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Cap 38

¡Vamos al campamento!

Ayla

—Bien. ¿Ya están listos? —miro a los niños.

—¡Siiiiiii! —gritan a todo pulmón.

—Por Zeus, creo que su grito se escuchó hasta el campamento —les digo y me empiezo a reír.

—Mamá, no empieces —responde Nico.

—Uy, que genio niño que invoca a animales esqueletos —nos reímos.

—Ya quiero ir mamá —dice Bianca mientras saltaba en su asiento.

—Si, ya voy, pero siéntate amor. Voy a arrancar y no quiero ningún lesionado —le ordeno.

—¿Quiere que le ponga a Gina cinta adhesiva? —me pregunta Sebastián.

—¡Oye! ¿Qué quisiste decir cerebro de trigo? —yo me quise morir de risa por la expresión que puso.

—Sabes muy bien qué quise decir pequeña langosta —responde Sebas.

—Ahora si... —la interrumpo.

—Vámonos porque sino perdemos el avión y no voy a esperar horas ahí para abordar otro —pongo en marcha el automóvil.

Durante el camino hacia el aeropuerto, fue tranquilo, por así decirlo. Sin mencionar que Bianca y Gina ya casi matan a Sebas y a Nico por una broma; y que casi sacan sus cabezas del automóvil. De ahí en fuera, todo normal.

Solo recuerdenme que los niños no se acerquen a los Stoll, si eso pasa, me voy a volver loca.

Llegamos al aeropuerto y tomamos el avión hacia Nueva York.

—¿Mamá?

—¿Qué pasa cariño? —miro a Bianca.

—Es cierto que tenemos nuestras propias cabañas —susurra.

—Sí y no. Y este no es un buen lugar para hablar de eso —le susurro—Ahora siéntese bien señorita —Bianca se sienta.

—Ya quiero conocer a mi tío Percy y a mi tía Annabeth —comenta bien emocionada Gina.

—Yo quiero conocer a la Señorita O'Leary —menciona Nico. Desde que supo que había un perro del infierno, se emocionó bastante.

Horas después aterrizó el avión y bajamos. Le llamé a la señora Jackson para que nos llevara a Long Island.

—Muchas gracias señora Jackson —le dedico una sonrisa.

—No hay de qué cariño. Me alegra verte, y los niños ya están grandes. La última vez que los vi eran unos bebés —ve a los niños.

—¿Usted es la mamá de nuestro tío Percy? —preguntan los tres al unísono.

La señora Jackson se empieza a reír un poco por la reacción y como hablaron al mismo tiempo los niños.

—Sí, soy yo —responde.

—Coool —comenta Sebas.

Llegamos a la entrada y nos despedimos de la señora Jackson.

—¿Listos? —los miro.

—Siento que ésa pregunta me ofende —responde mi niño.

—Eso lo tomaré como un sí —lo miro.

Entramos al campamento y durante el camino, pude ver muchas caras de sorpresa, pues solo los chicos sabían que yo seguía viva, ni siquiera Evangeline, Hiyori y los demás.

Nos dirigimos a la casa grande, los niños no dejaban de ver sorprendidos todo el campamento.

Toqué la puerta y escucho un "pase".

—Esperen aquí niños —los cuatro asienten.

Entro y veo a Quirón y al señor D.

—Vaya, vaya, si es Ana —él nunca cambia.

—Hola señor D. Veo que aún sigue con su coca-cola light —se ríe Quirón.

—Es bueno volverte a ver Ayla —me sonríe.

—Si, pero esta vez no vengo sola —me dirijo a la puerta—. Niños —ellos entran.

—Vaya, así que ellos son tus hijos —comenta Quirón.

—Sí, excepto él —refiriéndome a Sebas—. El es bisnieto de Deméter —aclaro.

—Hola _es lo único que pudo decir Sebas.

—¿En serio es un centauro? —pregunta emocionada Gina.

—No, cómo crees, es un holograma genia —responde con sarcasmo Nico.

—Igual a su padre en todos los aspectos —menciona Quirón.

—Ni que lo digas. Y los tres son igual —le afirmo.

Percy

Estaba entrenando con mi listilla. Cuando Mireya, hija de Hermes, viene corriendo hacia nosotros.

—¿Qué pasa Mire? —puedo ver que se veía agotada.

—Tu...tu hermana —es lo único que se limita a decir.

Annabeth y yo nos dirigimos a la casa grande. Al entrar vimos a Ayla.

—¡Enana! —la fui a abrazar.

—¡Sesos de alga! —me abraza—. Te extrañé mucho.

—Yo igual.

—Creo que el ponerse apodos es de familia —susurra uno de los niños.

—¿Cuál de todas nuestras familias? —susurra una de las niñas.

—¿Quién es Nico, Gina y Bianca? —pregunto.

Ayla se separa de Annabeth. —Nico, Bianca y Gina —me señala a tres niños similares. Debí suponer lo.

—¡Tío Percy! —me abrazan las dos niñas.

—Se siente raro que me llamen tío, pero creo que puedo acostumbrarme —admito.

—Pues vete acostumbrando Sesos de alga —dice mi novia—. Hola niños —la abrazan a ella.

Veo a mi hermana porque mini Nico no me abrazó.

—Y ni pienses que lo hará. Es igual que su padre, no le gustan los abrazos —aclara ella.

—Pero bien que ama los abrazos de mamá —responde Bianca.

—¡Bianca! —reclama el mini Nico.

—Sí, igual que su papá. Solo espero que no haga lo mismo que su padre cuando dijo que no era su tipo —nos reímos.

Poco después entraron, Piper y Leo, pues Jason, Hazel y Frank no iban a venir hasta dentro de dos meses.

—¡Enana¡ —grita Leo.

—¿Por qué siguen diciéndome enana si no lo estoy? —pregunta malhumorada.

—Disculpa, la costumbre —Leo la abraza.

—Si, yo también te extrañé llamitas. Hola Piper —mira a la susodicha.

_No sabes cuánto te hemos extrañado —admite Piper.

Entraron por último Evangeline, Hiyori, Sujin y Nico.

Nico

—Ayla —susurro.

—Hola Nico —se acerca a mí y me abraza. Odiaba ser abrazado, pero ella cambió esa perspectiva en mí.

—¡Papá! —gritan mis tres hijos y me vienen a abrazar.

—Ya están grandes —le revuelvo el cabello a Nico jr.

—Evangeline —dice Ayla.

—Hola —responde seria. Sí, durante este tiempo que no estuvo Ayla en el campamento, y que la daban por muerta. Ella cambió, se volvió un poco más seria y más realista.

—Se que pedir perdón no servirá de nada —comenta ella.

—Y sí, tienes razón. Ni siquiera me diste indicios de que seguías viva —sale de ahí.

—Percy, ¿puedo quedarme contigo? —lo mira.

—Sí enana —responde.

Sujin y Hiyori hablaron con Ayla. Pues ellas comprendían un poco más la situación, terminaron la conversación con un abrazo.

—Bueno, les quiero presentar a los niños. Ellos son Nico, Bianca y Gina Di Angelo, los hijos de Nico y míos —los presenta.

—He de decir que Bianca y Nico tienen más parecido a él, y Gina se parece a ti —comenta Piper.

—Los tres sacaron la actitud de su padre y de la mía —responde.

—Y este amiguito, ¿quién es? —pregunta Leo.

—Él es Sebastián, es hijo de mi amiga Christine, quién es nieta de Deméter —explica Ayla.

—¿Entonces es bisnieto de Deméter? —pregunta Annabeth.

—Así es. Y no solo eso, sino que también es como Hiyori. En él corre sangre de semidiós y de licántropo.

—Hola —saluda con un poco de timidez.

En esa imagen de arriba quedó claro que él es Sebastián.
Debo decirles un anuncio muy anucioso, que se los daré pronto.
Jajajajaja, es claro que no se los daré ahorita, porque es sorpresa.

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