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Capítulo Cuarenta y tres


Capítulo Cuarenta y tres.

—¿Y es cierto que te gusta la leche chocolatada por las mañanas? —pregunta mi hijo tomando la mano de Andrew y viéndolo con tanto amor en los ojos.

—Es cierto, desde que era incluso más pequeño que tú.

—¿Y es cierto que encerraste a Doug en un armario cuando rayó tu guitarra?

—Lo es, pero era una broma entre nosotros luego lo liberé...Cinco minutos después.

—¿Y es cierto que Dexter golpeó los dedos de Harry y él conoció a su novia?

—Muy cierto —Se ríe Andrew—, aun no le da las gracias.

—¿Doug tiene novia?

—Arthur —Le digo y sentada cerca de la puerta.

La respuesta de mi hijo es verme, encogerse de hombros y regresar la atención a Andrew.

—Déjame que te cuente un secreto —Le dice éste último inclinándose hacia él y susurrándole algo al oído.

—¡No puede ser! ¿De verdad? Qué bonito, ella es cómo una princesa súper bonita y Doug es genial.

»¿Qué hay de ti? ¿Tienes novia?

—Por ahora no.

—Oh, eso es interesante, mi mami tampoco tiene novio...

—¡Arthur!

Y esta vez lo que mi hijo hace es reír y Andrew lo hace con él, sonrío. Es un sueño hecho realidad.


20 de mayo, 2016.

¿Hay un mejor despertar que ver a Andrew Wood desnudo boca abajo en la cama, murmurando con suavidad y despeinado? Tal vez sí, pero mi mente nada objetiva te dirá que no hay algo mejor que eso.

Me pongo aún más cómoda sentada sobre la cama y bebo de mi vaso el antojo que mis hijos han heredado de su padre: leche chocolatada por la mañana. Siempre creí que eso era demasiado dulce y empalagoso, pero las últimas dos semanas me han demostrado cómo mi cuerpo comienza a serme ajeno para pertenecer a las tres personas exigentes que apenas creciendo ya me hacen saber los caprichosos o caprichosas que podrían ser. La primera vez que sucedió la conversación con Andrew fue algo así:

«—Quiero de eso —murmuré con la mirada puesta en su vaso.

—Me dijiste hace un tiempo que era azúcar que me mataría.

—Pero hoy lo quiero.

—Pero es mi leche chocolatada.

—Pero son sus hijos, te pedí uno y pusiste tres.

—Ciertamente no recuerdo haberlos hecho solo, Leslie.

—Ciertamente deberías darle tu vaso a tu esposa embarazada.

—Eso es manipulación.

—Eso es estrategia, esposo.

—Llamarme esposo agranda la manipulación.

—Que aún no me hayas dado tu vaso agranda la desconsideración de tu parte.

—¿Ahora soy desconsiderado?

—¿Ahora me das el vaso?

—Va, va, va ¡Ganas! —Se había reído—. Tus antojos van a matarme.»

Y de esa manera, ahora cada mañana sin falta me tomo esta bomba de azúcar que mis bebés exigen porque le copiaron tal gusto al papá, me traiciono a mí misma, si eso no es amor de madre, entonces están ciegos.

Sacudiendo la cabeza, continúo desplazándome por Twitter en mi teléfono, viendo que una vez más Andrew y yo somos tendencia, esta vez se trata de que se especula y hay teorías de que estamos casados. Tengo que decir que están muy bien explicadas las razones y todas ellas son acertadas.

He salido poco de casa y cuando lo hago, estoy demasiado abrigada y con las manos en los bolsillos o repletas de joyería, pero alguien tomó una foto de Andrew hablando por teléfono en la que se veía su anillo de bodas y desde ahí partieron en teorías sobre la serie de Tweets que ha hecho BG.5 durante la última semana y el día en el que aparentemente todos estuvieron desaparecidos y reunidos en casa de mi hermana Eva – día de la boda – hay mucha más evidencia y de verdad son impresionantes, mi admiración total para ellos.

Desde que hicimos la transmisión en vivo, los mensajes de odio han disminuido, no desaparecen del todo, pero ya no me siento tan acosada y presionada porque es más fácil fijarse en la abundancia de las buenas palabras y deseos. Siempre que entro a mis cuentas en redes sociales me encuentro con un sinfín de etiquetas de artículos para bebés, personas fusionando mi rostro y el Andrew para saber cómo será a quién llaman Bebé Landrew y sugerencias divertidas sobre los nombres.

Con este chisme corriendo sobre la posible boda, me topo con tweets muy divertidos e imágenes editadas que me hacen gracia, también tengo muchísimas menciones debido a un tweet de Isla que dice: "Todos sabemos que él no es así ¿Hasta cuándo vas a cambiarlo?" y tengo que admitir que a mi vena malvada le encanta ver múltiples respuestas pidiéndole que lo supere o que lo deje en paz, porque no hay que ser un genio para saber que se refiere a Andrew.

Por supuesto que aún hay almas perdidas apoyando la conducta de Isla porque creen en sus palabras erradas muy bien redactadas o que supongo me detestan lo suficiente para preferir seguirle la locura que aceptar que Andrew esté conmigo, pero la mayoría se desligan de ella puesto que hace semanas se "filtró" que la cuenta que inició la horrenda campaña en nuestra contra había sido creada por ella, Andrew incluso pidió amablemente que no le enviaran odio, pero internet es un lugar lleno de cosas positivas y negativas, supongo que nadie se salva de ser expuesto a ello.

Sin embargo, supe que empezó a ir a terapia, esperemos y eso dé sus frutos aunque basándome en su tweet aún le queda un largo recorrido.

Pero ¡Basta de Isla! Ese es el último pensamiento que espero dedicarle, porque la verdad es que prefiero sonreír pensando en lo que fue mi boda. Tengo que admitir que para ser alguien que pocas veces pensó en el matrimonio, paso mucho de mi tiempo viendo las fotos y sonriendo, para mí fue una celebración perfecta. Sé que todos la pasaron bien y aunque aún no superan que fueron emboscados, de tanto en tanto alguno me escribirá "buena fiesta sorpresa" y me hará llegar alguna foto desconocida de ese día.

Mi foto favorita es justo la que se encuentra ahora en un portarretrato en la mesita de noche: Andrew abrazándome desde atrás y ambos viéndonos mientras reímos, parece una locura que actualmente sea una mujer casada y que de hecho eso me guste.

Mi otra cosa favorita de esa noche fue la "luna de miel" que en realidad fuimos Andrew y yo haciéndolo en varias partes del apartamento. Amé la manera en la que sus dedos se deslizaron por mi piel en tanto me quitaba el vestido, cómo se estremecía cuando lo desnudaba y una vez más confirmé cuánto amo arrodillarme para él. La primera vez que estuvo dentro de mí estando casados cómo siempre susurró palabras sensuales y sucias, pero también dijo cosas dulces que por un momento me hicieron cuestionarme si se trataba de un sueño, pero la forma en la que lo sentía en mi interior, en la que nuestros cuerpos sudados se deslizaban y el intercambio de miradas, me recordaba que esta esta es mi realidad.

No hemos tenido una luna de miel convencional, pero pasamos la primera semana encerrados en el apartamento teniendo sexo, viendo películas, cocinando, haciendo juegos ridículos sobre cosas que no sabíamos del otro, descubrimos nuevas manías y aprendimos mucho de todas las cosas de nosotros que conoceremos en este largo comino. Hubo muchas nauseas matutinas, antojos sin sentido y deseo desenfrenado. Andrew comenzó a enseñarme francés y yo algunas cosas en japonés; así que si bien es cierto que no volamos a otros país u otra ciudad, fue una luna de miel bastante especial, nuestra pequeña burbuja e incluso cuando seguíamos estando aquí, Andrew tuvo sus siete días libres de la misma manera en la que los otros miembros de BG.5 cuando viajaron de luna de miel; yo solo conseguí cuatro días con la empresa japonesa, pero el trabajo fue poco los días restantes.

No descartamos la idea de viajar quizá en unos meses antes de que me ponga enorme, pero en donde el embarazo tampoco esté en el primer trimestre, el doctor dejó en claro que no podía viajar por ahora y nosotros obedecemos porque queremos que este embarazo sea tan tranquilo cómo se pueda.

Termino lo que resta de mi bebida justo en el momento en el que Andrew gira para estar boca arriba, cubrirse parte del rostro con el brazo y enseñarme cuán entusiasmado despierta cada mañana.

Paseo mi mirada desde los labios que se encuentran a la vista, deslizándome por su cuello, pecho y abdominales y terminando en donde ya se encuentra duro y despierto.

—Sé que estás despierto y solo quieres presumir tu maravilloso cuerpo —digo, dejando el teléfono a un lado y simplemente viéndolo.

Pasan cinco segundos antes de que se ría por lo bajo quitándose el brazo del rostro para verme con ojos adormilados. Me examina durante largos segundos, notando que estoy duchada, que no estoy vomitando y que me encuentro de buen humor.

—¿Cuánto llevas despierta?

—Dos horas, hoy no tuve nauseas matutinas ¡Hurra! Y me hice el desayuno ¡Doble hurra! Y me puse al día con lo que se dice de nosotros ¡Triple hurra!

—¿Quiero saber lo que se dice de nosotros en internet? —pregunta, estirándose hacia la mesita de noche y tomando su teléfono.

—Teorías muy acertadas sobre que nos casamos. Pienso que podríamos compartir una foto de ello y hacerlos felices, quiero hacerlo.

—Es una buena idea, pero seamos amables consultándolo con Max primero —bosteza al terminar de hablar.

Lo veo mantener la vista en el teléfono en tanto ubico una mano sobre su muslo y su mirada se desplaza hacia mí con lentitud.

—Me gustaría ir por el resto de mis cosas hoy en casa de Eva, queda muy poco por trasladar.

Hemos estado mudando mis pertenencias muy lentamente, no por falta de ganas, pero si por falta de voluntad cuando nos distraemos de otras formas.

—Tendríamos que ir durante la mañana, tengo reunión sobre la agenda de la banda al mediodía.

—Sí, por eso te lo menciono ahora —Desvío la mano rozándolo con el dorso, enarca una ceja—. También necesitamos lavar la ropa, no quiero que otros laven y vean mis bragas, no podemos seguir acumulando la ropa sucia.

»Así que aquí llega la parte importante: alguien tendrá que lavar y al otro le tocará limpiar la cocina en su totalidad, no queremos gérmenes. No estoy en contra de la tintorería para la ropa que necesite ser planchada, porque odio hacerlo y la despensa se está quedando sin comida. Ah y esta cosa de la luz con los aplausos en esta habitación no es amigable con el ambiente, hagamos un cambio sobre eso.

—¿Me dices todo esto mientras comienzas a masturbarme cómo una táctica "sutil" de que ceda a todo? —pregunta, bajando la vista en donde mi mano baja y sube sobre su dureza.

—¿Funciona? —Sonrío.

—¿Por qué no puede venir alguien de limpieza cómo siempre?

—¿Es de tu confianza?

—Lleva años viniendo, no me fallaría.

—Bien, pero nadie lava nuestra ropa más que nosotros.

—Tú lavas, yo doblo.

—Uhmmm —Lo aprieto en mi mano—, mejor que sea rotativo.

—Hecho —Levanta las caderas.

La verdad es envidiable que pueda ser coherente cuando tiene el rostro sonrojado y está bastante duro entre mis dedos, incluso gotea.

—Ahora, sobre nuestros alimentos, nosotros haremos nuestras compras y estoy cansada y aburrida de hacerlo por internet. Seamos incognitos y hagamos algo tan cotidiano cómo eso.

—De acuerdo.

—¿Solo me das la razón porque te estoy tocando?

—Puedes pedir lo que quieras en este momento y diré que sí, Leslie.

—Me encanta este matrimonio, mi esposo es muy comprensivo —Sonrío.

Bajo la vista hacia mi mano sobre él y luego cambio de posición, para poder inclinarme y dejar besos sobre él.

—Sobre la luz con los aplausos —Hablo contra su punta y maldice.

—Lo que quieras, Leslie, pero méteme en tu boca, digo que sí a lo que sea.

Rio por lo bajo antes de abrir mi boca y escucharlo gemir. ¿Qué cómo marcha nuestro reciente matrimonio? De maravillas, nada más mira cómo se llevan a cabo nuestros acuerdos sobre las tareas cotidianas del hogar.

***

28 de mayo, 2016.

—¿Pero te sientes bien? —pregunta Elanese una vez estamos dentro del ascensor.

—Lo estoy, las náuseas son normales, Ela, el primer trimestre no es fácil, pero para el cuarto estaré bien.

—Pero sentías vértigo. Con tu anterior embarazo tu bebé no te odiaba tanto.

—Mi bebé no me odia —Me rio—. No seas paranoica, es normal.

—Lo siento, es que estoy tan entusiasmada con nuestro bebé que me pone nerviosa el más simple malestar.

Las puertas del ascensor se abren y antes de salir del edificio, paso por recepción preguntando por el correo del apartamento. Todo el personal ya sabe que vivo aquí, me tratan como a una propietaria más por lo que no dudan en darme toda la correspondencia. Finalmente cambié mi dirección domiciliaria por lo que Eva ya no tendrá que encargarse de traérmela.

Mi hermana mayor está feliz por mí, pero también bastante nostálgica sobre haberse quedado viviendo sola, ella estaba acostumbrada a mi compañía y ahora que le bajó un poco el ritmo al trabajo tiende a tener más tiempo libre para estar en casa, me hago una nota mental de pasar más tiempo con ella.

—¿Conduces? —Le pregunto a Elanese arrojándole las llaves antes de que responda.

—Mi profesor me ha enseñado muy bien, me premia cuando lo hago bien.

—¿Con sexo? —pregunto alzando de manera sugestiva las cejas.

—Solo diré que Dexter es bueno recompensándome, me gané mi licencia muy bien.

Riendo camino detrás de ella hasta en donde tengo estacionado mi auto, ese que Elliot regaló a Eva y ella me dio de forma temporal en un principio, pero que de hecho ahora estoy pagándole poco a poco porque le tengo especial cariño, me encanta y creo que puedo hacer funcionar tres sillas de bebés atrás en tanto conduzco con cuidado.

Estoy abriendo la puerta del auto cuando mi mirada conecta con un hombre con el cabello rubio platinado y ojos oscuros, tiene un montón de barba que aunque está pintada resalta algunos tonos más oscuros, él parece indeciso. Me da la impresión de que quiere acercarse o que esto es infinitamente incómodo.

—Disculpa —dice finalmente dando pasos hacia mí.

Estoy nerviosa porque no sé quién es y desde que mi rostro se la pasa en redes sociales, da la impresión de que todos parecen conocerme, pero nunca sé cuáles son sus intenciones.

—¿Si?

—¿Eres la esposa de Andrew Wood?

Mi matrimonio fue confirmado hace cinco días con una publicación de la foto exacta que Andrew y yo tenemos en nuestra habitación y con una que otra foto que los invitados compartieron tras hablarlo con nosotros. Cuando vi las fotos, me enamoré una vez más de nuestra boda y aunque todo lo asociado con ella me encanta, en este momento me siento muy insegura al respecto.

—¿Quién desea saber? —respondo.

—Sí, eres tú, te vi en fotos.

Elanese, que ya había subido al auto, baja nuevamente e intercambia una mirada conmigo.

—¿Podemos ayudarlo en algo? —pregunta, pero la conozco demasiado para detectar la incertidumbre debajo de su tono amable.

El hombre no quita la mirada de mí y da un par de pasos antes de detenerse y sacudir la cabeza. Parece desorientado, agotado e incluso desesperado y sé que la desesperación nunca es un buen presagio.

—Debe dejar de buscarme —Me dice viendo de manera nerviosa alrededor—. Necesita detenerse.

—Leslie, creo que deberíamos subir al auto e irnos.

—De acuerdo, entregaré el mensaje a Andrew de que no lo busque más, solo necesito saber a nombre de quién —Intento sonar tranquila y firme.

—Solo dile que deje de buscarme, no quiero problemas. Quiero que se aleje, solo quiero paz.

—De nuevo ¿De parte de quién doy el mensaje?

No responde, en lugar de ello gira y comienza a alejarse. Lo sigo con la mirada hasta que su espalda se hace una imagen muy lejana antes de volver la vista al sistema de seguridad de la residencia.

—Recuérdame decirle a Andrew que pida echar un vistazo a las imágenes de seguridad, por favor —Le pido a Elanese—. No sé quién es ese hombre, pero algo se sentía...Mal.

—Se sentía aterrador, ahora sube al auto.

No replico y lo hago aun sosteniendo la correspondencia en mis manos en tanto mi hermana poner en marcha el auto para dirigirnos al estudio en donde BG.5 se encuentra grabando un par de canciones que no han sido tan fáciles de componer para su próximo álbum.

—Creo que su rostro me suena, pero toda esa barba y el cabello rubio no lo ubico —comento.

—Me puso de los nervios.

—Me asustó su desesperación, eso nunca es bueno —Bajo la mirada a la pila de correspondencia revisando sobre tras sobre y deteniéndome en uno con caligrafía corrida.

"Para mi hermanito... No la leas frente a mí."

Trago, acomodándola entre los otros sobres con la impresión y conmoción de una carta tan inesperada, si es que se trata de lo que creo que es.

—¿Todo bien? Te has quedado en un silencio repentino.

—Sí, solo algo inesperado —murmuro viendo por la ventana, pensando en que ese sobre es para Andrew.

La conversación es divertida mientras pasamos por un restaurante a retirar la comida que ya ha sido encargada y que nos comprometimos a llevarles; estoy totalmente agradecida de que los olores de la comida dentro del auto no me generen arcadas, ayuda el tener las ventanas abiertas. No tardamos en llegar al estudio e incluso un poco perturbada por los últimos acontecimientos, tengo tiempo de echarle un ojito a Peter que se encuentra de pie afuera de la entrada y nos saluda con la mano antes de que rechacemos su ayuda para llevar las bolsas con comida.

—Él es tan maravilloso —murmuro y Elanese tira de mi brazo.

—Para con lo de babear sobre Pet —Me sisea y yo sonrío.

—Solo lo comento.

Es fácil identificar en dónde se encuentra BG.5 por las risas y voces elevadas las unas sobre las otras, supongo que están haciendo una pausa de las horas de trabajo.

Andrew me ha comentado que el proceso creativo de este álbum ha sido intenso, de la misma manera en la que ha sido el organizarse, pasan más tiempo en el estudio y también demasiado tiempo desechando ideas que no terminan de gustarle a todos y estos hombres se aman, pero incluso en las mejores familias a veces existen las diferencias y desacuerdos.

Sin embargo para mi tranquilidad, la conversación parece girar en torno a otro tema.

—¿Por qué nos debería importar tu opinión? —Escucho la voz de Doug— ¡Fue nuestra idea!

—Él tiene jodidamente razón, papi Max. Es nuestra idea y la empleamos cómo queremos.

—Solo pienso que eso es demasiado grande —señala Max.

—Solo pienso que la quieres acaparar para ti —Se escucha la voz de Ethan.

—Debes saber mucho de eso, Ethan —Le responde Max.

—No me ofende tu declaración. Pero recalco el hecho de que la quieres acaparar para ti.

—Tiene derecho a quererla para él ¡Se le rompe el corazón porque se le va! —grita Doug.

—Si se toman un momento de escucharme —corta Harry—, verán cómo podemos llegar a un acuerdo.

—¡Todo está clarísimo! —Lo corta ahora Doug.

—¿Y por qué Andu bebé jodidamente no habla?

—Porque no me apetece gritar, tengo hambre y me queda poca energía para discutir una tontería que me parece tan clara.

»Se le hace una fiesta de despedida a Allen días antes y así Max tiene oportunidad de pasar tiempo con ella los días restantes sin que estorbemos.

—¡Eso trataba de decir! —Hace saber Harry.

—Ah, eso tiene sentido —Vuelvo a escuchar a Ethan.

—Lo apruebo —acuerda Doug—, pero insisto en que él tiene que desligarse y relajarse. Esta fiesta es de Dexter y mía, si papi Max se involucra solo lo hará estresante.

—Todos sabemos que la rubia no está diciendo una maldita mentira, sin ofender, papi Max.

—Si yo no superviso, cualquier locura puede ocurrir.

—¡Lo que lo hará aún mejor! A Allen le encantan las locuras, es de las nuestras —Nada apaga el entusiasmo de Doug.

—Tienes que aceptar que la idea ha sido de ellos —Trata de mediar Harry—. Tienen derecho a hacerlo a su manera, Max.

—¡Hagan lo que quieran! Siempre lo hacen —concluye Max con tono exasperado.

—Y lo seguiremos haciendo —Se ríe Doug en tono satisfecho.

—Comida entrando —anuncia Elanese.

—Ah, sí, ahí viene entrando lo que jodidamente me quiero comer, mi copo de azúcar.

—Mantenlo apto para todo público, Dexter —Me quejo entrando detrás de Elanese y encantada de que de inmediato nos quitan las bolsas de las manos.

Supongo que verdaderamente estaban hambrientos teniendo en cuenta que Max es el único en saludarnos antes de salir asegurándome que no tiene hambre mientras los demás ya se encuentran dividiéndose la comida.

—¿Hicieron enojar a Max? —pregunto dejándome caer en el sofá de tres plazas.

—No, él solo está estresado y algo ¿Sensible? Con todo el tema de que Allen se va —responde Harry dejándose caer a mi lado con un plato de comida en las manos—. Es demasiado terco para admitir que le afecta y que ella es más que "una amiga casual."

—Pensé que sería cómo en las novelas que la chica se queda —digo—, pero entiendo que en la vida real hay responsabilidades y ella tiene contratos con los que cumplir, además, si dicen que es casual, supongo que lo es.

—Incluso si no lo parece —dice Ethan sentándose frente a mí.

No se vuelve a hablar de ello, pero tampoco hay silencio teniendo en cuenta que Doug se está quejando de que alguien tomó su bebida favorita y que Dexter está maldiciendo que no hay suficientes cubiertos y lo obligan a comer cómo "una maldita bestia con las manos", para cuando toda la faena termina, Andrew ya está sentado a mi lado comiendo, no me ofendo por la falta de saludo, me queda clarísimo que en este momento alimentarse es una prioridad, sin embargo eso no me impide pasarle una mano por el cabello y es gracioso que deja de masticar para voltear a verme.

—Ow, pobre bebé —Finjo la voz chillona de una novia melosa—, tiene hambre ¿Mi amorcito tiene mucha hambre? ¿El amor de Leslie tiene hambre?

—Se me va a ir el apetito —asegura Ethan.

—Sí, eso es jodidamente raro, Leslie. Déjalo comer.

—Pero es mi bebé, mi bebé hermoso —Le doy un beso sonoro en la mejilla.

—Para —Me pide Doug sonriendo—. No seas rara.

Sonriendo dejo que Andrew continúe comiendo en tanto escucho cómo hablan de tonterías entre ellos, supongo que es un mecanismo para relajarse cuando las cosas se ponen demasiado intensas. Dexter es especialmente bueno bromeando sobre que el baby shower del tercer bebé Karry parecía de la realeza y tengo que admitir que fue bastante impactante, la decoración era preciosa y Kae fue tratada cómo a una reina.

Aunque los invitados fuimos el círculo cercano – así lo llamaron ellos – la abundancia de los regalos de calidad fue bastante buena, sin embargo ellos hicieron saber que estaban agradecidos, pero que teniendo en cuenta que su bebé era afortunado de no tener carencias, los regalos serían donados a madres o padres que lo necesitasen para sus bebés, lo que me parece un buen gesto, además luego supe que ellos se encargarían de comprar algunos regalos más para donar.

No revelaron el nombre del bebé, de hecho se inició una nueva apuesta para ello en la que estoy segura que todos vamos a perder si me baso en lo que han contado sobre la elección del nombre de Halle.

—¿Qué hay de ti? —Me pregunta Harry a mi lado cuando ha terminado de comer—. ¿Qué te dice tu intuición que será tu bebé?

Mi intuición ni siquiera me decía que serían tres así que no confío en ella.

—Aun esa intuición no me habla, tal vez porque es muy pronto —respondo.

—Niña —apunta Doug.

—Niño —dice Dexter—, en realidad, aun no sé, tengo que ver cómo evoluciona ese embarazo para asentar bien mis apuestas. Cocina bien a ese bebé, Leslie.

—Por supuesto, lo cocinaré bien para ti.

—¿Al menos sabemos el tiempo real del embarazo? ¿O es también una táctica de dar a luz en dos semanas y tomarnos por sorpresa?

—Suena cómo un reproche, Ethan —Le sonrío.

—Porque lo es, qué bueno que no te perdiste la intención —Me guiña un ojo antes de girarse hacia Dexter—. Así que sobre ese estribillo, pienso que podemos modificarlo y hacerlo mejor, no me gusta cómo suena hacia el final...

Y comienzan una profunda evaluación sobre por qué debería cambiarse y por qué en parte debería conservarse. Aprovechando que Andrew termino de comer, me inclino para que pueda escuchar mi susurro.

—Tengo algo que contarte y correspondencia importante para ti en el auto —Hago una pausa pensando bien qué decir—. Creo que necesitas revisarla.

Me ve como si evaluara la magnitud de mis palabras y luego asiente.

—Una hora más y podremos irnos ¿Puede esperar o necesitas que corra? Porque correría.

—Puedo esperar una hora, amor —Le doy otro beso en la mejilla.

Estoy un poco asustada de su reacción hacia la carta y aún bastante escéptica sobre el hombre que me dejó el mensaje de que se alejara ¿De qué debe alejarse Andrew?

—Bien —Me sonríe— ¿Qué tal has pasado el día?

—Nauseas intensas que preocuparon a Ela y un poquito mareada, pero bien. Adelanté trabajo en el blog y lavé la ropa, te toca doblarla.

—Parece justo —Se ríe.

—Y debes hacerte cargo del desorden que dejaste en la habitación.

—Te quejas demasiado —Sonríe y frunzo el ceño.

—No me estoy quejando, estoy señalando hechos que necesitan ser escuchados.

—Claro.

—Qué molesto —Le hago saber y rueda los ojos con diversión haciendo que termine por sonreír y me alivie solo un poco del resto del día que nos espera.

***

Andrew está tarareando una canción mientras conduce mi auto hacia el apartamento, el plan es ir después a ver a sus padres, pero cuando lo veo ya estoy lamentando que podría cambiar su estado de ánimo porque decido hablar.

—Algo pasó cuando estaba saliendo del edificio para ir al estudio.

—¿Qué quieres decir con algo?

—Un hombre luciendo muy ansioso apareció y me preguntó si era tu esposa, pero respondió por mí y entonces comenzó a hablar sobre cómo debes parar de buscarlo, que tienes que dejarlo en paz. Pregunté quién era, pero nunca respondió.

Me da un rápido vistazo y noto el cambio en su cuerpo, la manera en la que se tensa y sus dedos se aprietan al volante.

—¿Te atacó?

—No, mantuvo la distancia.

—¿Dices que pedía que lo dejara en paz?

—Sí, parecía desesperado ¿Tienes idea de quién podría ser? ¿Estás metido en algo que deba saber? No puedo quitarme esta sensación de preocupación.

—¿Cómo lucía? —pregunta y me doy cuenta de que no me responde, pero procedo a darle la explicación del aspecto físico y su ceño se frunce.

—No conozco a nadie con esas características físicas y mucho menos lo estoy buscando.

—Pensé que podrías revisar las cintas de seguridad, tal vez as{i te ubiques mejor —digo, viendo cómo entramos a la residencia.

—Lo haré ahora porque esto parece muy confuso, te preocupa y yo no entiendo de qué va. Necesito saber quién es esta persona o investigarlo, procurar que no se acerque o entender de qué se supone que lo busco.

—Y sobre la correspondencia... —Comienzo cuando termina de estacionarse a la perfección.

—La veré cuando suba —Me da un beso rápido en la boca— ¿Me esperas en casa mientras reviso la cinta de seguridad?

—Preferiría ir contigo.

—De acuerdo.

Me alivia que no sea un obtuso diciéndome que quiere protegerme y enviarme arriba, en lugar de ello me ayuda a dejar los sobre dentro de mi bolso, se lo cuelga al hombro y me toma de la mano en tanto caminamos a la oficina principal en donde se gestionan este tipo de casos y no hay muchos peros a la hora de dejar que observemos la cinta seguridad cuando Andrew les hace saber que hubo una presencia sospechosa.

No soy tan precisa con la hora de la visita, pero tras ver minuciosamente la pantalla, señalo el momento preciso en donde me visualizo y el sujeto aparece. Mejoran el Angulo de la cámara y hacen pausa.

—¿Lo conoces? —pregunto nerviosa viendo al hombre una vez más.

—No lo creo, pero acerca la imagen un poco, por favor —Lo hacen—, avanza unos segundos...Un poco más... ¡Ahí!

Se acerca a la pantalla y observa con fijeza el rostro un poquito borroso, pero los rasgos aún se visualizan. Unos largos segundos pasan cuando Andrew palidece y luego veo cómo las orejas se le ponen rojas.

—¿Andrew, qué pasa? ¿Lo conoces?

No me responde, en lugar de ello saca el teléfono y marca algún número. Arrastra una silla con rueditas hasta mí y me asiente para que tome asiento, desconcertada lo hago en tanto mantiene la vista fija en la pantalla ignorando a lo demás.

—Sí, soy Andrew Wood, hay nuevas noticias. Él estuvo aquí, el asesino de mi hermana estuvo aquí.



Perdón si el capítulo tiene errores, pero hoy ha sido un día complicado y precisamente editar me ayudó a despejar la mente, pero quizá se me escapó algo.

Mañana subo el capítulo que sigue, ya está escrito, solo me queda editarlo.

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