Capítulo 6
El tiempo fue pasando, y aunque a veces parecía que la bebé tenía pequeñas rabietas de la nada o se ponía enferma de la nada, se debía a que aún tenía que "acostumbrarse" a su nuevo cuerpo.
Pronto empezó a gatear, pues eso ya "sabía" hacerlo de antes al caminar sobre sus patas.
Por el resto, ella no paraba de reír dando palmitas divertida cuando le hacían bromas y caras raras, parecía que todo le hacía gracia, y su curiosidad por su alrededor regresó, pues aunque la mayor parte de cosas ya se las habían explicado, su nueva perspectiva y la falta de recuerdos reactivaron esa infinita curiosidad característica.
La mayor parte se la pasaba con María jugando, y también le encantaba cuando ella le leía, aunque la mayor parte de las veces lo hacía antes de dormir, por lo que no solía escuchar el final a la primera.
Incluso al poco tiempo de empezar con las lecturas, ella señalaba con uno de sus deditos las palabras que la chica leía, y aunque ella no leía ni sabía que eran las letras, su precisión a la hora de señalar lo que María leía le hizo hasta creer que la pequeña "leía" mentalmente con ella.
Debido a esto le hicieron una prueba para ver si en verdad leía, y la conclusión era que aunque no lo hacía, su cerebro había "cronometrado" el tiempo que ella tardaba en leer una página por los movimientos de su cabeza y el pasar de las páginas, y había "calculado" el tiempo que tardaba en leer cada palabra, siguiendo estas con el dedo.
Tras ese estudio, la chica fue a cargarla -Eres una pequeña muy lista eh? -sonríe tocando su nariz haciéndola reír y dar palmitas divertida.
-Venga, vamos a jugar un poco ¿vale? -ante su respuesta afirmativa, se fue junto a ella a lo que parecía ser un salón con una ventana enorme desde la que se podía ver el planeta Tierra, así como la Luna de vez en cuando.
Por el camino pasaron por la sala donde seguía la cápsula de aquella "forma de vida definitiva", y la pequeña empezó a balbucear y a señalar la habitación.
-No no pequeña, no podemos ir allí aún -ante esa negativa se ganó un berrinche de la bebé, pero pronto se le pasó al mostrarle su peluche favorito una vez en aquella sala, volviendo a reír jugando con el peluche.
Tras un buen rato, uno de los ayudantes del abuelo de la chica le pidió ayuda a esta para una cosa.
-Vale peque, quédate aquí y ya vengo ahora ¿vale? -la deja distraída con sus juguetes y va con el ayudante.
La bebé aún estuvo un buen rato jugando, pero cuando se aburrió y no vió a la chica allí, empezó a gatear camino a la sala con la cápsula.
Debido a que gateaba bastante rápido, no tardó mucho en llegar, y como todas las puertas eran automáticas, pudo entrar sin problemas a la sala.
Una vez allí se quedó mirando la cápsula con curiosidad, y con ayuda del relieve en escalones que la cápsula parecía hacer logro subirse hasta el cristal de esta, sentándose allí.
Así, tras limpiar un poco el cristal por el vaho que había dentro, pues su interior estaba como congelado, pudo ver que dentro había una criatura similar a los humanos, pero su piel era negra con algunas líneas rojas, así como una pequeña mata de pelo blanco en el pecho y púas en su cabeza.
Además, noto que aunque su figura era semejante a los humanos, no era uno de estos, pues sus brazos y piernas eran mucho más delgados, así como su cabeza más redonda, y los ojos muy grandes.
Impulsada por su curiosidad, golpeo el cristal con la intención de que abriera los ojos para jugar, pero al ver que no le hacía caso hizo un puchero con molestia, hasta que su vista se desvió a un botón de color rojo.
Sin más, ella pulso ese botón, y la cápsula empezó a calentar el interior, llenándola de vapor de agua, por lo que ella intentó limpiar el cristal para seguir viendo aquella criatura, por lo que no se dio cuenta de que el cristal empezaba a abrirse, hasta que esté la acabó tirando al suelo, por lo que empezó a llorar adolorida.
Mientras tanto, en el laboratorio se había activado una alarma que indicaba que la cápsula se estaba abriendo, lo que alertó a Robotnik, que fue a buscar a María.
Volviendo a aquella sala, la criatura que había en la cápsula abrió sus ojos algo confundido intentando adaptarse a la luz. Cuando se incorporó, el resto de sus sentidos se "activaron", moviendo sus orejas al escuchar el llanto de la pequeña bebé.
Debido a que este no paraba, se levantó con cuidado, salió definitivamente de la cápsula y buscó el origen de aquel ruido desconocido para él, encontrándose a otra criatura desconocida, pero aún así la cargo con cuidado -Ey, para de hacer ruido, me vas a taladrar los oídos.
Al sentir que la cargaban y escuchar aquella voz desconocida, la pequeña abrió los ojos algo nerviosa, pero al ver que se trataba de aquella criatura, que la miraba con sus ojos rojos y grandes, solo río un poco y con sus manitas empezó a tocar su cara.
Este iba a apartar sus manos, pero por algún motivo no lo hizo, sólo se formó una pequeña sonrisa en su rostro mientras dejaba que ella satisfaciera su curiosidad.
Poco después llegaron María y su abuelo a la sala, y se sorprendieron al ver allí a la criatura de la cápsula cargando a la bebé, y lo que más asombraba a Gerald era que este estuviera vivo y aparentemente consciente en todos sus sentidos después de creer que iba a ser otro sujeto fallido.
-Por fin... -fue lo primero que este dijo, llamando la atención de la criatura, que los miró frunciendo un poco el ceño y apegando un poco más a la bebé contra él.
-Ey ey, tranquilo, no pasa nada -le dice María notando que se puso tenso -Nosotros la conocemos, y él es quien te creó. -le explica brevemente.
Este pareció relajarse un poco y miró de vuelta a Gerald.
-Así es, y aunque despertaste algo más pronto de lo que deberías, parece que estás bien. Aún así necesito que vengas conmigo para algunas pruebas.
Este no dijo nada y solo asintió, dejando que María se le acercara y cargará a la bebé para poder ir a hacer las pruebas.
Pero con lo que ninguno contaba es que la bebé empezó a llorar en el momento en el que la separaron de la criatura, empezando a patalear y a mover sus bracitos hacia él, cosa que lo puso algo tenso, pues no sabía si estaría bien el volverla a cargar.
-Vaya, parece que le gustaste -sonríe leve la chica y se la entrega de vuelta, y este la acepta sin problema.
Al sentir de vuelta que quien la cargaba era aquella criatura, se calmo poco a poco acurrucándose en el pelo de su pecho cerrando sus ojitos, y agarra este con una de sus manitas quedándose dormida, y a su vez sacándole una pequeña sonrisa a la criatura.
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