ACOSADOR

"¿Te has enamorado alguna vez? ¿No es horrible? Te hace tan vulnerable. Abre tu pecho y abre tu corazón y significa que alguien puede entrar en ti y deshacerte".

—Las benévolas, Neil Gaiman.

JAKE

Han pasado dos días y siento que las cosas no han mejorado.

Sinceramente no sé qué hacer.

Me tomé hasta este momento para solucionar el caos en mi interior, pero no pude llegar a ninguna conclusión, tan solo continúa existiendo el miedo. Es mi verdugo.

Pero tampoco puedo evitarles y fingir que todo está bien. No es así como debe ser. Y sobre todo me preocupa que a lo largo de estos días June no ha hecho acto de presencia, ni siquiera me ha llamado.

Debo tomar una decisión de una vez por todas. Y a encuentro de ese mismo fin, saco provecho de la hora del almuerzo para ir en busca de June al lugar en el que trabaja, pero no está. Uno de sus compañeros me dice que ha ido por algo de comer. Salgo del lugar mientras le envío un mensaje:

Martes, 4pm. Cena en Gordon's Place.

Será el día de su cumpleaños.

Camino sobre la acera y del otro lado de la calle precisamente veo a June salir de un restaurante, no tiene buen aspecto. Pienso acercarme, pero me detengo antes de cruzar la calle. Un par de metros atrás alguien la sigue disimuladamente, y es un "alguien" al que conozco bastante bien.

Al comienzo intento convencerme de que es una simple coincidencia nada más, pero pronto la confusión no tarda en llegar.

Es demasiado obvio.

Mantiene una corta distancia mientras persigue los pasos de mi novia, y cada que ella voltea él se asegura de que la capucha le cubra gran parte de la cabeza mientras se desvía hacia alguna vitrina, centra su atención en el teléfono celular, o se oculta entre algún grupo de personas. Es muy malo ocultándose.

¿Qué demonios ocurre aquí? ¿Desde cuándo Duncan persigue a las chicas? Pero lo más importante de todo: ¿por qué precisamente June?

Desde la otra vereda los sigo hasta un punto en el cual veo a Duncan dirigir su teléfono en dirección de June y mantenerlo ahí durante un par de segundos. Luego un ligero resplandor, lo oculta de regreso en su bolsillo.

¿Le acaba de sacar una fotografía?

Una explosión de calor estremece mi cuerpo a plenitud, y es tan fuerte que apenas me percato de cuando he saltado en su dirección.

DUNCAN

5:50 pm. Compruebo la hora en mi muñeca.

Me siento jodidamente enfermo, pues resulta ser que el virus violeta se me pegó. ¿En qué momento?, no lo sé. Pero hace días que no tengo noticias de June y, la verdad, no supe qué más hacer.

Jake no me ha comentado nada, de hecho, está más callado de lo normal. Tampoco puedo preguntárselo porque la vez que intenté reñirle acerca de su comportamiento con respecto a June, apenas la mencioné se molestó y me ignoró por completo.

Así que no me quedó de otra más que venir por mis propios medios. Y ahora no sé si estoy haciendo bien, pero por mi propia paz mental siento que debo asegurarme.

Violet: ¿La tienes?

Recibo un mensaje de Violet.

¿Esto es necesario?

Violet: Estoy preocupada. Quiero saber qué tal está.

Ella es el motivo por el cual me encuentro en las calles de Nueva York, caminando entre una gran multitud mientras asecho a June con mi teléfono celular.

Jamás espero a las chicas ni mucho menos hago esto, empezando porque no quiero darles falsas ilusiones. Me esfuerzo para dejar en claro que no busco nada serio con ellas. Pero aquí estoy, siguiendo a una muchacha como un grandísimo imbécil.

Llevo cerca de veinte minutos. Debo obtener una fotografía y largarme antes de que me multen en el trabajo nuevamente.

¿No te vale con que te lo diga? Ella está bien.

Pongo énfasis en eso último mientras suspiro pesadamente.

Violet: Ver para creer primito.

¿Con una fotografía te basta?

Violet: Dos.

Estás loca.

Violet: Fuiste tú el que preguntó.

Pues confórmate con una.

Durante varios días se la ha pasado preguntándome si acaso sé algo de June. También está preocupada ya que su amiga insiste en que todo está marchando perfectamente, pero nada es tan perfecto en esta vida así que por esa razón son las fotografías, para asegurarse de que está bien. Vi se está encargando de tener todos sus trabajos al corriente antes de viajar. Por mi parte tampoco es que tenga todo el tiempo libre del mundo, sobre todo porque gracias a la última vez que pasé la mañana con ellas me multaron, por tal motivo decidí hacerlo durante horas de almuerzo.

Saco una fotografía de June, y mientras guardo mi teléfono de repente alguien me toma de la chaqueta y tira de ella con fuerza. Levanto los brazos con el fin de apartarlo, pero a medio camino me detengo.

Sus puños tiemblan mientras se hacen con mayor fuerza de su agarre, y aunque busco algún indicio en su rostro que me aclare qué demonios sucede, no consigo definir nada, mantiene la cabeza gacha.

—¿Qué te ocurre?

—Contéstame algo. —Le escucho decir entre dientes. Un momento después por fin levanta la mirada y lo que veo me confunde—. ¿Ella te gusta?

Su rostro manifiesta una mezcla de enojo y desilusión.

—¿Qué? —Al comienzo no tengo idea de lo que quiere decir con esa pregunta.

—¿Te gusta June? —Levanta el tono de su voz, por lo cual varios transeúntes se detienen para mirarnos.

—No, Jake. —respondo.

—Entonces... ¿Por qué demonios la asechas en secreto? —Después de empujarme me suelta, y me toma tan desprevenido que termino dando un paso hacia atrás.

Más personas se unen al grupo de espectadores. Y no es de esperar por la forma en la que aprieta los puños, pues da la impresión de que está a punto de empezar una pelea.

—Mal interpretaste todo —digo calmadamente.

Intento mantenerme tranquilo, pero si acaso Jake responde mal, he de anticipar que tiendo a ser muy explosivo. Por eso prefiero el diálogo, pues solo de ese modo no me he de arrepentir más tarde.

—Le estás sacando fotografías a mi novia —dice contrariado y jodidamente molesto mientras regresa a mí para empujarme por segunda vez. Si su fin es provocarme, lo está logrando.

Ahora soy yo el que de algún modo se siente ofendido y lo bastante cabreado como para estar seguro de no aguantar otro de sus empujones.

—Cálmate y escucha —le pido entre dientes.

—No, tú escucha... —Me toma de las prendas una vez más y cuando me suelto de forma nada amable, en sus ojos distingo un brillo de desesperación que no consigo interpretar porque de repente camina un par de pasos lejos de mí y empieza a negar con la cabeza.

Me gustaría saber qué demonios tiene en la cabeza.

—¿Qué es Jake? ¿Qué infiernos es lo que te tiene tan jodido como para ni siquiera estar al tanto de June y sus sentimientos?

—¿Y por qué te importa a ti? —De repente explota—. Jamás muestras interés por una chica, entonces ¿por qué sí de June?

—Es la mejor amiga de mi...

—Prima —interviene con desdén—. Sí, Duncan. Lo has dicho tantas veces... —Pero niega con un nuevo gesto despectivo.

¿En verdad piensa que me gusta de ese modo?

—Lo has dicho tantas veces —reitera, olvidándose de mis últimas palabras—, que más que convencerme a mí, me da la impresión de que buscas convencerte a ti mismo.

Su enfado acaba de transformarse en mío.

—¿De qué mierda estás hablando? —No quiero perder los estribos, pero él está consiguiendo sacarme de mis casillas—. Eres mi mejor amigo...

—Sí, y ella la mejor amiga de tu prima —reitera.

Ahora siento culpa de algo que no hice, como si realmente hubiera engañado... ¿A quién? Y estoy tan enfrascado en esa confusión que tan solo puedo verlo cuando me da las espaldas y simplemente se va, pero no sin antes decir:

—De continuar de gigoló, vas a perderlo todo. Y para cuando te des cuenta, ya será demasiado tarde.

¿Acaba de hacer el papel de novio celoso? ¿Cómo es posible que aún conserve tal derecho cuando la ha dejado sola durante tanto tiempo? ¡Y maldita sea a mí por haberme inmiscuido!