1.Un problema y la despedida de la manada
Cuando Evelyn Santos tenía seis años con su madre hicieron su primer viaje internacional. A Shangai, China con una de las manadas del este.
La noche en la que salían, Eve estaba en la gruta debido a que ya había terminado su equipaje. Y como no tenía nada mejor que hacer se puso a leer su libro de sirenas con las patas en el agua.
-No esperaba encontrarte acá-dijo la niña con una media sonrisa.
-Al contrario, te estaba buscando-dijo su madrina.
-¿Que pasó?-preguntó Eve dejando su libro a un lado.
-Tu madre y tú van a ir a Shangai, hay una cosa que tienes que saber-dijo Veridia saliendo con esfuerzo de la piscina de la gruta-. Tengo algo para vos, Eve.
La lider de la manada agarró un collar que llevaba consigo.
-Evelyn Santos, vos sos descendiente de la sirena original-dijo poniendole el collar-. Este collar te protegerá y lo llevarás siempre contigo, así podrás dominar tus poderes especiales.
<<Cuando vayas tu a Mako, cuando cumplas tus dieciseis años, la isla verá tu llegada como el reclamo al trono de la legitima heredera. Y llegarán las cosas a su debido tiempo>>
-No entiendo ¿a que te refieres?-le preguntó la niña con inocencia.
-Algún día lo entenderás, Evelyn-le dijo antes de volver a sumergirse.
De ello habían pasado diez años, o mas o menos. De hecho, aquel día era su cumpleaños e iría a acampar de noche con Zac y Cam. Pero antes tenía que ir con el grupo. Se levantó de la cama y se vistió para su último día de vacaciones. Se puso una camisa roja con botones y dos bolsillos arriba de una bikini, unos shorts negros con el borde doblado para arriba y unas zapatillas blancas.
-Mamá-gritó la chica bajando a la cocina, además tenía en la espalda una mochila con cosas que necesitaría.
-¡En la terraza, cariño!-dijo su madre.
Evelyn subió los tres pisos restantes que le quedaban para llegar a la terraza y al llegar allí se encontró con su madre y su madrina desayunando mientras conversaban.
-Evelyn, querida-la saludó Veridia con una sonrisa que más bien parecía una mueca. No era mucho de sonreir.
-Hola madrina, hola mamá-saludó dandole un beso a cada una.
-¿Estás segura de que quieres hacer esto, cariño?-le preguntó su madre con preocupación evidente.
-Lo estoy, mamá-dijo con una sonrisa.
-¿Segura que no quieres venir, vieja amiga? La manada estaría encantada de verte-comentó Veridia con algo de esperanza.
-Lo siento, Veridia. Pero la manada me ha expulsado hace tantos años y no creo que me quieran ver. Como te repetí varias veces en todos estos años, ya es suficiente con que vengas sin que la manada sospeche. Y no voy a ir-negó la mujer.
-Al menos lo intentamos-dijo Veridia encogiendose de hombros.
Evelyn se sentó a desayunar con ellas y cuando terminaron se despidió de su madre y ella y Veridia se fueron por la gruta directamente a mar abierto.
Llegaron a dónde estaba el resto del grupo, el consejo las estaban esperando.
-Tu debes ser la famosa Evelyn-dijo orra de las sirenas del consejo.
-A ver si lo que dice Veridia es cierto-dijo la mujer que parecía la más vieja de las tres.
-Claro-dijo Evelyn tocando el collar que llevaba en el cuello y sus piernas y su ropa volvieron.
Se estaba manteniendo a flote y volvió a tocar el collar. Su cola volvió como si nunca hubiese desaparecido. El consejo se quedó evidentemente sorprendido y Veridia sonrió con orgullo.
-Y tu cola es multicolor-observó la otra mujer viendo la cola de Evelyn que, efectivamente, era de muchos colores.
-Muy bien, lo esencial lo cumples-dijo Veridia con seriedad-. Nos veremos cuando salga la luna, esta noche en el arrecife.
-Allí estaré-dijo con una reverencia y volvió nadando hasta la gruta.
Al llegar no se encontró con nadie, su madre debía de estar organizando todo para la primera semana de clases. Ya faltaba una semana para que empiecen las clases. Y Evelyn iría dos noches de campamento con sus amigos Alex, Cam y Zac. Llamó a Alex, con quien mejor se llevaba de los tres y el único que sabía su secreto.
Llamada:
Evelyn: ¿Hola? ¿Alex?
Alex: Vos me llamaste, es una pregunta medio tonta ¿que pasa? ¿La profesora Santos no te deja venir? Por cierto, feliz día cumplañera.
Evelyn: No, no. Puedo, pero los veré directamente ahí. Tengo unas cosas que hacer antes. Tengo unos asuntos que resolver... ya sabes.
Alex: Les avisaré a Zac y a Cam. Te dejo sirenita, que mi padre me llama.
Evelyn cortó la llamada y suspiró, no tenía nada que hacer, había pedido dos días libres en el trabajo por el campamento. Asi que fue al café y se sentó en una mesa de adentro.
-Evelyn, no te esperábamos. Pensé que te habías tomado dos días libres-dijo David sorprendido.
-Estoy como clienta, David. Quiero un jugo de mango tropical porfavor-pidió dandole la carta.
-En seguida-asintió el chico y se fue detrás de la barra.
-Eve-dijo Alex acercandose a la mesa y sentandose junto a ella con el café que ya había pedido.
-Hola Alex-lo saludó Evelyn con una sonrisa.
-Mi café está muy frío-dijo el chico mirando a su amiga.
-Que molesto-rodó los ojos Eve y usó su poder para calentar el café-¿mejor?
-Mucho mejor ¿y? ¿Cuando vamos a ir a tu ceremonia de sirenas?-le preguntó dándole un sorbo a su café.
-¿"Vamos"?-preguntó con una ceja Evelyn arqueada-¿Quién dijo que vos ibas a ir conmigo?
-Oh vamos, soy tu mejor amigo. Me tienes que invitar-se quejó el castaño.
Evelyn se levantó y antes de irse le dejó dinero en la mesa a David y le dio una palmadita en el hombro.
-Sigue soñando, Alex.
Fue a la tienda de su mejor amiga (y melliza de Alex), en dónde Evie estaba en el mostrador.
-Evelyn ¿como estás?-la saludó Evie.
-Hola Evs-la saludó mirando unas mayas o unos vestidos.
-Tengo algo para vos, ve al probador y yo te alcanzo la ropa-le dijo empujandola dentro de uno.
Se sacó la ropa e Evie le iba pasando la ropa, los vestidos cortos y playeros eran divinos. Y las bikinis tambien lo eran.
-¿Te gusta algo, Evly?-preguntó su amiga desde afuera.
-Ya lo sabes, me gusta todo-dijo mientras se sacaba el bikini que se había probado y se volvía a poner el suyo.
Minutos después salió del probador con las perchas en la mano.
-Me llevo todo, Evie. Muchas gracias-dijo dándole el dineron en efectivo.
-De nada-dijo sonriendole.
-Bueno, me voy a la playa-se despidió la chica después de pagar su café.
Allí se encontró con Zac y Cam haciendo su trabajo de guardavidas.
-¡Evelyn!-le gritó Cam haciendole señas para que se acerque.
-Hola Cam-lo saludó la chica-. Alex ya te dijo que iba a ir directamente de mi casa ¿no?
- Sí pero no te llamaba para eso-le dijo el rubio saltando a abrazarla-. Feliz cumpleaños, Evly.
-Gracias Cam-dijo la rubia con una sonrisa encantada.
-Te compré esto para que haga juego con tu collar, es de parte mia y de Zac-le dijo Cam con una sonrisa y le entregó una cajita con un moño.
Evelyn abrió la caja y se encontró con dos hermosos aros.
-Muchas gracias, Cam. Me encantan-dijo Evly poniendose los aros.
-¡Hey chicos!-dijo Zack apareciendo-. Veo que ya recibiste el regalo.
Evelyn lo abrazó dandole las gracias y después de un tiempo se despidió de ellos metiéndose al mar y trasnformandose en sirena. Nadó mar abierto y se encontró con la manada yendo para la ceremonia lunar.
-Evelyn-saludó una de las del consejo.
La ceremonia continuó sin ningún problema, llegaron al lugar dónde se celebraría. Al terminar la entrega de los anilmos de luna fur el turno de Evly.
-Mako, escucha a tu heredera-dijo con los brazos abiertos hacia el cielo.
Fue levantada por un torbellino de agua a los cielos y cambió radicalmente. Sus ojos cambiaron a un color rosa clarito, su cabello cambió y ahora tenía un peinado con caracolas marinas, un collar de bronce, una corona de sirenas, unos aros de caracoles marinos y su top y cola cambiaron.
-Eres la heredera de Mako y de las sirenas-dijeron las sirenas presentes con una reverencia.
-La sirena original también era parte hada-le explicó Veridia-. Por eso tu pulsera y tu nuevo collar, la pulsera viene a cumplir la misma función que tu collar.
La chica se quedó pasmada, pero luego se despidió de su grupo y nadó hasta donde estaba Alex con el barco, en el mismo lugar en el que se juntaban cada vez que Evelyn iba a pasar tiempo con la manada.
Cuándo llegaron a dónde estaban Cam y Zac, ambos ya habían armado su carpa y cocinando pescado.
-Llegaste, Evly-le dijo Cam recibiendola-¿Por qué Alex te tuvo que ir a buscar?
-Porque no tengo bote ni lancha-dijo la runia con una sonrisa y después se puso seria-. Voy a poner mi carpa por allá.
Agarró la bolsa en dónde estaba su carpa y también su bolso violeta en dónde tenía ropa para los dos días que se quedarían ahí. Sacó las cosas de su carpa y usó sus poderes telepáticos para armarla, era una carpa bastante grande de color beige y tardó un minuto entero en en armarla.
Cuándo terminó fue a acomodar sus cosas a aquella carpa, sus cosas hechas para camping que había comprado en uno de sus viajes a Estados Unidos cuando estaba aburrida.
Salió de la carpa y se encontró con sus amigos comiendo pescado, agarró una parte y ella misma también. Pasaron la noche entre cuentos e historias hasta que llegó la hora de que se fueron a la cama. Evelyn esperó a que todos se durmieran, iba a dar un paseo nocturno bajo el agua cuando escuchó pasos, y pudo ver a Zac saliendo a caminar.
Soltó un bufido sabiendo que lo iba a tener que seguir, habían puesto a novatas en los puestos para vigilar el estante. Activó su collar de caracola que llevaba consigo y se hizo invisible.
Lo siguió por el bosque oscuro, solo agradeciendo que su sangre seelie le permita tener visión en la oscuridad. Ese era uno de los poderes que le otorgaba su nueva pulsera ancestral.
Se encontró con su amigo terrestre entrando en una cueva, que evidentemente estaba rodeada de magia, eso era obvio para cualquier sirena. Entró tras él y vio que el interior era una cueva con un pasadizo, ella tuvo cuidado, pero su amigo no y cayó directo hacia el estante de luna.
-Oh por dios-dijo con horror Evly.
La joven se hizo visible y activó sus poderes, activando su anillo de luna fusionándolo con los poderes de su sangre seelie. Hizo todo lo que pudo para lograr que la luna salga del estanque, no podía haber otro tritón en Mako.
Evelyn despertó en su carpa jadeando, junto a ella estaba Alex con una preocupación reflejada en su rostro.
-En dónde me encontraron?_ cuestionó la rubia acomodándose en su cama.
-Te encontró Zac tirada en el bosque, estamos levantando campamento porque Zac empezó a sentirse mal. Qué pasó Ev? Ayer fue luna llena.
-No lo conseguí... Necesito ir con el grupo ahora, podrías guardar mis cosas por mi y llevarlas contigo a tu bote? - preguntó Evelyn prandose inmediatamente.
-Pase lo que pase Veridia te informará, les diremos a Zac y a Cam que nos iremos más temprano y vamos corriendo a tu casa.
A Evelyn le pareció una buena idea y así lo hicieron, quedaron en verse en su casa y la rubia fue nadando a toda velocidad mientras que el castaño iba a la casa de Rita.
-Hola Alex- saludó la directora abriendo la puerta-, por qué volvieron antes? Pasó algo?
Le preguntó al mejor amigo de su hija mientras lo hacía pasar.
-Después le explicamos señora Santos, Evelyn está esperándonos en la gruta- le respondió el castaño.
-Tú lo sabes? - se sorprendió la directora mientras se drirgían a la biblioteca que los conduciría a la gruta.
-Desde hace mucho tiempo, profesora- le respondió Alex.
Bajaron por la gruta, bajo la mirada asombrada y maravillada de Alex.
-Mamá, Alex- dijo Evelyn saliendo de la piscina ya con su forma humana.
Pasaron a la sala en dónde estaban los tesoros de Rita y se sentaron en uno de los sillones mientras que Rita les ofrecía una taza de té.
-Zac cayó en la piscina lunar y no pude hacer nada para detenerlo- dijo Evelyn con algo de tristeza.
-¿Qué?- preguntó Rita con sorpresa, dejando su té en la mesa.
Evelyn empezó a explicarle lo sucedido la noche anterior, y cuándo hizo una pausa se escucharon ruidos de aletas de sirena.
-Debe de ser Veridia, escondete Alex- le dijo Rita, a lo que el chico le hizo caso.
-Rita, Evelyn. Debo suponer que ya saben lo sucedido ¿no es así?- las dos asintieron a lo que la mujer suspiró-. Nos tendremos qur ir, Mako ya no es seguro.
-¿Qué?-preguntó Evelyn horrorizada-, no, no. No se pueden ir, madrina.
-Lo siento, es demasiado peligroso quedarnos Evly- se disculpó Veridia, pero se escucharon más ruidos.
-¿Alguien te siguió, Veridia?- preguntó Rita.
Fueron a la piscina para encontrarse con una cabellera pelirroja.
-¡Alma! ¿Qué haces aquí?- preguntó Evelyn reconociendo el pelo de su mejor amiga.
-No me quiero ir, me voy a quedar acá en tierra- dijo la pelirroja en modo terca.
Veridia y Rita cruzaron una mirada y suspiraron.
-Bien, te quedarás bajo el cuidado de Rita. Te harás humana y vivirás como una de ellos-dijo Veridia como una orden antes de meterse al algua e irse a toda velocidad.
Evelyn fue a buscar ropa para su amiga, mientras que ella salía del agua y se secaba. Salió con la ropa que había comprado hace un par de años cuando había pasado una temporada en la tierra.
-Hola Rita, cuanto tiempo- la saludó la pelirroja poniendose nuevamente su anillo lunar.
-Hola Alma- la saludó Rita.
-¿Dónde está Alex?-preguntó la recién llegada.
El chico salió de su escondite y los dos se abrazaron.
-¿Vas a dormir en el agua o en tu habitación?- le preguntó Evelyn mientras salían de la casa en dirección al café.
Los tres llegaron al café y se sentaron en una mesa. Carly los atendió.
-Hola chicos ¿quién es ella?- preguntó viendo a Alma.
-Alma, una amiga mia de la infancia que volvió y se está quedando en mi casa- dijo Evelyn con tranquilidad.
-Entonces es un gusto, soy Carly- dijo la mesera.
Pidieron lo que querían y Carly se fue. En el café entraron Cam y Zac y se sentaron en la misma mesa que ellas.
-Hola- saludó Zac dándole un beso en la frente a Evelyn-, perdón si nos tuvimos que ir así....
-No pasa nada, chicos no se si se acuerdan de ella-dijo Alex.
-Sí, es la amiga de Evelyn que vino hace unos años, eres...- dijo Cam pensando su nombre-. Lo siento, no me acuerdo tu nombre.
La pelirroja rió antes de responderle-, soy Alma. Tu eres Cam ¿no?
-Y yo Zac, encantados de volver a verte- dijo el chico.
Pasaron la tarde charlando en el café, cuando Evie terminó su turno se les unió. Salieron del café ya al atardecer, Alex las acompañó a su casa y después fue para la suya. Entraron por la entrada de tierra y se dirigieron a la cocina, en dónde Rita ya había cocinado las cosas que habían pedido al café. Se sentaron a comer en silencio, era horrible.
-El grupo se fue- dijo con la voz quebrada Evelyn-¿Por qué esas sirenas no lo evitaron?
-No hay que echar culpas- dijo Rita mirando a su hija con seriedad.
Terminaron de comer y tanto Evelyn como Alma se fueron a dormir.
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