Capítulo 07| Despedida
Y L E N I A
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El día que estaba temiendo llego más rápido de lo que hubiera querido y con una sensación amarga que no quiero aceptar que debo dejar mi mundo tal y como lo conozco. Nunca había sido una de esas personas que sueña con tener poderes o que descubre que sus padres son increíbles. Tan solo hubiera querido seguir siendo normal y tal vez experimentar el ser un poco rebelde, aunque eso me atemorizaba.
Me preparé dándome una ducha rápida, vistiéndome con una musculosa negra y un jean celeste claro, hice una trenza con mi cabello dejándola caer a un costado de mis hombros. Baje hacia la cocina sintiendo el aroma a panqueques recién hechos. Extrañaría mucho a mi mamá no había dudas de eso.
– buenos días mamá – en la cocina estaba mi mamá preparándome el desayuno, me acerque a ella dándole un beso en la mejilla.
– buen día mi princesa, ¿cómo amaneciste? – la voz dulce de mi mamá me hizo sentirme un poco mejor, la noche había sido terrible no había podido dormir de corrido.
– bien sabiendo que hoy debo irme lejos de mis amigos, familia y todo lo que conozco - pinche con mi tenedor un trozo de los panqueques y me los lleve a la boca. Saboreé con mis papilas gustativas mi desayuno durante dos meses no podría comer nada que prepare mi mamá.
– hija es por tu protección – mi mamá se acercó a mí para darme un fuerte abrazo y como pude le devolví el gesto.
– lo se mamá y también es mi deber me lo dijo Aileen ayer – rompimos el abrazo continuando con una charla sobre lo que debía ser optimista y aceptar que esta es mi nueva vida.
Al terminar mi desayuno aparece mi prima con un hermoso vestido rosa unos pocos centímetros por encima de su rodilla y con tacones de plataforma blancos. En su cuello pude ver su collar con su dije que me fascino desde que lo vi anoche en el restaurante. Su melena rubia caía en ondas por sus hombros y en su cabeza tenía una corona llena de piedras que parecían destilar rayos cada tanto.
– Hola soy Aileen – la sonrisa de mi prima ilumino la habitación y viendo a mi madre fue a darle un abrazo.
– Hola Aileen te recuerdo cuando eras una pequeña bebita creo que tu no me recuerdas, pero yo a tu si estas hermosa yo soy Nerea la mamá de Ylenia – la rubia la miraba interrogante a mi madre que le sonreía a la princesa de los rayos.
– me conocías ¿cuándo era una pequeña beba? – la rubia se sentó en uno de los bancos de la cocina mirando a mi mamá.
– por supuesto cuando nos casamos con Poseidón tus papas vinieron a la boda contigo – mi mamá tomo los platos sucios del desayuno y fue al fregadero para lavar.
– podrías esperar a que recoja mis maletas y despedirme de mis amigos antes de irnos – parándome de mi lugar mire a mi prima con esperanzas de que me dé algo de tiempo para despedirme de todos.
– claro que si Ylenia, vine antes porque quería conocer a mi tía y un poco más sobre el mundo de los mortales – observo toda mi cocina con una expresión de curiosidad.
Estaba por salir cuando tropiezo con un cuerpo alto y delgado, pero con su cuerpo sintiéndose marcado. Mirando hacia arriba me encuentro a mi primo Apolión con un jean negro, un buzo gris que con blanco decía "adiós mortales" y tenía unos zapatos negros.
– Hola chicas – su tono sonó amable lo que me pareció raro ya que cuando nos conocimos su actitud fue bastante arisca.
– Hola Apoli – mi prima se abalanzó sobre él para abrazarlo y este le correspondió, queriendo huir del lugar sus ojos negros fueron de nuevo hacia mí.
– Hola Leen – se separó de ella sonriendo. Me parecía sumamente extraño su comportamiento era como si otra persona estuviera en mi casa.
– Hola Apolión – lo miraba buscando algo que me dijera que hacía en mi casa – ¿qué haces aquí? – cruzándome de brazos doy un paso hacia atrás chocando contra la isla de la cocina.
– sabía que vendría a llevarte Aileen y decidí acompañarlas – su comentario me resulto extraño, pero de todas formas mire a mi prima que sonreía feliz.
– ¿Quién es el Ylenia? – mi madre pregunto desconfiada mirando a Apolión, el modo sobreprotector está activado.
– disculpe no me presente soy Apolión hijo de Hades y Perséfone, tu sobrino por decirlo así – extendiendo su mano hacia mi progenitora la estrecho moviéndola un poco.
– sabía que el gruñón de Hades tenía un hijo con Perséfone, pero no me hubiera imaginado que llegara a adulto con las veces que se le perdió – mi mamá comenzó a reír – conocí a tus padres cuando fui al Olimpo con Poseidón.
– ¿cómo que fuiste al Olimpo? – hablamos al unísono los tres viendo a mi madre que se quedó pensando unos minutos.
– fui cuando me casé con Poseidón la ceremonia fue en el mundo de los mortales y luego fue en el Olimpo junto con los dioses – mi mamá miro un punto en la pared de la cocina parecía perderse en sus pensamientos.
– pe...pero eres una mortal – Apolión estaba atónito supongo que él no estaba al tanto de las cosas olímpicas como yo.
– cuando me casé con Poseidón pasé a ser su esposa una Diosa sin poderes sólo con el título – contesto mi madre sonriendo hacia mi primo.
– pero para mí eras una Diosa igual – la voz de mi padre sonó a nuestras espaldas y juntos nos giramos viendo en la puerta de la cocina al responsable de aquella voz.
– ¡PAPÁ! – grité emocionada no dude un segundo y corrí hacia él para abrazarlo.
– mi sirenita – me apretó contra él acariciando mi cabello y levantándome apenas del suelo ya que es mucho más alto que yo.
– esto ya párese reunión familiar – bromeó Apolión mientras mi padre me soltaba viendo a mis primos.
– mis dos sobrinos están aquí, vengan mi princesa y mi renacuajo – abrió sus brazos haciendo que con mis primos le demos un abrazo grupal y se sumó mi mamá.
– puedo ver que se despiden sin nosotros – la voz de mi amiga Zoe nos hizo separarnos y mire por encima del hombro de mi padre viendo a mi mejor amiga.
– Hola amigos de Ylenia – mi prima parecía que estaba inyectada con una dosis de alegría.
– ¿ustedes son? – mi amiga miraba a mis primos sin entender mucho que es lo que estaba pasando.
– yo soy Aileen prima de Ylenia e hija de Zeus y Hera – la rubia fue a saludarlos a mi amiga y mi novio – y él es Apolión también el primo de ambas, Hijo de Hades y Perséfone – mi prima camino hacia el pelinegro que estaba con una pose seria y lo abrazo.
– Leen si abrazas no aprietes tanto, sabes que te quiero, pero no exageres – la risa de mi primo Apolión me resulto algo curiosa porque hasta el momento solo lo había visto ser serio, sonriendo, pero de manera algo sarcástica, pero escuchar su risa sincera me hacía verlo de mejor manera.
La mano de Austin tomo la mía apretándola un poco, mire al castaño que me hizo una seña para que saliéramos afuera. Viendo que los demás estaban hablando a gusto me escabullí con Austin para salir sin llamar demasiado la atención.
– vamos a sentarnos debajo de ese árbol – la voz de Austin parecía triste, pero de igual modo me sonrió. Caminando juntos nos sentamos debajo del viejo árbol sauce que tenía unas enormes raíces expuestas. – hoy te irás con tus primos – miro el suelo concierto pesar ambos sabíamos que este momento llegaría, pero aun así no estábamos preparados.
– tengo que es mi deber como semidiosa – coloque mi mano en su hombro para que me mire y sepa que es algo que debo hacer.
– te extrañaré sabías – nuestras miradas se encuentran y con una tímida sonrisa me acerco a Austin dejando un corto besos en sus labios.
– yo también te extrañaré – acariciando su rostro intente que mis ojos no se llenaran de lágrimas no podía llorar.
– tranquila te esperaré aquí quiero que vallas para que puedas defenderte y que nada malo te pase – hablo de manera tranquila y tomando mi mano la apretó un poquito.
– volveré y estaré contigo baby solo espérame – lo mire esperando ver el mismo amor que yo le tenía, pero algo cambio en sus ojos por un segundo pensé que eran violetas y luego volvieron a su color natural. Cerré y abrí mis ojos viendo mejor sus pupilas, pero estaban normales de color marrón claro con machas de verde puede que haya sido un efecto de la luz o imaginación mía.
– vamos a dentro sino Zoe me matara si no puede despedirse de ti – Austin me saco de mis pensamientos y ayudándome a pararme caminamos tomados de la mano hacia la casa.
Note que mi novio estaba algo raro, pero le atribuía eso a que me estaba yendo lo dejaría por lo que serían dos largos meses sin comunicarnos. Juntos entramos a la cocina y sin que me lo esperara sentí el peso de un cuerpo chocar contra el mío. Abrazándome muy fuerte Zoe susurra que me extrañara mucho y que se encargara de que su hermano no se comporte como un idiota mientras no esté.
La siguiente en despedirse de mi fue mi mamá que no se aguantó y comenzó a llorar. Me dolió un poco verla así pero como ya me habían dicho solo sería por un tiempo y volveríamos a estar juntas en nuestra pequeña casa. Despidiéndome de mi papá también ya que a él no lo vería hasta que termine el entrenamiento. Mirando por última vez a cada uno note que mis ojos se empañaron y cerrando mis ojos intente calmarme debía ser fuerte. Ya lista tome las maletas que mi madre había bajado mientras estaba fuera con Austin, pero mi primo me saco las maletas de mis manos para cargarlas ya que mi prima tomo mi mano y nos fuimos envueltas en rayos en menos de un segundo nos habíamos ido al campamento.
D E M I
🐍🐍🐍
Caí rendida sobre el pecho de Ian. La que antes era la habitación de mi mamá paso a ser del nuevo dueño de la casa, Ian. Con algo de ayuda de su papá compró mi antigua casa. La que una vez fue mi habitación se había vuelto un sitio donde ensayar para Ian. Como mi madre me había prometido me dejo quedarme un tiempo más con Ian, pero si debía ir esporádicamente para intentar quitarle el novio a Ylenia. Estaba viviendo con Ian, pero si iba al liceo usando mis poderes de transportación y aprovechaba para vigilar a la amiga de la princesa de los mares. Los rumores de que estaba embarazada de Ian y que por eso vivíamos juntos no tardaron en llegar en mi antiguo liceo. Mi relación con Ian se había vuelto algo diferente los dos no estábamos juntos, pero él no salía con nadie más y yo bueno debo salir con Austin. Ian acarició mi abdomen mientras sonreía tomó un plumón de encima de la mesa de luz y empezó a trazar en mi piel letras.
– ¿qué haces? – su mirada curso con la mía, pero no me dijo nada siguió garabateando en mi piel. Algo que me estaba haciendo cosquillas, pero me recordó cuando me hice un tatuaje en mi espalda. Un barco de tamaño pequeño y Ian que en ese momento era mi mejor amigo me sostuvo la mano todo el tiempo.
– ya está mi ricitos verdes mírate en el espejo – se levantó para traer un espejo que estaba en el baño y lo puso frente a mí. Miré lo que escribió en mi abdomen y sonreí muchísimo eran dos nombres "Colín" y "Dasha". Habíamos hablado que si teníamos hijos me gustaría ponerle Colín si es niño y Dasha si es una niña. Lo habíamos hablado hace tanto tiempo que me enterneció que se acordara de los nombres siendo que eran nombres griegos difíciles de recordar muchas veces.
– te acordase – tape mi rostro para que no me vea llorar. Me recuesto en la cama, pero el disparo de una cámara me pone en alerta. Saco las manos de mi cara y veo a Ian con una cámara en sus manos. Lo miro desconcertada por lo que acabó de ver.
– ya que todos dicen que estas embarazada les daré nombres para que ya no digan el pequeño Ian o la pequeña Demi – se tumbó en la cama mirando el techo. Aun me dolía tener que dejar a Ian irme con Austin alguien por cual no siento nada. Todo esto es culpa de la hija de Poseidón si no hubiera aparecido yo no tendría que dejar a mi novio.
– ¿Cuándo fue que todo cambió? – mi pregunta sonó casi sin expresión. Era la misma pregunta que nos hacíamos cada día.
– desde que apareció la princesita de los pescados – estallamos en risotadas viéndonos como dos locos.
– prometo volver si tú aún me quieres – me senté en la cama dispuesta a levantarme. Pero su mano me detuvo haciéndome volver a estar acostada en la cama.
– solo regresa si la princesita está durmiendo con los peces – su voz fue dura. Entendía la irá que sentía Ian contra Ylenia. Ella era la causa por la cual dejaba toda mi vida atrás y ponía en marcha la venganza.
– será un placer volver con ese premió – salí de la cama para darme una ducha de agua caliente. Tendría que volver a casa esta noche para estar el fin de semana con Austin.
– nos veremos pronto mi sanguinaria princesita – para muchos puede sonar raro los apodos cariñosos que tiene Ian conmigo. Pero para mí son los mejores apodos que alguien puede decirme.
– volveré antes que me extrañes – besé su mejilla y me metí en el cuarto de baño.
🐍🐍🐍
Espero les haya gustado el capítulo.
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