Agony Of A Witch (Primera Parte)
-España-
-1920-
Lo suyo siempre había sido la discreción, mantenerse escondida e invisible era lo que mejor sabía hacer.
Así habia sido criada, desde su niñez tanto con su madre como en el orfanato, así como en Camelot mientras se ocultaba del rey Arturo.
Jamás creyó que esconderse del resto del mundo le causaría problemas.
Todo hasta que Marius llegó a su vida.
Seguido desde que el niño había llegado se había fascinado completamente por la magia y, cuando el mismo pudo controlarla, decidió que quería mostrarle a todo el mundo.
El niño hablaba con naturalidad de la vida que llevaba: como su madre realizaba toda clase de hechizos, como recorrían el mundo a través de portales mágicos, o como la mascota de la casa podía transformarse en toda clase de criaturas.
Muchas veces aquellas personas que escuchaban los relatos del niño solían pensar sólo eso: que eran incoherencias de la infancia.
Sin embargo, jamás faltaba quien cuestionara lo que pasaba dentro del hogar de la bruja, y por ende, terminará espiando donde no debía.
En conclusión:
Marius odiaba tener que esconder esa parte de su vida.
Incluso en ese momento, con ciento dieciocho años de edad, y habiéndose mudado tantas veces a causa de sus descuidos, Marius no lograba entender porque debían esconderse del mundo.
-Imagina cómo podríamos ayudarlos.- había dicho el joven una vez.- Lo maravillados que estarían.-
Peggy le miró triste, pero aún así con una sonrisa en sus labios.
-Eso es por que nunca estuviste durante la cacería de brujas.- le reprimió Peggy.
Peggy sabía que no todos los mortales eran iguales, que no todos les lanzarían una soga al cuello solo por ser hechiceros. Pero la bruja ya había vivido lo suficiente entre los mortales como para saber lo fácil que era asustarlos, y lo mal que estos reaccionaban al miedo.
°°°°
Si debía describir aquella mañana, la cual sólo dio inicio a la que seria la peor semana de su vida. Bueno, entonces había sido una mañana normal, había despertado con Lilith a su lado; había arreglado su cabello y había hecho su desayuno.
Marius no estaba por ningún lugar de la pequeña casa, pero eso había dejado de preocuparle hacia mucho tiempo.
Marius, ahora todo un joven adulto, solía divagar por todas partes, así que Peggy había dejado de preocuparse por ese asunto.
Peggy también había aprovechado para salir al centro de la pequeña ciudad, siendo su día libre, debía aprovechar.
Le gustaban las visitas a las tiendas, los estilos eran ahora tan variados y las personas ya no solían juzgarla por usar un par de pantalones, incluso cuando los vestidos seguían siendo tendencia.
Esa misma mañana había comprado un vestido blanco lleno de pedrería, dos pequeños velos cubrían los hombros; era largo hasta la rodilla, pero aún así tenía barbitas que colgaban y era acompañado de un bonito sombrero cloche blanco liso.
-Ese muchacho pasa mucho tiempo fuera de casa.- dijo Lilith una vez habían vuelto a su hogar, dándose cuenta que Marius aún no había vuelto.
-Seguramente está ocupado con algo.- respondió Peggy sin darle mucha importancia.
°°°°
Al cabo de unas horas, y con la cena ya preparada, Peggy se encontraba sentada en el pequeño sillón en su sala de estar.
Leía, como era de costumbre, uno de los libros de magia blanca que Zoe le había obsequiado hacía todos esos años y, aunque ya los había leído todos de principio a fin, siempre los disfrutaba como si fuera la primera vez.
De pronto, su tranquila lectura se vio interrumpida por el sonido de la puerta principal abriéndose.
Peggy dejó lo que hacía de lado y se apresuró a buscar a Marius.
Principalmente deseaba reclamarle el hecho de que no había estado para preparar la cena, sobre todo por que era su turno de cocinar.
-Marius.- llamó Peggy desde el pasillo.-¿Donde has...?- se detuvo tan pronto se encontró con el joven, dándose cuenta que no estaba solo.
Marius era acompañado por una joven de cabello castaño oscuro, piel morena y unos grandes anteojos que hacían que sus ojos marrones saltarán de su rostro.
-Margaret, es un placer conocerla.- dijo la joven, mientras se adelantaba a estrechar su mano con energía.- He escuchado mucho sobre usted.-
Peggy estrechó la mano de la joven, aún intrigada sobre su identad y un poco confundida por su repentina presencia.
Marius se encargó de presentar a la joven, diciendo que se llamaba Lucía De la Torre, y era la hija de un reconocido Comandante militar.
Naturalmente, Peggy insistió en que Lucía se quedase para cenar. La muchacha aceptó gustosa, y una vez que terminaron, se dedicaron a charlar.
-Marius me dijo que su madre era muy joven.- dijo Lucía.
Peggy sonrió, pero no dijo nada más. A veces era gracioso ver como las personas la miraban sorprendida, sobre todo cuando Marius les indicaba que era su madre, pues ambos se veían como si tuvieran diecinueve años de edad.
-Jamás pensé que se viera tan joven.-siguió hablando Lucía.- Ese hechizo de juventud suyo funcionó a la perfección.-
Peggy se ahogó con su bebida, mientras repetía las palabras de la joven en su mente.
¿La había escuchado bien?
Marius se levantó de la mesa con mucha prisa, mientras recogía los platos que habían usado, y se apresuró a la cocina.
Peggy se levantó casi enseguida, indicándole a Lucía que se quedara en su lugar, mientras ella seguía a Marius.
-¿Tu le dijiste?- preguntó Peggy.
Marius no respondió.
-Marius.- insistió Peggy.
Marius se dio la vuelta y sonrió nervioso.
-Es que ella es una gran fanática de magia y yo pensé...- comenzó, pero fue interrumpido cuando Peggy le golpeó el brazo.
-¡¿Y que con eso?!- le reprimió.- Pudiendo llevarla a ver a uno de esos magos charlatanes de la ciudad, ¡Decides contarle este secreto!.-
-Ella debía saberlo.- habló Marius.
-No es cierto.- respondió Peggy.- Es sólo tu necesidad de exponerte, de contarle a todos lo que somos, pero no te preocupas por las consecuencias. Te lo he dicho muchas veces: no todos van a entenderte, Marius.-
El muchacho no respondió.
-Yo también quisiera mostrar esta parte de mi, pero lo desconocido no siempre es bien recibido.- dijo Peggy.
Marius guardó silencio antes de hacer una última pregunta.
-¿No puedes borrarle la memoria, cierto?- cuestionó el joven.
-Claro que puedo.- respondió Peggy.- Pero eso ya no depende de mí.-
La hechicera volvió al comedor, donde se encontraba una incomoda muchacha.
-No es un hechizo de juventud.- aclaró Peggy tomando asiento de nuevo.- Es un hechizo de inmortalidad y, me temo, no funciona tan bien en todos.-
La muchacha la miraba estupefacta, pero no dijo nada más.
-¿Puedo confiar en que serás discreta?- preguntó Peggy, a lo que la muchacha asintió.- Habló enserio, ya estoy cansada de las mudanzas sin sentido.-
-Puede confiar en que no se lo diré a nadie.- afirmó Lucía, mientras ponía su mano derecha sobre su corazón.- Pero ¿Puede enseñarme más sobre la magia?- preguntó con grandes ojos llenos de ilusión.
Peggy sólo asintió.
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Hola hola
Como les va? Como se sienten?
Diosss que semana tan pesada, pero aún así aquí les dejo un capitulo medio cortito pero ya se viene lo bueno UwU
En fin, excelente fin de semana y nos vemos en unos dias❤️😌
Si, el título del capitulo lo saqué de The Owl House
Que puedo decir? Le va perfecto a este drama mio
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