Capítulo 13
Tras unos minutos sola, aquel hombre regresa junto a un botiquín, aunque la chica no puede evitar desconfiar en un inicio del contenido de este.
El hombre por su parte no se llegó a dar cuenta, solo se acerca con una gasa, alcohol y vendas a ella, quitándole las que ya tenía en su costado con cuidado para limpiar la herida con la gasa mojada en alcohol, disculpándose ante la queja de la contraria, aunque si lo sorprende que ella no se resistiera en ningún momento.
Una vez vendada de vuelta, Alba desvía la mirada hacia otro lado, pues seguía demasiado confundida y no sabía que pensar aún, ya que su miedo a que todo fuera una farsa y la entregara era grande, miedo que el contrario nota.
-Ey, tranquila, no te va a pasar nada ¿sí? Sea lo que sea de lo que huías, aquí estás a salvo, o por lo menos, no le diré a nadie que estas aquí -le dice con una sonrisa tratando de ganarse su confianza.
Ante esas palabras, la chica seguía dudando un poco, pero pasa a mirarlo empezando a pensar que perfectamente pudo entregarla cuando estaba malherida, ¿para qué curarla? ¿O es que todo era un plan aún más retorcido para ver su potencial y aprovecharse de ella?
Sin duda se estaba comiendo la cabeza, pues el miedo le hacía ver las cosas demasiado complicadas, cuando en verdad eran muy simples, pero se negaba a aceptar aquella simpleza volviendo a la complejidad, empezando a alterarse ella sola.
Debido a ese panorama, el hombre la mira preocupado sin saber muy bien como tranquilizarla, hasta que mirando por la habitación localiza la cajita de música que unos amigos le habían regalado, y pensando que la melodía podría calmarla, decide ir por ella y abrirla para luego acercarse con cuidado a ella mientras la musiquita sonaba.
Al momento, Alba mueve sus orejas ligeramente captando esa melodía, y parecía que funcionaba, pues su respiración empieza a calmarse y su cuerpo se relaja poco a poco gracias a las suaves notas emitidas por aquella cajita, pues le recordaba a cuando María le tarareaba para que se durmiera, aunque aquel recuerdo la hizo bajar las orejas y tener una sonrisa triste, pues la echaba mucho de menos.
-¿Ya te sientes algo mejor? -escucha a su lado, dirigiendo la mirada al pelirrojo, que ya había cerrado la caja al haberse terminado la musiquita, y sonríe levemente al verla asentir -¿Puedes hablar? -le pregunta ahora ya curioso, recibiendo un asentimiento de cabeza, que aunque lo confunde un poco, no opina al respecto -¿Y cuál es tu nombre? -insiste tratando que ella dijera algo.
Ante esa pregunta, la chica niega con la cabeza y se acomoda dándole un poco la espalda.
Viendo eso, el hombre suspira pesado y se va de la habitación de vuelta, aunque pronto regresa con lo que parecían ser unos ficheros -Escucha, no sé que te ha pasado, ni que o quien eres, pero hay un asunto muy extraño en el seno del gobierno que estoy investigando, y creo que te interesará saberlo -le dice ofreciendole los ficheros -Esto es todo lo que he descubierto hasta ahora, y espero puedas ayudarme a averiguar el resto.
Ella lo había mirado y escuchado atentamente, ¿por qué a ella iba a importarle lo que dijeran en el gobierno si ni siquiera sabía que era? Y sobre todo, ¿por qué tenía que ver con ella?
Fueron esas preguntas y muchas más las que la hicieron agarrar los ficheros y comenzar a leerlos a gran velocidad, buscando respuestas al secuestro de Shadow y el que encerraran a su abuelo, pero encontró eso y mucho más.
Tras leerlo todo, se enteró de que ese gobierno había creído que su abuelo había creado a Shadow y a ella también para destruir el planeta, por lo que la idea de la operación que se describía en los ficheros era capturarlos o matarlos a ambos, por eso su abuelo estaba encerrado como un criminal cualquiera y a Shadow se lo habían llevado, para evitar esa amenaza que supuestamente representaban.
Aún así, ella estaba enfadada, pues en su lectura encontró que en la primera operación de captura, es decir la invasión de ARK, ponía que Robotnik fue capturado, las criaturas no, y que hubo incidentes, no tardando mucho en pensar que ese "incidente" se refería a María, y eso mismo era lo que en ese instante hizo que las puntas de su cabello empezaran a echar humo.
Ante eso, el hombre se alarma al no entender de donde provenía el humo precisamente -Ey ey, tranquila, por favor -le pide un tanto nervioso por no saber que hacer.
En un inicio no hace caso, pero al notar los nervios del contrario y ver que estaba algo asustado incluso se queda algo confusa, notando ahora sí que estaba echando humo, por lo que sacude su cabeza para disipar este, y luego mira de vuelta los ficheros para después entregárselos al hombre, descubriendo de paso que se llamaba James, pues era el nombre que estaba escrito como autor de los ficheros y supuso que era el suyo.
-¿Es normal que hagas eso? -pregunta este nervioso agarrando sus ficheros de regreso, a lo que la chica niega con la cabeza, respondiendo así con una sonrisa -En ese caso, bienvenida a mi hogar, espero que te encuentres cómoda y podamos aclarar todo este lío -menciona alzando un poco los ficheros, sonriendo ampliamente al ver una sonrisa también en el rostro de la contraria, pequeña, pero a fin de cuentas una sonrisa.
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