Caminaban tomados de la mano, Lían y Mery estaban por un mini paseo por la plaza circular del centro de Artes de Corea.

Ella no se había dado cuenta de lo bien que se Sentía estar con alguien que conociera un poco del arte clásico.

Ella sonreía hasta más no poder, sus ojos brillaban. Tenía una luz, esa luz que había enamorado a Jungkook.

-- me la pase muy bien Hoy Lían. Gracias!!

-- No me agradezcas,  fue un placer haber estado tiempo contigo.

Ambos fijaron su vista en los ojos del otro.

Como si fuera un imán atrayendo a un metal, sus rostros acortaron la distancia. Un beso, sutil pero con ganas de más, se dio entre ellos.

Jungkook miraba aquella escena que le destrozó el corazón. Sus manos se cerraron en un puño, tiró las flores y el regalo y corrió hacia ellos. 

Lanzó un golpe en seco que impactó en el rostro de Lían quien lo miraba sorprendido. Jungkook estaba rojo de la ira, su cuerpo en llamas, ella era su chica.

Los golpes siguieron, ella gritaba pero Jungkook estaba bloqueado no podía oir mas nada que su voz interior. "mi chica, mi chica, maldito"

-- JUNGKOOK BASTA!! -- Mery lo golpeó e hizo lo imposible para separar a Jungkook de Lían quien trataba inútilmente de defenderse de los golpes. -- DÉJALO EN PAZ, YA DÉJALO!!

Él la vio, Jungkook la miraba desconcertado, ella era su novia, la chica que el creía amar.
Dejo de golpear al sujeto y se levantó  camino hacia ella con la intención de frenar las lágrimas que caían de la chica.

-- No me toques!! No des un paso mas hacia mi!! -- ella seguía llorando, estaba enojada con el cavernícola que tenía por novio. -- como te atreves a golpearlo!!?? -- ella corrió hacia Lían quien se limpiaba la sangre del labio. -- estas bien?? -- sus manos recorrían el rostro del caído. Ella aún seguía llorando.

-- No llores no es tu culpa de que aquel -- señaló a Jungkook -- me haya golpeado ...

-- Mery alejate de él -- él  estaba destrozado, ella lo había engañado, una daga por la espalda fue lo que ella hizo.

-- No, no lo haré!!  Mi madre tenía razón, no eres nadie, sólo eres un bruto, que no ves que casi lo matas?? -- sonreía con enojo, toda su ira estaba siendo descargada con el sujeto que siempre estuvo para ella -- No me sirves, nunca, como diablos pensé estar con alguien como tu?? -- el espectáculo montado por esos tres en la plaza era tal que todos veían y otros solo caminaban sin darles importantes -- mi madre tenía razón, no eres nadie, no tiened una meta y ni nada por el estilo, estas vacío, no puedo estar con alguien como tu!! No tengo futuro contigo!! -- No dijo más y tomó a Lían y salieron de ese lugar juntos.

Jungkook quedó ahi parado, siendo el centro de miradas de todos.
Tenía ganas de gritarle al mundo, quería desahogar sus penas. Él la amaba, su corazón quedó hecho trizas, los pedazos hacían eco en su interior, parte de su vida se había ido.

Sus ojos picaban tenía ganas de llorar. Parte de su mundo se había vuelto oscuro, la luz se fue con ella.

[...]

-- lamentó lo que paso, en realidad yo...

-- tranquila no fue tu culpa, no tienes la culpa de ser hermosa -- el sonrío con un poco de dolor y acaricio su mejilla. -- Te veo mañana Mery, pasaré por ti.

--Gracias por lo de hoy...!! -- sonrío.

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Los días pasaban, ella no había vuelto a ver a Jungkook.

El primer día de clases después de esa pelea quiso hablar con él y aclarar todo, que todo había terminado y que no la molestará nunca más. Él nunca apareció, no ese día,  ni el otro, ni el siguiente del otro, ni el siguiente del siguiente. Él no aparecía.
Dejo de pensar en él y avanzo más con Lían.
Su madre estába que rebozaba de alegría al ver a su hija salir más seguido con el Joven Lían.
Todo Su mundo se había vuelto mas simple y feliz. Su madre era más amable, su padre estaba feliz con su nuevo puesto de trabajo, Lían también estaba feliz.

No había vuelto a ver a Jungkook, y de cierto modo quería que todo quedará en paz con él.

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Jungkook por su parte se encontraba destrozado, su vida había terminado, había dejado su trabajo, y volvió a su casa con sus padres, ahí se puso a trabajar y seguir sus estudios, pero esta vez sin ninguna relación ni nada por el estilo.
No quería saber más nada de nadie, odia pensarla, pero ahora un nuevo sentimiento crecía en él, el odio que le tenía a aquella mujer que alguna vez amo. Era frío y calculador en cada paso que daba. Se había alejado completamente de todo, no quería sufrir, por eso se exigía en todo lo que hacia.
No quería pensarla, su recuerdo lo torturaba, era cierto que al principio la extrañaba, sentía la necesidad de verla, si ella quería, él volvería con ella, olvidaría el engaño, se olvidaría de sus palabras, borraría ese dia, sólo por ella. Pero eso jamás paso, él no pudo perdonarla, con el correr del tiempo su corazón endurecio, un gran muro había a su alrededor. Un muro que nadie podría penetrar, él solo cuidaba su corazón. Ya había tenido suficiente.
Odiaba tener que odiarla, pero esa mujer era una escoria de persona, había pasado mucho para que él reaccionará y viera lo que realmente era. Jamás lo amo, era un títere.
Pero sobre todo, se odiaba a él mismo por haber sido tan ciego, por haber dado todo por ella y no recibir nada a cambio.

Sus días habían sido distintos, sus ojos se abrieron, la realidad era distinta a todo lo que él había pensado.
El volvería, la realidad sería distinta.

Nadie saldría ileso de esto, cada quien cometió errores. Lo justo es dar y recibir. Él lo dio todo pero lo que recibió fue traición de parte de la joven.
Las agujas del reloj marcarían el tiempo del cambio.

Caminos encontrados, locuras que harán que su muro de venga abajo. Sólo ella sería capaz de hacer que él volviera ser el mismo. El chico sonriente y lleno de vida
El que una vez amo con locura.

!Gracias (___)!