Capítulo 1: Ayla

Narra ???

¿Que pasaría si fueras hermana del dios del sueño y él dios de la muerte?
Pues... Ese es mi pequeño problema —por así decirlo— que estoy viviendo en estos momentos. Me llamo Ayla Laforêt, lo sé, un nombre raro, pero así me pusieron mis papás... En estos instantes me encuentro en el auto con mi papá, vamos a un campamento que es especial para los que tienen Dislexia y T.H.D.A, me dijo su nombre pero no me acuerdo, aparte, sigo estando en shock de lo que pasó en la escuela.

Flashback

Estaba en la biblioteca buscando algo de información para mi tarea,de repente,siento que alguien me observa y miro a todos lados,cuando escucho una voz....

—¿Esta buscando algo señorita Laforêt?

—¿Qué? —buscaba con la mirada la dueña de esa voz,hasta que mire arriba y vi a mi maestra de literatura...esperen un momento, ¿Qué hace ahí mi maestra y como subió?—Maestra Stevenson,¿Qué hace ahí?

—Será fácil llevarte con él —me miraba maliciosamente.

De repente ella se transformó en una furia, me persiguió por toda la biblioteca,hasta que le lancé algo metálico y se hizo polvo,al lanzarla lo hice como si tuviera experiencia para lanzar; salí de la escuela corriendo directo a mi casa y le conté a mi padre lo que pasó.

Fin del flashback

Y aquí estoy, de camino a un lugar especial para mí, acompañada de mi padre y de mi hermana, bueno, mi media hermana, pero ella y yo nos queremos como si fuéramos hermanas. Y yo decía que nada podía ir mal ésta mañana. Al llegar, salgo del auto al igual que mi padre y hermana.

—Te voy a extrañar mucho Ayla —me abraza tiernamente mi hermana de 7 años.

—Yo también Sarahí —le correspondo el abrazo.

—Hija, lo siento mucho de que tenga que ser de esta manera tu vida.

—No te preocupes papá, prometo que los iré a visitar.

—Te estaremos esperando —me dedica una sonrisa.

Entro al bosque y veo un campamento, ahí todos entrenaban y me llama mucho la atención. Choco con alguien y me caigo, me llevo mi mano a la cabeza cuando escucho que dice.

—Oye,¿estás bien? No era mi intención —me da la mano y me ayuda a levantarme.

–Sí, no te preocupes, estoy bien —lo veo, y es un chico rubio, más alto que yo.

—Mi nombre es Jason Grace,hijo de Júpiter —me dedica una sonrisa.

—El mío es Ayla Laforêt, un gusto.

—Ven, te llevaré con Quirón —lo empiezo a seguir.

Al llegar, vi una gran casa, el tipo de casas que amo; entramos y vi a un centauro que se acercaba a mí, Jason habló para quitar un poco el ambiente silencioso.

—Quirón, te presento a Ayla Laforêt, apenas llegó —dijo mientras me agarraba de mi hombro—. Ayla, te presento a Quirón, uno de los que dirigen el campamento junto con el señor D.

—Un gusto señorita Laforêt. Su padre me avisó que venía —me saluda.

—El gusto es mío —respondo cortésmente.

—¿Hija de quién eres? —pregunta.

—Siendo honesta, no sé, mi padre no me dijo, lo único que me comentó es que lo iba a descubrir aquí —respondo.

—Bueno, tendrás que esperar en la noche para ver hija de quién eres. Por lo tanto, Jason.. —se dirige a él.

—¿Si Quiron? —pregunta mientras se acerca más.

—Quiero que lleves a Ayla a la cabaña de Poseidón.

—¿A la de Poseidón? Pero... —quiso protestar pero Quirón lo interrumpe.

—Llevala a la cabaña de Poseidón —vuelve a decir.

—Sí Quirón —toma mi maleta y se la pone en su hombro—, ven Ayla, sígueme —sale de la habitación y lo sigo—. Es raro que Quirón diga que alguien se hospede en otra cabaña —comenta.

—¿Y eso? —miro con curiosidad.

—Cada que un semidios nuevo viene al campamento, siempre los llevamos a la cabaña 11, que es la cabaña de Hermes. Ahí albergan a los semidioses no reconocidos por sus padres o cuyos padres divinos no tienen una cabaña en el campamento —me explica.

—Vaya, se oye super interesante —me emociono.

—Y lo es —me dedica una sonrisa.

Jason me muestra todo el campamento mientras vamos a la cabaña en la cual me quedaría por un tiempo. Al llegar grita...

—¡¡Jackson, dónde estás!! ¡¡Vas a tener huésped!! —grita a todo pulmón, lo cual hizo que me tape los oídos y me ría ante esta escena.

—¡¡Cállate Grace!! —sale un chico gritando—. Ya te escuché, no estoy sordo —me mira al igual que yo a él

—Percy, te presento a... —lo interrumpo.

—¿¡Percy!? —pregunto muy feliz.

—¿¡Ayla!? —sorprendido

Cuando lo vi, me lancé a abrazarlo, hace años que ya no lo veía, y siendo honesta...ya lo extrañaba.

—Te extrañé mucho,sirenito —todavía lo sigo abrazando.

—Yo también mi niña —correspondiendome el abrazo—. Veo que ya estás usando el aparato de oídos —me susurra y yo asiento.

—Esperen.. ¡¿Se conocen?! —dijo Jason sorprendido.

—Sí, Ayla es mi mejor amiga de la infancia —responde y yo solo asiento con mi cabeza.

—Casi somos como hermanos —complemento.

—Entonces, ya se conocen.. —dijo dudoso.

—Así es —dijimos al unísono.

—¿Entonces... quieren entrenar? —pregunta y yo solo me río por su expresión de que no se lo esperaba.

—Sí —responde Percy—. ¿Qué dices Ayla? —me mira.

—Mmmm, no sé —respondo dudosa—. No sé usar un arma, genio.

—Vamos Ayle —me anima.

—¿Por qué le dices Ayle? —pregunta Jason.

—Es de cariño, y está bien Percy, vamos a entrenar —respondo y él salta de felicidad.

—Bien, entonces vamos —dijo y lo seguimos.

Fuimos caminando y por el camino nos encontramos con una chica. Muy linda la verdad, su mirada se mostraba calculadora. Amo a ese tipo de personas.

—Jason, Sesos de alga, y... Hola, tú debes ser la nueva, soy Annabeth,un gusto —me extiende su mano.

—Hola, soy Ayla —saludo feliz y estrechamos nuestras manos.

—Siento que se van a llevar súper bien —comenta el rubio.

—¿Por? —preguntamos al unísono ella y yo.

—Novia de Percy... —señala a Annabeth— Y amiga de Percy —me señala .

—¿Tú eres su novia?

—¿Tú eres su amiga? —estamos sorprendidas.

Después de esa sorpresa, estuvimos hablando en el camino, cuando me topo con un chico alto, de pelo negro y tez pálida.

—Perdón,no me fije —pido disculpas.

—No te preocupes —responde fríamente y se va.

—Ok —digo confundida, mientras lo veo marcharse.

—Al parecer ya conociste a Di Angelo —dice Jason. No digo nada porque de hecho no sabía que decir.

—El es Nico Di Angelo, hijo de Hades —comenta Annie.

—Ah, por cierto Percy, no me has dicho quién es tu padre —le digo mientras lo veo.

—Mi padre es Poseidón, dios de los mares —responde orgulloso.

—Cool —me emociono porque Poseidón es uno de mis dioses favoritos.

—Lo sé —dijo Percy.

—Chicos, odio interrumpir la hora familiar —Jason se ríe—, pero vamos a "jugar" captura la bandera —habla Annie.

En el juego se dividieron en dos equipos, el rojo y el azul, para mí suerte me quedé en el azul. Iniciamos y yo estaba con Percy, nos defendíamos y protegíamos del equipo contrario. Llego a un lago y vi la bandera de color rojo, voy por ella toda confiada pero alguien me empuja, una chica de cabello rojizo, anaranjado o no se color sea y me apunta con su espada.

—Me llamo Clarisse La Rue, soy hija de Ares, dios de la guerra y ésta será tu perdición —me ataca.

No sé de dónde rayos, pero tuve unos reflejos para esquivar sus ataques; todos llegaron justo a tiempo para la función. Ella trataba de herirme, cosa que si logró, pero yo le daba en puntos que eran débiles, suerte o no, lo agradecí; barro su pie y ésta cae al piso y la apunto con mi espada, para después agarrar la bandera. Todos me felicitaron y se acerca Clarisse.

—Debo admitirlo,eres una gran guerrera.

—Gracias, igual tu —respondo con felicidad.

—Tu y yo nos vamos a llevar bien —me sonríe.

—Ya lo creo —le devuelvo el gesto.

Ella se va, y a lo lejos veo al chico con el que me topé hoy en la tarde y se me ocurre preguntarle a los chicos sobre él.

—¿Por qué está solo? —miro a los chicos

—No sé —responde Percy. Al parecer no me quiere decir algo.

—El tenía una hermana, se llamaba Bianca... —me responde Annabeth.

—¿Y qué pasó con ella? —yo y mi bocota.

—Murió en una misión —contesta.

—Ahorita vengo —dijo Percy desanimadamente y se fue.

—¿Dije algo malo? —y todavía pregunto, vergüenza debería de darme.

—No, lo que pasa es que... —suspira—. En esa misión que tenía Bianca, participaba Percy y otros. Nico le hizo prometer a Percy que cuidaría y protegería a Bianca; pero después de lo sucedido, Percy siempre se lamenta de eso —comenta ella.

Voy a buscar a Percy, y después de un rato lo encuentro en el lago, lo tomo del hombro y me ve, después me abraza y me dice.

—Si yo... —no termina la oración porque lo abrazo y le digo—. Ya Percy, no fue tu culpa, hiciste lo que pudiste —trato de animarlo.

Nos la pasamos platicando toda la noche, fuimos a su cabaña y me mostró mi habitación.
Todavía me sigo preguntando quién es mi madre.

¿Por qué tengo una extraña sensación?...