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Capítulo 22| Ataques

D A M I Á N
💝💝💝

—Damián —exclama Alex. Se veía pálido, el color se había perdido en su piel y apenas si podía respirar con normalidad.

—Alex —habla Penny levantándose de la cama, extendió sus brazos asustada queriendo explicar lo que estaba sucediendo.

—Penny déjalo procesarlo —hablo rompiendo la tensión que había en el ambiente, Alex me miró sin creérselo del todo y apenas dio unos pasos para dejar la comida de mi hermana sobre el escritorio. Penny se acercó sonriendo a su novio dándole un abrazo, el chico seguía en shock y mi hermana se aleja tan solo un poco para verlo a los ojos.

—Estas vivo —susurro Alex viendo a mi hermana que asintió con la cabeza, Penny lo soltó y el descendiente de Ares se acercó a pasos lentos hacia mi. Esperaba que me golpeara, por todo el infierno que les hice pasar a mis hermanas, a mi novia y ni hablar a el que se encargó de cuidar a Penny todo este tiempo.

—Alex te puedo explicar... —murmuró Penny apresurada, estaba pensando lo mismo que yo. Pero Alex solo me abrazó, le devolví el gesto porque en verdad extrañaba estar con mis amigos, estar vivo.

—¿Cómo es posible que estés vivo? —preguntó Alex con un notable tono de alegría en su voz, el shock inicial comenzó a pasarse.

—Es una larga historia, te lo contaré cuando todo sea seguro. Tienes que guardar el secreto —le imploro con nerviosismo, estaba dispuesto a revelar mi verdad con Penny porque estaba muy mal pero hacerlo con su novio es arriesgado. Mi madre va a matarme cuando se entere.

—¿Qué? No puedes decirme esto ¿sabes lo mal que lo está pasando Aileen?, no puedes solo dejarla seguir sufriendo, Artemis se está aprovechando de esa situación —enuncia el descendiente de Ares, caminando de un lado a otro por la habitación, desordenando su cabello con las manos. Aparte mi mirada del chico para ver a mi hermana que tampoco estaba comprendiendo que le pasaba y ambos intercambiamos una mirada que decía "haz que mantenga la boca cerrada".

—Lo sé, pero por ahora no puedo volver mi madre tiene un plan y no puedo estropearlo —respondo agachando la cabeza, yo más que nadie quería regresar a mi vida normal. Pero se que no todo será como antes, ya nada será igual.

—Te apoyaré en todo lo que necesites Damián —objeta Alex. Apoyando su mano en mi hombro con algo de fuerza. Es la primera vez en meses que tengo esperanzas, pero sé que esto acabara mal no soy idiota. Lastimé demasiado a Aileen como para saber que cuando vuelva a ella me odiara o estará feliz ya no se nada.

—Gracias hermano, gracias por cuidar de Penny y mi princesa del rayo —apenas me salió una mueca queriendo volverse sonrisa, pero solo quedo en eso una mueca.

—Bien ahora que ya sabemos la verdad, me gustaría comer algo, la verdad ver la pizza me abrió el apetito —informa Penny, se tiró en la cama tomando una rebanada de pizza. Que degusto con mucho placer se veía con hambre.

—Algo quiero saber antes de comer ¿fuiste tú el que deshizo el hechizo del olvido de la princesa? —cuestiona el chico conteniendo la sonrisa, sabía que él quería lo mejor para Aileen.

—Si, fui yo, no podía dejarla así confundida —contestó. Su perdida de memoria fue aprovechada por el idiota de su protector que intentaba acercarse a Aileen aprovechando su falta de memoria.

—Vas a tener que ayudarme con Aileen, a cuidarla de tu hermana Alysa ella quiere vengarse por tu muerte —se estremece de solo pensar en lo que sería capaz de hacer mi hermana Alysa y no es para menos. Tuvo una infancia difícil y no teme el tomar justicia por mano propia.

—Lo sé, escuché cuando ella la acusaba con Artemis de ser la culpable de mi muerte —replicó, pero no puedo hacer nada si mi madre aun no me da luz verde para aparecer y que todos sepan que sigo vivo.

A I L E E N
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Empapada, con frío y con un nudo en el estómago, me planté frente la puerta de la habitación de Damián en el olimpo. Respire hondo abriendo la puerta, dentro de aquellas cuatro paredes se sentía el aroma a desodorante masculino y la esencia natural de mi novio. El aroma de Damián trae nuevos recuerdos a mi memoria y una débil sonrisa se escapa de mis labios. Entró dudosa a la habitación y las luces se encendieron, corazones cayeron del techo. Estos al tocar el suelo se vuelven humo, mirando hacia arriba noto que provienen del techo y doy un paso dentro viendo que nada sucedía si esos corazones me tocaban. Una sensación de tristeza me invadió al ver una foto de nosotros juntos, los corazones dejaron de caer y al mirar al techo los vi de color negro. Una habitación lectora del ánimo, esto es muy de su estilo o era. Mire a mi alrededor y en el escritorio observó una nota que tiene mi nombre.

"Para mi princesa del rayo con amor Damián"

Tome la nota y debajo de esta había un USB que lo sostuve con mis manos, estaba toda mojada, no podía esconderlo.

—Lo extrañas demasiado, ¿no? —me giro encontrándome con los oscuros ojos negros de Apolión.

—Ahora que recuerdo todo me es inevitable no extrañarlo Apoli —mire de nuevo el techo, pero no pasó nada. Chico listo, preparo esto para cuando me encontrara sola en su habitación.

—Sabes Aileen, yo cuando termine con Agatha me pareció el fin del mundo, pero tú perdiste a tu novio para siempre y lo vas intentando superar, realmente eres muy fuerte prima —me abrazo, pero yo no me sentía para nada fuerte, al contrario, me sentía débil.

—No sé si soy fuerte primo, este dolor que tengo en el corazón está y siempre estuvo cuando perdí la memoria es algo que no sé cuándo parará —escondí mi cabeza en su pecho aferrándome a su ropa para no llorar.

—Escucha Aileen, existe una posibilidad que Damián no haya muerto —acaricio mi cabello con cuidado, pero yo me separe de golpe al asimilar las palabras.

—¿De qué estás hablando? —una pequeña esperanza se encendió en mi interior.

—Damián no apareció jamás en el inframundo y las Moiras tampoco lo encontraron en el río de las almas.

—Entonces eso quiere decir que Damián puede estar vivo Apolión —caí de rodillas al suelo intentando procesar todo esto.

—No lo sé, Aileen, la verdad, no lo sé —mi primo se agachó frotando mi espalda.

—Apolión por favor tienes que encontrarlo —lo tome de los brazos mirándolo fijo —Por favor tienes que encontrarlo. Promete que lo encontrarás, haré lo que sea para que el regrese. Por favor tráelo de vuelta —lo sacudí desesperada, estaba dispuesta a dar mi vida para que él volviera.

—Aileen, por favor tranquilízate, es una posibilidad remota rayito —me abrazó mientras yo pataleaba porque quería de nuevo a Damián. Luego de media hora llorando e intentando convencerlo me rendí.

—Gracias por intentarlo Apolión, sé que está siendo muy difícil descubrir dónde está Damián —sequé mis lágrimas y me puse en pie con la poca fuerza que aún me quedaba para irme a mi cuarto.

Tome una ducha de agua caliente para no enfermarme, mi cuerpo estaba temblando a estas alturas. Deje que el agua de la ducha me calentara un poco el cuerpo, escuché voces en mi habitación, pero supuse que serían las ninfas limpiando el basurero que es mi cuarto. Por lo cual me tomé unos minutos más para que el agua relajara mis músculos, había recibido mucha energía de los peces y aunque tuve una pataleta hace rato mi cuerpo continuaba con demasiada carga energética. Al salir de la ducha mi cuerpo olía a uvas por el champú y el jabón corporal. Me envolví en una toalla, no podía ver mi reflejo porque el vidrio estaba empañado. Sobre el lavado estaba el USB que había tomado de la habitación de Damián. Dudé unos segundos si ver el contenido del mismo o guardarlo.

Mi habitación olía a rosas, estaba limpia y pulcra como hace muchos días estaba. Caminé a mi armario donde tomé un vestido, me quería sentir bonita por lo menos una vez más. Me puse mis tacones favoritos y acomodé mi cabello frente a mi tocador. Me maquillé, no sé por qué necesitaba estar bonita para ver el vídeo, pero así quise estar. Me senté frente al computador con la pantalla del monitor encendido y en el fondo del escritorio había una foto con mis padres. Tenía dieciséis años cuando tomamos esa fotografía fue el momento de mi coronación como princesa. En el momento en que la corona fue colocada sobre mi cabeza sentí la enorme responsabilidad que había sido puesta sobre mi cabeza. Perfecto, desde ese momento tuve que comenzar a ser perfecta, poner en práctica todas las clases que había tenido para la coronación como princesa y las que tuve después de eso. Pero mis padres tenían una enorme sonrisa, orgullo por su princesita es lo único que me mantenía fuerte en no querer fallarles.

Coloque el USB en el computador y este se abrió mostrando una única carpeta. Tenía mi nombre, por lo cual decidí abrirlo viendo que en la carpeta solo había un vídeo. La pantalla se puso en negro un segundo y luego el rostro de Damián apareció en la pantalla. Estaba en el reconocimiento de Ylenia como hija de Poseidón, lo supe porque él llevaba la misma ropa que había usado en la ceremonia.

—Mi princesa del rayo, si me preguntaran cuanto te amo mi respuesta sería que cuenten las estrellas del universo. Aun así, se quedarían cortos con lo que siento por ti mi rayito en la tormenta. Prometo protegerte con mi vida si es necesario y te esperaría por mil años mi rayito —tiro un beso a la cámara y lo atrape como si de verdad él estuviera frente para dármelo. Lo vi moverse entre los demás semidioses y en la pantalla aparecí de espaldas con mi elegante vestido y mi corona de rayos. Damián me tomó de la cintura enfocando mi rostro ante la sorpresa me giro besando su mejilla. Con mis dedos acaricio la pantalla de la computadora aguantando las lágrimas. —Saluda a la cámara mi princesa del rayo —me enfoca mejor besando el ahora mi mejilla.

—Estamos en la ceremonia de mi prima Ylenia, todo está yendo genial por ahora —subí mi mano con mi pulgar hacia arriba indicando que todo iba perfecto.

—Eres tan perfecta, rayito, te amo —con un beso en nuestros labios la pantalla volvió a ponerse en negro. Empezó a sonar una tonalidad dulce y fotos nuestras comenzaron a aparecer en la pantalla.

Siempre supe que te encontraría no hay tiempo para decir que te amaría por mil años más
amarte por mil años más

La pantalla volvió a ponerse en negro unos minutos donde la última foto apareció éramos nosotros dos en el bosque encantado con muchas lucesitas a nuestro alrededor. Nuestra última cita antes de que él se muriera.

—Feliz cumpleaños, mi princesa del rayo, te amo con mi vida —el vídeo se acabó. Cerré mis ojos por un momento, respirando hondo hablé.

—Yo también te amaré por mil años Damián —sonreí, pero mis labios temblaron ante los sollozos. Fui al baño para lavarme la cara y necesitaba despejar mi mente. Mi cumpleaños en cinco meses será mi cumpleaños Damián siempre fue de preparar todo con antelación, no me pareció extraño que me haya hecho este vídeo para mí.

La cocina olía a chocolate y parecía bastante ajetreada cuando entre las ninfas ayudaban a las hijas de Hestia. Aproveche para qué juntas arreglar los detalles de la comida para la fiesta. Son diecinueve años los que cumpliría y la fiesta me mantendría ocupada.

—Liz quiero un pastel gigante de chocolate —la hija mayor de Hestia asentía con la cabeza. Hestia, al igual que Artemisa, adoptó a sus hijas, pero de menor manera tiene cinco hijas adoptivas, a la diosa siempre les gusto los niños y ama a sus hijas.

—Dalo por hecho princesa Aileen —ella volvió a sus quehaceres y me fui con mi tablilla. En el pasillo choco contra Artemis.

—Hola princesa Aileen —me saludó besando mi mejilla. Me sentí algo incómoda por su cercanía por lo cual me alejé un poco.

—Artemis —sonreí por cortesía, pero algo me estaba diciendo que no me gustaría lo que me iba a decir.

—Princesa quería verte justo iba a eso... quería saber si de casualidad podemos llegar a ser más que unos buenos amigos —paso el peso de un pie al otro, en mis oídos un zumbido comenzó a sonar —Me gustas mucho y termine con Alysa hace algunos días —trague saliva con dificultad —¿Te interesa salir conmigo? —palidecí, sabía que esta conversación no llevaría a nada bueno.

—Artemis, yo solo te quiero como amigo, no sé si te veré como algo más que eso, pero podemos cenar con mis primos si quieres —tuve que forzar la sonrisa.

—Claro princesa, me gustaría conocer mejor a la princesa Ylenia y al príncipe Apolión —contestó alegre

—Quedamos así —me fui huyendo antes de que él me dijera otra cosa, pero al cruzar cerca de la sala de tronos freno mi andar.

—¡Auch! —un jadeo de dolor me sorprende por lo cual corrí para ver qué estaba pasando. Dentro de la sala se encontraba Ylenia y Demi. Unos segundos después cae del techo Alida. Camino hasta estar justo al lado de mi prima, luego de unos segundos aparece Apolión.

—Vaya parece que será más fácil de lo que creí —la descendiente de Medusa se levanta del suelo.

—¿De qué rayos hablas? —la miré sin entender qué estaba pasando.

—Hemos venido a matarlos a todos —la sonrisa perversa de Alida me congeló la sangre.

—Creo que las manzanas te dañaron el cerebro —mi primo contuvo la risa al igual que yo.

—Déjala tranquila —en ese momento los cabellos de Demi se convirtieron en serpientes.

—¡Por los dioses! —mi primo nos abrazó a mí y a Ylenia mientras una nube negra nos cubrió para luego aparecer detrás de las columnas.

—Eres rápido Apolión, pero no tanto como yo —la risa de Demi me erizo la piel.

—¿Estás segura de eso? —me moví de la columna lanzándole un rayo que impactó en su brazo.

—Auch eso duele —miro su brazo —Alida encárgate de ella —gritó la malhumorada chica serpiente Ylenia salió detrás de la columna y empezó a lanzarles bolas de agua. Mientras Demi le lanzó rayos de sus ojos para convertirla en piedra, pero ella los esquivó todos.

—Te volverás una maldita estatua —los gritos desesperados de Demi se escuchaban en toda la sala de tronos.

—Aileen un poco de ayuda aquí —Ylenia arrojó una esfera de agua al aire y lo potencié lanzando un rayo mío.

—Está bien si doy un poco de ayuda —Apolión lanzó una bola de humo negro y la esfera ardió en llamas azules.

—Gracias —mi prima nos sonrió. Lanzó la esfera hacia Demi, pero Alida se tira y la impacta a ella.

—¿Alida estás bien? —preguntó su amiga preocupada y lanzando rayos por los ojos a Ylenia, esta chica sí que tiene una mirada que mata.

—Si estoy bien me duele mucho, pero creo que podré levantarme —la pelirroja intentó ponerse en pie, pero no pudo.

—Lo pagarán —la chica serpiente sacó su espada y viniendo encima de mí.

—Aileen ten —mi primo me tiró su espada que tomé en el aire. Calisto toma en brazos a una inconsciente Alida y al poco rato Demi también queda inconsciente. Las llevamos a la enfermería para que les curaran sus heridas. Cuando salgo de la enfermería me encuentro a Artemis preocupado.

—¿Cómo estás Aileen? —dijo examinándome —Vine en cuanto me enteré del incidente —se veía apenado.

—No te preocupes, estoy bien —sonreí apartando sus manos de mi cara.

—¿Segura? —pregunto dudoso.

—Si tranquilo —acaricié su mejilla para que no se alterara más.

—Vaya protector resultaste ser Artemis —mi primo pasó a nuestro lado guardando su espada.

Otro capítulo cargadito de todo tipo de emociones. Espero que les haya gustado mis semidioses y semidiosas. Comenten aquí abajo 👇 y denle estrellita🌟 que no les cuesta nada más que un segundo, y me estarían ayudando un montón. Los amo mucho.

Besos

De

Danny

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