Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Cincuenta

Capítulo cincuenta.


Finalmente encontré la fuerza y voluntad para venir a ver a Andrew Wood.

No nos vemos desde el funeral de mi hijo, cuando su presencia atrajo a la prensa que luego escribió artículos hirientes de Arthur cómo un moribundo, pero yo no lo culpo, sé que esa nunca fue su intención.

Estamos rodeados de más personas incluso me duele ver al pequeño hijo de Harry Jefferson, pero enfoco mis ojos cansados en Andrew.

—Esto es breve, Andrew. Solo pensé que no fui justa en agradecerte todo lo que hiciste por Arthur—Trago, intentando encontrar fuerza para el resto de mis palabras—.Gracias por darle esa gran sonrisa incluso hasta su ultimo día, cuando te escribí no esperé que realmente hicieras todas esas cosas por él, lo hiciste tan feliz, y también a mí. Si él era feliz yo también lo era.

»Todos esos fotógrafos me hicieron sentir furiosa y herida, pero he tenido mi tiempo de reflexión sabiendo que no es tu culpa, es tu vida y lo respeto, eso no quita que hayas sido una persona maravillosa con Arthur—Acepto el pañuelo que Elanese me da cuando mi voz se quiebra y las lágrimas comienzan a caer—. Realmente gracias, siento que nunca podré agradecerte lo suficiente. Aun cuando siento este gran agujero en mi pecho, toda esta tristeza y vacío, sé que hiciste que mi bebé fuera feliz, un email no es justo para agradecerte por eso—Veo a los demás, tan agradecida del momento que le dieron a mi bebé—. A todos ustedes gracias, se tomaron el tiempo de verlo.

—Cumplieron su deseo—murmura Elanese—, cumpliste su deseo, Andrew, todos estamos agradecidos por eso.

Lo veo presionarse los dedos en los ojos, cómo si controlara sus lagrimales y eso a mí me llega hondo. Quisiera abrazarlo.

—Lo dije aquella vez, yo no fui su héroe Leslie. Su heroína fuiste tú, la mujer que luchó con él incluso hasta el final y que fue lo suficiente valiente para dejarlo ir—murmura suavemente haciendo que el nudo en mi garganta crezca—. Gracias por haberme permitido conocerlo.

Exhalo con lentitud antes de acortar la distancia entre nosotros, levantarme sobre las puntas de mis pies justo cuando él baja y nos abrazamos.

Es cálido y de alguna manera me hace sentir consuelo, también derramo lágrimas y lo abrazo con la misma fuerza que él me devuelve. Tal vez creamos algún tipo de conexión, para mí siempre será más que el héroe de mi hijo y siempre lo recordaré cómo más que un miembro de BG.5.

—Eres increíble —murmuro— y ojalá la vida me dé la oportunidad de algún día reencontrarme contigo y poder decirte que estoy bien.

Él asiente o al menos así lo siento mientras me abraza con más fuerza.

—Y que eres feliz, eso me gustaría.

—A mí también. Gracias, Andrew.

—Gracias a ti —susurra en mi oreja—. No quiero soltarte.

Sonrío porque también me gustaría quedarme envuelta en la comodidad de sus brazos, pero el mundo real me espera y debo enfrentarlo.

Sin embargo, lo abrazo por otro poco más y podría durar minutos, pero una bonita mujer aparece buscándolo y yo retrocedo, preguntándome si algún día nos reencontraremos y podré decirle que estoy bien y feliz.


30 de noviembre, 2016.

Quince días desde que somos cinco integrantes en esta pequeña familia.

Quince días de tres dulces caritas que nos hacen suspirar y nos enamoran día tras día.

Quince días de ver la manera en la que van descubriendo el mundo y nosotras a ellas.

Pero también quince días de horas de sueños escazas y terribles.

Quince días de llantos sin control, vómitos, montones de pañales sucios, nosotros con ropa apestosa, baños fugaces y llantos adultos por el estrés, pero sabíamos que no todo seria bonito y que no sería sencillo.

Pero ¿Tres bebés? Ethan tenía razón, es demasiado.

Pero las amo tanto, incluso si ahora estoy con los ojos llorosos sosteniendo a una bebé en cada pecho en tanto Andrew le da biberón, con la leche que me extraje más temprano, a la tercera. Son las tres y cuarenta de la madrugada, solo hemos dormido dos horas... Algo que se ha vuelto común, máximo unas casi cuatro horas y solo si tenemos realmente suerte o se despiertan por separado y nos turnamos.

Bajo la vista a la bebé que libera mi pezón y bosteza antes de verme sin ninguna intención de dormirse.

—¿Quién eres? —Le pregunto sonriendo y con los ojos llorosos debido a mi agotamiento físico y mental—. ¿Heaven, Moon o Love? Mamá tiene demasiado sueño para descubrir qué letra eres.

Un grito de enojo antes de que comience a llorar me hace ver a Andrew dejando el biberón sobre la mesita de noche y llevándose la bebé enfadada contra el pecho para ayudarla a liberar los gases.

—Sin duda alguna ésta es Camille —Me dice antes de bostezar—. Es la más llorona, no es que sus hermanas no lo sean y se queja siempre que se le acaba la comida.

—Si tienes a Love entonces tú eres... —Entrecierro los ojos hacia la bebé que se dedica a verme— Moon ¿Verdad que sí? Moon estaba vestida de azul, entonces eres tú, no me engañarás.

Moon vuelve a bostezar y con cuidado la pongo boca abajo en mis piernas en tanto doy toquecitos en su espalda para liberarle los gases mientras Heaven continúa comiendo y quedándose dormida nuevamente en el proceso.

Me duele la cabeza y el cuello también, pero veo a Andrew que canta en voz suave mientras le saca los gases a la bebé que por fortuna parece estarse durmiendo. Moon libera tres gases y Heaven definitivamente se ha quedado dormida con mi pezón en la boca, así que espero hasta que Andrew deja acostada a mi lado en la cama a Love, que de hecho decidió que es mejor luchar con el sueño, y toma a Heaven para sacarle los gases pese a que está dormida.

Me subo el camisón para cubrirme las tetas ahora que ya no tengo a dos bebés pegadas a mis pezones y alzo a Moon que se encoje bostezando. La veo bien antes de entrecerrar los ojos.

—Oye, no eres Moon cómo creí, eres Heaven, pero ¿No vestí a Moon de azul? —Me pregunto a mí misma antes de besarle una mejilla.

Pero al final decido hacer trampa y veo hacia la delicada pulsera de oro que dice su nombre, regalo de sus abuelos Wood y sí, es Heaven, entonces Andrew sostiene a Moon. Me volveré loca porque aún no puedo diferenciarlas si usan gorritos, al menos no ahora que están pequeñas y a veces confundo de qué color o con qué ropa vestí a cada una.

Andrew regresa para sentarse a mi lado tras agarrar nuevamente a Love, pero se paraliza antes de olisquear y terminar haciendo una mueca, yo también percibo lo que ha sucedido.

—Necesita un cambio de pañal urgente —dice, alejándola de su pecho y maldiciendo cuando al voltearla descubre que la parte inferior de su pantaloncillo blanco ahora tiene manchas sospechosas que llegan hasta su espalda.

»¿Por qué, Love Camille? ¿Por qué me haces esto en la madrugada? —La cuestiona y la bebé frunce el ceño antes de comenzar a lloriquear, una advertencia de que podría ponerse peor—. Y ahora lloras haciéndote la víctima, queriendo hacerme sentir mal por estresarme ante la manera épica en la que te has llenado de mierda hasta la espalda.

—¡Andrew! —rio por lo bajo y Love no lo soporta más, comienza a llorar.

—Tienes demasiado carácter para tan solo tener quince días de nacida —Masculla antes de ponerse de pie y sostener a la bebé frente a él cómo a una bomba, eso la enfurece—. Te amo, pequeñita, pero a papá hoy no lo llenarás de mierda.

»Enfádate si quieres y desarrolla tus pulmones al llora, pero hoy no me harás tal gracia.

Lo veo salir de la habitación, dándole un gran sermón a nuestra pequeña que lloriquea, para ir a la de al lado en donde se encuentran los pañales y el cambiador.

—Amo locamente a tu papá —Le susurro a Heaven antes de aspirar su olor—. Ustedes lo tienen envuelto en sus pequeñas manos.

Deslizando la punta de mi nariz por su mejilla, siento la calidez de su pequeño cuerpo y también contra mi pecho, me es imposible no sonreír, pero luego las lágrimas comienzan a caer y comienzo a llorar mientras sigo sacándole los gases.

Lloro con sorbidos de nariz e hipido incluso mi cuerpo se sacude con sollozos silenciosos para no despertar a Moon ni asustar a Heaven, si es que soy capaz verdaderamente de diferenciarlas. En este instante me siento abrumada.

Por un extraño segundo viajo en el tiempo y tengo quince años, sostengo a un bebé que llora en plena madrugada y yo también lloro por no saber que quiere. Solo que ahora tengo tres bebés, sé lo que hago, pero hay tres de ellas con diferentes demandas y necesidades que colisionan.

Así que tengo mi llanto silencioso y ya he dejado de sonreír, y es así cómo Andrew me encuentra cuando regresa teniendo a Love con un cambio de ropa y acunada en su brazo. Se detiene al verme.

—Leslie ¿Pasó algo?

—No —Lloriqueo.

—De acuerdo... —Deja a Love a mi lado en la cama y luego toma a Heaven que se ha quedado dormida—. Voy a acostarla.

Asiento aun llorando y pasándome el dorso de la mano por la nariz, volteo a ver a mi otra bebé que tiene los ojos muy abiertos en señal de que no tiene planes de dormir y lloro otro poco más, llevándome una mano al vientre cuando me levanto y me pican los puntos que mañana, o más bien en unas horas, posiblemente me retiren.

Para cuando Andrew regresa hacia mí, sin decir ninguna palabra en voz alta, me envuelve en sus brazos, brindándome todo su calor, comodidad y amor.

Cada abrazo de Andrew es inolvidable incluso los que ocurrieron hace unos años.

—Sé que estás abrumada y agotada, llora todo lo que necesites y quieras llorar, yo te sostendré y no te juzgaré.

Le tomo la palabra y lloro con más ganas.

Amo ser madre y estoy tan feliz, pero tener estos bajones debido al agotamiento es normal.

En un principio, los primeros siete días, tuvimos ayuda en las noches de Alana, pero sabemos que debemos adaptarnos a nuestra nueva vida y hemos tenido ocho días de llantos, pañales, insomnio y confusiones. Obviamente tenemos momentos maravillosos y muy buenos, muchísimos de ellos, pero no todo puede ser perfecto y llorar de tanto en tanto me hace sentir mejor, me ayuda a drenar parte de mi agotamiento.

Pasan los minutos y cuando mi llanto cesa, Andrew me limpia las lágrimas con el borde de mi camisón que ya debo de cambiar porque se me pasó la leche de los pechos hace un rato, luego me toma el rostro en las manos y me da un beso muy dulce antes de verme con esos bonitos ojos color miel que están rodeado de círculos purpuras e hinchados por falta de horas de sueño.

—¿Mejor? —Pregunta y asiento antes de que me dé otro beso— ¿Quieres que te prepare un baño?

—No, quiero que nos acostemos y durmamos un poco.

Asiente y mientras me cambio de camisón, poniéndome una de sus camisas, acomoda las almohadas cómo me gusta, así que cuando vuelvo me acuesto de mi lado de la cama, de costado al igual que él, con Love muy despierta entre nosotros. Ambos vemos a la pequeña que bosteza, pero sigue con los ojos abiertos.

—¿No piensas dormir? Porque nosotros sí que queremos hacerlo ¿Qué tal dormir un par de horas? —pregunto, acomodándole la manga de su pijama, ella hace un sonidito que parece un suspiro.

—Hagamos trampa —Me propone mi esposo con una sonrisa traviesa.

—¿Qué tipo de trampa?

Me guiña un ojo y lleva dos de sus dedos al tabique de la pequeña nariz de nuestra hija, acariciándosela antes de ir por el arco de sus cejas, sus mejillas y cantándole en voz baja y de hecho la bebé se adormece con las caricias, pero lucha tanto que al final Andrew se duerme primero y yo sonrío.

—Le ganaste a papá —susurro sentándome y cargándola antes de ponerme de pie y salir de la habitación.

La acuno en mis brazos, acostándola entre ellos y tarareando mientras camino hacia la sala, luego me siento en el sofá y la dejo sobre mi pecho dándole palmaditas en la espalda y no sé quién se duerme primero, pero cuando un par de horas después, un llanto viene desde la habitación, Love sigue profundamente dormida y yo siento que dos horas de sueño se sintieron cómo la gloria incluso si ahora siento que los pechos me reventarán por la leche.

Suspirando y sonriendo porque me siento un poco más descansada, veo a Andrew aparecer por el pasillo, bostezando y con una bebé en cada brazo, una de ellas llora enfadada y falta poco para que la otra también lo haga, lo sé.

—Vamos por otra ronda —Me dice con una risita y parpadeando para despejarse el sueño.

—Cambiemos.

Él suelta una risita antes de entregarme a una bebé, la que llora, y tomar a la que está dormida, esperar a que comience a amamantar a la que me entrego y sentarse a mi lado.

La bebé dormida esta acurrucada en su pecho desnudo y la despierta acunada en su brazo, sin prisas por comer. Él se recarga del respaldar y cierra los ojos, tomando profundas respiraciones entre sus labios y tarareando en voz baja para la bebé tranquila con expresión serena que parece muy a gusto en su posición actual.

Desplazo la mirada desde su cabello despeinado, sus ojeras, cuelo y torso desnudo, llevando mi vista especialmente el tatuaje en honor a nuestras bebés: una luna llena que dentro de ella tiene escrito Heaven y un corazón se enlaza con dicha luna, las letras están un centímetro abajo enlazadas cómo si se tratase de aros olímpicos: A, B, C. El tatuaje es grande, pero no necesita serlo para medir el amor de Andrew Wood por sus hijas.

Suelto un bufido medio risa que lo tiene abriendo un ojo y ladeando el rostro para verme.

—¿Qué pasa? ¿Qué me perdí mientras cerraba los ojos?

—Nada, solo me ría de mí misma porque casi me pierdo la oportunidad de darle a mis hijas el mejor papá. Si mi respuesta hubiese sido diferente no tendría esta magnífica vista ahora.

—Tampoco estarías tan cansada.

—Pero soy feliz —Le sonrío y estiro una mano para acariciarle la mejilla con rastro de barba.

Andrew siendo él, gira el rostro y me besa la palma de la mano.

—Yo también soy feliz.

—Te dije que nos reencontraríamos un día y te diría que estaba bien y feliz.

—Y aquí estamos —abre el otro ojo y me sonríe—. Aquí estaremos, amor.

***

11 de diciembre, 2016.

—Es un excelente regalo de cumpleaños, Moon ¡Es maravilloso! —digo con sarcasmo y escucho a Andrew liberar una risita.

»¡No es gracioso, Andrew! ¡Esto apesta! Apesta literalmente.

—Perdona, pero a mí mis hijas en el lapso de un mes me han cagado encima unas cinco veces, es mi turno de reír.

—¡Pero no lo hicieron en tu cumpleaños!

—Porque aun no llega tal día, pero ya me lo espero, cagar a papá debe ser el deporte más divertido entre los bebés en estos tiempos.

No quiero reírme, pero al final termino haciéndolo y él niega con la cabeza antes de sonreírme.

—Una suerte que viniste preparada —Es lo que dice para consolarme.

Mientras termino de ponerme el vestido que reemplaza la bonita falda larga que había combinado con una camisa de tirantes, le doy una larga mirada y se encoge de hombros, moviendo hacia adelante y hacia atrás el coche en donde se encuentra Love despertando de su siesta, Heaven se encuentra en el jardín pasando de un brazo a otro.

Me paso una mano por el vestido floreado y me acerco a la bebé en el cambiador que ahora también se ha hecho pis mientras mueve sus manos y pies. La veo y sus ojitos conectan con los míos antes de que arrugue su nariz de una manera linda.

—No puedo enojarme contigo y vas a verme así y hacerme gestos lindos —Me quejo, tocándole las mejillas que ahora son más regordetas.

Suspirando, tomo un pañal nuevo que pongo de manera experta, podría hacerlo con los ojos cerrados, y le pongo otra ropa con la que se ve más adorable. Acomodo el lazo en la cabeza que Doug le ha puesto al llegar, para diferenciarlas, y la alzo besándole la mejilla antes de aspirar su olor.

—Cuánto te amo —Le digo llenándole la mejilla de besos antes de pasársela a Andrew.

—Ya no hueles a popó —Le dice Andrew sonriéndole y Moon se lleva una mano a la boca.

Recojo todo, arrojo el pañal sucio a la papelera y listo, no ha pasado nada, puedo volver a mi fiesta de cumpleaños.

Estoy cumpliendo veintiocho años y estoy en un momento de mi vida en donde finalmente he cumplido mi promesa a Arthur: soy feliz.

No tenía grandes planes de celebrar mi cumpleaños, me habría conformado con pasar el día en casa con las bebés y Andrew, pero BG.5 ama las fiestas de cumpleaños y la mía es solo una excusa para reunirse todos. Así que cuando Dexter me dijo que me organizaban una fiesta en la casa de Harry y Kaethennis, no tuve corazón para decir que no y entiendo que Andrew y yo no podemos vivir encerrados, las niñas necesitan salir.

El hecho de que son tres de ellas se hizo tendencia en redes sociales y el que por ahora ocultemos sus rostros, parece causar disgustos. Andrew se ha enfadado cuando al venir, fuera de la residencia, había fotógrafos capturando el rostro de nuestras hijas con flashes que las hicieron llorar. No es que no mostraremos sus dulces rostros pronto, pero no tenemos prisa por ello porque por ahora nos guardamos todas las fotos y momentos especiales, estamos disfrutándolo y aprendiendo, conociéndonos y descubriendo la dinámica de nuestra familia de cinco.

Mis puntos fueron retirados, mi herida se ha curado bastante bien aunque aún me incómoda y sé que debo tener cuidado; ellas están a días de cumplir un mes.

Ha sido una locura descubrir toda esta nueva dinámica, pero lo hemos conseguido. A veces lloro y hay días en los que Andrew parece que no tiene energía, pero disfrutamos cada momento y de alguna manera nos coordinamos para no dejarle demasiado al otro. Ellas están aprendiendo a dormir un poquitico más y en las tardes a veces conseguimos dormir más cuando alguno de nuestros amigos nos visitan y nos ayudan. Estoy de licencia por maternidad y Andrew trabaja desde casa, siempre que ellas lo permitan, lo tienen envuelto en sus pequeños dedos y de alguna manera siempre termina siendo más papá que músico trabajando.

Hoy hay muchas personas aquí celebrando mi cumpleaños, incluso Kurt, novio súper famoso de April, ha venido. En realidad todas esas personas son el conjunto de toda la familia BG.5 —faltan unos cuantos integrantes—, pero teniendo en cuenta que somos muchas parejas, descendencia y familia, el lugar está repleto.

—Volvamos a la fiesta —digo cuando he terminado, descubriendo que Love está despierta, pero que sorprendentemente está tranquila en el coche.

Me encargo de hacer rodar el coche mientras Andrew mantiene a Moon en sus brazos y apenas pisamos el jardín nos quedamos sin bebés porque Grace se lleva a Love y Doug a Heaven. Moon está llorando en algún lugar y cuando descubro en brazos de quién se encuentra, sonrío: el famoso abuelo Luca.

El peculiar señor mayor que conocí hace un par de semanas, lleva casi un mes de visita, se encuentra acunando a una llorona Moon mientras Alana, sentada junto a la abuela Kim, parece darle indicaciones.

—Con todo mi respeto, señora, sé hacerme cargo de un bebé —Le dice a mi suegra—. Esta niña lo que quiere es la teta de su mamá, por eso llora.

—Tiene razón —digo en cuanto llego.

—Tómala, tómala, antes de que me dejé sordo.

Riendo, tomo a mi pequeña y me siento en la silla que Andrew trae para mí antes de sacarme un pecho que la bebé comienza a acaparar de inmediato. Alana me sonríe y le devuelvo el gesto.

—Están tan bonitas —Me dice—. Son una mezcla de ustedes dos.

—¿Si? —pregunto sin perder la sonrisa.

Constantemente cambian de opiniones, un día dicen que se parece a mí y otro a Andrew, pero pienso que están pequeñas y es difícil saberlo, aun sus ojos no se definen y el cabello es algo que pronto perderán, por lo que muchas cosas todavía están por definirse.

—Dices que buscaron estos bebés, rubiecito, pero aún me quedan mis dudas de que buscarán exactamente tres —dice el abuelo Luca—. Al menos tú si sabías cómo ponerte un condón, solo que no quisiste hacerlo.

—Y no me arrepiento —garantiza Andrew sonriendo.

—Tantos bisnietos sanguíneos y políticos —suspira el abuelo Luca, pero alcanzo a ver su pequeña sonrisa—. Habrá que admitir que todos son bonitos, eso está bien, no quiero nietos feos.

—¡Luca! —Lo reprende su dulce esposa dándole un toquecito en el brazo—. Compórtate.

—Solo comparto una opinión.

—Una opinión grosera.

—Pero una opinión —sentencia viendo a todos los niños correr y jugar—. ¿Cuándo le cortarán los rizos a ese niño? ¡Ni siquiera puede ver!

»¡Harry! —el mencionado voltea a verlo ante su grito—. Córtale el cabello a tu hijo, ya parece un perro y no puede ver.

—¡Luca! —Su esposa se pone roja—. Sus rizos son hermosos.

—¡No lo dejarán ver! Ya se parece al niño bonito ese que corrompe a mi terroncito... ¡Eh! ¡Niño bonito!

Debido a que señala con el bastón, consigo saber que habla de Katherine que se encuentra hablando con Ashton y Jeremy. En efecto, Ashton tiene rizos porque su cabello ha crecido, pero se ve bastante bien y en efecto, él voltea ante los gritos.

—¡Córtate el cabello y ahómbrate!

—¡Abuelo! —Se queja Katherine.

—Alguien dele hierba al abuelo para que se relaje cómo en los viejos tiempos —grita Keith y muchos ríen lo que hace que el abuelo Luca frunza el ceño.

—No defino si me caía mejor cuando era un puto o ahora que decidió ser decente.

—¡Luca! No hables así de nuestro nieto.

—Me gustan los rizos de Ashton —comento y él me ve.

—No confiamos en tu criterio, tienes tres niñas y no duermes, tu razonamiento está mal.

—Maleducado —lo reprende su hijo que pasa por detrás de él.

—Por favor nunca cambies —Se ríe Andrew y el abuelo Luca le sonríe.

—No tengo tiempo de cambiar cuando pronto la muerte me arrastrará.

—Solo cállate —Le dice su esposa e incluso Alana ríe por lo bajo antes de ver con dulzura a Moon.

Las niñas han traído alegría a la vida de los padres de Andrew, no es que llenen un vacío o suplante el lugar de Ally, pero veo la manera en la que les brillan los ojos cuando nos visitan o los visitamos, cuando las sostienen o le susurran palabras. Aun llevan su dolor, pero no pierden la oportunidad de vivir la experiencia de ser abuelos.

Evan ha vuelto al trabajo, no falta a sus citas con el terapeuta de duelo y aunque aún tiene bajones y hay días en los que se siente fatal, poco a poco está retomando su vida, siguiendo adelante. Y Alana sigue horneando, de hecho hizo unas galletas decentes el día en el que le hice compañía y la supervisé paso a paso, no sabían mal, de hecho Andrew las comió y asintió para luego susurrarme que por favor la asistiera cada vez que ella quisiera hornear.

Es bonito ver el impacto que nuestras bebés hacen en los demás porque es positivo. Papá estuvo toda una semana con nosotros y se sintió cómo esos primeros días con Arthur, pero a la vez diferente, lloramos y también pasamos muchos momentos lindos. Eva y Elanese a veces parece que no saldrán del apartamento, pero son de ayuda durante las tardes y en cuanto a BG.5...

Bueno, depende de por donde lo mires. Doug siempre las está grabando y es extremadamente cariñoso, además siempre le dice Jeff cómo debe tratarlas y responde a sus preguntas, Harry a veces me hace sentir que mis hijas son prestadas porque cuando las carga siento que no me las quiere devolver, también le gusta tomarle fotos con Heath y esas fotos siempre me derriten. Dexter... Bueno, es Dexter, por supuesto que vive para cargarlas, darle biberón cuando tiene la oportunidad e incluso es experto y fan de cambiar pañales y en cuanto a Ethan, siempre las ve y les habla cómo si ellas lo entendieran, las carga cuando le vienen las ganas y es minucioso si les da el biberón, siempre tiene algún comentario listillo o algún tip que leyó.

Max es encantador, no esperaba menos, es capaz de calmarles el llanto y hablar por teléfono mientras envía mensajes o responde correos electrónicos, una vez le pregunté cómo lo hacía y solo se encogió de hombros.

La verdad es que estoy agradecida de toda la ayuda y amor que recibimos, no esperé que esta experiencia sería así de maravillosa y especial.

Me alegra tanto que mi alocado esposo me haya convencido de intentarlo, porque no dudo de haber sido capaz de sacar un embarazo sola y vivirlo de manera bonita con mi familia sanguínea, pero esta experiencia con la que ni siquiera soñé, me llena el pecho de amor.

Heaven deja de comer trayéndome de vuelta a la realidad y veo Alana.

—¿Quieres hacerte cargo? —Le pregunto y su sonrisa es inmediata en tanto la toma, la arrulla, se pone de pie y se aleja sacándole los gases.

—Gracias por eso —Se agacha Andrew para susurrarme en la oreja—. Se moría por cargarla.

—Nada que agradecer, solo hago tiempo para que mi esposo me saque a bailar en mi fiesta de cumpleaños.

Toda su respuesta es sonreír y tirar de mi mano, llevándome a un lado del jardín en donde sus manos descansan en mi cintura en tanto le rodeo el cuello.

—No esperaba que mis veintiocho años se sintieran así —digo viéndolo a los ojos.

—¿Eso es bueno?

—Es más que bueno, en menos de un año mi vida ha cambiado tanto, siento que es la primera vez, en mucho tiempo, que cambia para bien.

»Me enamoré, me casé y ahora tengo tres bebés.

—Lo logré —dice, pegándome más a su cuerpo.

—¿Qué lograste, Andrew Wood?

—Ser mi cupido, actuar y conseguir casarme con la mujer de mis sueños... ¡Ah! Y ser el papá de sus bebés, en el plan solo había una, pero tres está mejor.

Eso me hacen reír, pero él se traga el sonido con un beso que cómo siempre me acelera los latidos del corazón.

Un llanto se va volviendo cada vez más cercano y cuando volteo, Naomi trae a una bebé llorona que grita cómo si alguien la hubiese pellizcado.

—Solo está enfadada —Es lo que me dice Naomi.

—No te preocupes, sabemos que no es tu culpa, ella es así de volátil —dice Andrew viendo cómo tomo a la bebé—. Love Camille es así.

—Bah, papá está hablando calumnias de ti —Le susurro a la bebé, acunándola contra mi pecho.

Naomi nos sonríe y se aleja, dejándonos con Love que poco a poco va disminuyendo su llanto.

—Creo que solo quería a mamá y a papá —Le digo a Andrew.

—Aw, nos ama —dice en un tono de voz gracioso que me hace reír.

Me atrae contra su pecho mientras sostengo a la bebé, dejando una brecha de espacio para no sofocarla, y nos balancea. Baila con nosotras y posiblemente yo podría llorar, pero mis hijas se me adelantan.

Moon y Heaven lloran desde algún lugar, cómo si sintieran que se están perdiendo algo. Eso explica por qué poco después Andrew sostiene a dos bebés y yo a una mientras bailamos cómo podemos.

Sonrío y veo hacia el cielo: si puedes verme, Arthur, hoy cumplo veintiocho años y soy feliz. Tengo cuatro hijos que me llenan de orgullo y amo locamente «al hombre».


Holisss, la escena del recuerdo nos permite saber qué fue lo que Andrew y Leslie se susurraron en el deseo prohibido de Doug, o sea, esperamos años por esto jejeje.

LANDREW siendo padres me alimenta el alma y alegra la vida, tal vez algunos dirán "No es importante o necesario verlos desarrollarse en ello y simplemente termina", pero para mí sí lo es porque es esa brecha, esos pasos hacia la felicidad que han ido construyendo de a poco en cada libro cuando sufrían por separado y esperaban por su momento.

Estamos muy cerca mis amores y no queda más que agradecerles por tanto, porque no me creo que llegáramos hasta aquí.

Redes sociales:

Instagram/ Tiktok: DarlisStefany

Twitter: Darlis_Steff

Espero les guste.

Un beso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro