Narra la Escritora

"La espada sagrada Excalibur, una espada investida con un gran linaje de almas de héroes humanos".

Aun con ese poder en manos de un joven de 16 años... ¿Será capaz de huir de esos demonios que se encontraban frente a él?

Las esperanzas obtenidas en la chica se hicieron nulas cuando los maestros de los príncipes entraron en escena. Y el joven rey también se quedó estupefacto, ya que pensó que los había neutralizado.

Chandler: Esos no fueron más que rasguños para nosotros, una muestra de poder de esa espada.

Esa frase de parte del demonio pacificador y las siguientes del demonio dormilón lo enfurecieron aún más. Lo único que aliviano un poco la situación fue el hecho de que al demonio de cabellera rosa le había mutilado su preciado bigote (lo que lo hizo enojar aún más).

Arturo: Aunque mi poder no allá despertado... mientras tengo a Excalibur en la mano... NO ME DERROTARAN —dijo con convicción para después correr hacia sus enemigos—.

"Arturo va a morir" escucho ____ en su cabeza, era la voz de Cath.

[...]

Después de oír esas palabras, el cuerpo de Arturo comenzó a tener hemorragias internas, y la espada que portaba como si nada comenzó a pesarle demasiado.

____: Está sufriendo hemorragias internas —dijo mientras se acercaba al chico, pero la detuvieron.

Cusack: Mucho me temo que cometiste dos grabes errores —le dijo al joven que trataba de resistir el dolor—. El primero fue la debilidad de ese cuerpo poco entrenado, esa espada debe de contener las almas de los héroes humanos que la portaron y te se dio el poder de aquellos que la usaron en el pasado. Sin embargo, para empuñar un poder tan devastador... tanto tu cuerpo como tu espíritu deben ser fuertes para poder dominarlo. Y tú segundo error fue que elegiste a los oponentes equivocados para pelear —tomo a Arturo del cabello para que lo viera a los ojos, y este simplemente lo veía con frustración—. En el pasado existió un héroe humano al que la Raza Demoniaca temía... pero solo los demonios de bajo rango sentían temor ante su presencia —él solo quería recalcarle lo patético y débil que era a ese joven... y lo estaba logrando—.

____: Deja de jugar no él —le dijo a Cusack—. Si no lo vas a matar entonces sugiero que le saquemos la información de donde están los sobrevivientes del reino. Después ofrezcámoslo como sacrificio al sello —de verdad que trataba de hacer lo posible, pero observo como los ojos del chico se volvieron rojos un momento, después de eso Cusack lo soltó—.

Narra ____

Cusack: Normalmente, si alguien actúa contra nosotros o la familia real... —siguió hablando—. Lo cortamos en pedazos y alimentamos a Induras con sus partes —Arturo... ¿por qué tuviste que venir?—. Pero no quisiera que Lord Zeldris presenciara algo así —uf, menos mal—. Así que como un favor especial me limitare a aplastar tu corazón —y antes de que pudiera hacer algo, Merlín apareció de la nada entre él y Arturo, congelando al demonio de inmediato, mientras que al resto solo nos congelo la parte inferior del cuerpo.

Chandler: Maldita mujer —exclamo mientras veíamos como la hechicera abrazaba al joven rey—.

Meliodas: Merlín, ya que decidiste venir —dijo aprovechando el momento—. Entrégame el mandamiento de la fe.

Merlín: Para poder salvar a Elizabeth, estas buscando convertirte en Rey demonio. —hablo con esos ojos tristes que siempre portaba—. No olvides que la mujer que amas y todos tus amigos están arriesgando sus vidas para poder salvarte, Meliodas.

Poco después, Cusack se liberó del hielo... Pero Merlín ya se había llevado a Arturo.

____: Te dije que no jugaras con él, ahora ya no está —le reproché fingiendo molestia, y Chandler rio detrás mío mientras se acercaba a Cusack—.

Chandler: Que desgracia Dormilón, primero un mocoso te da una paliza y después dejas que una mujer se te escape.

Cusack: Solo fue un descuido, no volverá a pasar —se nota que su orgullo fue afectado—. Además, puedo encargarme de ese mocoso de inmediato.

____: Pero ni siquiera sabemos dónde está —pero a él no parecía importarle mi comentario—.

Zeldris: Cusack tiene una habilidad muy útil para controlar los movimientos de su blanco donde sea que este.

Los ojos del demonio de pelo rosa se hicieron rojo... igual que los de Arturo momentos antes. Hacia movimientos como si tuviera una espada, la levanto con ambas manos y... se perforo el estómago con la espada imaginaria.

Solo me limite a ir a la habitación que me asignaron cuando llegue a este lugar, me senté en la cama y simplemente me dedique a contemplar una pared vacía.

____: Debe de ser mentira... estamos muy lejos de Liones como para que un hechizo así funcione ¿verdad?

[...]

Minutos después tocaron mi puerta, pero no conteste, escuche la voz de papá "¿puedo pasar?" igualmente paso sin que le dijera nada.

Meliodas: ¿Te encuentras bien? —me pregunto después de cerrar y recargarse en la puerta—.

____: No finjas que te importo.

Meliodas: Se que Arturo te importaba...

____: Igual que a ti te importaba —le reproche—. Eras su héroe.

Meliodas: Las cosas cambian, ya sabes cómo es esto.

____: Lo sé —y me crucé de brazos—.

Meliodas: Como quieras —tomo la perilla de la puerta y la abrió—. Iré a absorber los mandamientos que tenemos.

____: Bien, haz lo que quieras —me acosté en la cama con enojo y él se fue de la habitación—. Espera... ¡¿qué dijo?!

[...]

Me dirigí a un lugar seguro para llamar a Oslo e ir a Liones de inmediato.

____: Elizabeth, algo muy grave está pasando y... —había entrado a la habitación del castillo donde los guardias me dijeron que estaba la chica, pero tenía compañía—. Lamento haber interrumpido la reunión estratégica —dije ya que el mapa en la mesa indicaba que estaban planeando algo—. Pero es importante.

Ludociel: ¿Qué los de tu raza no tienen modales? —dijo con sarcasmo—.

Elizabeth: Dinos lo que paso, por favor.

____: Meliodas está en proceso de absorber cinco mandamientos —los caballeros sacros presentes se pusieron nerviosos mientras que el resto se veía pensativo—.

Merlín: Como temíamos.

Ludociel: Con más razón hay que acabar con Meliodas antes de que termine de absorber los mandamientos.

Elizabeth: Nadie acabara con nadie —miro fríamente a Ludociel—. Ya te puedes retirar, ____ —asentí y me fui—.

[...]

Narra la escritora

Elizabeth: Ludociel, no seas tan insensible delante de ella —dijo después de que ____ se fuera—. Yo puedo soportar tus comentarios, pero estas hablando de matar a un padre frente a su hija.

Ludociel: Vamos, solo dije la verdad.

Elizabeth: Solo espero que recuerdes lo que sentiste al perder a Mael —y el rostro de Margaret se frunció—.

[...]

Pocas horas después, todos los aliados salieron para retomar lo que alguna vez fue la Guerra Santa.

Aleluya :v

Pinche preparatoria que no me deja hacer nada, debería estar estudiando para un examen que tengo mañana.

También tuve uno hoy y al chile aun haciendo trampa no saque 100.

Y al parecer me vacunan mañana, ojalá y no me muera.

Nos vemos en la próxima publicación.