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"GAZANIAS"

El golpe en su mejilla fue tan fuerte que el zumbido en su oído lo desorientaba al punto que sus lágrimas emergieron. Su valentía había desaparecido, nuevamente el temor se apoderaba. Solo pensaba en cuanto más tenía que soportar. El ser que lo protegía, poco a poco se estaba convirtiendo en su pesadilla.

¬Vale¬, suspira... ¬Que sea la última vez que me respondes de esa manera¬, ¬Ándate a tu cuarto.

Nemo trato de secarse las lágrimas, mientras alimentaba sus pensamientos de rencor. De vuelta a su prisión y con mucha ira se limitó a no decir nada más. La idea de querer tratar con personas "drogadictas" según como lo dice su padre, le sonaba como canción de cuna para dormir a gusto.

Al día siguiente Nemo estaba decidido a lo que había pensado la noche anterior, era una mañana fresca. Quince minutos de retraso solamente, sabía que había perdido el bus y le tocaba caminar un largo trayecto. El desayuno para un padre que no daba ni la mirada a su hijo, era lo que lo había retrasado, igual el omelette se le había quemado un poco. El enojo aún seguía intacto, pero eso ya Aldair lo sabía.

¬Te quiero temprano en casa¬ Se quebró el silencio.

¬Voy a....¬ Corto la frase de inmediato y apretujo los ojos. Nemo sabía que cualquier comentario hacia su padre le daba la idea para enojarse más de lo que estaba.

¬ ¿Qué ibas a decir? ¬ Toma el tenedor junto al plato con el Omelette servido y hace una pausa.

¬Que voy a estar temprano...¬ Mirada fija de Aldair que esperaba alguna agresión de su padre, pero este solo tomo un pedazo de lo que estaba servido y sonrió.

Al principió Nemo tomaba este tipo expresiones sarcásticas por parte de su padre como presión de hacer las cosas bien. Poco a poco estaba notando que todo iba en serio. El descuido de un padre que antes se veía sonriente, cambio por un rostro más hierático donde sonreír era el avance de alguna extraña bipolaridad.

Aldair camino por una hora hasta que tomo descanso en el escalón de una tienda. Para su sorpresa, Andrew lo observaba desde una librería al otro lado de la vía. Pensó que lo seguía, quería cruzar y enfrentarlo, pero la discusión en su pensamiento lo detenía.

 ¿Para qué iba cruzar?, al fin y al cabo ¿Qué ganaría con eso? Solo prosiguió a caminar, estaba retrasado a su destino.

¬ ¡Ey, esperad! ¬ 

En su desespero de seguir caminando Aldair se detiene y busca con la mirada a Andrew. ¬ ¿Tarde a clases? ¬ Lo sorprende.

¬ ¡Oye!... ¿Me venís persiguiendo?

¬ ¿Quién te querría perseguir a ti? ¬ La cara con el ceño fruncido comunicaba que no estaba haciendo nada de lo que Nemo pensaba.

¬ Si supieras¬ susurra Aldair. 

¬No me lo creerías¬ dice para sus adentros.

¬ ¿Qué? ¬ confundido sonríe.

¬Nada...

. ¬Bueno, en fin. Solo miré que pasabas y te traje esto ¬ Era un libro un poco viejo ¬toma¬. sus primeras páginas casi no se les veía las letras, era legible todavía, aunque en algunas partes había escritos a grafitos.

 ¬Por si te gusta leer, son algunas tácticas de como jugar mejor al futbol¬.

¬ ¿Para qué me das esto? No lo necesito ¬ Aldair lo toma observándolo no tan detalladamente.

 En su afán de llegar rápido a clases metió en su morral aquel viejo libro y continúo preguntando mientras seguía caminando. ¬ ¿Qué haces por aquí? ¿No iras a clase? ¬

¬Mi madre es dueña de la librería donde me viste¬. Señala. ¬Yo la ayudo un poco antes de irme a clases, por eso siempre llego tarde¬. Sonríe.

¬Si te digo la verdad, nunca me he fijado si llegas tarde¬. Nemo sabía que no lo había visto en clase nunca.

¬ Te he visto poco, pero sé que tenemos cosas en común¬. Andrew solo se limita acompañarlo en un trayecto corto, mientras que Aldair lo mira un tanto confuso. 

¬ ¿Iras al juego en la tarde? ¬ Se detiene.

Aldair pensó en decirle que no, pero eran más las ganas de salir de su zona de confort que no le dio tanta vuelta al asunto. ¬Si, iré a la cancha en la tarde¬.

¬Bien, vale. Te falta caminar un poco más¬. Andrew saca una sonrisa burlona y se marcha.

¬ ¡No me digas! ¬. Aldair irónico.

Durante el camino, Nemo pensaba en si entrar a la primera clase, igual ya sabía que no llegaría a tiempo. Pudo haber acudido a un medio de transporte, pero no tenía suficiente dinero. Tampoco le molestaba caminar, si quería jugar futbol más tarde, le servía como calentamiento.

Después de hora y media de camino llego al instituto un poco sudado y sin querer hacer otra que cosas que sentarse. Consiguió un muro junto a un jardín con flores coloridas llamadas "Gazanias" y sintió que era el lugar perfecto para esperar después de una larga caminata. Teniendo en cuenta que la primera clase ya la había perdido.

Excelente día para un Aldair que pretendía empezar de mala manera desde que comenzó la mañana. Podría estar pensando en su futuro y como sería más allá de las decisiones de su padre y siendo sincero con él mismo quería quebrar todas las leyes impuestas por su progenitor.

¬ ¿Cansado? ¬ Una voz chillona lo interrumpen de sus pensamientos y salta de susto. 

¬ ¿Te gustan las flores? ¬. Medias largas, falda no tan corta, camiseta de rayas y una piel lo suficientemente lisa como para hipnotizar todo el que se atreva a mirar a Darla. 

Ya Aldair había escuchado de ella, bella en casi todos los sentidos, solo en uno fallaba según los compañeros y era en su hiperactividad. Si, Darla era una chica muy Hiperactiva y aunque era extremadamente bella físicamente, el no tener control de su energía hacía que más de uno no quisiese estar en su grupo de amigos.

 Dicen que una cara bonita atrae la atención del mundo. Ciertamente hay razón en eso. Pero para Darla era totalmente lo contario.

¬Si, me gustan estas Gazanias¬. Nemo arranca una de las que tenía cerca y la huele un poco.

¬ ¿Y porque la arrancas si te gustan? ¬. Sus cejas se curvan de enojo y reprocha. ¬ ¿Cómo puede gustarte algo y hacerle daño?

¬Espera... Hay muchas ahí¬. Señala.

Darla observa a Nemo con furia e increpa. ¬Esas que te gustan, las arrancas y te las llevas¬.

¬Una vez que se marchiten perderán sus colores y tú solo las tiraras ¬Suspira, ¬Vendrás y buscaras más porque viste que las otras han perdido su lucidez y llegará el momento donde este jardín no dará ni una más para ti¬.

Nemo mira confuso y repica.  ¬ ¿Que más se puede hacer? ¬. Se encoje de hombros. ¬Si no las arrancas igual se marchitaran. Es la triste vida de las flores, su fin es el mismo. ¬

¬ ¿Sabes que pasa contigo? ¬. Su furia se había incrementado.

 ¬Pasa que nunca te han gustado, huélelas, acarícialas, aprécialas, riégalas y presérvalas, cuando hagas eso yo te diré que si te han empezado a gustar las gazanias¬.

En ese momento Nemo había colapsado en cómo responderle a Darla, se sentía como si lo hubiesen bofeteado con algo fuerte, aunque solo había escuchado las palabras de una desconocida para él.

¬Okey vienes y me dices todo esto¬, Aldair la mira detalladamente. ¬ ¿y tú? ¬. 

Darla reacciona irritante ¬ ¿Yo que? ¬.

¬ ¿Nunca has arrancado una flor? -.

¬ ¿Qué haces en pro de ellas? ¬. 

¬ Defenderlas de personas como tú claro¬. Mira fulminante. ¬Eso Hago¬.  

Nemo se levantó de donde estaba, acomodo su mochila y poco a poco se alejaba sin más que decir.  Darla simplemente tocaba las flores y las miraba como lo más hermoso del universo. Era sumamente cuidadosa tanto, que recogió del suelo la que había arrancado Aldair para cavar un poco y volverla a poner junto a las otras. Muchos pensaban que ella estaba completamente loca y Nemo pensó que después de lo sucedido de verdad lo estaba. 



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