Siento haber tardado tanto en subir. El próximo capítulo va a ser el último, pero a la hora de escribir esto aún no está terminado, y no sé si lo subiré entero o dividido en dos partes (no me gustan demasiado largos).
Y quiero dedicárselo a @luisnai. Porque ha sido una sorpresa que una escritora de su calibre, con unas obras tan profundas y tan distintas a las que abundan por aquí (y sí: muchas más bien tristes, pero por Dios, qué hermosas...), se me haya declarado fan de Alba.
Gracias Amalia, que sepas que has sido un descubrimiento para mí. Y gracias también por preguntarme sobre Alba, mi protagonista. En una ocasión me dijiste que no entendías su psicología, su condición, qué disfrutaba y qué la incomodaba... Perdona que me ponga pesado ahora, pero me apetece explicártelo y prefiero hacerlo fuera de la historia.
Esto fue un experimento que empecé a escribir en mis tiempos de universidad, y quedó abandonado mucho tiempo porque no me había gustado cómo quedaba... hasta que me animé a reescribirlo. Y es una historia inspirada en una persona real y basada en situaciones reales.
Sí, reales prácticamente todas. No me las he inventado, ni soy un obseso sexual (mis fantasías son algo raras pero van por otro camino), ni me he hecho ninguna lista de situaciones de porno duro buscando en Internet. Aunque por supuesto sólo nos conocemos por lo que escribimos aquí, así que doy total libertad a los lectores para pensar lo que quieran (alguna que me ha leído entenderá por qué aclaro esto).
El experimento consistía en escribir sobre una chica como la real, que viviera las mismas experiencias sexuales que esa chica vivió, pero cambiar su dramática historia por otra de película: con aventuras, persecuciones, algún que otro acto "heróico" (no, la real no sabe kárate), y con un final feliz.
Todos cambiamos con los años... o mejor dicho: la mayoría dejamos de comportarnos como cuando éramos más jóvenes e ilusos, y por suerte la chica que inspiró esta historia también superó su infierno. Pero fue un infierno mucho más real y triste que el de Alba, y lo vivió siendo aún más joven que ella. Demasiado joven para comprender su propia psicología. No sabía muy bien lo que era ni por qué hacía lo que hacía, sobre todo después de dejarse convencer pensando que iba a gustarle, y sentirse luego tan desgraciada al descubrir que no le había gustado, y que no sabía cómo salir de su situación.
Alba es un poco mayor, más capaz y más decidida, pero tiene el mismo carácter. Tampoco se plantea su condición al hacer lo que hace, y tampoco decide lo que le da placer o sufrimiento hasta que ya le ha pasado. Se ha metido donde se ha metido por un impulso, sin pensarlo mucho, y a partir de ahí la vida la ha arrastrado sin que ella pudiera controlarlo. Y sí: en mi historia toma decisiones, pero porque puede. La chica real que la inspiró no pudo, ni hubiese podido por muy decidida que fuera. Por eso he querido que Alba sí pudiera.
¿Por qué aclaro esto fuera de la historia? ¿Por qué he ocultado detalles (ay, la famosa "sorpresa")? Pues porque prefiero no ser explícito. No quería escribir una historia porno sino de aventuras, y prefiero que el lector se imagine situaciones y personajes como más le gusten. Y tampoco es que tenga complejos por poner sexo explícito, pero en serio, es que lo intenté y me quedaba fatal...
Gracias también, Amalia, por aceptar que no sea explícito y seguir. En el próximo capítulo hablaré un poco más de la condición de Alba pero no demasiado, porque ella misma no la conoce aún. Lo siento pero la chica me ha caído bien, y me gustaría volver a escribir sobre ella en otra historia (esta vez inventada del todo), donde quizá descubra lo que realmente quiere.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro