solo cállate, Doug. Tenemos un trato.
—Por supuesto, Santo Wood. El chisme está a salvo conmigo...Por ahora —Nos guiña un ojo—. Rayito, despídete del tío And y dile que pronto estará cuidándote.
—Chau... ¡Tío And!
—Él de verdad hace caso a todo lo que dices —comenta Andrew—. Nos vemos luego, Jeff, estaré feliz de cuidarte. Cuida bien del loco de tu papá y no dejes que te use.
Me acerco y beso la mejilla del bebé en despedida, él me da una sonrisa y se despide con su mano. Doug deja un beso en mi mejilla, me guiña un ojo y se va por uno de los pasillos con su hijo. Me giro hacia Andrew, él extiende su mano hacia mí en una clara invitación a tomarla, rio y niego con uno de mis índices.
—Aun no estamos ahí.
—Aun... —Hace énfasis en esos—, pero pronto. Vamos.
Lo sigo, salimos de la tienda y llegamos hasta su auto que no luce cómo el anterior, este es otro. Visualizo a dos guardaespaldas a poca distancia, a los que él saluda con la mano.
—Espera un momento aquí, debo decirle a dónde nos dirigimos para que nos sigan, la seguridad es importante.
Asiento y lo sigo con la mirada, debo admitir que todo en Andrew cautiva incluso el caminar, luce imponente y seguro en cada paso que da... Y también luce un excelente culo, espalda y piernas. Supongo que él es una especie de arma mortal su atractivo físico con su icónica personalidad son un conjunto que a más de una enloquecería.
No quito mi vista de él mientras ríe y palmea la espalda de uno de los hombres que le da una sonrisa e intenta despeinar su cabello; no puedo evitar sonreír, es agradable ver en una estrella un rasgo de humildad.
Suspiro y le doy la espalda para ver a los alrededores intentando refrescar mi mente de un pensamiento que no sea Andrew, es todo en lo que he pensado desde que hizo su propuesta y más aún desde que hicimos el trato de un mes.
Aprovecho este momento breve a solas para enviarle un mensaje a papá deseándole un lindo día, sé que su respuesta tardará en llegar, pero siempre me gusta hacerle saber que estoy al pendiente. Abro un mensaje de Elanese y ruedo mis ojos viendo que se trata de un gif de sexo.
Leslie: ¿Cuándo superarás el enviarme estas cosas?
Su respuesta no tarda en llegar.
Ela: te encanta y lo sabes.
Leslie: eres una chismosa y Dexter lo es todavía más.
Ela: ¿Qué? ¿Por qué soy acusada de una manera tan vil?
Leslie: tu consciencia te dirá por qué.
Ela: Esa no es respuesta válida. Dime.
No respondo y de esa manera tan molesta suya, comienza a escribirme una y otra vez que le diga, cuando ve que eso no funciona, comienza a llamarme pero no atiendo, no puedo evitar divertirme imaginando su intriga y desespero por saber, después de todo, es una chismosa.
— ¿Qué es lo divertido?
Volteo de inmediato, sorprendida por la cercanía de la voz de Andrew, lo encuentro a mi lado, tan cerca que ahora su brazo se roza con el mío.
—Lo chismosa que es Ela y cuán desesperada se puede poner por ello.
—Ah —Alza su mano trayendo consigo una gorra y la deja en mi cabeza, baja la visera ocultando toda mi frente—.Puedo ponerme una gorra y fingir que no soy yo, pero en algún momento alguien me reconocerá.
»Así que además de ocultarme con una gorra y lentes, nada original, sirve más que mantengamos tu identidad oculta y de esa manera conservas tu privacidad.
—Buena idea —respondo acomodando la gorra sobre mi cabeza y ajustándola mejor.
Él abre la puerta de su auto y saca otra gorra junto a un par de lentes: unos oscuros de sol y unas que parecen de montura para mí. También me los coloca y no me pierdo el hecho de que deja una sutil caricia en uno de mis pómulos.
—Incluso tus ojos consiguen verse más bonitos, cómo si eso fuese posible.
—Gracias.
—Ahora, ¿Me dejas conducir tu auto? —Todo lo que hago en repuesta es enarcar una de mis cejas—. No digo que mis fivers sean unos acosadores, pero prefiero tomar precaución si vamos a ser discretos sobre esto.
—Yo conduzco, esa es toda la negociación a la que voy a llegar en este momento.
—Qué ruda —Se inclina hacia mí—. Eres más difícil de lo que llegué a pensar, Leslie, parece que tienes el propósito de ponerme obstáculos...Soy bueno superándolos.
No respondo y él activa la alarma de su auto antes de seguirme hacia donde me estacioné. Luce sorprendido cuando llegamos.
—Este es un gran auto...
—No es mío, Eva dice que me lo regala porque no quiere nada de Elliot y este fue uno de sus últimos regalos para ella. Así que no me hago de rogar y uso a este muñeco que lleva la velocidad de maravilla.
—Te gusta rápido.
—Siempre me gustó la velocidad —respondo sin importarme cuán doble sentido se escucha esto y que posiblemente esa es su intención—, pero cómo podrás ver, soy buena conductora, pero un lío cuando se trata de estacionarme.
—No iba a mencionar lo mal estacionada que estás.
Quito la alarma del auto y abro la puerta de copiloto, él murmura un sonriente "gracias" subiendo, cierro la puerta y rodeo el auto para subir a mi lugar cómo conductora. Me encargo del cinturón de seguridad, acomodo mi espejo retrovisor y enciendo el auto, puedo sentir su atenta mirada sobre mí. Levanto un poco la visera de la gorra porque mientras conduzco necesito ver con claridad y me quito los lentes dejándolos en el portavasos.
— ¿A dónde debo conducir?
—Te daré las indicaciones, seré tu GPS humano.
No pongo objeciones y lo dejo darme las primeras indicaciones, más allá de eso, no entablamos una conversación inmediata, pero el silencio tampoco es incómodo.
—Te falta muy poco para sobrepasar el límite de velocidad —Me advierte.
—No me di cuenta —desacelero un poco—. Gracias, no necesito otra multa. ¿Derecha o izquierda?
—Gira a la izquierda y sigue recto.
— ¿Puedo hacerte una pregunta personal? —indago.
—La idea de todo esto es conocernos, así que puedes.
— ¿Cómo llevas realmente lo de tu hermana? Supe por Ela cuán mal estabas cuando sucedió y puedo suponer cuánto duele, pero admiro cómo no has borrado tu sonrisa y parece que esa chispa en ti arde más que nunca y quiero entender cómo lo haces.
Lo escucho suspirar y quisiera ver su expresión, pero me concentro en mantener la vista al frente y evitarnos cualquier posible accidente.
—Me duele, siempre dolerá. A veces mis pensamientos me traicionan llevándome a cuestionarme cuánto dolor pudo sentir, por qué ella, por qué ese hombre lo hizo —Vuelve a suspirar—. Siento que tal vez ni siquiera soy respetuoso por no llevar el duelo que todos esperan, es solo que...Deseo no apagarme, deseo recordar las razones por las que todavía podría sonreír y me digo que si le planto cara al futuro, entonces, ayudaré mejor a papá.
—No dejará de doler —murmuro—, algunos días escuece más que otros, una pieza de ti ya no está y debes vivir con ello —Le doy un rápido vistazo y trato de sonreírle—, pero continúas viviendo. Buscas razones para sonreír, valoras y aprecias hasta las cosas más pequeñas.
»Cada día me encuentro sonriendo por algo nuevo, acostándome dando las gracias por estar viva y por rodearme de personas increíbles. No ignoro lo malo, pero trato de enfocarme en lo positivo.
—Y veo que funciona, te ves...Feliz, radiante, a gusto. Hermosa.
—He trabajado en conjunto con mi terapeuta para lograr este resultado. No te miento, ha sido duro, pero hoy puedo decir que me siento bien...De verdad deseo ser feliz, tan feliz cómo pueda sabiendo que en mi corazón siempre faltará una pieza.
No me responde, pero me da una última indicación y llegamos a nuestro destino. El estacionamiento del lugar no es muy amplio, pero hay pocos autos en él, así que hago mis intentos por aparcar de una manera apta, pero es en vano porque cuando bajamos del auto, me doy cuenta de que estoy en medio de dos puestos.
—Bueno, al menos no está torcido —Me consuelo, volteo hacia Andrew—. ¿Crees que debo intentarlo de nuevo? Porque podría quedar peor.
—Tiene su encanto de la manera en la que está —Hace la visera de su gorra hacia atrás y se pone sus lentes de sol.
Acomodo la visera de la mía y decido que siguiendo su plan, y el hecho de que olvidé los lentes en el portavasos, decido que sus lentes me sirven más a mí que a él. Así que sonrío y me acerco, él baja su mirada cuando me alzo sobre las puntas de mis pies y tomo sus lentes.
—Los necesito más que tú —murmuro.
—Toma lo que quieras, Leslie —susurra en respuesta.
—Eres un hombre fácil, Andrew —sacudo mi cabeza en negación.
Él toma los lentes en mis manos y los ubica en mi rostro, enrolla un mechón de mi cabello en su dedo y me sonríe.
— ¿Para qué hacerme el difícil cuando sé lo que quiero? Nunca he sido de jugar...Al menos no ese tipo de juegos, me gustan unos más interesantes.
—Eres todo un coqueto, supongo que eso no lo dicen las revistas de chismes.
— ¿Te cuento un secreto? —Se inclina hacia mí—. Hay muchas cosas de mí que la prensa rosa no sabe.
—Y adivino —Entrecierro mis ojos hacia él—. Quieres que yo lo descubra.
—Inteligente —Se ríe y da un paso hacia atrás.
No puedo evitar reír mientras retrocedo y miro donde estamos, me toma por absoluta sorpresa. Sé que Andrew tiene un corazón de oro, pero verlo en acción siempre es algo que tocará una fibra sensible de mí.
—Un comedor social —murmuro.
—Pareces sorprendida, incluso diría que me miras con estrellas en los ojos —Mira hacia las instalaciones—. Esto suele hacerlo más Harry, pero un día vine con él y me gustó. Me gustó saber que haciendo algo tan simple podría ayudar.
»No mentiré diciendo que lo hago siempre, pero trata de pasar al menos varias veces en un año. Me da perspectiva sobre la vida. Es algo que nadie sabe porque no lo hago para ser fotografiado o salir en reportajes, lo hago para ayudar, sin esperar nada a cambio, casi nunca saben que soy yo haciendo esto —Voltea a verme y sonríe—. Le pedí a Harry que me apuntara a mí y una acompañante como ayudantes el día de hoy, así que espero traigas mucha energía contigo porque nos toca un trabajo duro.
Creo que la sonrisa que se dibuja en mi rostro podría dividirlo en dos. Esto, este gesto, este momento tan noble y desinteresado hace que esto sea increíble, me hace sentir una serenidad y alegría que no podría explicar.
— ¿Es una buena idea para una primera cita? No es que quiera impresionarte, pero buscaba algo que no nos diera presión de querer actuar perfectos o estar en silencios incómodos, pero si no te gusta, podemos ir por una cena —Rasca su barbilla.
—Me gusta, es original e inesperado —Tomo su muñeca y camino delante de él—. Vamos, creo que esto va a gustarme.
—Sí, creo que a mí ya comienza a gustarme.
Volteo a verlo y está sonriendo, también lo hago mientras tomando su muñeca nos guío dentro de las instalaciones dando inicio a la primera cita y tal vez el primer paso de toda esta locura.
JEJEJEJE ¿Sorpresa? Vuelvo a aparecer por aquí. Qué felicidad.
El hada decide señalar a mi mitad Narlis @Nat9607 porque ama locamente Doug desde hace años y sabía que si la rubia aparecía en este capítulo, debía dedicárselo para que se derritiera. ¡Ti amu!
Redes: Instagram: DarlisStefany / Twitter: Darlis_Steff / Páginas de facebook: Darlis Stefany y "Saga BG.5 de Darlis Stefany" /En vivos en YouNow: DarlisStefany
Espero les guste.
Un beso.
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