Cap 2
Capítulo 2: Espera... ¡¿Hija de quién?!
Han pasado dos semanas desde que llegué, que conocí nuevos amigos, de que no se quién es mi madre y de esa pesadilla que tuve hace una semana.
¿Algo más que enumerar? Nop, creo que ya no.
Flashback
Estoy en una calle o carretera, veo pasar a los autos y miro uno en especial, es el de mi padre; de repente, un auto pasa cerca de él, lo que provoca que pierda el control del auto y choque contra otro. Estoy asustada ante esa escena, veo que viene un trailer y frena de repente, lo cual trae lo peor después; una explosión, corro para ver si mi padre está bien y en eso explota todo, pero antes de que explotara todo, mi padre formuló la oración:
"Todo estará bien".
Cuando explotó, desperté gritando:
—¡¡Papá, Nooo!! —estaba llorando en mi cama.
—¡¡Ayla!! —se acercó Percy y me vio— Ayla, Ayla, tranquila, solo fue un sueño —me abraza y yo le correspondo.
—Percy....mi...padre... —me oculté en su pecho, tal y como le hacía de niña.
—Ya, tranquila, no pasa nada —acaricia mi pelo.
Fin del flashback
En estos momentos me encuentro entrenando y Piper llega corriendo.
—¿Piper, qué tienes? —la miro preocupada.
—Ayla... es tu hermana— fue lo único que me dijo. Y con eso me daba una idea, pero espero estar equivocada.
Voy corriendo directo a la casa grande; entro algo preocupada y veo a Quirón, al señor D y a mí hermana, cuando me ve, me abraza con fuerza y le correspondo el abrazo.
Ella estaba llorando, no sabía que pasaba, pero algo me decía que esto iba a cambiar nuestras vidas.
—Ay-ayla... —habla Sarahí entre sollozos.
—¿Qué pasó Sara, y papá? —pregunto angustiada.
Me ve y vi sus ojos llorosos, ella no quería decirlo, pero al final, lo único que dijo fue.
—Papá....Mu.... murió —responde para luego soltar el llanto.
Esas palabras fueron suficientes para destrozarme por dentro.
—Sara, dime que no es cierto —digo triste.
—Es-es cierto, murió en...en un... accidente automovilístico —responde mientras trata de no llorar más.
Cuando dijo eso recordé el sueño o pesadilla que tuve. No podía creerlo, ese sueño...fue...fue real; sin pensarlo dos veces, salgo de la casa corriendo lo más lejos que puedo, quería estar alejada de la realidad, cuando me topo con ese chico de ojos oscuros y esa mirada triste y solitaria; después de verlo un rato, sigo corriendo.
Llego al lago para contemplarlo y pedir que esto solo sea una broma de mal gusto de mi papá. Horas después llega Percy, seguido se Annabeth, Piper, Hazel y Leo
—Ayla... —empieza a hablar triste Piper —Supimos lo que pasó... —no sabía cómo seguir.
—No sabes cómo lo sentimos Ayla —dice Annie.
Percy se puso frente a mí y lo abrazo, mi hermana y ellos son lo único que tengo. Se preguntarán ¿y tú madrastra o madre de Sarahí? Ella murió cuando Sara tenía 6 años, ella me quería mucho, me daba ese cariño que necesitaba. Era como una madre biológica para mí.
—Sabes que cuentas con nosotros —se acerca Hazel a mí. Ella es hermana de Nico, y es todo lo contrario a su hermano.
—Estaremos ahí para apoyarte —complementa Leo.
—Gracias chicos —les dedico una sonrisa.
Tiempo después...
Ya llevo tres meses aquí y no sé quién es mi madre divina. ¿Tan difícil es que tú madre te reconozca?
Y sin mencionar que no he podido ver a Sara. Estoy en arquería y soy una de las mejores —bueno, después de dos meses de práctica quién no—, luego en la espada y combate a cuerpo. Bueno, aunque en el último soy horrible, termino con moretones y peores de los que me daba con una chica bravucona.
—¡¡Hey, chica de mal genio!! —grita Percy. Me da risa, ese apodo me lo decía cuando iba a la primaria. Debido a que en una excursión, no soporté a la niña castrosa del salón y la termino golpeando.
—¿Qué pasó sesos de alga? —pregunto.
—¿Has visto a Jason? No lo encuentro.
—No —respondo.
Se estaba haciendo de noche, y mi color de ojos empezó a cambiar, de cafés a unos hermosos azules
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—Wow —dijo sorprendido Percy.
—¿Qué, que pasa? —le pregunto.
—Tus ojos, cambiaron de color —responde.
—¿Qué? —me acerco al lago a ver a qué se refería Percy.
—Aaah ,te refieres al cambio de color de mis ojos...es normal, siempre me pasa en las noches, no te preocupes —respondo como si nada y le sonrío—. Eso pasó al año siguiente desde que nos dejamos de ver —le aclaro.
—Siendo honesto, se ven bien —me sonríe.
—Gracias, ahora vamos a dormir. Que mañana tengo una pelea pendiente con Clarisse.
Al día siguiente...
—Ya llevas tres meses en el campamento, ¿nos puedes decir que te gusta hacer? —pregunta Annie con curiosidad.
—Sí, dinos que te gusta hacer —ésta vez habla Piper.
—¿Seguras? —pregunto de manera divertida.
—Sí —responde Hazel.
—Yo quiero recordar las cosas que te gustan hacer —comenta Percy—. ¿Verdad chicos?
—Sí —respondieron Jason y Leo.
—Bueno, primero que nada, me gusta leer, escribir, cantar, me llama la atención tocar el violín, la flauta, la guitarra y el piano; aunque nunca los he practicado y no sé cuándo me anime a hacerlo. Práctico arquería. Soy lectora compulsiva, así que, nunca me lleven a una librería sino quieren gastar. Ah, y en la noche, mis ojos cambian de color. Y creo que ya.
—¿¡En serio!? —preguntan todos a excepción de Percy, que él lo supo ayer.
—Sí, lo más raro, es que uno de estos es un don, el de cantar —digo pensativa mientras recordaba.
—¿Por qué lo dices? —pregunta Hazel con curiosidad.
—Porque, cada vez que cantaba en la noche, mi padre y mi hermana se quedaban dormidos. Papá siempre llegaba cansado del trabajo y me pedía que le cantara para que se quedara dormido —respondo—. Pero, no sé si sea un don, ya que nunca he cantado para nadie más.
—Oh. Pues siendo honesta, creo que es un bonito don —opina Piper.
—Chicos —llega Will cansado.
—¿Que pasa Will? —pregunta Percy.
Fuimos corriendo y llegamos a las cabañas, todos estaban reunidos ahí; en el centro estaban dos hombres, uno tenía el cabello negro o café oscuro y el otro igual ambos del mismo color de ojos como café y otro color. La verdad, no sabía quiénes eran y no me importaba la verdad.
—Tánatos, Hipnos, dios de la muerte y dios del sueño. ¿A qué se debe su visita? —pregunta Quirón. Ok, si me debe importar quiénes son.
Me quedo, corrección, nos quedamos en shock al ver al dios de la muerte aquí; muchos le tenían miedo y trataban de salir de ahí, pero yo, sentía algo familiar en ellos dos. ¿Qué es? No tengo la jodida idea.
—Sabemos que aquí hay una persona que no ha sido reconocida por uno de los dioses del Olimpo —comenta el peli-negro, castaño oscuro, sepa que color de cabello tiene.
—Así es —responde el señor D. No me gusta del todo a dónde va esto. Ahora quiero que la tierra me trague.
—Queremos que nos la presentes —pide el otro hombre.
—Claro, Ayla —me llama Quirón y me acerco hacia ellos. Ok, mal momento pero si quiero que la tierra me trague.
—Sí —respondo tranquila. Pero por dentro me estaba muriendo de los nervios.
—Ellos son Tánatos e Hipnos —los presenta el señor D, como has de saber, estos “niños” son hijos de Nix. Nunca digas su nombre en frente de Zeus. A menos que quieras verlo temblar —esto último me lo susurra y yo evito reírme.
—Un gusto en conocerlos —saludo tratando de guardar mi compostura, que lamentablemente me es imposible.
—El gusto es nuestro —comenta Hipnos. Con un tono tranquilo y pacífico.
—¡Atención semidioses! —Ayla Laforêt es hija de Nix, diosa de la noche, madre de Hipnos y mía —dijo Tánatos.
—Por lo tanto son.... —habla el señor D dejando su oración al aire.
—¡Hermanos! —respondieron todos los del campamento, hasta dio miedo.
—Si,así es —dijo Hipnos.
De repente apareció una luz azul brillosa con este símbolo,
representando la noche.
>>Carajo<<.
Me quedo en shock. Yo, hija de la noche y media hermana del dios del sueño y dios de la muerte, a este paso, ya nadie querrá hablar conmigo. Bien por mí —noten el sarcasmo.
Estamos a punto de comer, y yo soy la última en sentarme, todos me miran como un bicho raro: claro no todos los días te enteras que eres hija de la noche y hermana de Tánatos e Hipnos, no los culpo. Pero bueno, eso me pasa por ser insistente en saber quién es mi madre. Así que, sí, me lo merezco. Termino de comer y me voy al lago, suficiente ser el centro de atención por hoy.
—Ay que aburrida estoy —digo para mí misma y mirando el lago. Minutos después ya estaba cantando una hermosa canción que siempre cantaba la mamá de Sarahí.
I Have a Dream, a song to sing
To help me cope, with anything
If you see the wonder, of a fairy tale
You can take the future, even if you fail
I believe in angels
Something good in everything I see
I believe in angels
When I know the time is right for me
I'll cross the stream, I Have a Dream
I Have a Dream, a fantasy
To help me through, reality
And my destination, makes it worth the while
Pushin' through the darkness, still another mile
I believe in angels
Something good in everything I see
I believe in angels
When I know the time is right for me
I'll cross the stream, I Have a Dream
I'll cross the stream, I Have a Dream
I Have a Dream, a song to sing
To help me cope, with anything
If you see the wonder, of a fairy tale
You can take the future, even if you fail
I believe in angels
Something good in everything I see
I believe in angels
When I know the time is right for me
I'll cross the stream, I Have a Dream
I'll cross the stream, I Have a Dream
Nico
Estaba sentado en la mesa de Hades, solo, los chicos salieron a una misión; vi que se acercaba esa chica de cabellos negros, se sentó en la mesa de Poseidón, pero después se fue a a otro lugar y la seguí. Al llegar, veo que se sienta cerca del lago y empieza a cantar, canta muy hermoso, así que decido hablar con ella.
—Hola —saludo con seriedad y de manera fría. No me culpen por ser así.
—Hola —saluda como si nada, normalmente los campistas se asustan cuando me ven.
—Me llamo Nico, Nico Di Angelo.
—Ayla Laforêt —responde mientras mira para el lago.
—Supongo que ya sabes hijo de quién soy.
—Y supones muy bien —me agrada su forma de ser.
Fue un silencio incómodo y decido romperlo.
—Cantas hermoso.
—Pues gracias —me responde—. Eres suertudo por poderme escuchar cantar primero. Los chicos no saben cómo canto.
—¿Entonces debo de sentirme suertudo por eso? —la miro incrédulamente.
—Obvio —responde indignada. Después de unos segundos pregunta. —¿Cuando regresarán?.
—No lo sé, supongo que mañana —respondo—. ¿Quieres entrenar?
—Claro —nos levantamos y fuimos a entrenar.
Al término del día me la pasé con Ayla, es una gran chica, siento que es un misterio, oculta grandes cosas, como sus ojos.
Flashback
Íbamos de regreso a la cabaña de Percy, decidí acompañarla después del entrenamiento; cuando anocheció, sus ojos se convirtieron de un café a un hermoso azul y le pregunté.
—¿Es normal que tus ojos cambien de color? —pregunté serio.
—Sí, cuando anochece mis ojos se vuelven de ese color —me respondió.
—Lo más raro es que tus ojos agarran un color parecido a los de Percy —comenté.
—No lo había notado —respondió.
Llegamos a la cabaña, ya me iba y en eso ella me habló.
—Nico...
—¿Sí? —volteé a verla
—Nada, algo insignificante. Nos vemos mañana —entra a la cabaña.
—Sí —me voy.
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