Cap 20
Hermanos mood: Celosos y sobre protectores
Ayla
—Ayla, Ayla, Ayla —unas manos pequeñas me mueve.
—Mmmm, 5 minutos más, ¿si Evangeline? —le doy la espalda y me tapo completa con mi sábana.
—Es que ya quiero comer —empezó hacer berrinche.
—Bien, ya me levante y ya voy —me cambié y salimos de la cabaña dirigiéndonos al comedor.
Al llegar a la mesa de Hades, vimos que Alice estaba ahí, pero no veía a Nico.
—Hola Alice —mi hermana y yo nos sentamos en frente de ella.
—Hola cuñis —dijo con un pequeña risa.
Ella puede parecer una chica fría igual que Nico, pero cuando quiere, puede parecer un amor.
—¿Y Nico? —pido una pizza y aparece.
—El dormilón sigue en la cabaña, al parecer hoy prefirió seguir durmiendo —muerde un pedazo de su pizza—. Al parecer esto es un mini aviso de Hipnos para que se mantenga alejado de ti —susurra y se ríe bajito.
—Él de por sin es así —me reí.
—¿A quién le dices dormilón? —me reí al reconocer la voz un poco ronca.
—Hola Nico —lo miro.
—Hola peque —me susurra, seguido de un beso en la mejilla.
—Me parece que alguien se va a poner de celoso —canturrea Evangeline con una sonrisa traviesa.
—¿A qué te refieres? —la miro.
—Solo espera —dice Alice—. Bueno, nosotras nos vamos, ven Evangeline —las dos se levantan y se van.
Alice
Me levanté temprano como es costumbre, decidí despertar a mi hermano, así que fui a su cama y lo empecé a mover.
—Nico, des-pi-er-ta —lo muevo de un lado a otro.
—Mmmm, 5 minutos más —se cubre por completo con la sábana.
—Aish, yo me voy a comer. Y ni creas que te voy a estar esperando —salgo de la cabaña.
Me dirigí al comedor, pedí pizza hawaiana, tenía muchas ganas de probarla, di mi ofrenda y me senté en mi mesa.
—Hola Alice —saluda Ayla y su hermana, ellas se sentaron en frente de mí.
—Hola cuñis —la saludo mientras suelto una pequeña risa.
—¿Y Nico? —pide igual una pizza, pero esta es de Pepperoni.
—El dormilón sigue en la cabaña, al parecer hoy prefirió seguir durmiendo —le doy una mordida a mi pedazo de mi pizza—, al parecer esto es un mini aviso de Hipnos para que se mantenga alejado de ti —susurro y me reí bajito.
—Él de por sin es así —se empezó a reír.
—¿A quién le dices dormilón? —me reí al igual que ella al reconocer la voz, aunque un poco ronca porque no se despierta totalmente.
—Hola Nico —lo mira.
—Hola peque —le susurra, y seguido de un beso en la mejilla.
—Me parece que alguien se va a poner de celoso —dice Evangeline mostrando una sonrisa traviesa.
—¿A qué te refieres? —la mira.
—Solo espera —dije con una sonrisa traviesa—. Bueno, nosotras nos vamos, ven Evangeline —ambas nos levantamos de nuestros lugares y no fuimos de ahí, dejando a los tórtolos.
—¿Crees qué sean muy celosos los chicos? —me mira la menor con una pequeña sonrisa.
—Mmmm, esa es una muy buena pregunta.
Ayla
Acabamos de comer fuimos a pasear, tiempo después fuimos a entrenar a la arena.
Estábamos entrenando muy a gusto entrenando con las espadas, cuando escucho un grito.
—¡¿Qué mi hermana y Nico qué?! —creo que se escuchó hasta la playa, ok, estoy exagerandi con eso, pero de que sí se escuchó, sí se escuchó.
—Hasta apenas se entera —me quejo.
—¿Te parece si escapamos de él? —me pregunta Nico.
Lo medité un poco, pero cuando escuché a Percy gritar fue de sí, vamonos antes que nos envíe al Tártaro. Y de ahí nos fuimos al bosque.
Nico hizo su viaje sombra y nos encontrabamos en la ciudad de Nueva York.
Dimos un pequeño paseo por la gran ciudad y después fuimos al McDonald's.
—¿Me pregunto cómo se enteró de nuestro noviazgo? Ni siquiera se da cuenta de eso —le doy una mordida a mi hamburguesa.
—Por eso le decimos Sesos de alga —me reí ante su comentario.
—Ya entendí —salimos de ahí y fuimos a dar un pequeño paseo por el parque, ya estaba atardeciendo y se veía hermoso.
Platicamos un rato y cuando estábamos a punto de regresar al campamento, una voz nos detuvo.
—Hasta que por fin te veo niña —nos dimos la vuelta. Al ver a la persona dueña de esa voz, pude ver que era un chico más o menos de mi edad o uno o dos años más grande que yo, cabello corto y de color negro, unos ojos de color café intensos, he de admitir que es guapo, no lo niego... Pero Nico lo es aún más.
Nieguenmelo y era más alto que yo, sentía que ya lo conocía de algún lado, pero no recordaba—. No me reconoces, ¿Cierto?
—¿Me creerás si te digo que no? —reí nerviosamente.
Se dio el típico palm face, y me quería dar risa por esa reacción. —Soy yo.
—Hola yo —ok, mala onda pero ya me quería reír.
—No yo... Digo.... Aish, olvídalo —me reí como loca por su reacción.
—Hola hermano —le doy un abrazo.
—¿Hipnos? —pregunta Nico.
—El mismo —dijo con una leve sonrisa.
—Y, ¿qué te trae por aquí hermanito? —pregunto inocentemente, aunque aquí ya sabemos por qué vino.
—Ah, pues me enteré por ahí que alguien se ganó la atención de mi hermana, y ese alguien es el hijo de Hades. Eso no me lo esperaba.
—Suéltalo ya —dije con seriadad.
—Dónde me entere que le hiciste algo a mi hermana para que quede dolida o algo por el estilo, te haré sufrir, y no me importa que seas el hijo de Hades, no me conoces cuando estoy realmente enojado —se voltea a verme—. Bueno, eso es todo lo que quería decir, nos vemos enana, cuídate —y puff desaparece.
Vaya, hasta eso a mi me dio miedo, y me dio escalofríos >~<. La cara de Nico seguía en un estado de shock.
—¿Ok? Eso definitivamente no me lo esperaba —dijo saliendo del shock.
—Dímelo, si así fue Hipnos, no quiero saber como se pondrá Percy —los escalofríos recorrieron por todo mi cuerpo.
—Él me manda al Tártaro —lo miro feo—. ¿Qué? Hay que admitir que Percy si causa mucho, pero mucho miedo, más que las películas de terror.
—Confirmo —y es que tenía razón, el daba miedo, pero lo que es miedo.
No dimos ni siquiera un paso y, ¿quién creen que se apareció? Nada más y nada menos que Tánatos. Creo que hoy nadie saldrá vivo de esta situación.
Dos horas más tarde...
Tánatos e Hipnos dejaron en claro que si Nico se atrevía a lastimarme, lo harían sufrir y que no viviría para contarlo. Llegamos al campamento, creyendo que todo había terminado, pero no. Se nos había olvidado que faltaban dos personitas, y si, digo dos porque son Percy y Jason.
Gea, tragame por favor... Pensándolo bien, no, mejor no.
—Nico, que bueno que te encuentro, Ayla, te lo robo por unos momentos —dijo Jason poniendo su brazo alrededor del cuello de Nico y se fueron.
—Hermanita, que bueno que te encuentro, quiero darte una charla —hasta aquí llegué.
—¿Qué tipo de charla? —lo miro.
—Una que tienen que saber Nico y tú, ahora que ya son pareja —tardé unos minutos en asimilar eso, y cuando caí en la cuenta a que se refería con esa "charla", iba a empezar a correr. Pero el poste de luz que tengo por hermano, me cargó como si fuera un costal de papas.
—No, Percy, no quiero esa charla. Suficiente tuve en la escuela para que me dieran esa charla —dije pataleando.
—Pues ahora te aguantas _me cargaba con tanta facilidad, en serio necesito subir unos kilos de más para que no me cargue.
Al día siguiente...
Nico
Después de la "charla" que me dio Jason, y que Percy también le dio a Ayla, me levanté, me cambié y fui al comedor. En el transcurso que estuve en el comedor, solo vi a la hermana menor de Ayla.
—¿Y Ayla? —pregunta mi hermana Alice.
—Esta todavía dormida, después de una platica que le dio Percy, llegó muy cansada. Le pregunté que qué es lo que había platicado con Percy, pero no me dijo nada —responde mientras comía.
—Es mejor que no lo sepas, aún estás muy pequeña para ese tipo de pláticas —dijo Alice abrazando a la niña.
Fui a la cabaña de Nix, toqué la puerta, pero nadie respondía. Volví a tocar y esta vez me abrieron.
—Donde me engañes Di Angelo, yo si te mando al Tártaro y te haré la vida miserable. Yo te haré el triple de torturas que mis hermanos —me amenaza una Ayla todavía dormida, lo que me causó ternura y a la vez un poquito de miedo.
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