Sunshine, Manchester 2:14 pm

"Nunca desistas de un sueño, solo trata de ver las señales que te llevan a el"

—¿Esta todo listo? —preguntó Eleanor al ver a su hija salir con una maleta en mano.

—Si, esto es todo lo que tengo. ¿Podrías ayudarme colocándole el seguro? Yo iré a ver que nada importante se me haya olvidado. 

Elena entró nuevamente a su pequeño dormitorio, al lado de su cama estaba la de su difunta abuela sabía muy bien que después de que saliera de ese lugar jamás volvería. Caminó hasta sentarse en su cama y observó con detenimiento el pequeño espacio que ya se encontraba vacío sin sus pertenencias. Algo llamó la atención de su vista, era un pequeño libro o quizás un cuaderno que sobresalía un poco debajo del colchón de la cama de su difunta abuela.

No lo había notado... se acercó a la cama, alzó el colchón y sacó el objeto que curiosamente era un diario.

El diario de la mujer que la había cuidado por tantos años. Dejo un suspiro en el aire antes de abrir la libreta, recordaba esa bonita caligrafía de la mujer que la educó en sus primeros años. No tenía dudas, era la caligrafía de su abuela. Cambió de página y leyó rápidamente.

"Tengo problemas económicos, el divorcio me ha dejado prácticamente en la calle, ¿Qué voy hacer?"

Siguió ojeando el diario.

"Mi prima me ha propuesto un negocio, no estoy segura de aceptarlo"

Volvió a cambiar la página. 

"Tengo a una hermosa bebé bajo mis cuidados, ella no merece tanto sufrimiento, no tiene la culpa de nada..."

—¿Aún no has terminado?  —preguntó Eleanor entrando a la habitación. Elena cerró rápidamente el diario asustada.  —¿Sucede algo?

—No nada, ¿Por qué debería pasar algo? 

—No lo sé... —Eleanor le dio una mirada de inspección.  —Estas nerviosa, ¿Qué es ese libro que tienes?

—¿Qué?  ¿Yo? Yo no estoy nerviosa, —sonrió falsamente intentado que la castaña mayor le creyera. —Este no es un libro... es... mi diario.

—Oh vaya, yo también tenía uno en mi adolescencia pero dejé de escribir a los 14 años.

—Será mejor que vayamos a visitar las tiendas que me habías contado. —tomó de la mano a Eleanor y ambas salieron del dormitorio, dejando atrás la vida falsa de Lucy Gaspar. 

Elena se despidió de los pocos vecinos que se relacionaban con ella, también fue a dejar su renuncia en la cafetería no sin ayudar a la señora Patrick con la gran cantidad de clientes que tenía ¡Hasta Eleanor se puso a vender café y pastelillos!

—Tienes un poco de harina en el cabello. —Eleanor se acercó a su hija y le sacó el polvo blanco de su cabello castaño.

—¡Pensé que usted sabía hornear galletas! —se burló la castaña arreglandose el cabello mientras caminaba al lado de Eleanor.

—Dije que el café es mi especialidad, no hacer galletas. —Eleanor abrió la puerta de la tienda dejando asombrada a Elena. 

—¿Estamos en TommyxGigi?

—Así es. —Eleanor se acercó a ella y colocó sus manos en los hombros de su hija.

—¿No cree que es muy costoso?

—Has de cuenta que la dueña de esto es tu tía política. —le susurró en el oído, soltó sus hombros y se acercó a saludar a las chicas que trabajaban en el local, quienes rápidamente se pusieron a su disposición. 

"Gigi Hadid es mi tía política, que loco, debo estar soñando"

—Elena, ven. —la llamó Eleanor con varios vestidos en la mano. Las demás chicas quienes escucharon el nombre de la joven la miraron con impresión.

—Ella es... Elena Tomlinson. ¿Su hija?
—murmuró una rubia de ojos verdes, quién puso en alerta a Eleanor de su error.

Su hija no estaba enterada de lo que es la fama realmente, no esta preparada ni física ni mental para que tenga todas las cámaras y ojos del mundo puestos en ella.

—Por favor, pido absoluta discreción nadie sabe de esto, solo Louis y yo. Espero que esto no salva de estas paredes. —sabía que estaba pidiendo demasiado, Louis se enojara con ella.

Rápidamente las trabajadoras dijeron que si iban a guardar el secreto, pero verdaderamente estaban mintiendo, la primicia de la aparición de Elena Tomlinson Calder valía millones de dolares, una oportunidad única. 

(...)

Centro de Manchester, 8:40 pm

—Y este tatuaje, ¿que significa? —preguntó Elena a Eleanor.

Ambas ya se encontraban en un restaurante para cenar, solo esperaban a que Louis llegara al lugar para hacer el pedido, mientras eso pasaba madre e hija estaban hablando sobre sus gustos, Elena tenía miedo a las agujas pero admiraba los tatuajes, por eso decidió preguntarle a su madre por los que ella tenía. 

—Esta L, es de Louis. El también tiene una E, de Eleanor pero también de Elena. —ambas rieron.  —Hicimos esto juntos, después de nuestra reconciliación prometimos estar juntos por siempre.

—¿Y qué pasó?  —llena de intriga Elena se acercó más, apoyandose en la mesa para dejarle ver a su madre que estaba muy interesada en todo lo que le estaba contando.

—Por "siempre" es una palabra demasiado grande. 

Elena levantó la vista justo a tiempo para ver como Louis entraba al restaurante y se sentaba en la mesa al lado de su madre. La mirada de Elena se posó en la mano donde Louis llevaba el tatuaje que Eleanor le estaba comentando.

—¿Cómo te fue? —le preguntó Eleanor mientras le hacía ceña al joven mesero para que atendiera sus pedidos.

—Muy bien, oficialmente eres una Tomlinson. —le sonrió Louis a su hija.

—¡También es Calder! —Eleanor lo pateó debajo de la mesa.

—Ni siquiera me dejaste terminar de hablar. —se defendió, Elena soltó una pequeña carcajada, aquella mujer y hombre se comportaban como niños, incluso ella parecía la adulta en esa mesa y solo tenía diecisiete. —Aquí tienes, tu acta de nacimiento Elena Tomlinson Calder, y tu pasaporte pude agilizar el procedimiento después que fueras a tomarte la foto.

El mesero llegó hasta la mesa y tomó la orden, no sin antes ver con asombro a la modelo Eleanor Calder cenar con su ex esposo, el cantante Louis Tomlinson,  ex integrante de la famosa boyband One Direction junto a una desconocida.

Louis le pasó un sobre de manilla a su hija quien veía embobada el sobre. ¡Sus documentos! Por primera vez, por estúpido que sonara, ella sentía que era alguien en el mundo, al fin tenía una identidad ¡Una real!,  Lo tomó y abrió el sobre sacando la carta de reconocimiento firmado por su padre.

Fue inevitable que no llorara por la emoción. Eleanor dejó su asiento y se levantó para abrazar a su hija dando una emotiva escena de madre e hija para los ojos de Louis.

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Regalo adelantado por los 1k de leídos. Gracias a cada una de las personas que estan leyendo esta historia desde el momento en que empecé, espero que sigamos juntos hasta el final.

Jaz