Capítulo 11
Debido a la impotencia que sentía, Alba se quedó en aquel sitio entre lágrimas por un buen rato, tanto que el día dió paso a la noche.
Cuando fue consciente de esto, alzó la mirada a la luna entre lágrimas -¿Por qué?... ¿Por qué tuvieron que venir?... ¿Por qué no nos dejan en paz?... -son las preguntas de las que esperaba respuesta y ahora le hacía al satélite.
Como no recibió respuesta, baja la mirada de vuelta mirando la gema de color rojo con cierto rencor -S-si no hubiera ido por ti... -aprieta esta un poco con algunas lágrimas sin darse cuenta de que sus ojos emitían un destello rojizo.
Es entonces cuando unas palabras llegan a su mente -"Si de verdad quieres lo que ella dijo, unas palabras bonitas no solucionan nada, todos te tomaran por tonta y se van a aprovechar de ti, ¿es eso lo que quieres?"
Al pensar en esas palabras, se seca las lágrimas con una mano poniendose de pie con dificultad, y así como estaba, se guarda la gema y empieza a caminar siguiendo las huellas que aquel vehículo había dejado.
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Tres años pasaron, tres largos años en los que Alba estuvo viajando en busca del erizo de púas oscuras, esto debido a que perdió el rastro de las huellas y dió varios rodeos.
De todas formas, aprovechó ese pequeño contratiempo para aprender a controlar su poder, lo que la ayudó a viajar más rápido al poder congelar grandes extensiones de tierra y patinar sobre estas, así como mejoró en el vuelo, y ahora podía recorrer grandes distancias por el aire en cuestión de segundos.
A su vez, también aprendió que podía sentir la energía de las gemas como la que ahora mismo tenía, ya que empezó a sentir la de la que Shadow tenía antes de que lo capturaran, lo que la ayudó a reconducir su camino en la buena dirección.
Tras un par de semanas volando casi sin descanso, por fin localizó a lo lejos una isla con un edificio de aspecto imponente, y en el que podía sentir que había mucha gente.
Al acercarse un poco más, cae en picada al agua mientras su cabello, orejas y alas se volvían azules. Una vez sumergida, y pudiendo ahora respirar bajo el agua, "vuela" en esta para llegar lo antes posible a la orilla.
En cuanto llegó, se quedó un poco bajo el agua, al menos hasta que se aseguró de que no había nadie cerca, por lo que sale del agua y se oculta rapidamente en un bosque que había por el resto de la isla.
Una vez ahí, usa la energía de la gema para secarse rápidamente elevando la temperatura de su cuerpo. Tras guardarse la gema de nuevo, empieza a avanzar por el bosque con sigilo y moviendo las orejas para detectar trampas o a quien se acercara a ella sin saber.
Gracias a esto, se detuvo y miró a su derecha, donde al poco apareció un soldado, y sin darle tiempo a reaccionar, ella extiende su mano haciendo crecer las raices de los árboles para sujetarlo y taparle la boca para que no gritara.
Una vez inmovilizado, se acerca a él, le quita el arma y adopta su apariencia -Vosotros me obligasteis a venir... -es lo único que dice ante la mirada de nerviosismo que recibe, y con un golpe en su nuca lo noquea.
Tras dejarlo ahora amarrado y amordazado con ramas al tronco de un árbol, empieza a caminar como si hiciera la guardia que se suponía el original debía hacer.
-Ey, Simon. Se acabó nuestro turno, vamos
Aquel llamado, la alarmó, pero al darse la vuelta vió a otro soldado, por lo que solo asiente empezando a seguirlo tratando de calmarse, reuniéndose al poco con otro soldado.
-¿Sabéis? Aún no se por que tenemos que estar patrullando este sitio, esta en medio de la nada, y dentro no hay nadie potencialmente peligroso.
-Supuestamente es para evitar que la niña esta venga por la Esmeralda.
Al escuchar eso, la chica se tensa bastante, pues obviamente hablaban de ella, y no podía participar en la conversación si no quería ser descubierta.
-Ya lo sé, pero han pasado 3 años y aún no aparece ni por la ciudad, y tanto no se tarda desde donde encontraron al erizo -se encoge de hombros.
-Cierto, pero fueron a buscarla de vuelta y no estaba por la zona, así que el jefe sospecha que esta reuniendo el resto de Esmeraldas.
Aquello llamó la atención de la chica, ¿había mas de esas Esmeraldas? Aunque ahora que lo pensaba tenía sentido, pues sentía varias energías como la de la gema que tenía, pero estaban muy lejos, por lo que solo se centró en su camino original.
Mientras ellos dos hablaban, ella observaba el lugar tratando de memorizarlo para escapar con Shadow una vez lo rescatara.
Sin embargo, algo llamo su atención en una jaula que estaba en el medio de una sala, y alguien parecía hacer cálculos en la pared.
-¿Qué está haciendo el viejo ese ahora? -dice uno de los soldados que iba con ella.
¿Viejo? Acaso era... ¿Su abuelo?
-Quien sabe, perdió más de un tornillo desde que lo encerraron, y no para de repetir lo que ya sabíamos, que iba a usar a la niña y al erizo para destruir el planeta.
Al escuchar eso, la chica los mira incrédula, ¿cómo que destruir el planeta? Ella nunca supo de semejante idea tan descavellada ni participaría en esta, por lo que sacude la cabeza cuando esa posibilidad pasó por su mente, ¿en qué estaba pensando?
-Ey Simon, ¿te encuentras bien? No has dicho ni una palabra desde que entramos -mirándola entre desconfiado y confundido.
-Es cierto, y no creo que te pillara un resfriado en pleno verano como para no hablar, además, hasta hace un momento te quejabas del turno que nos tocó.
Cada vez la chica estaba más nerviosa, pues como abriera la boca estaba perdida, aunque ya prácticamente lo estaba.
Sin embargo, todo se puso peor cuando uno de los patrullas encontró al soldado que ella sustituía atado a un árbol y amordazado con sus propias raíces.
Ante esto, los dos soldados que iban con ella la apuntan -Muy lista, así que eras tú todo el tiempo.
-Bueno, gracias por venir sola a la boca del lobo, ahora se buena y acompáñanos, a poder ser con tu apariencia normal -dice con arrogancia.
Al escucharlos, ella gruñe y "abandona" su disfraz haciendo caso, pero precisamente aprovecha el brillo que su cuerpo emitía al transformarse para agarrar su bastón y hacerlos caer al suelo, para luego levantarlos con su telequinesia y empujarlos a la pared de enfrente y dejarlos inconscientes.
Ante esto, las alarmas empezaron a sonar dando la alerta de su presencia, por lo que empieza a correr por la base para encontrarse de vuelta con el abuelo, necesitaba respuestas.
Cuando llegó, le fue fácil librarse de quien vigilaban su celda con ayuda de su telequinesia, y corrió hasta la jaula -¡Abuelo! -aunque no entendía nada, se alegraba de ver una cara conocida tras tres años sola.
¿Alba? -este la mira al principio confundido, pero sus orejas y alas, aunque no llegó a verlas antes, le recordaban a su antigua forma, por lo que no había duda -Pequeña, no deberías estar aquí, te podrían lastimar.
-L-lo sé pero... S-shad esta aquí... -baja sus orejas, a lo que Gerald se puso algo serio, y luego ella lo mira dolida -Y... ¿Q-qué es eso de usarnos para...?
-Ya sé lo que me vas a decir, y eso es lo que ellos creían que hacía con mis experimentos -acaricia la mejilla de ella -Pero tú no escuches eso ¿sí? Pase lo que pase, prométeme que no vas a lastimar a nadie por placer, y que solo lo harás en defensa propia si la situación lo requiere.
-N-no entiendo... ¿Ent-tonces por qué...? -una vez más fue interrumpida.
-No importa Alba, es importante que pase lo que pase no hagas caso de eso, prométemelo.
Ante tal insistencia, ella se puso algo nerviosa -V-vale vale... L-lo prometo abuelo... No lastimaré a nadie sin motivo... -aún confundida.
-Bien, ahora ve y saca a Shadow de aquí, podrían lastimarlo si intentara resistirse, cosa que seguro hará. -algo preocupado.
-P-pero, ¿y tú qué? -asustada.
-No te preocupes por mi, ya estoy mayor para estas cosas... -mira al frente como mas soldados llegan -Recuerda... No le hagas daño a nadie sin motivo
Al escuchar eso, la chica asiente de nuevo con cierta tristeza, y tras usar nuevamente su telequinesia para inmovilizar a los soldados, se va corriendo, y tras golpear fuerte con su bastón el control de la puerta, los deja allí encerrados, por lo que comienza a buscar al erizo evitando pelear en todo lo posible.
Dió varias vueltas por todo el lugar sin encontrar al erizo, y no importaba cuanto lo llamara, este no respondía, lo cual la asustaba.
Sin embargo, no tuvo tiempo para pensar en eso, pues cada vez eran mas tras ella, por lo que no le quedaba de otra que huir por esta vez, asi que mueve su mano de un lado a otro calentando el aire a su alrededor y creando una cortina de fuego delante de ella e impidiendo el paso de sus perseguidores.
Una vez llega afuera, alza el vuelo comenzando la huída, y aunque por un momento se relajó, pronto unas máquinas con aspas en la parte superior y una especie de cola comenzaron a perseguirla, por lo que acelera aleteando mas fuerte.
Así comenzó una persecución aérea donde le disparaban tratando de apuntar a sus alas, pero que al esquivar ella recibía las erizas en sus piernas y brazos, y en la que ella aleteaba en su dirección de vez en cuando para crear una corriente de aire que los detuviera un poco, pero aquello no le duró mucho, pues ahora unas máquinas acuáticas ayudaban en la persecución.
Ante esto, ya no sabía muy bien a donde huir, sobre todo cuando dispararon desde las máquinas aéreas a sus alas, haciendola quejarse de dolor y comenzar a caer directa a una red que las máquinas acuáticas abrieron entre ellas.
Pensando que estaba perdida, nota que la gema que tenía guardada brilla, pero no le da tiempo a verla, pues ya había caído derecha en la red.
-¡La tenemos! -comenzaron a celebrar los soldados sobre las máquinas acuáticas, y ella los mira nerviosa y con las orejas bajas, sacando ahora si la gema con dificultad.
Unas palabras sonaron en su mente al agarrarla, y por instinto las pronunció -Chaos Control -y dicho esto, desapareció ante la atónita mirada de todos.
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En una ciudad cercana a donde se produjo la pelea, un hombre paseaba por la playa observando el mar, hasta que un brillo llamó su atención, para posteriormente aparecer una chica de la nada, aunque esta era muy peculiar, pues tenía un par de alas y sus orejas estaban sobre la cabeza, como si fueran las de un animal.
Pero lo mejor, o peor de todo, es que estaba bastante lastimada, y aunque ella trató de levantarse, sus heridas de bala eran bastantes y algo graves por el sangrado que ya tenía, por lo que cayó al suelo inconsciente.
Ante esta visión, el hombre se aseguró de que no había nadie cerca y fue a socorrer a aquella chica.
No sabía quien o que era, pero no pensaba dejarla allí tirada a su suerte, el resto ya lo sabría, a fin de cuentas, en el mundo de las noticias, un buen reportaje requiere tiempo, dedicación e información real y fiable.
Tal vez esa rara chica tenía que ver con lo que estaba investigando, quien sabe.
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