Capítulo 17| Negación
A I L E E N
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Con todo el trabajo acumulado acabado me senté en uno de los sillones de mi oficina con el libro que hablaba sobre superar las pérdidas, necesitaba hacer algo sin que nadie me lo señale. Estoy segura que debe servir, pero en mi caso no lo estaba haciendo y terminé dejando el libro sobre mi escritorio, frustrada, me niego a seguir los cinco pasos. No estoy en negación, esas faces no las pasaré, soy una diosa, la perfección debe estar en mí, una princesa debe ser fuerte.
Tomando mi tablilla en busca de algo nuevo de que encargarme el libro negro que taje de la biblioteca, llamo mi atención, "Magia Antigua". En la noche recordé que Morfeo utilizó este libro para olvidarse de una de sus amantes que murió, su recuerdo le dolía tanto que hizo esto para olvidarla y le funciono. Necesitaba seguir con mi vida, el recuerdo de Damián me sigue torturando y no puedo seguir así. Me duele demasiado su recuerdo y si lo olvido quizá me sienta mejor. Ya no quiero sufrir más, esto me duele mucho, quiero que deje de hacerlo. Decidida abro el libro, el olor a humedad y polvo me hizo estornudar.
—Índice. Busca lo que deseas, pero siempre los hechizos tendrán una forma de romperse buena suerte viajero —si es alguna clase de advertencia no la hicieron muy rebuscada. En fin, estaría dispuesta a usar un libro de hechizos más viejo que las Moiras. —Hipnosis, envenenamiento, hablar con muertos, ver el futuro, cambiar el pasado, pociones, levitación, aprender a volar dragones, hechizo del olvido, como matar un Minotauro, aquí está ¿cómo encontrar un alma muerta? —rebusque en cada página todas mostraban imágenes de las cosas que se necesitaban para el hechizo como un libro para niños Hechiceros. Di con lo que buscaba y una sonrisa se formó en mis labios.
¿Cómo encontrar un alma muerta?
Para encontrar un alma pérdida en el río de las almas. Se debe tener un mechón de cabello de la persona muerta o de un familiar. Y una gota de sangre de una persona que ame con todo el corazón al difunto. Si el alma no aparece es porque la persona no está muerta o ya salió del río de almas.
Materiales:
—Mechón de cabello
—Sangre de una persona que amo al difunto
—Una lágrima
—Polvo de calaveras
Mezclar todo muy bien y prenderlo fuego, con esto el difunto aparecerá.
Cierro el libro de golpe, cientos de voces aturden mis oídos como susurros —No lo hagas— repetían una y otra vez. Abriendo uno de los cajones de mi escritorio guardo el libro cerrando de golpe y las voces se callaron, mi taller volvió a ser silencioso y aprecié eso por unos minutos. Las voces provenían del libro. No puedo hacer esto si las voces me advirtieron, es porque algo maligno pasaría, será mejor que deje este libro en su sitio. Abrí el cajón despacio con miedo de que las voces vuelvan a gritar en mis oídos, pero las voces no volvieron a sonar, miré alrededor dejando el libro sobre mi escritorio. Nada pasó. Hice ademanes de querer abrir y en cuanto las páginas se separaron —No lo hagas— gritaron las voces en mis oídos.
Un temblor recorrió mi cuerpo, mis rodillas flaquearon haciéndome caer al suelo. Con la magia no se juega, me lo había advertido mi hermana Atenea y debía confiar en su sabiduría. Me pongo en pie tomando el libro maldito en mis manos para ir a la biblioteca. Creo que el libro pesa más que la última vez que lo traje o solo es mi sensación, pero pensé que llevaba rocas en mis manos en lugar de un libro. Tuve que caminar despacio por el peso que llevaba en mis manos.
Una melena morada sale de la habitación de Agatha con un semblante serio, en cuanto me vio su expresión cambió a una de enojo.
—Hola —saludé a Alysa siendo amable dedicándole una afable sonrisa. Grave error.
—¿Cómo puedes sonreír sabiendo que mi hermano murió por tu culpa? —contestó a mi saludo. Un puñal en la espalda se compara con el dolor que sus palabras me causaron.
—Yo... me tengo que ir —respondo con mi voz rompiéndose. El libro volvió a ser ligero nuevamente y pude salir corriendo a mi habitación.
Encerrada en mi lugar seguro tiró el libro sin importarme donde caiga y me deslizo contra mi puerta cubriendo mi boca con mis manos. Conteniendo las ganas de llorar que tenía, intenté ser fuerte, pero no lo logro, no soy mis padres y jamás voy a serlo. Soy débil. Ni siquiera entendía como Alysa tenía el corazón para decirme unas palabras tan duras, sé que es diosa del desamor, pero es ridículo que su corazón albergue tanto odio. Ella sabe que amé a su hermano más de lo que cualquiera, estoy negada a pensar que él me dejó, lo intente todo, incluso negociar mi inmortalidad porque él volviera a la vida.
Con las piernas temblando me pongo en pie para ir a mi cama donde me deje caer y comencé a llorar, necesito hacerlo, pero por más que llore este dolor no se calma. Las palabras de Alysa me rondan sin piedad rebotando en mi cráneo para volver a ser reproducidas una y otra vez. ¿Qué ya no es suficiente tortura que el amor de mi vida se haya ido para siempre? A mis espaldas las puertas de mi habitación son abiertas, detengo mi llanto, nadie puede verme en este estado. Hasta que una mano frota mi espalda en círculos, no quiero llorar, pero ese gesto amoroso me está debilitando.
—¿Qué pasa? —identifique la voz preocupada de la heredera mayor de Poseidón.
—¿Ylenia tú crees que yo soy culpable de la muerte de Damián? —indago limpiando con el dorso de mi mano mis mejillas para verla a los ojos. Necesito que alguien me dé una respuesta que calle la voz de Alysa en mi cabeza.
—No, Aileen, tú no sabías lo que nos esperaba e hiciste cuanto pudiste en una situación crítica, ¿porque la pregunta? —se sentó a mi lado tomando mis manos entre las suyas, apretándolas apenas al ver que no contestaba. Dudo si decirle o no, la descendiente de Afrodita también estaba tan dolida como yo.
—Alysa me dijo que ¿cómo podía sonreír si su hermano murió por mi culpa? —Intenté ser fuerte, pero mi voz se quebró siendo casi un susurro.
—Aileen, no te culpes, ella está tan dolida como todos nosotros, no solo a ella le importaba Damián —soltó mis manos para darme un abrazo maternal. Extraño a mi mamá, ella sabría qué decirme para poder sentirme mejor.
—Gracias, Ylenia, igual por hoy prefiero pasar el día aquí —hable sobre su hombro notando que sus cabellos tomaron un color verde agua claro.
—De acuerdo te dejo descansar, pero cualquier cosa me llamas rayito —se separó de mí dejando un sonoro beso en mi frente. Jamás había tenido una mejor amiga, siempre fuimos mi primo y yo para todo, pero con la inclusión de Ylenia en nuestro grupo familiar me siento más acompañada y comprendida.
—Tranquila Ylenia, a veces parece que tú tienes dieciocho y yo dieciséis —nos reímos ante mi razonamiento. Aunque fue en parte verdad, últimamente nos estamos dando apoyo mutuamente.
—Debemos cambiar los roles para ayudar al otro —con un guiño se fue dejándome sola otra vez.
Dejándome caer de espaldas en la cama, mire mi techo, las nubes y se movían despacio formando corazones, que eran destrozados por rayos que creaba con mis manos. Estúpidas nubes, parecían querer burlarse de mí. Estuve mi mano queriendo deshacer todas las nubes, pero nuevamente las voces con murmullos inentendibles susurraron en mis oídos, me senté en la cama viendo el libro tirado en la otra punta de mi habitación. Estaba abierto, por eso las voces me susurran cosas, con pereza me levanté de la cama para llevarme el libro a la biblioteca o estas voces terminarán de volverme loca.
—Enseguida lo llevó — hablé a las voces irritantes de mi cabeza.
El libro maldito parecía irradiar luz a medida que mis pasos se fueron acercando. Este libro da mucho miedo, no creo que nadie en su sano juicio por más que ame leer quiera tener este libro en su poder. Me agaché para tomar el libro y cerrarlo, pero el título de la página me detuvo.
Hechizo del olvido
Si quieres olvidar algo que hiciste, algo que no debías ver o un ser que ya no está, este hechizo es el mejor. Solo se necesita una rosa de Morfeo. Un poco de rayos de Zeus y mucho valor.
Materiales:
—Una flor de la cama de Morfeo
—Un rayo de Zeus
—Sangre
Para que el hechizo deje de funcionar solo basta con un beso de amor verdadero. Pero si ya has usado este hechizo antes existe la posibilidad que no funcione. Mucha suerte viajero.
¿Si hago este hechizo mágicamente olvidaré todo lo que viví en estos últimos meses?, o ¿solo olvidaré a Damián?
No pierdo nada con intentar, mi corazón mantiene la esperanza de que Damián está vivo, jamás encontramos su alma en el inframundo ni en los campos Elíseos donde los héroes descansan. Mi corazón ya no seguirá empeñado en un recuerdo que no existe y si el en verdad está vivo podremos volver a enamorarnos o con un beso recordarlo todo. Haría esta noche el hechizo luego de conseguir la flor de la cama de Morfeo. Solo espero que este hechizo funcione y las voces no estén estorbando mientras leía, por lo que tengo la sensación que este hechizo no destruirá el Olimpo.
Necesito que el dolor pare, quiero ya no sentir esto, que me quema el pecho y duele en lo más profundo de mi alma.
Pero antes de hacer cualquier cosa tengo que ver a alguien. Envuelta en un rayo me transporto al cementerio quedando frente a la tumba que tantos días venía a visitar con la esperanza que fuera todo un mal sueño. Me arrodillé frente a esta y leo una vez más la inscripción grabada.
Damián Passion
Inolvidable la huella que dejaste en nuestros corazones. Siempre te recordaremos, con amor, tu familia, amigos y novia.
Escalofríos recorren mi cuerpo, la tristeza me invade al ver que todavía su tumba está aquí, que no es una maldita pesadilla. Una parte de mí murió con él, ese mismo día que dejó de respirar. Pero sé que él debe estar en alguna parte jugando alguna broma a los antiguos héroes. Me levanté y por instinto me tocó el collar que él me regaló cuando llegamos al Olimpo. Mis dedos acariciaron el dije, un rayo atravesando un corazón. Lo quito de mi cuello para dejarlo sobre la tumba de Damián.
—Me gustaría decirte que nunca te olvidaré, pero me duele tu recuerdo y ya no puedo soportarlo. Tengo que hacer esto por mi bien, ya no puedo con tanto dolor —deje un beso en mis dedos con las mejillas calientes, con las lágrimas corriendo por ellas y alejándolos de mis labios los apoyó sobre la lápida —Adiós para siempre mi niño bonito.
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Mi armario es grande, por lo que es normal que alguna prenda se me pierda, por lo general cuando esto pasa no soy yo la que busca esa prenda sino que se encargan las ninfas. Al ser ellas las que se encargaban de crear mis conjuntos de ropa, ellas sabían más de lo que había en mi armario que yo misma. Pero estaba segura que no use mi jean negro, rebusque en mi armario sacándolo todo y volviéndolo a guardar por color y temporada. El jean que no encontraba era un regalo de Apolión por mi cumpleaños diecinueve, pero parece que se ha esfumado de mi armario. Estoy segura que alguien me tuvo que quitar esos pantalones, no recuerdo haberlos prestado a nadie y solo quiero que me los devuelvan, son cómodos además de ser bonitos. Guardando el último vestido encontré una nota de papel con una caligrafía pulcra, con mi nombre grabado.
Prima, tomé prestado tu jean negro, es un caso de emergencia, no te encontré y en serio lo necesitaba. Te lo devuelvo cuando lo lave, te quiero.
Muchos besos de Ylenia
Pd: tu jean es muy cómodo, le pediré uno de regalo a Apolión
Esto resolvía el misterio de donde estaban mis pantalones, Ylenia los tomó, al menos ahora sabía dónde estaba, resignada busco otra prenda que ponerme, pero debe ser negra y no puedo usar un vestido. Moviendo prendas encontré un overol de jean negro corto, al menos es del color correcto. Me puse unas medias de nilón negras, el overol una camiseta blanca y un canguro negro encima. Tenía que robar una flor de la cama de Morfeo y salir desapercibida por los pasillos.
Saliendo de mi habitación me puse la capucha, verificando que nadie estuviera rondando por los pasillos, camine escondiéndome entre las sombras de la noche. Los que trabajaban por la noche siempre andaban caminando por los pasillos en silencio para no molestar a los que duermen. Siendo sigilosa me escabullo en los pasillos de la habitación abandonada por el dios, Morfeo —al igual que todos los otros dioses— no permitió que nadie entrara en su habitación.
—¿Princesa Aileen? —una voz masculina me asustó frenando mi caminar sigiloso. Cerré con fuerza mis ojos, acabo de ser pillada. Rayos y truenos. Girando sobre mis talones vi a mi protector con un vaso de leche en la mano y con su pijama de estampado de búhos.
—Artemis —saludé con la mano al descendiente de la diosa de la sabiduría.
—Ya es tarde, ¿dónde vas? —consulta el castaño bebiendo con tranquilidad de su vaso, sin despegar su atención de mi persona.
—Superviso a los semidioses de la noche, tengo mucho trabajo atrasado y estoy poniéndome al día —balbuceo restándole importancia al asunto —Bonita pijama —señaló el atuendo estampado de búhos.
—Gracias, fue un regalo de mi mamá antes de irse, ¿necesitas ayuda con tus tareas? —interroga él insistiendo con sus preguntas y poniéndome cada vez más nerviosa.
—No, estoy casi por terminar, ve a dormir, puedo sola. Tengo que hacer esto por mi cuenta, es mi responsabilidad —murmuró la mentira disfrazada de verdad, tengo que supervisar una de estas noches a los semidioses o todo se vendrá abajo.
—De acuerdo —bostezando se fue andando a su habitación y en cuanto lo vi desaparecer por los pasillos me gire continuando con mi camino.
La habitación del dios es enorme, oscura y con un fuerte olor a té de manzanilla, la cama estaba hecha de un montón de flores azules. Corte una para irme de una vez de la habitación, no quería estar mucho tiempo aquí el olor me estaba dando sueño. Me transporto a mi habitación con un rayo estando ya muy cansada, el olor de esta habitación me estaba haciendo dormirme.
Dando una palmada en mis mejillas me despejé el sueño y fui corriendo con la flor hacia el libro y el mortero. Saque dos pétalos de la flor como me decía en el libro, deje caer un rayo en el mortero. Hice un corte en mi mano, dolió mucho, pero dejé que la sangre corriera hasta que la herida se cerró por completo. Molí todo muy bien hasta que la mezcla cambió a un color verde olivo, siguiendo las instrucciones coloqué la mezcla en la frente como lo indicaba. Solo debía soñar con Damián y todo lo que vivimos será borrado de mi memoria. Quiero dejar de sentir este dolor.
Para los que no entendieron por qué Aileen hizo el hechizo del olvido ella está en una fase de negación. No acepta que Damián esté muerto se niega a creerlo por eso hizo el hechizo para olvidar. Esta pasando por las cinco fases del duelo. Aileen se olvido de todo su pasado con Damián😢. Sin más que decir me despido mis semidioses y semidiosas.
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