Capítulo 15| Un ángel
A I L E E N
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Las cosas en el olimpo marchaban como se esperaba, todavía no habíamos quemado nada como mi tío Hades dijo que pasaría en ausencia de los dioses. Solo que eso no pasa porque estoy constantemente verificando que todo marche bien y que los semidioses estén trabajando en armonía y cómodos. Son muy pocos los semidioses que aún no se acostumbran al trabajo de sus padres y debo ayudarlos para que nada se salga de control. Son las tareas que una princesa debe hacer, esto sería lo que me diría mi mamá, pero hoy decidí descansar un poco, realmente gestionar a tantos adolescentes estaba siendo una tarea agotadora, después de todo me quede a cargo sola de todo el olimpo. Siempre había recibido ayuda de mis hermanos, pero ahora me encuentro sola a cargo de todo.
Doy gracias que Apolión puede hacerse cargo solo de todo el inframundo, de lo contrario todo esto sería un caos. En estos momentos me escabullí en busca de algo de paz y el único lugar que me proporcionaba tranquilidad y serenidad es el estanque de los dioses, donde me encontraba ahora esperando a Damián. No había tenido mucho tiempo para verlo en la semana y hoy apenas tuve tiempo le mandé un mensaje para vernos en este sitio. Me sentía observada desde que supe que Demi y Alida estaban rondando el olimpo pedí a las Moiras y sus hijas que vengan a doblar la seguridad mágica. De todos modos, no pude evitar sentirme incómoda cuando escuché pasos acercarse y no podía ver a nadie.
Busque en todas direcciones buscando al o la responsable de esas pisadas resonantes. Cada vez los pasos se escuchaban más cerca y más cerca. Estaba a punto de salir corriendo al ser acechada, antes de que pueda hacer nada unas manos me toman de la cintura y un susurro en mi oreja hace que mi corazón de un vuelco en mi pecho.
—Booo —la risa de Damián no me parece para nada graciosa. La furia se apodera de mí haciendo que me voltee a ver al dueño de esas risas que me estaban volviendo loca.
—Esto es por asustarme —lo empujó hacia el estanque donde él cae al agua para luego salir a los minutos por aire —Lo siento baby, pero me asustaste te lo merecías —camine alrededor del estanque mientras Damián salía del agua.
—Lo siento, pero sabes que las bromas son lo mío y no me pude resistir asustarse no me arrepiento de nada —frene mi andar para verlo por encima de mi hombro. Estaba con sus manos en las caderas viéndome con diversión.
—¿Por qué no vamos al campamento y hacemos algunas bromas? —Gire sobre mis talones sonriendo con picardía.
—Por eso es que mis sentimientos hacia ti solo crecen —camino la distancia que nos separaba y aun estando mojado me pego a su cuerpo para besarme.
—Espero que jamás se apaguen esos sentimientos —mi respiración aún era agitada tener a Damián tan cerca ponía mi sistema en estado de error.
—Eres mi sexy chica del rayo jamás te dejaré ir —me abrazo con su cuerpo mojado arruinando aún más mi vestido. Me aparté mirando que efectivamente el vestido tendría que cambiarlo. De haber sabido lo que pasaría me hubiera quedado abrazada a Damián y jamás lo soltaría.
—Rayito —me tomo de las mejillas y beso mi frente —Consigamos las cosas para hacer una mega broma —su sonrisa de psicópata en proceso me asusto un poco debo afirmar.
—Cuando pones esa cara de loco psicótico me asustas ¿sabes? —me alejé un poco de él mirándolo cruzada de brazos.
—Las bromas son lo mío puede que me vuelva algo loco con ellas —beso mi mejilla haciéndola sonar.
—Les diré a los demás si quieren venir —mi primo también ama las bromas estoy segura de que se unirá a nuestra pequeña travesura.
—Ve yo iré por las cosas —salió corriendo como niño chiquito, mi novio es un niño.
Llamé a mis primos para que vinieran al campamento con nosotros dos. Damián había traído un montón de cosas para hacer un par de bromas a las distintas cabañas. Cuando todos estuvimos listos nos transportamos al campamento apareciendo en el bosque. Algo no estaba bien, el ambiente se notaba diferente, tampoco había ninfas jugando. Los animales corrían en dirección opuesta a nosotros lo que me pareció extraño y miedo invadió mi cuerpo.
—Soy el único que nota el bosque algo raro —mi primo me sacó de mis pensamientos mirando la dirección por dónde venían corriendo los animales.
—Estaba a punto de decir lo mismo — miré el bosque parecía ser sombrío y figuras a lo lejos parecían cada vez más cerca.
—Creo que es mejor que nos vayamos algo no me gusta —mi prima hablo nerviosa aferrándose al brazo de su novio.
—¿Oigan que podría estar pasando? —Damián habló en un tono relajado, pero eso se esfumó cuando una flecha pasó a su lado.
—¡Corran! —grito Adonis poniéndose en marcha junto con mi prima, comenzamos a correr siendo seguidos por una lluvia de flechas que se acercaban más hacia nosotros.
—Damián toma mi mano — estiré mi mano para lograr alcanzar a mi novio que parecía quedarse atrás.
El miedo invadía mi cuerpo, pero no dejaba de correr a pesar de que mi pecho se estaba quemando. Miré por un segundo hacia atrás y no pude contener el grito que salió de mis labios cuando vi a un montón de monstruos. Esta era la primera vez que veía un monstruo tan de cerca mi familia me sobre protege demasiado. Mi pie se tropieza con una roca y caigo de bruces al suelo raspando mis rodillas. Siento la cara arder y mi cuerpo doler, mi pecho me duele mucho.
—Vamos Aileen corre —Damián me ayudó a ponerme en pie justo antes que una flecha me alcanzara. Atrás de nosotros vienen corriendo Apolión junto a Diana que había pedido a mi primo conocer el campamento media sangre, Ylenia y Adonis. Veo que de momentos lanzan poderes detrás de ellos como atacando al enorme cíclope que se acerca. Nos lanza flechas e intentamos esquivarlas, pero detrás de él aparecen más monstruos enormes que se acercan a gran velocidad.
Dicen los mortales que un accidente pasa en menos de tres segundos, pero en momentos como este un pequeño fallo de cálculo logró que la flecha llegará a Damián. Mucha, mucha, mucha sangre brotó de la herida que causó la flecha que estaba enterrada en el lado izquierdo de su pecho. No sé qué hacer en un momento como este, mi novio cae al suelo gimiendo de dolor y yo no puedo evitar estar a su lado. Con mis manos temblando me acerco a Damián que respira con dificultad. Sin poder evitarlo las lágrimas inundan mis ojos cayendo sin poder contenerse intento ayudar, pero no sé qué hacer me siento tan inútil Damián lanza un grito de dolor sacándose la flecha.
Los monstruos cada vez más cerca de nosotros rugen, pero Ylenia levanta una ola y ahoga a los monstruos. Me quito mi campera para romperla y colocarla en su herida colocando presión en su pecho para contener la hemorragia.
—Tranquilo Dam estarás bien —las lágrimas se acumularon en mis ojos al verlo tan vulnerable. Su sangre manchó mis manos y parte de mi ropa, pero lo único que me tenía preocupada es que él no sobreviviera.
—Aileen no llores por mí, estaré mejor en otro lugar —con sus débiles manos acarició mi rostro.
—No digas eso, Damián, no puedes dejarme sola —mire a mi alrededor en busca de socorro —¡Ayuda! —grite a todo pulmón.
—Mi rayito de luz siempre te cuidaré, te amo —cerró sus ojos soltando mi rostro.
—No, no, no... no — abracé su cuerpo mientras lágrimas caían.
—Aileen —mi primo apretó mi hombro. Me levanté vi que venían profesores del campamento y se llevaban a Damián. Apolión me abrazó y comencé a llorar más fuerte.
—¿Por qué había monstruos? —pregunto Ylenia sobresaltada.
—Princesa Ylenia escaparon del tártaro no pudimos percibirlos hasta que fue demasiado tarde no nos dio tiempo de avisar en el olimpo —el director le contestó a mi prima.
—¿Dónde está Damián necesito saberlo? —Me separé de mi primo limpiando mis lágrimas, nadie podía verme llorar.
—Debe estar en la enfermería —el director me señaló un camino.
—¿Aileen quieres que te acompañe? —mi prima Ylenia propuso mirándome de pies a cabeza, es lógico estoy cubierta de sangre. No podía hablar solo me limité a asentir.
Llegamos a la enfermería donde me dejaron pasar, aunque todos se me quedaban viendo. Pedí a una enfermera alguna toalla mojada para sacar la sangre de mi rostro en cuanto estuve limpia me dejaron pasar a la habitación de Damián. Lo vi en una camilla sin moverse aún cubierto de sangre sin su camisa y el pecho descubierto.
—¿Cómo está? —temía que la respuesta fuera negativa, pero aún guardaba un hilo de esperanza.
—Princesa lamento informarle que Damián llegó muerto —la ninfa se sacó los guantes manchados de sangre y con una mirada triste me dejó sola.
—No puede ser... —me senté en el suelo escuchando un zumbido en mi oído. Ylenia se agachó a mi altura y me abrazó no sé en qué momento apareció, pero sus brazos no me consolaban yo permanecía muda y no entendía nada de lo que estaba pasando a mi alrededor. Donde estaban los protectores cuando los necesito, si ellos hubieran estado nada de esto hubiera pasado. Pero en qué estoy pensando si ellos no sabían que yo vendría no pudieron salvarlo. Si no hubiéramos venido a hacer la estúpida broma él estaría vivo ahora riéndose de Apolión.
D I A N A
🔮🔮🔮
Entendía por lo que estaba pasando Aileen, yo había perdido a mis padres en circunstancias muy dolorosas, un terrible accidente de auto me los arrebató de un momento a otro. Me gustaría al menos tener el conocimiento para que todo el dolor de Aileen pudiera desaparecer, pero soy una novata en esto de la magia. Por lo cual solo podía brindarle mi apoyo en este momento de dolor que será duro de superar.
Estuve con ella en el funeral, pero se notaba que estaba destrozada lo cual me dolió apenas conozco a Aileen, pero Apolión me habló tanto de ella que parece que la conozco de toda la vida. Se puso a llorar detrás de unos lentes de sol, secando sus lágrimas con un pañuelo y casi no podía hablar. Quien terminó oficiando la ceremonia fue Apolión que con seriedad y respeto hizo una bonita despedida para el semidiós, las hermanas de Damián se consolaban entre ellas, pero una con el cabello morado estaba mirando con mucho odio a la descendiente del rayo. A pesar de las lágrimas que corrían por sus mejillas, sus ojos no se despegaban del rostro de la rubia. Pensé que le gritaría, pero no hizo nada tan solo se limitó a abrazar a una de sus hermanas que no dejaba de llorar y se lamentaba.
La princesa terminó el funeral con unas lindas palabras para su novio y pidiendo perdón a sus hermanas por no haberlo protegido mejor. Verla tan vulnerable me hizo identificarme con ella, por lo que quise ayudarla de alguna forma, por eso pasé el fin de semana estudiando el libro de mi familia, teníamos un secreto la magia no era lo único que nos volvía especiales. Los Adelfótita tenemos dones ocultos de los mortales, por algo Perséfone había dejado a Apolión ser mi amigo desde niños. Mi primer poder fue el de hechizos ahí si estaba mi mamá conmigo, recuerdo que se puso tan feliz llamó a Apolión para hacer una mini fiesta y vinieron hasta los mismísimos Hades y Perséfone. Me llevo muy bien con ellos, pero me llevo mejor con Perséfone que con Hades. Cuando era niña y mis papás salían me quedaba en el inframundo porque Perséfone me cuidaba. Con ella aprendí a dominar mi don y fueron surgiendo otros con el paso de los años.
Suspiré pasando las páginas por más que me la pase buscando no había podido encontrar nada que me diera algo con que ayudar a Aileen. Esto es muy difícil y estoy algo cansada, Apolión aparece sentado frente a mí, no me sorprende haberlo visto hacer eso tantas veces que ya estaba acostumbrada.
—¿Qué? —pregunté al ver que no dejaba de mirarme.
—¿Me vas a decir al final tu nuevo poder o te quedarás callada? —me quito el libro de las manos captando mi atención.
—Si te lo muestro ¿me dejaras tranquila? —me levanté de la cama cruzándome de brazos.
—Sí, pero antes —sacó un sobre de su chaqueta y me lo tendió —Es mi respuesta a lo de tu cumpleaños —tomé el sobre y lo dejé sobre la cama
—Lo abriré en cuanto te vayas ¿está bien?
—Sí, creo que sería lo mejor —dejo mi libro sobre la cama acomodándome. Me concentré cerrando mis ojos aún no dominaba este poder y empecé a sentirme liviana. Abro mis ojos para descender con lentitud la última vez que levite y no me concentré bien termine cayendo de cara.
—Eres una Nifagia —lo que me dijo me tomó por sorpresa.
—¿Una Nif que?
—Tus talentos son los de una Nifagia se pensaban extintas de hace mucho tiempo —me miro aún incrédulo como si en realidad no flotara y me hubiera conectado a una especie de cuerda invisible. Tome el libro de mi familia y revise hasta llegar a las páginas finales. No había nada sobre las Nifagia... esperen un segundo esta página sigue.
Las Nifagia
Si alguna de las descendientes de los Adelfótita es una Nifagia es porque corre sangre pura de dioses por sus venas. Al correr sangre de dioses por sus venas deja de considerarse mortal o media—mortal.
Terminé de leer y levanté la vista hacia Apolión.
—¿Y qué dice? —preguntó mi curioso amigo.
—Por mis venas corre sangre de los dioses —el libro cayó de mis manos y todo se me volvió negro.
Dos días después...
El lugar estaba oscuro, pero se oían pasos cuando subí la mirada estaba Hades y Afrodita venía detrás de él llorando.
—Hades por favor, es mi hijo tiene que hacer algo —dijo ella llorando.
—Afrodita las reglas son claras él murió —dijo el seco.
—Hades por favor, jamás te pedí un favor, pero ahora él es mi hijo por favor... haría lo mismo por Apolión ayúdame —dijo ella desesperada.
—Está bien te ayudaré —dijo sonriendo.
—Gracias, gracias, gracias —dijo ella feliz.
Lo que acababa de ver era una visión, pero no podía decir nada por Aileen. La muerte de Damián la había dejado muy mal ella era fuerte por el Olimpo. Despierto con Apolión dormido a mi costado. Se veía tranquilo así que no lo despierto tomo la carta que me escribió y la leo.
Diana yo aún quiero a Agatha no sería justo estar contigo amando a otra. Es por eso que en esta carta te diré que cuando deje de amar Agatha tal vez mi corazón pueda amar a otra persona, pero ahora la herida está sangrando. Lo siento Diani.
Dos amigos que intentan ocultar sus sentimientos para no perder su amistad, un titán vengativo que busca la destrucción de sus hijos y una reina embarazada que sobre protege a su hijo.
💀
Apolión Black es un joven dios príncipe del inframundo hijo de los reyes Hades y Perséfone. Su vida es tranquila sin tantos dramas como la mayoría de sus parientes y sin dudas sabe que en el amor no se le da para nada bien. Afrodita lo toma como chiste recurrente que él se enamore de una chica y ella termine perteneciendo para alguien más. Por esta razón él decide no enamorarse de ninguna otra joven, pero la diosa del amor le tiene preparado una cruel jugarreta. Diana su mejor amiga de la infancia si está enamorada del joven dios, pero... Si siempre hay un, pero en esta historia Apolión no quiere confesar que siente lo mismo por su amiga. Hasta que su padre Hades es secuestrado por su abuelo Cronos. Apolión debe encontrar la forma de salvar a su padre y no terminar cediendo ante el amor que siente por su mejor amiga. ¿Les dije que Perséfone está embarazada?
Tercera parte de la primera temporada de la serie Hijos de Dioses, ya disponible.
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