A la princesa no la despierta nadie.
Solo sabe el que besa que, de sueños, aparte,
que lo que cuenta es estar despierta y quedarte con lo que arde.
La Bruja ya se quemó y ahora tiene fuego para darte. Apaga la hoguera y quédate la mejor parte.

La libertad es un arte que no se toca en cualquier parte.
Crece, quema y se expande.
Podrán cerrarte la boca, los ojos cegarte, y los oídos taparte,
pero jamás lograrán que tu silencio deje de gritarte: sé libre y demuestra lo que vales.

Que yo me coma tu costilla no quiere decir que haya salido de ella.
Que mi cruz no es de religión si no de destape.

No valgo por mi cuerpo lo que tú no vales por tu interior.
Es mi inteligencia lo que me lleva a ser mejor.

No se trata de intuición, sino de cerebro, y no es mi culpa que tú no lo lleves puesto.
Tengo censurados los pezones y mi entrepierna es contenido inédito, pero de esto saben más lo pelos de mi cuerpo que no es sensual, si no antiestético.

Yo no entiendo de primeros planos pero tus ojos van a mis tetas y no a mi cara.
Tengo el suficiente culo para sentarme y que no te pases de la raya.
Que no importan las dimensiones si no vienes con pretensiones.
Y que de límites tengo, los mismos que tus cojones.

Si bebo más de la cuenta, soy una borracha;
si despierto con dos o tres mañana, una fulana;
soy guarra lleve vestido o pantalón y si me miras desde abajo, querida, soy mucho mejor.

Si le damos la vuelta al cuento, sería más divertido. Podemos jugar a ser yo el hombre y ver cómo nos reímos: fui creado antes que tú, la perfección, lo supremo.
De mi costilla saliste tú, el borrón, lo pésimo.
Mordí la manzana y desaté el caos.
Desde la odisea de Homero, hasta el beso de Romeo.

Pero vamos a darle cuerda al tiempo, no nos enrrollemos, que para historias ya estás tú y esto no mejora el cuento:
De los pecados del hombre tú eres la causante, por placer o por dolor,
tú eres el desastre.

Los príncipes de cuento no tienen ni nombre porque solo importa ser princesa y que te salve un hombre.
Da igual que lleguen las doce porque él nunca tendrá miedo de que su hechizo se destroce. Podrá correr sin carroza ni caballo, pero jamás sufrirá un asalto.

Fragmento de mi rap feminista "En cada esquina de mi cama"