<<Glu, glu, glu>> 

Botellas vacías, un par de comprimidos por la mesa cercana a Andrew que ya ni coordinaba sus pasos. El sonido de la música ya ocasionaba zumbidos incomodos para Aldair y le empezaba a darle vuelta la cabeza. Las voces aturdían y no se entendía lo que conversaban.  

¬Toma un poco de esto ¡Anda!, ¬Alguien cercano lo incitaba a que probara. Una voz femenina era lo que percibía, al mismo tiempo que un perfume un tanto dulce se involucraba en el ambiente. 

¬Hermosa sonrisa para apreciar ¬, era lo que pensaba Aldair, que no aguanto sus manos curiosas y quiso explorar por el cuerpo de aquella chica. 

¬Allison ¬Jadea. 

Risas nerviosas mantenían la intensidad de acercar su cuerpo poco a poco.  Aquella sonrisa le parecía curiosa para un Aldair atrevido que, aseguraba que la chica que tenía frente a él, lo ansiaba desde hace ya rato. 

Las tocadas hiperactivas no esperaron, Nemo tenía en su cuerpo el subidón después haber probado aquello que le habían ofrecido anteriormente. Enérgico e incontrolable, sequedad en sus labios al punto de querer humedecerlos con los labios carnosos de aquella mujer. 

Toma por la cintura y sus palmas podían sentir el molde de aquel cuerpo definido. Aldair nunca había sentido algo igual.  Seguramente estando sobrio jamás se atrevería a dar ese paso. Era inexperto hasta en como besar. El beso de pico por accidente en su niñes con la niña que menos le gustaba era lo más cercano al sexo. 

Esta vez ya no tenía a esa niña frente a él, sino la oportunidad y las ganas de experimentar el verdadero deseo carnal. 

De un momento a otro sus manos sudorosas iban bajando hasta apretar un poco los glúteos de la chica, haciendo que sus niveles de excitación se elevaran y lo caliente empezara apoderarse de su cuerpo. Tal vez el éxtasis ya empezaba hacer el verdadero efecto.  

Los besos descontrolados ya habían dado inicio, a pesar de que había personas en el lugar, muchos de ellos si acaso sabían dónde estaban. El sillón amplio color grisáceo estaba desocupado y apartado de los grupos de personas. Lugar perfecto para un Aldair desenfrenado por el deseo y la calentura.  

Aquella chica no emitía más que puros jadeos de placer. No fue hasta que llego al sillón entre besos y caricias que poso sus manos por encima de la pantaloneta de Nemo. Quería sentir la erección a plenitud y eso fue lo que consiguió.  

Aldair gustoso reposo sobre el sillón para abrir paso a que la chica se subiera encima, ninguna prenda había sido quitada aun, pero no durarían en hacerlo. La fiesta había llegado a un nivel de locura, cada quien estaba en lo suyo, luces apagadas, con algunos flashes encendidos. 

Subir el vestido un poco facilito a Aldair tocar tentante por encima de la ropa interior de aquella chica; estaba humedecido allá bajo tanto que lo mojado de su panti delataba. 

Los dedos curiosos de Nemo bajaban de a poco la prenda intima en una posición incómoda, deslizándose hasta los labios externos de la vagina, una mezcla espesa de líquido que se adhiere a su tacto con facilidad, da el primer paso de invadir la parte intima de aquella chica. 

<<Gemidos agitados...>>

 Movimientos bruscos por parte de Aldair que el descontrol se había apoderado de él. Todo un principiante, tratando de acoplar al mismo tiempo aquellos labios carnosos con los suyos. Descoordinado estaba o tal vez un poco acelerado. 

¬Vamos a un lugar más privado¬ Entre besos suspira. 

La chica se limita al silencio y al jadeo constante mientras los dedos medio y anular de Nemo jugaban con movimientos dentro de ella. 

<<Placer... >>

Tomo con su mano libre la parte del cuello hasta llegar a su barbilla acariciando lentamente.  Apartando sus dedos de la parte interna de la vulva, domina con su otra mano el sitio de la cintura.  Pega su miembro erecto rosando así por encima de la ropa la entrepierna de la mujer encimada. 

Movimientos leves...   <<Hacia delante y atrás>> <<Hacia delante y atrás>>

Repetidamente. 

 Todo sin despegar sus cuerpos del uno al otro. 

¬ ¡Puta! ¡Perra! ¬. |

¬ ¡Cálmate! Bruces. ¬Un puño frenado por Andrew, hace reaccionar desvaneciendo el momento sublime de Nemo. 

¬ ¿Cálmate? ¬Enérgico Bruces trata de zafarse de algunos brazos que lo detenían. ¬ ¿Enserio hablas de calmarme Andrew? ¬ 

De un momento a otro la música se había detenido. La chica que Nemo tenía encima ya estaba de pie frente a él y las miradas nerviosas por parte de los que estaban presente se empezaron a notar. 

¬Esta puta viene y quiere tragarse a besos al imbécil este y quieres que me tranquilice ¬De inmediato Gill y Stephen se hacen un par de señas y rodean a Aldair que aún estaba sentado en el sillón. 

¬Vienes a reclamarme cuando te revolcabas con la raquítica de tu amiga¬. Allison reclama.

<< ¡zas!; ¡paf!>>

La bofetada fue inminente, el silencio que había en la sala se intensificó. 

¬ ¡Cállate! ¬ Allison toma su rostro después de aquella cachetada.

Aldair se abalanza hacia Bruces, pero no logra llegar porque Andrew se interponía. Todos sabían en lo que Nemo se estaba metiendo. La adrenalina recorría su cuerpo, el alcohol y el éxtasis lo mantenían cegado ante el peligro. 

El cilindro ya estaba cargado, el martillo es anclado hacia atrás hasta llegar a su tope; El cañón frio del revolver apuntaba hacia Aldair que mantenía los ojos pulsantes ante la muerte. El sudor ya no era por la calentura del placer, sino que transpiraba frio, gotas de nerviosismo. 

Allison se interpone y trata de calmar a un Bruces que no titubeaba ante la situación. 

¬ ¡No lo hagas por favor! ¬. suplica. 

¬Bruta. ¬ Las pupilas dilatadas de Bruces se fijaban directamente a Allison quien le suplicaba a que no cometiera el error de disparar el arma. ¬ ¿A esto le llamas venganza? 

Aldair estaba inmovilizado, podría salir corriendo de ese lugar, pero no duraría igual mucho; Era el bajo mundo ¿a dónde huiría? Andrew lo sabía, después de ver las armas no le daban las piernas para moverse y aunque conocía el lugar, sabía que ahí se arreglaban las cosas de una sola manera.  

¬ ¿Sabes lo que es venganza si acaso?, tú no sabes nada de la vida. Ayer eras mi perra, hoy puedo fornicar con la que se me dé la gana¬ 

Señala amenazante ¬Esa, aquella y tú, puedo tenerlas cuando me plazca, solo por diversión¬

En la mente de Alison entraba valentía, coraje, furia.   ¬Tú no me conoces¬ Impulsiva. ¬ ¿Piensas que me puedes tratar como una más de tu colección? Que varonil te escuchas cuando hablas de esa manera¬

¬ ¡Cállate!  Te dije¬ Bruce Airoso. 

¬Para mí también eres un pasatiempo y hoy me divertí más con él que contigo¬ Encorva una sonrisa hiriente. ¬Ja... cierto. Contigo nunca la paso bien¬ Suficiente para que Bruces terminara con su poca cordura. 

Nemo estaba allí observando, por dentro rezando para que todo fuese una alucinación.  Pero la tensión era real, tan real que podía sentir los latidos de su corazón acelerados. No pensar mucho, pedir disculpa por lo cometido o tirárselas de valiente.  

No se humillaría ante nadie eso estaba claro para él que a pesar de lo que estaba pasando tenía que conseguir una salida.  

Andrew bajando la cabeza abrió paso para tomar el arma de Bruces en un forcejeo irracional sabiendo que el cañón estaba hacia Aldair todavía. 

Fue entonces cuando el gatillo fue apretado, el dedo índice de Bruces hizo el movimiento involuntario. El trinquete se suelta y el martillo, que posee en su extremo el percutor del revolver retorna abruptamente a su posición original, golpeando violentamente, la presión hace estallar. La pólvora del cartucho estalla, provocando mucha mayor energía para que la bala salga. 

Los gritos unísonos de angustia.

El destello de luz y voces a lo lejano. 

Lo último que Nemo pudo vivir esa noche.