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CAPÍTULO 6

ADAM

En cuanto recibí el mensaje corrí en dirección al baño. Cualquier discusión con JJ, había dejado de importar cuando Emma me envió el mensaje de que Charlotte estaba con Melissa. Charlotte podía ser muy intensa cuando se sentía amenazada por alguien, y dudaba que Melissa hubiera sido de su agrado.

Abrí la puerta, y vi a Melissa arrodillada en el suelo. Charlotte la tenía tomada de su cabello y mantenía una botella de alcohol a la fuerza en su boca. 

—¿Qué demonios, Charlotte? ¿Te volviste loca? —En ese instante la soltó y Melissa tosió mientras llevaba una mano a su pecho. La estaba ahogando con alcohol. 

—¿Cómo supiste que estábamos acá? —preguntó Charlotte, y desvió su atención a Emma. La mirada de la traición se hizo presente. 

—Tú. —La fulminó con la mirada—. Creí que estabas conmigo en esto. —Pese a que conocía el carácter de Charlotte, creí que su reacción sería peor al verse expuesta. No tenía dudas de que aquella atenuación se debió únicamente a que se trataba de Emma. 

Ella se quedó en silencio. Se dio media vuelta y regresó a la fiesta, como si no le importara en lo más mínimo que Charlotte se sintiera traicionada. El desconcierto se dibujó en el rostro de Charlotte, al parecer aún le sorprendía que Emma se comportara de esa manera. 

Soltó unas cuantas palabras, pidiendo que la esperara. Ya era tarde, dudaba que Emma la hubiera escuchado. Se aproximó a la puerta, y antes de salir nos escupió que todo se había tratado de una simple bienvenida, que no seamos unos amargados. Que nadie podría negarse al «Cóctel mágico de Charlotte». No me molesté en responderle a eso. No tenía sentido discutir con ella, era una batalla perdida. Pasó a un lado de nosotros, meneando su cabellera de fuego ardiente. 

Ayudé a Melissa a incorporarse, sus ojos estaban brillosos. Abrió la llave y tomó agua hasta hastiarse, igual como si hubiera pasado días sin hidratarse. 

—Lo lamento tanto —me disculpé, porque aunque yo no la arrastré a esa situación, debí haber estado más atento. Podría haber evitado que la atacaran—. Te sacaré de aquí ¿está bien?

Con pesar le marqué a Mike. Él sabría qué hacer para que JJ no nos viera salir de la fiesta. Le encantaba crear situaciones polémicas, la diversión era lo suyo. No dudó ni un segundo, inmediatamente dijo que lo dejemos todo en sus manos. "Que él nos salvaría". Esa actitud que solía adoptar era precisamente lo que me hacía sentir indeciso cada vez que requería de su ayuda. Su afán por el drama le daba ciertos aires que me cansaban. Pero no tenía demasiadas opciones a considerar. 

De pronto, se escuchó el sonido de unas sirenas. Comprendí rápido, su solución fue llamar a la policía. Era una idea astuta, aunque se generó el caos; las personas se amontonaban para poder salir por la angosta puerta principal. Me recordaba a cuando se terminaba un concierto y todos estaban desesperados por regresar a sus hogares, aunque claramente a menor escala. 

—Para eso es la puerta trasera —sugirió Mike que apareció por detrás de nosotros. Emma estaba junto con él. Ni rastros de Charlotte, debió perder de vista a Emma, o bien que se encontraba con JJ. 

Nos escabullimos y salimos corriendo por la calle del condominio. Me sentí más tranquilo en cuanto salimos de ese lugar, como si cada paso fuera un camino hacia la libertad. Melissa se tambaleaba un poco, el alcohol ya le había hecho efecto. Aunque inicialmente se negó, la cargué en mi espalda y fuimos en dirección a mi casa, acompañados únicamente por los fresca brisa y los gritos de euforia de Mike. 


Me crucé de brazos en el instante en que Mike sacó una serie de cosas que se había traído de la casa de JJ; latas de cervezas e incluso comida ahora se encontraban en el mueble de mi pieza. Melissa abrió grande los ojos cuando se dio cuenta de la situación. Era un ángel, tan inocente, sentía que nosotros la estábamos perturbando con nuestra manera de divertirnos. 

—Vamos amigo, traje comida y robé las cervezas de JJ. Debe estar hecho una furia, pero se lo merece por su comportamiento tan odioso. En este momento soy su salvador, su Dios. —Hizo una pausa dramática—. ¿No cierto, princesa?

Miré con desaprobación a Mike, no me terminaba de agradar lo que había hecho. JJ se desquitaría después. Observé a Melissa que seguía en silencio, sin responder la pregunta de Mike. Percibí algo extraño en su semblante, como si el olor de la comida la hubiera sofocado. 

—¿Mel, estás bien? —pregunté al advertir su respiración agitada. Ella llevó una mano a su pecho como si el aire no entrara a sus pulmones. 

Todo pasó muy rápido.

Se desplomó en el suelo, su rostro pálido y cubierto de sudor frío. Emma elevaba sus pies, mientras yo sostenía su cabeza. Mike abrió la ventana, la corriente de viento helado causó efecto. Melissa arrugó la nariz como si la brisa le hubiera hecho cosquillas. En unos segundos, comenzó a recobrar el color y a respirar con normalidad. 

Intentó incorporarse, la ayudé a que con cuidado tomara asiento. No obstante, ante la primera arcada, la tomé y la llevé rápidamente al baño. Sujeté su cabello, girándolo en un círculo en una de mis manos. La sostuve mientras ella vomitaba una y otra vez. 

—Por favor, perdóname. —Caían lágrimas por su rostro. 

—No es tu culpa, todo está bien. Te cuidaré. 

Ella despertaba ese sentimiento en mí, de querer cuidarla, protegerla. Se veía indefensa, como una niña pequeña que había que abrazar y contarle un cuento antes de dormir. 

Una vez que se sintió mejor, regresamos a mi habitación. Reparé en que se preocuparon por ella, especialmente Mike. En cuanto la vio su semblante cambió. 

—Preferimos quedarnos para no incomodarte princesa, entre ustedes parece haber más confianza. —Mike agachó la cabeza. 

—Yo... lamento que hayan tenido que presenciar todo eso. —Hizo una pausa—. Creo que ya estoy bien. —Nos dedicó una sonrisa. 

Luego de unos minutos, el ambiente se aligeró y actuamos con mayor naturalidad. No recordaba cuando había sido la última vez que compartí de manera espontánea con Mike y Emma. Nos veíamos seguido, pero siempre bajo la influencia de JJ. Tiempo atrás todos habíamos sido buenos amigos, eso se acabó con la muerte de Tyler, y el comportamiento desenfrenado de JJ. Pese a que siempre fue alguien con tendencia a la violencia, su actuar cada vez era más agresivo. Solamente podía culparme por ser alguien tan cobarde, incapaz de alzar la voz ante los oscuros secretos que guardaba mi círculo de "amigos".

Me sorprendí al recibir el mensaje de Emma. Ella jamás tomaba la iniciativa de hablarle a nadie. Su silencio implacable tornaba el ambiente con una capa de misterio. Sabía que detrás de esa gran muralla se escondía el dolor y sufrimiento ante la pérdida dolorosa del que quizás era su gran amor. Ella era inaccesible, no dejaba entrar a nadie en su vida, por lo cual fue una grata sorpresa que se preocupara por Melissa. 

—¿Qué les parece si platicamos un rato? —No pude evitar cautivarme con la voz de Mel. 

—Claro princesa, me pongo a tus servicios. 

No me agradaba que la trate de princesa. Aún no conseguía borrar de mi memoria el instante en que entraron tomados de la mano, sentí una punzada en el estómago. Mike era conocido por coquetear con las mujeres, por lo cual tenía claridad de hacia dónde apuntaban sus intenciones. Su insistencia y espontaneidad no me parecían correctas. Observé la mirada que le estaba dedicando Mike a Mel, la estaba analizando sin ningún pudor, recorriéndola con la mirada. Apreté el puño de mi mano y miré hacia otro lugar. No debía perturbarme ¿Por qué diablos me importaba?

Formamos un círculo en el suelo. Emma se sentó unos pasos atrás de nosotros. Siempre marcando esa distancia y desinterés. Sin embargo, Mel puso una mano en su espalda, invitándola a que esté al mismo nivel que nosotros. Emma dudó, aunque sus ojos brillaban ante la sorpresa de ese pequeño gesto, que para algunos no significará nada, pero para otros podía tratarse de la alegría del día. 

—Todos somos amigos ¿no? —sonrió entrecerrando los ojos— Eeeh... ¡perdón! Ustedes son amigos, eso fue atrevido de mi parte. Pero... me gustaría ser amiga tuya, es decir, amiga de todos ustedes. —Se formó un leve silencio en la habitación. Si bien, no podía saber lo que pasaba en la mente de Mike y Emma creo que se habían quedado callados por el mismo motivo que yo. No estábamos acostumbrados a esa inocencia.

Las fiestas cargadas de vicios, las peleas y problemas con la policía eran nuestras vidas cada fin de semana, y aunque quisiéramos dejar de participar en ellas, no era nada fácil contradecir a JJ. 

—Yo quiero ser más que tu amigo, princesa. —Mike rompió el silencio en la habitación. Reparé en las mejillas sonrojadas de Melissa, el movimiento de sus manos; inquietas y sudorosas. 

—Mike, han sido muchas insinuaciones por hoy, déjala respirar —dije simulando serenidad. No debía permitir que se diera cuenta de que su actitud me alteraba. No lo logré. Y como Mike era un fanático del drama lanzó inmediatamente:

—¿Estás celoso Adam?

¿Yo celoso? Por favor, a Melissa recién la estaba conociendo, y Mike era mi amigo. Si en un futuro pasaba algo entre ellos, no me afectaba. Solamente me molestaba su insistencia. De cualquier forma, perdía su tiempo. Melissa parecía ser el tipo de mujer que jamás estaría con alguien como él, eran muy diferentes. 

—No es eso. —Bajé la mirada—. Solamente creo que ha sido una noche dura para Mel. Deberías comer un poco —me dirigí a Melissa y ella asintió con la cabeza—. Podrías aflojar el corsé de tu vestido... —sugerí— estarás más cómoda. 

No reaccionó inmediatamente a mis palabras. Seguía cohibida por lo que le había dicho Mike. 

—Eeeeh... sí, claro. —Sus brazos los llevó a su espalda. En una posición sumamente incómoda trató de alcanzar los lazos que se encontraban anudados. 

—Yo te ayudo —Mike y yo lo dijimos al mismo tiempo. Maldición. 

No quería que creyeran que la situación me fastidiaba, así que dejé que lo hiciera Mike, y yo repartí la comida. Él se tomó todo el tiempo del mundo para desatar el nudo, y cuando terminó le dijo: "Listo princesa". Ignoré mis pensamientos. 

Le entregué un pedazo de pizza a Melissa, que no fue recibido en seguida. Lo tomó con una expresión de cautela y temor. No la culpaba, su noche había sido demasiado larga...

Iba a decirle que aquí no tenía nada que temer cuando Mike empezó a hablar. 

Le contó un poco sobre nuestras vidas. Pese a que Emma estaba con nosotros, Mike hablaba por ella. Le comentó a Melissa que estudiaba para ser maestra, pero decidió pausar sus estudios, y que al menos por ahora no tenía pensado retomarlo en un buen tiempo. Emma observaba y a ratos balbuceaba algunas palabras, mas su actuar no sobrepasaba de aquello. 

—Adam estudia publicidad —continuó Mike. En el momento en que lo mencionó, Melissa esbozó una gran sonrisa. 

—Sí, lo sabía. —Me miró fijamente—. ¿Ya terminaste el retrato de Dorian Gray

Cuando le respondí que sí, me bombardeó de preguntas sobre el libro. Contestaba cada una de ellas, con una sonrisa en el rostro de ver su emoción al escucharme hablar de la historia. Sin querer habíamos creado nuestra propia atmósfera, algo apartada de los demás. 

Esa atmósfera se vio interrumpida por Mike. Parecía ser que el celoso era otra persona. Desvió la conversación a hablar de su vida. Alardeaba de sus estudios en medicina. Sabía cuánto le apasionaba a Mike su carrera, pero también solía usarla para impresionar a las personas.

—Eeeeh... debe ser difícil estudiar medicina ¿no? —Mel se encogió de hombros.

—Claro, pero yo soy atractivo e inteligente. —Le guiñó un ojo, a lo que Melissa desvió la mirada—. Y debo reconocer, que me encantan tus nervios Mel, son muy tiernos. 

Melissa prácticamente se atoró con el vaso de agua. Cambió el tema a que estaba buscando un empleo para ayudar a su familia. Mike le dio la idea de que podría trabajar en la cafetería que tenían los padres de Emma, ellos eran los dueños de un café bastante conocido en el sector llamado "Maggie's"

 —Podrías hablar con tus padres Emma —sugirió Mike. Emma respondió en voz baja que no tendría ningún problema en hacerlo. 

—Si me dan la oportunidad... juro ser entusiasta —afirmó Melissa con un golpe de energía— soy buena trabajando, seré eficiente en todo segundo ¡lo prometo!

—Si fuera por mí, te contrataría inmediatamente —Mike sonreía de oreja a oreja— A todo esto Mel, también tendrás otro trabajo, vas a tener que pensar en tu víctima para la noche de los muertos.

—Puedes retractarte —dije rápidamente. 

—No será necesario, tengo pensado hacerlo...

No estaba seguro del motivo, pero la forma en que pronunció esas palabras me advirtió que los acontecimientos de aquella noche sí habían marcado una diferencia. Quizá hasta la flor más pura e inocente sucumbía ante la fuerte tormenta.

Algo había cambiado. 




𝑀𝓊𝒸𝒽𝒶𝓈 𝑔𝓇𝒶𝒸𝒾𝒶𝓈 𝓅♡𝓇 𝓁𝑒𝑒𝓇


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